En el subsistema de Bachillerato, en el ciclo escolar 2004-2005, específicamente en las escuelas de la UAG se registró la mayor concentración de alumnos con el 41.3%, en los COBACH 25.4%. Los estudiantes de los DGTI representaron el 17.9% de la matrícula, mientras que los de los DGTA 6.8%. En las escuelas particulares se concentró 3% del alumnado, seguido por los CECyTEG con 2.9% y por el CEBACH con 2%. Por último, en las escuelas CETMAR se registró el menor número de alumnos representando 0.7%. En cuanto al subsistema Profesional Medio, 79.8% de la matrícula fueron alumnos de CONALEP, 14.1% de la escuela de enfermería de la UAG y el 6.1% restante fueron estudiantes de los CESAEGRO.
Si bien a nivel nacional tienen varios retos, para el siguiente ciclo escolar 2011-2012, se tendrán que tener los espacios donde la cobertura no llega, insisto se puede aprovechar la infraestructura de educación básica ya instalada. Y que se utiliza sólo en el turno matutino y para subsanar la falta de maestros, las escuelas normales tendrán que reformar sus planes de estudio y ya no solo formar a profesores de telesecundaria, sino a profesores de educación media superior a través de la modalidad, telebachillerato, para ampliar coberturas y rezagos, para ello, los ayuntamientos y la organización interna hará la diferencia.
Si bien todavía hay un debate en torno a la obligatoriedad del primer grado de preescolar, de instituciones como el Instituto Nacional de Evaluación Educativa y de especialistas. Y aunque se ha pasado en cobertura nacional de 50.1% en el 2000 al 72.2% en el 2006. La obligatoriedad del tercer grado en el ciclo escolar 2004-2005 llegó al 93.5%, el segundo grado se hizo obligatorio en el ciclo escolar 2005-2006 y la obligatoriedad para que todos los niños de 3 años era en el ciclo escolar 2008-2009, sin embargo la tasa de atención a nivel nacional es de apenas el 30.3% o lo que es lo mismo 625, 897 niños de una población de esa edad de 2,066, 403.
En Guerrero, en preescolar el ciclo escolar 2002-2003 de acuerdo con datos del INEGI (2005), se inscribieron en el estado 151,472 alumnos, ese año terminaron 147,783 niños. Como en preescolar no hay reprobados, se puede decir que son niños que por diversas causas abandonaron el sistema educativo en ese año. Antes de la obligatoriedad de la educación preescolar.
En Guerrero, para el ciclo 2004–2005, la matrícula total escolarizada de nivel preescolar, ascendió a 168,272 alumnos. Se observó un crecimiento promedio anual de 4,324 alumnos, desde el año 1998 hasta el 2005. Siendo el ciclo 2004-2005 donde se presentó el mayor incremento en la matrícula (9.1% respecto al año escolar anterior), pasando de 154,921 niños a 168,272. De ese total de alumnos matriculados, 33,987 correspondieron al 1er grado, 61,511 al 2do y 72,174 al tercero, lo que significó el 20.2%, 36.6 y 43.2% respectivamente. El índice de cobertura en este nivel, fue de 73.4% rebasando el 65.5% de la media nacional.
En primaria pareciera que las cifras se han estancado. En 500 mil niños de los cuales desde hace dos décadas, reprueba el 13%, es decir más de 50 mil niños que si se parte de que un profesor gana 7 mil pesos mensuales, al año son 84 mil más un aguinaldo de 18 mil pesos, más compensaciones como bono el 15 de mayo se llegan a sumar más de cien mil pesos si a eso agregamos que hay maestros que tienen diez alumnos, el costo anual por alumno es de poco más de diez mil pesos, pero reprueba, lo que dispara los costos, en base a inversión, gasto, beneficio, lo que redunda en capital humano, da como consecuencia que es mejor destinar bonos educativos, y fomentar la escuela privada.
En secundaria hay diferencias sobre los indicadores educativos, porque lo que afecta al sistema de educación secundaria es que no en todas las comunidades rurales se cuenta con el sistema de telesecundarias, lo que afecta a la cobertura, a pesar de ser obligatoria y durante el actual sexenio, en vez de formar maestros de primaria las escuelas normales están formando a profesores de secundaria. El sistema particular no ha explorado este sistema, son muy pocos los planteles particulares, pero, los indicadores muestran la inseguridad de éstas escuelas, la violencia que impera en la educación secundaria y como tienen alumnos en una etapa de inicio a la pubertad es muy normal que suban videos a la red de peleas, y de violencia sexual.
