De ahí la aparición de las diferentes religiones, antiguas y modernas, enseñadas individualmente por avatares inspirados en la revelación divina, o por lo menos así lo expresan, estos autodenominados mesías. Predican creencias y normas de comportamiento social que legitiman a la clase que detenta el poder. Las religiones se alimentan del miedo de la feligresía incauta. Como consecuencia de esto, aparece una divinidad que regula y normaliza las relaciones sociales de producción; amenazan con un severo castigo para los transgresores, y promete un premio divino a sus seguidores. Por tal motivo, todo gobierno en el mundo encuentra un aliado y cómplice a la religión para sus propósitos de dominio y explotación del pueblo. En estas condiciones, todas las divinidades enseñadas por las religiones del mundo son falsas, pues coadyuvan a un fin político. Esto también, aplica para todos los credos políticos con pretensiones mesiánicas. Por otra parte, también, hay un interés político en confundir la religión con la espiritualidad. Sobre todo en, los todavía existentes, estados teocráticos del mundo. Descalifican como ateo, al no prácticamente de un rito religioso. Llega a tal grado este fanatismo religioso, que se aplica este mismo calificativo, al que no profesa la religión oficial. Observamos que las religiones son las causantes, en mayoría de los casos, de las divisiones entre los pueblos del mundo. Son las detonantes de muchas guerras santas. Por esta razón, el Nobel José Saramago, afirma que si todos los seres humanos fuéramos ateos, quizás habría menos guerras en el mundo. Porque en realidad, se puede ser muy espiritual, y no pertenecer, necesariamente, a ninguna religión. Por consiguiente, se puede ser muy espiritual, y no venerar a ningún dios antropomórfico. Ya veremos cómo es posible, tener un alto desarrollo del nivel de la conciencia, sin estar matriculado en ninguna secta, o religión, pues de éstas se pueden tomar los ritos sagrados, si así se desea, para socializar, sin necesidad de descalificar a ninguna. La espiritualidad une a las personas y a los pueblos. Una muestra palpable del hombre espiritual, es el respeto a la diferencia, sea ésta de carácter religioso, político, racial, cultural, etc. El que es sectario e intransigente con sus creencias religiosas, corresponde a un atraso en su nivel espiritual. En este sentido el orden natural del universo y de la vida, da muestras de la pluralidad en la naturaleza, pues hay diversidad y también, coexistencia armónica con la diferencia. La variopinta de las formas naturales y la diversidad de las ideas en el mundo, es la que genera las dinámicas en el Universo. Si todo fuera uniforme, en cuanto a las estructuras físicas, las creencias, los colores y las leyes naturales no fueran dinámicas y complementarias, todo el universo sería terriblemente rutinario y estático. La diferencia enriquece y mueve al universo. Se puede ser muy espiritual cuando se respeta la sacralidad de la vida y se reverencia la armonía del cosmos, a pesar de la diversidad. Podemos encontrar la divinidad en nosotros mismos y en el otro, inclusive en el muy diferente a nosotros. Po eso, la espiritualidad es dialéctica. La Ciencia, no obstante, que no lo explica todo, nos esboza el origen del universo y de la vida, en una forma tal, que sentimos, reverentemente, la chispa divina en nosotros y en todo lo que vemos. Escuchemos pues, lo que nos dice al respecto:
Nebulosa Hélix, el ojo de Dios. Lo que el hombre ve, refleja lo que siente y piensa, y lo que piensa no es sino un reflejo de lo que quiere ver. De acuerdo a nuestro marco de referencia interno, buscamos a Dios en el cielo, en las galaxias.
