Descargar

Lesiones fatales ocasionadas por vehículo motor a personas mayores de 60 años en Cali, 1993-1997 (página 2)


Partes: 1, 2

 

RESULTADOS

El análisis de las lesiones fatales en accidentes de tránsito en todos los grupos de edad, ha permitido establecer claramente dos grupos de riesgo, los peatones y los motociclistas, con muy poca participación de conductores y pasajeros de vehículos, aunque la tendencia en este grupo ha venido en aumento (Figura 1).

Figura 1. Distribución de las víctimas en accidentes de tránsito. 1993-1997

Las tasas más altas de lesiones fatales en accidentes de tránsito en Cali desde 1993 hasta 1997, según los grupos de edad corresponde a los grupos mayores de 60 años, siendo 2 y 3 veces, mayor que la tasa promedio para Cali, en cada uno de los años (Cuadro 1). De acuerdo con el género de las personas implicadas, las tasas en los mayores de 60 años han sido entre 3 y 4 veces más altas, que la tasa promedio para Cali; 72% han sido hombres, con tasas 3 y 4 veces más altas que las mujeres (Cuadro 2).

El comportamiento de las muertes según el mes en que han ocurrido no muestra un patrón definido, sin embargo se observa un ligero aumento en cada uno de ellos hacia finales de año. Si se tiene en cuenta el día en que ocurre el hecho, hay un número similar de casos por día, que es un poco mayor el sábado con un promedio de 16.6 muertes y con disminución en los domingos, con 10.8 en promedio. De acuerdo con la hora en que ocurren los hechos, tienden a concentrarse en las horas de la tarde, siendo menor en la mañana y en la noche. Con respecto a la edad y el género de las víctimas se observa un mayor número de casos en los grupos entre 60 y 74 años, tanto para hombres como para mujeres. El nivel de alcohol en la sangre de las víctimas fue negativo en casi todas y osciló entre 46% y 75% del total.

Teniendo en cuenta la clase de accidente, 90% mueren por atropellamiento que es la forma como más ocurren las muertes en este grupo de edad, es decir 9 de cada 10 personas (Cuadro 3). Y la forma como se desplazaban más de 90% de las víctimas eran peatones. Al realizar la comparación con el resto de grupos de edad y con las otras clases de accidentes, las diferencias fueron significativas para todos los años, (Chi2 entre 49.4 y 118.5 , p de 0.0000000 para estos años).

Los conductores de vehículos particulares, han sido los más comprometidos, como presuntos culpables de los accidentes (Cuadro 4). Sin embargo, es importante tener en cuenta el número total de vehículos en circulación, lo que muestra una tasa mayor para los vehículos públicos (Cuadro 5).

 

Según el lugar donde ocurren los hechos, son las comunas 3 y 9, que conforman el centro de la ciudad, donde se ha presentado un mayor número de casos en este año. Al efectuar la ubicación geográfica de todos los casos sucedidos desde 1993 hasta 1997, se lograron determinar unos focos o conglomerados que se repiten año tras año sobre todo en sectores como el centro de la ciudad; la Carrera Primera que es una vía donde los vehículos desarrollan altas velocidades y posee gran amplitud, lo que hace más difícil cruzarla; la Calle Setenta, una vía periférica, por donde circula el mayor número de vehículos de tráfico pesado y la Calle Quinta, una de las vías arterias de la ciudad, de alto tráfico vehicular y peatonal, entre otros.

DISCUSIÓN

Según la clase de accidente, es llamativo el altísimo porcentaje de muertes por atropellamiento (90%) en las personas mayores de 60 años de Cali. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América en 1994 el Consejo de Seguridad Nacional informó un total de 7,300 muertes por vehículos de motor en mayores de 65 años, 79% fueron por colisión (conductor o pasajero), y sólo 21% por atropellamiento de peatones6. Un factor que puede influir en Colombia consiste en que la gran mayoría de los ancianos son peatones, hay menos ancianos que conducen automóviles que en algunos países desarrollados. Pero parece que influyen otros factores más importantes que se mencionarán más adelante.

En la mayoría de los estudios en la literatura no se mencionan tasas de mortalidad para poder compararlas con el presente estudio. El número de 499 muertes en tránsito durante 5 años (1993-97) en Cali, indica un promedio de 100 muertes por año. En un estudio de Manizales, Gómez11 informó 78 accidentes en personas mayores de 60 años durante un período de un año (1988-89), con una letalidad de 11%. Mueller et al.12 comunicaron en Washington 555 accidentes en un período de 2 años en personas mayores de 65 años, con una letalidad de 12.4%. Vestrup y Reid13 informaron 66 accidentes en Columbia (Canadá) durante un año, con una letalidad de 11.2%. En el trabajo de McCoy et al.14 se mencionaron 78 accidentes en Oxford durante 2 años, con una letalidad de 15%.

