Lo fantástico en Borges y Cortázar: Ilusión y realidad en "Las ruinas circulares" y "La noche boca arriba"
Enviado por Rosana Rosana
Introducción
Leer a Borges y a Cortázar juntos implica plantear una circulación distinta de los textos, considerando las analogías y las diferencias respecto a su concepción de lo fantástico. Para esto, necesitamos diseñar dispositivos de lectura que nos permitan trazar nuevos lineamientos para su interpretación.
Teniendo en cuenta esto, consideramos que Borges y Cortázar inauguran una nueva etapa de la narrativa fantástica del siglo XX. A pesar de que se diferencian en cuanto a los modos de representación, ambos comparten la necesidad de evidenciar la precariedad del asentamiento mental de la realidad. Mediante el tema de la ilusoriedad de la realidad, postulan la irrealidad de lo creemos real, instaurando el efecto fantástico. Ciertamente, la función de lo fantástico consiste en iluminar por un instante lo que existe dentro y fuera del hombre, y crear una incertidumbre acerca de toda la realidad.
Tomando en consideración este aspecto, nos interesa ver el tratamiento de la ilusoriedad de la realidad, en la narrativa de dichos escritores, reparando en la temática del doble y el efecto fantástico. Para esto, partimos del concepto de obra abierta[1]que se presenta al receptor como una suma de posibilidades de interpretación. Esta noción nos permitirá analizar comparativamente los cuentos de los mencionados autores a partir de la perspectiva del lector. De este modo, inscribiéndonos en la multiplicidad de interpretaciones que permite la lectura, examinaremos la afirmación de que Borges y Cortázar insinúan la existencia de un orden paralelo a la realidad circundante, un orden que amenaza corromper el mundo conocido.
En el presente trabajo nos proponemos indagar acerca del carácter fantástico en dos relatos breves, intentando demostrar de qué manera se fisura el orden racional en la literatura fantástica. Más específicamente, pretendemos inquirir acerca de los procedimientos por los cuales las fronteras entre el sueño y la vigilia se desdibujan en dos cuentos de Borges y Cortázar: "Las ruinas circulares" y "La noche boca arriba".
Para cumplir con este propósito, hemos estructurado el presente trabajo en dos partes, correspondientes a cada cuento en particular. Es importante mencionar que abordaremos nuestro análisis desde los postulados teóricos de Mieke Bal, acerca de texto narrativo. Emplearemos la delimitación de dos niveles: el de la fábula- constituido por la categorías de tiempo, lugar, personajes y acontecimientos- y el nivel de la historia. – que incluye la ordenación de los acontecimientos, el punto de vista y el narrador. Por último, expondremos las conclusiones arribadas.
R. D. M
Neuquén, Febrero de 2001
– I –
Borges
El cuento de Borges, 'Las ruinas circulares', trata de un hombre que, luego de haber soñado a otro hombre y de haberlo impuesto a la realidad, descubre que él también es soñado por otro ser al que desconoce. Como veremos más adelante, en este relato, se problematiza la relación sueño / vigilia, a partir del acto de soñar.
Este cuento aparece incluido en una sección titulada "El jardín de senderos que se bifurcan", en Ficciones[2]Podemos observar que, desde el marco metatextual, se establece un pacto de lectura puesto que el título del volumen apela a las formas literarias. Esto implica leer los relatos como creaciones e invenciones.
Precisamente, esas creaciones ponen en evidencia la ilusoriedad de la realidad. Recordemos que Borges concibe el mundo como un caos, hermético e ininteligible, al que el hombre no tiene acceso mediante el lenguaje. Esto se debe a que el lenguaje es un sistema convencional y, por ende, autosuficiente, que permanece ajeno a la realidad que designa y nombra. Borges considera una falacia de la gnoseología suponer que existe una correspondencia entre el lenguaje y la realidad. Lo único cierto para él son las construcciones que el lenguaje crea como mundos autónomos. Al respecto, en "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", dice Borges: "[los metafísicos de Tlön] juzgan que la metafísica es una rama de la literatura fantástica" (436). Esto se condice con su visión de la literatura como la única certeza sobre el mundo, como un sistema cuyos elementos los proporciona el lenguaje. Borges construye narraciones "simbólicas" que pretenden sostener la ilusión de realidad. Por lo tanto, los límites entre la vida y la ficción se borran: "El visible universo era una ilusión […] Los espejos y la paternidad son abominables […] porque lo multiplican y lo divulgan"(432). De esta manera, Borges concibe el espejo como el símbolo de la irrealidad.
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