La inflación
Eneconomía, es el incremento generalizado de los precios de bienes y servicios con relación a una moneda durante un período de tiempo determinado.
Cuando el nivel general de precios sube, cada unidad de moneda alcanza para comprar menos bienes y servicios. Es decir que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía. Una medida frecuente de la inflación es el índice de precios, que corresponde al porcentaje anualizado de la variación general de precios en el tiempo.
Entre las corrientes económicas más aceptadas existe generalmente consenso en que las tasas de inflación muy elevadas y la hiperinflación son causadas por un crecimiento excesivo de la oferta de dinero. Las opiniones sobre los factores que determinan tasas bajas a moderadas de inflación son más variadas.
La inflación baja o moderada puede atribuirse a las fluctuaciones de la demanda de bienes y servicios, o a cambios en los costos y suministros disponibles (materias primas, energía, salarios, etcétera), tanto así como al crecimiento de la oferta monetaria.
Sin embargo, existe consenso que un largo período de inflación sostenida es causado cuando la emisión de dinero crece a mayor velocidad que la tasa de crecimiento económico.
Definiciones relacionadas
El término inflación se refería originalmente a los aumentos en la cantidad de dinero en circulación. Se utilizaba para afirmar que la emisión de moneda había sido inflada artificialmente por encima de las reservas que la respaldaban. Algunos economistas siguen utilizando la palabra de esta manera.
Otros conceptos económicos relacionados con la inflación son:
Deflación: caída en el nivel general de precios (índice de inflación negativo).
Desinflación: descenso en la tasa de inflación.
Hiperinflación: espiral acelerada fuera de control de la inflación.
Estanflación: combinación de inflación, crecimiento económico lento y alto desempleo.
Reflación: intento de elevar el nivel general de precios para contrarrestar las presiones deflacionarias.
Métodos de reducción de la inflación
Se han usado y sugerido diferentes métodos para detener la inflación.
Políticas monetarias:
Hoy en día, la herramienta principal para controlar la inflación es la política monetaria. Los bancos centrales pueden influir significativamente en este sentido fijando una tasa de interés más alta y reduciendo la masa monetaria. Normalmente a un objetivo de tasa de alrededor del 2% a 3% anual, y dentro de un rango objetivo de baja inflación, en algún lugar entre el 2% al 6% anual.
Hay una serie de métodos que han sido sugeridas para controlar la inflación. Los bancos centrales como la Reserva Federal de EE.UU. pueden afectar la inflación en gran medida a través de las tasas de interés y ajuste a través de otras operaciones.
Las tasas de interés y crecimiento lento de la oferta monetaria son las formas tradicionales a través del cual los bancos centrales combaten o previenen la inflación, a pesar de que tienen diferentes enfoques.
Por ejemplo, algunos persiguen un objetivo de inflación simétrico, mientras que otros sólo controlan la inflación cuando se eleva por encima de un umbral aceptable.
Las políticas monetaristas enfatizan una tasa de crecimiento del dinero constante y moderado. Los keynesianos hacen hincapié en la reducción de la demanda agregada durante la expansión económica y el aumento de la demanda durante las recesiones para mantener la inflación estable.
El control de la demanda agregada se puede lograr combinando la política monetaria y la política fiscal (aumento de los impuestos o reducción del gasto público para reducir la demanda).
Tipo de cambio fijo:
Bajo un régimen de cambio de divisas fijo, el valor de la moneda de un país queda vinculado al valor de otra moneda o una canasta de otras monedas (o, a veces a otra medida de valor).
Un tipo de cambio fijo se utiliza generalmente para estabilizar el valor de una moneda, vinculándolo a otra moneda más estable. Puede ser utilizado como un medio para controlar la inflación. Sin embargo, cuando el valor de la moneda de referencia sube o baja, lo mismo ocurre con la moneda vinculada. Esto esencialmente significa que la tasa de inflación en el país, tipo de cambio fijo se determina por la tasa de inflación de la moneda a la que se vincula.
Un tipo de cambio fijo impide que un gobierno utilice la política monetaria nacional a fin de lograr la estabilidad macroeconómica.
Adicionalmente, puede exponer a los países al peligro de ataques especulativos.Con el acuerdo Bretton Woods, la mayoría de los países usaba tasas fijas al valor del dólar de EE.UU. El acuerdo se rompió en la década de 1970, y los países poco a poco se volcaron a tipos de cambio flotantes. Sin embargo, en la última parte del siglo 20, algunos países que sufrieron procesos hiperinflacionarios volvieron temporalmente a un tipo de cambio fijo para estabilizar sus monedas.
Esta política se utilizó en muchos países de América del Sur (por ejemplo, Argentina (1991-2002), Bolivia, Brasil y Chile).
Patrón oro:
El patrón oro es un sistema monetario en el que los medios de intecambio de bienes y servicios es papel-moneda que puede ser convertida libremente en cantidades de oro preestablecidas (u otros objetos con valor de mercado como por ejemplo, plata).
El patrón especifica de qué forma el respaldo en oro se lleva a cabo, incluyendo la cantidad de especie por cada unidad de papel moneda.
La propia moneda no tiene valor intrínseco, sino que es aceptada por los comerciantes, ya que pueden ser redimidos por la cantidad en especie equivalente. Un certificado de plata EE.UU., por ejemplo, podría ser canjeado por una verdadera pieza de plata.
El patrón oro fue abandonado parcialmente a través de la adopción internacional del sistema de Bretton Woods. Bajo este sistema todas las demás monedas importantes fueron atadas a tasa fija con el dólar, que a su vez estaba atado al oro a razón de 35 dólares por onza.
El sistema de Bretton Woods se rompió en 1971, y la mayoría de los países empezaron a utilizar tasas flotantes entre el papel moneda y el respaldado.
Las economías basadas en el patrón oro rara vez experimentan una inflación por encima del 2 por ciento anual. Bajo el patrón oro, la tasa de largo plazo de la inflación (o deflación) queda determinada por la tasa de crecimiento de la oferta de oro en relación con la producción total. Los críticos argumentan que esto puede provocar fluctuaciones arbitrarias en la tasa de inflación, y que la política monetaria quedaría fijada esencialmente por las políticas de minería.
Algunos autores creen que esta política contribuyó a la Gran Depresión, mientras que otras teorías, como la monetarista y la austríaca, disienten.
Las hipótesis sobre las causas de la Gran Depresión son motivo de controversia.
Control de precios:
Otro método utilizado a lo largo de la historia para intentar frenar la inflación es el control sobre los salarios y sobre los precios. Este método fue implantado, por ejemplo, por el gobierno de Nixon al principio de la década de 1970 con resultados negativos.
En general, la mayor parte de los economistas coinciden en afirmar que los controles de precios no alcanzan sus objetivos de estabilidad de precios y son contraproducentes pues distorsionan el funcionamiento de una economía, promueven la escasez de productos y servicios y disminuyen su calidad, entre otros efectos.
Otro problema es que el control de precios y salarios es difícil en la práctica y requiere demasiados recursos de inspección y sanción para que dichos controles no sean burlados por los agentes económicos. A su vez, la imposibilidad de aumentar los precios en un período de aumento de los costos de producción provoca escasez de bienes y servicios.
Los gobiernos frecuentemente intentan remediar la escasez mediante subsidios a los bienes y servicios que perdieron rentabilidad por el incremento de costos y precios fijos.
Autor:
Jhonner Velandia