Ahora, habría que preguntarnos si el bachillerato viene a formar parte de la educación básica, porque al hacerla obligatoria en el marco legal, también se debe pensar si deberá considerada educación básica.
Pareciera que con la legislación se resuelve un problema de desigualdad en nuestro país, pero aún con la ampliación de la cobertura en secundaria, todavía no se ha cuidado la calidad porque los resultados educativos, que muestran las evaluaciones educativas, de pruebas estandarizadas, lo que refuerza la desigualdad y disparidades educativas que existen en educación, con la ampliación de la oferta educativa obligatoria, lejos de convertirse en una opción se viene a profundizar los rezagos sociales entre los demás estados y el nuestro, porque cuando se hizo obligatoria la educación preescolar en 2002, éramos un estado que iba a la punta en cobertura en preescolar, pero a ocho años de distancia hemos ido rezagándonos, principalmente por falta de atención a éste sector, y el debate imperante ante la falta de presupuesto para educación superior y universidades y sobre la necesidad de obligar a los niños de tres años a ir a la escuela.
Con la obligatoriedad de la educación media superior, se abren nuevas brechas de desigualdad en regiones como la montaña baja donde hay jornaleros agrícolas, la subsistencia es primordial a la educación. Y los alumnos de primaria abandonan sus estudios en el afán de trabajar y qué decir de la falta de oportunidades de empleo en sus lugares de origen la migración después es hacia el vecino país del norte, donde esperan una vida mejor finalmente ¿no es ese el objetivo de la educación? Dar un mayor bienestar a la población, lo que hacen los jóvenes de los medios rurales es adelantarse en los tiempos.
Por lo que las ideas anteriores nos llevan al debate sobre la función de la escolarización y la emisión de certificados en torno a las desigualdades sociales ¿cómo convencer a los jóvenes de que es más importante estudiar, cuando lo que ellos quieren es trabajar para subsistir?, ¿Acaso el sistema educativo y las políticas de asistencia social van a financiar los estudios de éstas personas en edad de estudiar, pero que necesitan sobrevivir?
Y si las políticas públicas se deciden desde la cámara de diputados, al igual que el equipamiento de Enciclomedia y la instauración de las escuelas de calidad, lo que han provocado son profundizar las desigualdades sociales entre regiones, niveles y la educación que se imparte en los territorios subnacionales es diferente, por ello los resultados son diferentes, las políticas de los programas compensatorios no ha funcionado a casi veinte años de distancia, es decir invertir más dinero en donde hay desigualdad.
Se piensa que con emitir una legislación sin prevenir los mecanismos de financiamiento parecieran irresponsabilidades, y no se puede obligar a ir a la escuela a las personas cuando no se les ha garantizado primero un medio de subsistencia a quienes van a subsidiar sus estudios es decir a los padres de familia, sin embargo, mantener ocupados a los jóvenes de 15 a 18 años, pareciera ser una estrategia. Ya no sólo se trata de controlar lo que comen, sino de controlar también lo que hacen las personas.
No es que si quieren o pueden es ley y así debe considerarse, a partir de septiembre del próximo año, será obligatorio estudiara el bachillerato o como se le ha denominado educación media superior. Y al paso que van si en 1993 hicieron obligatoria la secundaria, en 2002-2004 el preescolar, y en éste año 2010-2011, dentro de dos presidentes de la república casi para finalizar su mandato hará obligatorio los estudios de licenciatura. La diferencia es una década por cada obligatoriedad como puede observarse, como si fuera una carrera a muerte por alcanzar a los países desarrollados, sólo como arte de magia a partir de la legislación, sin pensar en las consecuencias de ello.
En la exposición de motivos, o lo que es lo mismo en la justificación, se argumentó que miles de jóvenes en edad de estudiar su bachillerato no lo hace y lo que es peor ni trabaja, lo que obligarlos a ir a la escuela es una justificación más que impostergable, el problema es si existen en la realidad dentro de unos años la cuestión optimista en materia financiera, el problema es cómo hacerles atractiva la escuela a los jóvenes que ni estudian, ni trabajan y lo que es peor han buscado una pareja.
Los mal pensados acertarían en considerar que las brechas digitales están abriendo abismos entre los países de Latinoamérica, entre aquellos que ya han dotado de internet a las escuelas y laptops a cada uno de sus estudiantes y aquellos países que consideran que darles uniformes y útiles escolares es la octava maravilla, repito de países sudamericanos que ya están trabajando bajo el influjo de las nuevas tecnologías y han hecho suyos los principios de las metas 2021.
