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Salud Integral (página 2)

Enviado por Rolando Leal


Partes: 1, 2

2. Armonía con nuestros semejantes

La armonía con nuestros semejantes se logra cultivando el arte de la convivencia, en pensamientos, palabras y acciones. Debemos aprender a pensar positivamente de los demás, ver lo bueno y noble que hay en ellos, no juzgar ni criticar negativamente a nadie.

El hecho de que sean diferentes a nosotros no significa que estén mal, simplemente ellos ven el mundo de manera distinta que nosotros.

No hablar mal de nadie, ni burlarnos de lo que hacen o dicen, desarrollar la tolerancia, la paciencia, la compasión y todas las cualidades positivas que se nos han enseñado desde tiempos inmemoriales por los Grandes Maestros de la humanidad.

"Ama a tu prójimo como a ti mismo.

No hagas el mal, pero haz el bien.

Practica la inofensividad y el desapego".

Estos son algunos principios éticos de todos los tiempos, hay que practicarlos, no importa que tan difícil parezcan, hay que intentarlo siempre, vale la pena todo esfuerzo que hagamos en esta práctica del arte de la convivencia humana. Este día bendeciré a todos mis hermanos con los cuales la vida me ponga en contacto. Aceptaré y comprenderé a cada quien según su punto de vista, no trataré de cambiar a nadie. A todos los saludaré con afecto y cariño de verdad. Escucharé atentamente cuando alguien me hable, lo miraré a los ojos con suavidad y respeto. Hablaré con dulzura y sabiduría, diciendo siempre la verdad, sin dañar a ninguna persona. Pensaré siempre lo mejor y reconoceré todo lo bueno y noble que vea en mis semejantes. Me armonizaré con cada uno, según lo que cada quien necesite de mí. Aprenderé a perdonar cuando alguien no reacciona como yo espero o deseo. Incluso si me agreden o me dañan, los perdonaré de todo corazón porque no saben lo que hacen. Viviré este día para el bien de todos los seres. "Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y cuiden todo lo bueno: En el amor entre hermanos: demuéstrense cariño unos a otros. En el respeto: estimen a los otros como más dignos. En el cumplimiento del deber: no sean flojos.

En el espíritu sean fervorosos, y sirvan al Señor. Tengan esperanza y estén alegres. En las pruebas sean pacientes. Oren en todo tiempo. Bendigan a quienes los persigan: bendigan y no maldigan. Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No busquen las grandezas, sino que vayan a lo humilde. No se tomen por unos sabios. No devuelvan a nadie mal por mal; procuren ganarse el aprecio de todos los hombres. Hagan todo lo posible, en cuanto de ustedes dependa, para vivir en paz con todos".

(La Biblia: Romanos 12.9-18).

3. Armonía con uno mismo

Para alcanzar la armonía con uno mismo, es menester conocernos más, lo cual se puede lograr con la auto-observación constante.

La vida es una escuela maravillosa que nos brinda la oportunidad de estar aprendiendo siempre, de nosotros depende ser malos, regulares o buenos estudiantes.

Estos estudios son para convertirnos en discípulos conscientes, que buscan siempre la superación personal en todos los aspectos y niveles de la existencia. Cultivemos los 10 principios de la salud integral:

  1. Alimentación balanceada. 2. Respiración consciente. 3. Ejercicio moderado. 4. Higiene y terapias naturales. 5. Descanso y relajamiento. 6. Trabajo constructivo. 7. Control emocional. 8. Pensamientos positivos. 9. Fuerza de voluntad. 10. Actitudes y valores de tipo espiritual.

    Viviré este día con toda intensidad. Cuidaré mi cuerpo lo mejor posible, sólo le daré alimentos sanos y nutritivos. Respiraré profundamente varias veces al día, haciendo de este proceso algo consciente y productivo. Haré algo de ejercicio, tendré una sana disciplina que seguiré con entusiasmo y placer. Utilizaré el poder del agua como bebida y como aseo, aprovechando sus cualidades salutíferas con conocimiento y comprensión. Sabré descansar cuando llegue el momento, relajándome totalmente para sentir la paz, la armonía y la alegría interior. Trabajaré honradamente, con el propósito de servir a mis semejantes desinteresadamente. Controlaré mis emociones, no permitiendo que nada perturbe mi bienestar total, me llenaré de amor universal para todos los seres. Tendré sólo pensamientos constructivos y positivos, desarrollaré mi inteligencia estudiando algo trascendente. Fortaleceré mi fuerza de voluntad con decisiones que me acerquen al logro de mis grandes ideales. Y por último tendré una actitud positiva ante la vida, cultivando los valores eternos. "Por eso tu deber es: armonía con las leyes espirituales-naturales, tal vez preguntes, ¿cuáles leyes?

Estas leyes están contenidas en la esencia de la enseñanza que se ha vertido a través de los Grandes Maestros, que han venido al mundo indicando el camino y la verdad que conduce a vida eterna, en todos los libros considerados sagrados se encuentran inscritas a fuego estas leyes inmutables, y en el centro de tu propio ser están contenidas todas las leyes unificadas en la gran ley". (Rolando Leal: ESCRITOS DE UN BUSCADOR DE LA VERDAD, Mensaje 12.5).

Del Libro: EL SENDERO DE LA PAZ Y LA ARMONÍA INTERIOR

 

 

 

Autor:

Rolando Leal

http://www.centrosi.org/

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