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Políticos y Financieros Latinoamericanos

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. Los prejuicios del hombre
    2. Este Dios, era un dios pacífico, veraz y discreto.…

    La miseria oculta: El político y el financiero dominicano y latinoamericano. Por qué temen vivir fuera del país: Una teoría personal

    Fujimori retornó al Perú para ser juzgado — ¿Por qué, si, como ciudadano japonés pudo vivir sin problemas en la tierra de sus antepasados?

    Fidel vive en Cuba, donde todos lo odian — hecho constatado por la magnitud del éxodo de sus compatriotas — que fueron desengañadamente engañados por su revolución apócrifa — Pero ahí vive pretendiendo ser amado.

    Fidel, ¿amado y respetado? ¿Por quién?

    Chávez, Evo, y los mamarrachos históricos que lastiman sus países — ¿dónde irán a pasar el resto de sus vidas cuando sus fortunas cesen?

    No, con "care’piña", léase Manuel Noriega, ni con el dominicano Salvador Jorge Blanco, que retornó para ser víctima de un indulto, que, más que ofensivo — fuera deshonorable.

    Nuestros países son machistas y eso conduce a las dictatorías — no porque los machos son hombres fuertes — sino porque los machos no son hombres, y son, ¡débiles! Aquí que hablen los "guapos del mundo" los que cogen los gallos por el pichirrí…

    Payasos

     

    Los prejuicios del hombre

    Una de las cosas que más sorprenden es la manera peculiar y extraña con que los seres humanos manifiestan sus prejuicios naturales.

    Por ejemplo, los árabes y los israelitas, descendientes bíblicos del mismo fruto bíblico de Noé, y vinculados, de íntima manera, por nexos genéticos y geográficos, hacen todos los esfuerzos posibles para diferenciarse entre ellos.

    No solamente establecen diferente culturas, creencias religiosas y cocinas étnicas, sino que se empecinan en erigir límites territoriales cuyos "sagrados" principios justificaran la creación arbitraria del estado de Israel, las presentes jihads, las cruzadas religiosas, la división de la Palestina y la detonación suicida del mártir del momento.

     

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