Diversos factores están comprometidos en los accidentes peatonales en los ancianos. Aquí se incluyen factores del agente, del huésped y del medio15.

El agente comprende el conductor y el tipo de vehículo. En el presente estudio se observó que hay un predominio de los vehículos particulares (40%-51%), seguido por las motocicletas (11%-31%), mientras los vehículos públicos oscilaban entre 18% y 24%. Gómez11 también encontró que cerca de la mitad de todos los vehículos eran de servicio público. Esta distribución de vehículos es similar a la informada por otros autores13,16. En el agente influye la actitud del conductor al conducir (p.e., agresividad, estilo, velocidad usual). El consumo de licor por el conductor y la alta velocidad usada en los vehículos son una combinación fatal para los peatones. Asimismo influye la cultura del predominio del vehículo sobre el peatón, donde el peatón usualmente tiene que esquivar los carros y motos, lo que debería ser al contrario, con predominio de la vía para los peatones. Baker et al.17 comunicaron que cerca de la mitad de los accidentes fatales contra peatones estaban relacionados con la negligencia del conductor al no atender las señales de tránsito o a su incompetencia para conducir el vehículo. Esto hace del conductor la persona con alto riesgo de convertirse en un agente violento. Por ello, la educación del conductor y la aplicación mas estricta de las normas de tránsito son metas preventivas esenciales.

De acuerdo con los hallazgos, la mortalidad causada por atropellamiento es mucho más alta en las personas mayores de 60 años que en personas jóvenes, pues es hasta 3 veces la tasa promedio para Cali. Las tasas de muertes por vehículo de motor en los ancianos de Cali que oscila entre 70.5 y 106 por 100,000 habitantes, son muy elevadas si se comparan con las de los estadounidenses, cuya tasa es 20 por 100,000 habitantes18. En el huésped o peatón anciano hay factores que influyen como los cambios fisiológicos por envejecimiento, las condiciones patológicas sobreagregadas, los medicamentos y los factores psicosociales15,19,20.

El envejecimiento produce cambios en los órganos de los sentidos y en el sistema nervioso. En los ojos aparece una disminución de la cantidad de luz que entra a la retina, de la acomodación del cristalino para descubrir objetos que se acercan, de la visión periférica y de la respuesta al deslumbramiento. Esto dificulta la observación de objetos que se aproximan rápidamente (p.e., un vehículo) y la adaptación a la oscuridad o ante las luces nocturnas. Respecto a la audición, la presbiacusia dificulta oir el pito o el sonido del motor de un carro que se acerca. Los cambios en los órganos de los sentidos son críticos en la penumbra vespertina, como ocurrió en este estudio donde se observó mayor número de víctimas en las horas de la tarde. El envejecimiento neuronal produce un descenso en la velocidad de conducción nerviosa y lleva a menor rapidez de reflejos y a una marcha lenta. Esto hace que los ancianos tengan dificultades en la percepción de peligros ambientales y una menor velocidad de respuesta ante los peligros percibidos.

Si al envejecimiento fisiológico se le agregan alteraciones visuales, neurológicas u osteoarticulares, problemas de los pies y trastornos de la marcha, estos otros problemas pueden alterar más la capacidad de respuesta ante el peligro y la velocidad para pasar las calles. Los problemas visuales se asocian también con caídas y dependencia en los ancianos.

Los factores psicosociales influyen también en el huésped anciano. Las actitudes del peatón anciano como la confianza excesiva en que los conductores les den la vía puede causar imprudencia al pasar las calles. Los factores de personalidad como la impaciencia, la intolerancia y la irritabilidad pueden contribuir a ser un peatón irresponsable en algunos casos. Los problemas psicológicos (depresión, ansiedad) producen usualmente distracción (p.e., pensar en otras cosas o falta de concentración) y afectan la percepción del peligro. Por ejemplo, se ha encontrado que la depresión es un riesgo para los accidentes y caídas en los ancianos. Se ha descrito el «suicidio indiferente» como una causa encubierta de algunas personas que tienen tendencia al suicidio o sufren depresión severa11. Los factores sociales como analfabetismo (no pueden leer las señales de peligro) o el ser soltero son factores de riesgo. Knudsen21 mostró que en los Estados Unidos el número de muertes por accidentes en hombres y mujeres solteros era casi el doble que en los casados.

