- Introducción
- El liberalismo salvaje
- La Sociedad de bienestar
- El sistema de planificación estatal socialista
- Hacia una teoría de racionalidad económica
- ¿Cuál es el origen de la pobreza?
- Hacia una teoría racional de la economía y las finanzas
- Mi propuesta de legislación de los capitales
- Simulación de progreso económico y social
- ¿A qué a conducido la voracidad financiera?
- Soñaremos con un nuevo paradigma financiero internacional
INTRODUCCION
La sorprende reacción producida por mi modestísimo y corto artículo del 7 de enero de 1998 NUEVO PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA. EL INDIO AMARTYA SEN ES EXPERTO EN HAMBRUNA Y POBREZA, por primera vez publicado en el diario el Mundo de Madrid y reproducido por un gran número de medios de comunicación latinoamericanos, entre ellos por los Cuadernos de Economía que edita el Departamento de Teoría y Política Económica, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional , Santafé de Bogotá, Colombia, me han movido a profundizar en este tema que considero crucial para ofrecer nuevos puntos de vista y estrategias para salir de la pobreza y al mismo tiempo proponer un paradigma nuevo en cuanto a las finanzas que pudiera contribuir a la estabilidad de este extraño mundo de los valores cuantificados en cifras. En realidad, la decisión de escribir un ensayo al respecto nació precisamente en Estocolmo ese año 1998 al conocer personalmente a Amartya Sen cuando la entrega de los Nobeles, eventos que yo desde 1975 veía siguiendo muy de cerca por mi amistad con varios miembros de la Academia sueca de la lengua. Ya entonces sonaba una campanilla en mi cerebro con la frase "el mundo va camino del colapso financiero", es decir, como un castillo de naipes construido con billetes de todas las denominaciones. En ese entonces consideré esa sensación como producto de una de mis premoniciones, en lugar del resultado de estudios serios y racionales sobre las causas y efectos que conllevan, o al desarrollo económico exponencial, al subdesarrollo sostenido, o a la contracción en espiral de la economía. En ese firme convencimiento, que todo el entramado de piezas de naipes financieros tarde o temprano caería bajo su propio peso, en los 2000 llevé el tema hasta el interior del Partido laborista de Irlanda, en el cual milité cuando me conquistaron en Estocolmo para trabajar como profesor para el Departamento de educación de Irlanda. Propuse en ese entonces, con vistas al Congreso nacional laborista del 2001 un programa de co-financiación estatal para promover el acceso a la educación técnica y superior de un mayor número de gente de menores recursos. El Comité de propuestas laborista rechazó mi moción con la argumentación que "Irlanda no necesita de eso". Duro fue para los laboristas reconocer públicamente diez años después que había sido bastante estúpido rechazarla justo cuando el país contaba con los recursos financieros para poner esa reforma en práctica. La crisis financiera en el 2010 estaba golpeando a la república mucho más fuertemente que a todos los demás países del área Unión Europea por la simple razón que los irlandeses no aprovecharon los excedentes monetarios para industrializar ellos mismos a su país. La estampida de las empresas extranjeras dejó un sinnúmero de hoyos económicos en la tierra, las ciudades y los bolsillos de los irlandeses. Estamos hablando del llamado "milagro irlandés" para la prensa europea y "el tigre irlandés" para la orgullosa prensa económica irlandesa, que consistió en la liberalización en .cuanto a trámites para el establecimiento de nuevas empresas y al mismo tiempo en ayudas para la contratación de personal, además de mucha generocidad impositiva.
Desde mi punto de vista, todo lo anterior demostraba que no se podía poner todos los huevos en la canasta de las inversiones extranjeras, sino que el camino para salir de la pobreza – e Irlanda lo era y en mucho – tenía que ser un poco ecléctico: entre el liberalismo salvaje que persigue solamente la ganancia rápida y fácil; la llamada Sociedad de bienestar socialdemocrática; y el dirigismo de la economía política de planificación socialista, el cual frena e impide el desarrollo natural de las micro y macroeconomía. ¿Cuál podría ser ese cuarto camino en medio de los tres antes mencionados, pero tomando distancia con aquellos en cuanto a métodos y fines? Antes de esbozar esta nueva teoría, es importante que recordemos las características positivas y negativas de cada uno de estos sistemas económicos.
El liberalismo salvaje.
El primer lugar se debe aquí recordar que el liberalismo salvaje económico, siendo el más efectivo en cuanto a la acumulación de riqueza, para hacerse valer y establecerse en el mercado, en su sistema empresarial "pasa por el cadáver de su competidor". Por cada una empresa que triunfa, por el camino van quedando varios miles de otras con el consiguiente desperdicio de recursos, además de crecientes psicopatías en las cuales casi invariablemente caen los derrotados. A la postre no son solamente las empresas e inversores exitosos quienes tienen que pagar los platos rotos, sino que es también todo el resto de la población por el camino de los impuestos para sufragar a los desplazados, enfermos, desocupados y las empresas mismas, que tarde o temprano terminan solicitando auxilio financiero del Estado. ¿Es apoyando la competitividad extrema una forma inteligente de proveerse de los productos necesarios? Se abre el debate.
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