Más bien esa separación con mayor profundidad que habrá entre aquellos que pudieron ir a la escuela y los que no lo hicieron por falta de capital económico, porque eso de que la escuela es gratuita es una falacia al menos en la mayoría de las escuelas donde se piden cuotas voluntarias a los padres de familia y que aunque la ley lo prohíbe le condicionan la entrega de documentos si deben esas dichosas cuotas voluntarias que sirven para reparar baños o pintar la escuela porque desde la burocracia educativa señalan que no hay recursos y cómo si la mayor parte de los mismos se vaya a pago de sueldos, pero en fin.
Una interrogante que surgiría es, como obligarlos a ir a la escuela, si a los jóvenes entre 15 y 18 años no les gusta ir, porque no les parece atractiva, mucho menos un mecanismo de movilidad social, al menos que fortalecieran las carreras técnicas ya sea de la industria de la construcción, electricidad, hotelería, contabilidad, secretariado ejecutivo y tantas carreras técnicas, con opción a continuar estudiando si es que algún día hacen obligatorio el nivel superior.
Pero, el presupuesto y el manejo del mismo parecieran ser una condición exógena a los futuros demandantes de ese servicio escolar. Porque no está en sus manos el crecimiento económico del país, mucho menos controlar una devaluación. Y el presupuesto destinado al sector educativo es fundamental para poder garantizar la obligatoriedad del nivel medio superior en el corto plazo.
¿Para qué estudiar un bachillerato?, es decir, ¿de qué servirá a los jóvenes contar con un certificado de educación media superior? Si se van a insertar a un mercado laborar que está poco a poco atascándose cada vez más del comercio informal o llamado también ambulante, porque no se están abriendo paralelamente a la obligatoriedad del bachillerato opciones de empleo para éstos jóvenes que sería lo ideal, así tendría razón de ser estudiar una bachillerato técnico, al menos la zanahoria sería una fuente de empleo, las condiciones del mismo pudieran ser secundarias, pero importantes de discutir en su momento por los especialistas del tema del derecho laboral.
Partamos del hecho de que el objetivo es incrementar las desigualdades sociales, que como el discurso en materia penal es que las cárceles sirven para reeducar a los ciudadanos anormales, llamados criminales al final se convierten en escuelas del crimen, por la corrupción y formas de ejercer la penitenciaría, que hasta se escapan los reos de las cárceles de alta seguridad. Pero, qué atractiva puede resultar la escuela si se observa entre los demás que lo importante es la sobrevivencia, que es más importante la alimentación, la vivienda aunque sea en condiciones precarias, y la salud, a ir a la escuela y lo observamos con los niños en edad de estudiar la primaria en condiciones desfavorables que tienen que sobrevivir , trabajando de lavaparabrisas o vendiendo chicles a ir a la escuela y son cien mil niños en el estado, una quinta parte de los que sí van a la escuela en ese rango de edad. Y que para ellos no es que no les resulte atractiva la escuela, sino que no tienen opción o estudian o trabajan, es decir o sobreviven o sobreviven.
Negar esta situación es lamentable, porque formar capital humano genera desarrollo o es condición del mismo, pero, las políticas por ejemplo en la Montaña baja donde año con año pasando día de muertos se van al corte de jitomate a Sinaloa, y regresan casi para finalizar el ciclo escolar pero con un certificado dos años más del que se fueron, el problema es que no se trata de certificar solamente o de llenar números para el sistema educativo, es necesario repensar la función social de la escuela y su contribución al desarrollo de la región o el contexto al que regresan los jornaleros agrícolas año con año, porque no se les ha garantizado empleo que les permita sobrevivir en la región.
La obligatoriedad del bachillerato sólo generará desigualdad entre zonas económicas, no es lo mismo las regiones de migrantes, que las de producción industrial, ahí, están las condiciones para que el bachillerato sea todo un éxito, pero donde no hay maestro, ¿qué hacer? Si hay comunidades que se quejan que ni siquiera tienen maestro de primaria, cómo se puede pensar en el de secundaria, que debió ser obligatoria para todos desde hace ocho años.
La desigualdad educativa es más que evidente, no hay acceso a las tecnologías en las escuelas, a duras penas y si hay un maestro, las condiciones económicas y de educabilidad impiden que los indicadores de educación se eleven y encima, hacer homogéneo un nivel bachillerato que por ley ya es obligatorio es incrementar la inequidad educativa en las regiones económicas del país.
Autor:
Adan Ríos Parra
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