El alcohol y los medicamentos son riesgos adicionales en el huésped anciano. El consumo de alcohol altera la capacidad de alerta y los reflejos en el peatón. En el presente estudio casi todas las víctimas tenían el nivel sérico de alcohol negativo (entre 46% y 75% del total); sin embargo, varios carecían de esa información. La capacidad de alerta se altera también por medicamentos, en forma especial los que tienen efecto sobre el sistema nervioso, o la polifarmacia (mayor riesgo de efectos adversos como hipotensión postural, disminución de reflejos, etc.). Las benzodiazepinas afectan el desempeño psicomotriz (p.e., equilibrio, control postural) en relación directa con su dosis, y esa alteración aumenta con la edad en las personas22-24. Esto se ha estudiado en ancianos saludables24, y su efecto se puede potenciar en ancianos enfermos. En los ancianos las benzodiazepinas de acción prolongada producen peor efecto si se comparan con las de acción corta. Ese efecto se estudió en los ancianos conductores de vehículos25 y, aunque hacen falta investigaciones, puede ser de importancia en los ancianos peatones.

En cuanto a las metas para disminuir las lesiones fatales en los ancianos, es necesaria la educación al peatón anciano dirigida a evitar el alcohol y el exceso de medicamentos autoformulados. Unido a esto, es esencial la educación geriátrica a los médicos para evitar formular medicamentos innecesarios (hipnóticos) o mal indicados (dosis excesivas o polifarmacia) y así prevenir problemas iatrogénicos. Estos condicionamientos hacen que los ancianos peatones sean el grupo de edad de mayor riesgo para ser atropellados por los vehículos automotores.

En el ambiente hay factores en las señales de tránsito, en el diseño arquitectónico y en las vías de la ciudad. Los cambios ambientales bruscos y la falta de familiaridad con las vías nuevas y con el cambio de vías (en otro sentido), o sin adecuada información, son riesgos adicionales para los ancianos. También hacen falta señalizaciones adecuadas o zonas protegidas para facilitar el paso de las calles por los ancianos. En un estudio hecho por Hoxie y Rubenstein2 en Los Angeles, mostró que los semáforos peatonales no tenían el tiempo suficiente para permitir que los ancianos cruzaran adecuadamente las calles. Midieron el tiempo de duración del semáforo, la distancia entre las calles y la velocidad con que cruzaban las personas jóvenes y los ancianos. Por ejemplo, 27% de los ancianos estudiados no alcanzaban a pasar la calle antes que volviera a cambiar la luz del semáforo. Los puentes peatonales podrían ser parte de la solución; sin embargo, muchos tienen barreras arquitectónicas (diseñados para personas sin discapacidad), otros tienen problemas de inseguridad que aprovechan los delincuentes para atracar a los peatones. Por ello muchos peatones prefieren correr el riesgo de atravesar a pie las avenidas a fin de no ser atracados. Adicionalmente, los ancianos que sufren de mareo, vértigo o temor a las alturas, evitan el puente peatonal.

Las barreras arquitectónicas para atravesar las calles, los obstáculos en los andenes (basura, escombros), el acceso difícil a los sitios donde el anciano debe ir a conseguir su sustento (supermercados, almacenes) y la iluminación inadecuada de las vías en la noche, son ejemplos comunes de otros problemas ambientales.

En conclusión, los ancianos en Cali tienen una tasa muy alta de lesiones fatales causadas por vehículos de motor si se comparan con otras edades y con los datos de otros estudios. También hay un exceso de muertes por atropellamiento de peatones ancianos. Para producir las lesiones, hay una combinación de factores en el agente conductor, el huésped anciano y el ambiente donde se desenvuelve el anciano peatón y el tráfico vehicular. En todos estos niveles son indispensables medidas educativas y preventivas para lograr un impacto sobre ese grave problema de esta ciudad.

SUMMARY: Accidents caused by motor vehicle are the second cause of death in elders in the United States. In Colombia, 44% of fatal victims in traffic accidents are pedestrians, more than one quarter of them are 60 years old and over, with a median rate of 53 every 100,000 persons, 85 are for men and 26 are for women. In Cali, motor vehicle accidents were in the sixth place among total deaths in 1996, with a death excess for men, specially in the 15 to 29 years old group. The head rates are in 60 years and over people, 2 and 3 times higher than the median rate in Cali, with almost three times in men if compared to women. Between 1993 and 1997, there were 499 deaths in elders, 90% of them were pedestrians who died from motor vehicle knock down. In this paper analyses of deaths occurred by motor vehicle in elders in the city of Cali are presented.

