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Shakespeare y Cervantes: vida, obra y comparaciones (página 2)

Enviado por Broda Favio Noel


Partes: 1, 2, 3

Muchos han destacado en estas obras al concepto aristotélico de la tragedia: que el protagonista debe ser un personaje admirable pero imperfecto, con un público capacitado para comprender y simpatizar con él. Ciertamente, cada uno de los personajes trágicos de Shakespeare es capaz de ejercer el bien y el mal. La representación siempre insiste en el concepto del libre albedrío; el (anti)héroe puede degradarse o retroceder y redimirse por sus actos. El autor, en cambio, los termina conduciendo a su inevitable perdición.

Comedias

Entre las características esenciales de la comedia shakespeariana encontramos la vis cómica, la dialéctica de un lenguaje lleno de juegos de palabras, el contraste entre caracteres opuestos por clase social, sexo, género o poder (un ejemplo representativo sería La fierecilla domada, también traducida a veces como La doma de la bravía); las alusiones y connotaciones eróticas, los disfraces y la tendencia a la dispersión caótica y la confusión hasta que el argumento de la historia desemboca en la recuperación de lo perdido y la correspondiente restauración en el marco de lo natural.

El panorama de la comedia supone además la exploración de una sociedad donde todos sus integrantes son estudiados por igual de forma muy distinta a cómo es vista la sociedad en sus obras históricas, montadas sobre la persecución maquiavélica del poder ("una escalera de arena", a causa de su vaciedad de contenido) y el trastorno del orden cósmico divino que el rey representa en la tierra. Como galería de tipos sociales la comedia es, pues, un espacio más amplio en Shakespeare que el trágico y el histórico y refleja mejor la sociedad de su tiempo, si bien también resalta en este campo el talento del autor para crear personajes especialmente individuados, como el bufón y arquetipo de lo sanchopancesco llamado Falstaff.

Capítulo 3

Miguel de Cervantes

Miguel de Cervantes Saavedra, novelista, poeta y dramaturgo español (*1547 – †1616). Nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y murió el 22 de abril de 1616 en Madrid (fue enterrado el 23 de abril y popularmente se conoce esta fecha como la de su muerte).

Es considerado la máxima figura de la literatura española. Es universalmente conocido, sobre todo por haber escrito El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, que muchos críticos describen como la primera novela moderna y una de las mejores obras de la literatura universal. Se le ha dado el sobrenombre de Príncipe de los Ingenios.

Poesía

Cervantes se afanó en ser poeta, aunque llegó a dudar de su capacidad, como él mismo dijo antes de su muerte en Viaje del Parnaso:

Yo que siempre trabajo y me desvelo

por parecer que tengo de poeta

la gracia que no quiso darme el cielo

Se han perdido o no se han identificado casi todos los versos que no estaban incluidos en sus novelas o en sus obras teatrales; aunque se le suele llamar inventor de los versos de cabo roto, en realidad no fue él. Cervantes declara haber compuesto gran número de romances, entre los cuales estimaba especialmente uno sobre los celos.

En efecto, hacia 1580 participó con otros grandes poetas contemporáneos como Lope de Vega, Góngora o Quevedo en la imitación de los romances antiguos que dio origen al Romancero nuevo, llamado así frente al tradicional Romancero viejo del siglo XV, el cual era anónimo.

Inicia su obra poética con las cuatro composiciones dedicadas a Exequias de la reina Isabel de Valois. Otros poemas fueron: A Pedro Padilla, A la muerte de Fernando de Herrera, A la Austriada de Juan Rufo. Como poeta sin embargo destaca en el tono cómico y satírico, y sus obras maestras son los sonetos Un valentón de espátula y greguesco y Al túmulo del rey Felipe II, del cual se hizo famoso los últimos versos:

Caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

La Epístola a Mateo Vázquez es una falsificación escrita por el erudito decimonónico Adolfo de Castro, como asimismo lo es el folleto en prosa El buscapié, una vindicación del Don Quijote escrita también por este erudito. Asentó algunas innovaciones en la métrica, como la invención de la estrofa denominada ovillejo y el uso del soneto con estrambote.

Teatro

Dadas sus penurias económicas, el teatro fue la gran vocación de Cervantes. Escribe que cuando era mozo «se le iban los ojos» tras el carro de los comediantes y que asistió a las austeras representaciones de Lope de Rueda. Sin embargo, su éxito, que lo tuvo, pues sus obras se representaron «sin ofrenda de pepinos», como dice en el prólogo a sus Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados, fue efímero ante el exitazo de la nueva fórmula dramática de Lope de Vega, más audaz y moderna que la suya, que hizo a los empresarios desestimar las comedias cervantinas y preferir las de su rival.

El teatro de Cervantes poseía un fin moral, incluía personajes alegóricos y procuraba someterse a las tres unidades aristotélicas de acción, tiempo y lugar, mientras que el de Lope rompía con esas unidades y era moralmente más desvergonzado y desenvuelto, así como mejor y más variadamente versificado.