MATERIA VERSUS ANTIMATERIA
A partir de la gran explosión, o el Big Bang, hace unos trece mil quinientos millones de años aproximadamente, se desplegó el espacio-tiempo como un continuo inseparable de la Naturaleza, y también, con el brotaron emparejadas las partículas y antipartículas de los componentes fundamentales de la materia. Los teóricos de la Mecánica Cuántica, afirman que esto se debió a la liberación de la energía que se encontraba confinada y colapsada en un punto de densidad infinita, denominado técnicamente, un punto de singularidad. Llamado así, porque las leyes de la naturaleza que conoce la Física actualmente, no dan respuesta, así sean teóricas, de lo que ocurría antes de este punto primordial. En este caso, las leyes de la Ciencia, también, colapsan. No hay respuesta científica, a la pregunta dónde estaba el espacio-tiempo antes del Big Bang, ni mucho menos, se da razón de la naturaleza de sus componentes. Los Físicos infieren simplemente, que las cuatro leyes fundamentales, (conocidas hasta hora), del Universo: La gravitación, el electromagnetismo, la interacción débil, y la interacción fuerte, eran una sola ley en los comienzos del universo. Pero a partir del Big Bang, esa única ley, se fracturó, se discriminó, y además, especializó para atender sus respectivos campos en la creación de la materia y la expansión del espacio-tiempo. Tal como lo comprueba la teoría de la Relatividad, el espacio-tiempo, es un continuo en la Naturaleza, pues están unidos fenoménicamente, y no son entidades separadas como lo perciben nuestros sentidos; sin embargo, se aplica, como categorías independientes, y muy exitosamente, en la mecánica de Newton. La Teoría de la Relatividad, relaciona la masa y la energía del universo con el espacio-tiempo en los fenómenos gravitacionales, como consecuencia de ello, los cuerpos masivos distorsionan el espacio-tiempo de su entorno. La materia, tal como la vemos hoy, se engendró en la matriz del campo cuántico unificado de la naturaleza, a partir de la eterna fluctuación de las partículas y antipartículas, como entidades primordiales. En la colisión, de estas partículas virtuales se originaron las explosiones locales donde se aniquilaron y dieron como resultado una gran energía: E, ahora, a partir de esta E, (energía), se crea la materia, de acuerdo a la relación de equivalencia entre energía y la masa de Einstein: E=mc2, si despejamos "m", nos queda m=E/c2, como masa efectiva. Estas partículas y antipartículas, tienen signos contrarios, son inestables en sus cargas y, además, tienen un recorrido aleatorio en el campo cuántico. Pero cuando colisionan entre sí, originan, como ya lo afirmamos, una masa "m" estable en la Naturaleza, con ello apareció el primer elemento simple. Si sumamos estas infinitas masas singulares, sus conjuntos son atraídos por la ley de gravitación, formando, así, los grandes cúmulos y galaxias que observamos en las noches adornadas con infinitas estrellas, constituidas por todos los elementos simples que conocemos de la Tabla Periódica. No podemos detectar, con la tecnología actual, la antimateria porque el sector del universo que habitamos, se compone de masa o materia en equilibrio, como un producto marginal de las grandes explosiones locales de antimateria versus materia de los múltiples universos. No obstante, las leyes de la Mecánica Cuántica, permiten teorizar, que así como hay universos de materia estable, también, existen universos de antimateria. La existencia de unos da sentido y vigencia a los otros, por la ley de la interacción de los contrarios, formando así, a los multiversos y estos fenómenos imprimen la dinámica de los mundos y además, originan la dialéctica de la Naturaleza. Ya que desde un principio, hasta el final de todos los tiempos eternos, siempre habrá cambio y movimiento en la vida, pues nada es estático, sino que todo está en un equilibrio dinámico permanente.
Inmediatamente después del momento de la "explosión", cada partícula de materia comenzó a alejarse muy rápidamente una de otra, de la misma manera que al inflar un globo éste va ocupando más espacio expandiendo su superficie. Los físicos teóricos han logrado reconstruir esta cronología de los hechos a partir de un 1/100 milésima de segundo después del Big Bang. La materia lanzada en todas las direcciones por la explosión primordial está constituida exclusivamente por partículas elementales, origen de los elementos simples de la materia.