REFERENCIAS

1. Allard R. Excess mortality from traffic accidents among elderly pedestrians living in the inner city. Am J Pub Health 1982; 72: 853-54.

2. Hoxie RE, Rubenstein LZ. Are older pedestrians allowed enough time to cross intersections safely? J Am Geriatr Soc 1994; 42: 241-44.

3. Champion HR, Copes WS, Buyer D, et al. Major trauma in geriatric patients. Am J Pub Health 1989; 79: 1278-82.

4. Levy DB, Hanlon DP, Townsend RN. Geriatric trauma. Clin Geriatr Med 1993; 9: 601-20.

5. Martin RE, Teberian G. Multiple trauma and the elderly patient. Emerg Med Clin North Am 1990; 8: 411-20.

6. Evans R. Trauma and falls. In Sanders AB (ed.). Emergency care of the elder person. St. Louis; Beverly Cracom Publications, 1996. Pp.153-70.

7. Ministerio de Salud, Carga de la Enfermedad en Colombia, Bogotá, 1994.

8. Accidentalidad vial en Colombia. Fondo de Prevención Vial, Bogotá, 1996.

9. Comportamiento de las lesiones de causa externa, evaluadas por el Instituto Nacional de Medicina y Ciencias Forenses. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia, Colombia, 1995.

10. Salud en cifras. Secretaría de Salud Municipal de Cali, 1998.

11. Gómez-Montes JF. Accidentes automovilísticos peatonales en ancianos. Rev Asoc Colomb Gerontol Geriatr 1996; 10: 61-4.

12. Mueller BA, Rivara FP, Bergman AB. Urban-rural location and the risk of dying in a pedestrian vehicle collision. J Trauma 1989; 28: 91-4.

13. Vestrup JA, Reid JDS. A profile of urban adult pedestrian trauma. J Trauma 1989; 29: 741-45.

14. McCoy GF, Johnstone RA, Duthie RB. Injury to the elderly in road traffic accidents. J Trauma 1989; 29: 494-97.

15. Ham RJ, Pattee J, Marcy ML. Accidents in the elderly. In Ham RJ, Holtzman JM, Marcy ML, Smith MR (eds.). Primary care geriatrics. Boston; John Wright, 1983. Pp. 235-57.

16. Atkins RM, Turner WH, Duthie RB, Wilde BR. Injuries to pedestrians in road traffic accidents. BMJ 1988; 297: 318-25.

17. Baker SP, Robertson LS, O'Neill B. Fatal pedestrian collisions. Driver negligence. Am J Pub Health 1974; 64: 318-25.

18. Baker SP, Harvey AM. Fall injuries in the elderly. Clin Geriatr Med 1985; 1: 502.

19. Kallman H, Kallman S. Accidents in the elderly population. In Clinical aspects of aging. Reichel W (ed). 3rd. ed. Baltimore; Williams & Wilkins, 1989. Pp. 547-58.

20. Tinneti ME. Falls. In Geriatric medicine. Cassel CK (ed.). 3rd ed. New York; Springer, 1996. Pp. 787-99.

21. Knudsen K. Accident risk in middle age years and in old age. Acta Sociol 1975; 18: 36-41.

22. Cutson TM, Gray SL, Hughes MA, Carson SW, Hanlon JT. Effect of a single dose of diazepam on balance measures in older people. J Am Geriatr Soc 1997; 45: 435-40.

23. Ray WA. Psychotropic drugs and injuries among the elderly: a review. J Clin Psychopharmacol 1992; 12: 386-96.

24. Greenblatt DJ, Harmatz JS, Shapiro L, Engelhart N, Gouthro TA, Shader RL. Sensitivity to triazolam in the elderly. N Engl J Med 1991; 324: 1691-98.

25. Hemmelgam B, Suissa S, Huang A, Bivin JF, Pinard G. Benzodiazepine use and the risk of motor vehicle crash in the elderly. JAMA 1997; 278: 27-31

Carlos A. Reyes-Ortiz, M.D.1, Victoria E. Espitia, Bact. M.E.2, Luis Fernando Vélez, M.D., M.P.H.3, Rafael Espinoza. M.D., M.Sc.2

1. Profesor Asociado, Departamento de Medicina Familiar, Universidad del Valle; Geriatra, Hospital Universitario del Valle, Cali.

2. Investigador del Centro de Investigación en Salud y Violencia (CISALVA), Cali.

3. Profesor Asistente, Escuela de Salud Pública, Universidad del Valle, Cali.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente