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Trabajo Práctico N° 3 – Filosofía

Enviado por Agustín Rosés

Partes: 1, 2

    1. Primera Parte
    2. Segunda Parte

    En el siguiente trabajo práctico, analizaremos diversas corrientes filosóficas que se pueden apreciar en la literatura. Comenzaremos analizando "Don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes, y concluiremos con una serie de cuentos del libro "El Hombre que ya no tenía nada que hacer", de Peter Bichsel.

    Primera Parte

    Del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

    Comenzaremos nuestro análisis citando una parte de la famosa historia de los molinos de viento, ocurrida en el capítulo VIII:

    "En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en

    aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

    -La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a

    desear; porque ¿ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o

    pocos más, desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla y quitarles a

    todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer?; que esta es

    buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la

    faz de la tierra.

    -¿Qué gigantes? -dijo Sancho Panza.

    -Aquellos que allí ves -respondió su amo- de los brazos largos; que los

    suelen tener algunos de casi dos leguas.

    -Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se

    parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos

    son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino."

    Sancho representa a la filosofía antigua y medieval, la cual es fundamentalmente realista. Lo que conocemos son cosas que existen fuera del sujeto y las conocemos tal como esas cosas son. Don Quijote también representa esta postura ya que está seguro de lo que está percibiendo. Como ambos son realistas, piensan que el conocimiento llega a las cosas que existen con independencia del sujeto. El objeto es el determinante y el sujeto, el determinado. De esta manera, ninguno de los dos duda en ningún momento del episodio sobre el conocimiento que tienen (ya sea Don Quijote con el conocimiento sobre los gigantes o Sancho con el de los molinos). Sin embargo, el autor nos hace saber la esencia del conocimiento. Nos dice que habían treinta o cuarenta molinos. Por lo tanto nos hace saber que la postura realista de Don Quijote habría de ser en realidad idealista, porque el objeto es construido por el sujeto. Los molinos no dejan de ser molinos, pero el sujeto construye gigantes.

    En "Don Quijote de la Mancha", podemos observar en el capítulo XVIII cómo el protagonista observa a lo lejos mucho polvo y ve algo que se acerca. De esto, asume que se trata de un gran ejército. No solo eso, sino que el simplemente percibir su llegada, lo dota de un nombre, inventa una guerra y los nombres de todos los héroes que lucharán en ella. Sin embargo, cuando lo que veía a lo lejos se acerca, esto resulta ser un rebaño de ovejas. El objeto nunca cambió, pero la percepción del sujeto distó mucho a la real. Aquí podemos acudir a la descripción del conocimiento que realiza Nicolai Hartmann, en donde dice que el objeto no determina al sujeto completamente, sino que sólo a la imagen del objeto que hay en él. Su aprehender al objeto puede contener espontaneidad, pero ésta no se extiende al objeto como tal, que no se altera en lo más mínimo por el hecho de ser aprehendido, sino que se endereza a la imagen del sujeto.

    Sancho Panza, el escudero, observa el rebaño acercarse y le dice al caballero andante:

    "-Señor, encomiendo al diablo hombre, ni gigante, ni caballero de cuantos

    vuestra merced dice parece por todo esto, a lo menos, yo no los veo; quizá

    todo debe ser encantamiento, como las fantasmas de anoche."

    Partes: 1, 2
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