Tratemos de ver esto de otra manera y llevemos esto a un común denominador: los componentes básicos de la materia. Y devolvamos el asunto nuevamente. De acuerdo a la relación de equivalencia entre la energía y la materia, matemáticamente podemos decir: E=mc2, lo cual extrapolando todo en el universo, sus estructuras materiales, finalmente, son energía pura. Corroborado por los descubrimientos experimentales de la Mecánica Cuántica, los componentes finales de la materia, son paquetes de energía fluctuando eternamente. Estos paquetes de energía de la materia tienen su longitud de onda y frecuencia vibratoria correspondiente de acuerdo a la naturaleza de los elementos simples que la componen; en eso, pienso, que todos estamos de acuerdo. Ahora bien, rompamos el esquema físico, y hagamos preguntas metafísicas: me pregunto, ¿por qué no, también, el pensamiento, que es parte del tejido de la naturaleza, no tiene su propia longitud de onda y frecuencia vibratoria correspondiente que interactúa con las ondas de materia? Creo que un pensamiento, es un paquete de energía e información con un significado y propósito concreto, extraído de la cantera del universo. Esta premisa, nos lleva a inferir: si todo en el universo es energía, entonces, todo es mente. Y seguimos complicando las cosas, pero me consuela citar al Buda: mente y materia son dos formas distintas de una misma y una sola cosa. Lo cual nos indica, que lo intuyó este sabio hace más de XXV siglos, apenas, comenzando el siglo XXI, lo comprobaron experimentalmente los laboratorios de Física de Partículas: que la materia, en su último extremo, se forma de paquetes de energía e información, y cuyos componentes básicos carecen de masa. Pudiéramos decir, que son entidades espirituales, simetrías matemáticas, o ideas puras, ya que éstas son la esencia y causa de todas las cosas en el universo, de modo similar a como lo postuló Platón en el Timeo. Algunos físicos del CERN, en Ginebra Suiza, (desde su marco de referencia deísta), denominan, a estas hipotéticas entidades, las partículas de Dios, porque con ellas, más miles de millones de tiempo evolutivo, se construye todo en la naturaleza. Pero igual, un físico materialista, diría que se trata de las partículas primarias de la eterna materia. Y entraríamos en un círculo tautológico. Según la teoría del físico británico Peter Higgs, estas partículas intrínsecamente no tienen masa. Al carecer de ella, no tienen extensión, ni forma física. Según éste científico, el Universo está impregnado de un campo, (el campo cuántico unificado de la naturaleza), que ofrece resistencia a las diferentes partículas y en esta interacción les otorga la masa. Con las interacciones, (bosones), entre los componentes del campo, (fermiones), del vacío atómico, se construye toda la materia del universo.
Siendo así las cosas, tal como lo enseña la Ciencia, Dios, y si así lo queremos ver, pueden ser esas partículas, o entidades primordiales que postula el físico inglés, Peter Higgs, o también pudiera ser, la esencia divina de nuestro Ser, que es mente y la materia a la vez, manifestada en forma infinitamente sutil, según lo hemos demostrado en párrafos anteriores. Somos espíritu, mente y materia a la vez. Porque además, en última instancia, la esencia o naturaleza extrema de la materia, podría ser igual a la misma naturaleza del pensamiento, o de la idea que es la esencia y la causa de todas las cosas del universo, para decirlo nuevamente de la forma platónica. De una manera asombrosa, y por demás premonitoria, Shakespeare, afirma que estamos hechos de la misma substancia que de la de los sueños y que finalmente, nuestra pobre vida acabará siendo un sueño eterno. Dios, no es una figura humana, algo así, como el reflejo de la proyección de nuestras mentes ansiosas y delirantes en la búsqueda de una entidad externa, que nos garantice seguridad en este mundo y la salvación eterna en otra vida. De todas maneras, no es como la mente del ego lo quiere mostrar para atribuirle todas las gracias, favores y los desastres del mundo. Este es un comodín mental, para evadir nuestras responsabilidades ante la vida. Si en ara de la discusión, aceptamos la enseñanza Bíblica: .." hechos a su imagen y semejanza", esta imagen no es de la forma, sino de la esencia, y esta, por lo visto, es de naturaleza espiritual. El espíritu conduce a la mente y ésta a la materia. Desde un punto de vista espiritual, nosotros estamos pensando que nuestros pensamientos afectan la realidad y por lo tanto nuestra vida entera. Son diferentes niveles de vibración como se manifiesta la realidad del ser humano. En un primer nivel, está el espíritu, que nunca ha nacido, ni morirá; en un segundo, está la mente individual articulada con la mente de la naturaleza; en el tercer nivel, esta la materia que la conforman todos los elementos simples de la Tabla Periódica y construyen todas las estructuras físicas del universo. Estos tres componentes configuran la naturaleza humana, y cada nivel tiene sus propias leyes. Por ejemplo: las leyes de la materia no operan, o son inocuas, ante la naturaleza del espíritu o de la mente. Los dos primeros niveles: espíritu y mente, trascienden las fronteras del espacio-tiempo; el tercer nivel, la materia, sus leyes, están confinadas en las coordenadas tetra dimensionales. Si tomamos conciencia de lo anterior, entonces, somos dioses, porque tenemos los atributos divinos para crear nuestra propia realidad. Acompañados de la ley inviolable en la Naturaleza: la relación de causa-efecto. Que es la encargada de pasar la factura, los pesos y contrapesos, por todos nuestros actos. No hay juicio, ni castigo divino, solamente, hay libre albedrío y la ley de causa y efecto que nos hace responsables por todos nuestros actos. Lo demás, son inventos del hombre para someter al hombre.
Autor:
Néstor Jaramillo Hernández
15 de Mayo de 2010
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