Cervantes nunca pudo sobrellevar este fracaso y se mostró disgustado con el nuevo teatro lopesco en la primera parte del Don Quijote, cuyo carácter teatral aparece bien asentado a causa de la abundancia de diálogos y de situaciones de tipo entremesil que entreverán la trama. Y es, en efecto, el entremés el género dramático donde luce en todo su esplendor el genio dramático de Cervantes, de forma que puede decirse que junto a Luis Quiñones de Benavente y Francisco de Quevedo es Cervantes uno de los mejores autores del género, al que aportó una mayor profundidad en los personajes, un humor inimitable y un mayor calado y trascendencia en la temática. Que existía interconexión entre el mundo teatral y el narrativo de Cervantes lo demuestra que, por ejemplo, el tema del entremés de El viejo celoso aparezca en la novela ejemplar de El celoso extremeño.

Otras veces aparecen personajes sanchopancescos, como en el entremés de la Elección de los alcaldes de Daganzo, donde el protagonista es tan buen catador o «mojón» de vinos como Sancho. El barroco tema de la apariencia y la realidad se muestra en El retablo de las maravillas, donde se adapta el cuento medieval de don Juan Manuel (que Cervantes conocía y había leído en una edición contemporánea) del rey desnudo y se le da un contenido social. El juez de los divorcios tocaba también biográficamente a Cervantes, y en él se llega a la conclusión de que «más vale el peor concierto / que no el divorcio mejor».

También poseen interés los entremeses de El rufián viudo, La cueva de Salamanca, El vizcaíno fingido y La guarda cuidadosa. Para sus entremeses adopta Cervantes tanto la prosa como el verso y se le atribuyen algunos otros, como el de Los habladores.

Capítulo 4

Comparación Entre Ambos Genios de la Literatura

Puedo dar un hincapié y detallar algo que se denota muy bien en las obras de Shakespeare y de Cervantes, y es el modo de darles una personalidad, posición social, educación y culturalización a los personajes con el uso de un vocabulario particular para cada uno.

Dándonos el ejemplo de Don Quijote y de Romeo y Julieta, podemos denotar muy bien como hay 2 tipos de personajes:

  • La Alta Sociedad (también llamada Realeza) con alto nivel de culturalización, educación y respeto. (Como es el ejemplo de los personajes de Shakespeare en Romeo y Julieta, y el ejemplo del mismísimo Don Quijote en la obra que lleva su nombre)
  • La Baja Sociedad (también llamados Siervos) con bajo nivel de educación, y culturalización en general. (Como es el ejemplo de Sancho Panza en la obra Don Quijote)

En el caso de Shakespeare, él utiliza un vocabulario muy amplio y desarrollado y se los imprime a sus personajes en las obras. También se caracteriza Shakespeare por darle éste nivel sociocultural a la mayoría de sus personajes en todas sus obras.

Y en el caso de Cervantes, dado el ejemplo del Quijote, se rescatan los dos personajes, siendo uno, en algunos momentos (El Mismo Don Quijote) maleable en su vocabulario. Éste es el momento, en que Don Quijote le quiere explicar sus ideales a Sancho Panza, y utiliza un vocabulario un tanto más vulgar para lograr coincidir en su código.

Hablando un poco de las actitudes de los personajes, Shakespeare le da más Romanticismo, y seriedad a cada conversación que se establece entre los personajes; parecido pero no igual, el caso del mismo Don Quijote, en donde una pisca de humor se adentra en el relato, siendo superado mucho mas por Sancho Panza, en donde muchas de sus frases llevan algún doble sentido expresando y denotando un sano humor.

Conclusión: Shakespeare prefiere la tragedia, el amor, lo imposible, lo inalcanzable, lo puro, lo esencial, lo perfecto en pocas palabras. Mientras que Cervantes prefiere mantenerse en el marco de la buena lectura basada en buenos relatos con toques de humor camuflados.

Capítulo 5

Curiosidades

  • * Se suele decir que Miguel de Cervantes y William Shakespeare fallecieron el mismo día. Sin embargo eso es un dato erróneo, ya que aunque murieron en la misma fecha, en Gran Bretaña se usaba el calendario juliano, mientras que en España ya se había adoptado el calendario gregoriano.
  • * El Primer Ministro israelí, David Ben-Gurión, aprendió español para poder leer Don Quijote de la Mancha en su idioma original.
  • * No existen retratos reales de Cervantes. Sólo existen pinturas basadas en las descripciones físicas que el propio autor escribió.

Bibliografía

 

Alumno:

Broda Favio Noel

Fecha: 18/09/2007

17 años

Localidad: San Antonio de Litin – Córdoba – Argentina

Cursando Secundaria

Partes: 1, 2, 3
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