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Circus – Los Esteros de Camilo

Enviado por luis jose cereijo


Partes: 1, 2

    Relato: Circus – Monografias.com

    Esteros

    Camilo nació junto a los esteros de Ipoa. Su abuela, una suerte de curandera del vecindario, solía hablar con las plantas y los animales, que naturalmente parecían no contestarle. Ella fue la primera en notarlo. Este nieto es superdotado-dijo- cuando escuchó a los pocos meses de su nacimiento que pronunciaba algunas palabras. Sus padres Juan y Francisca lo adoraban como a un hijo normal, sin prestar demasiada atención a sus dotes especiales. Para ellos era simplemente su bebé. Sin embargo, la abuela insistía y meses después, no dejaba de admirar al niño, someterlo a pruebas de calidad mental, memoria retentiva y su capacidad de relacionar y organizar experiencias. A los cinco años, no solo la abuela se admiraba, sino su abuelo también, que en su carrera docente, como maestro rural, nunca había conocido a un niño con semejante precocidad, de ese poder intelectual, inteligencia y creatividad. Asistió a la escuela, superando a los niños normales , haciendo en dos años lo que debía hacer en seis. Se lamentaban que no existiese un ámbito mejor de estudios para niños como él, para aprovechar semejante precocidad. Corría el año 1863 cuando Camilo cumplía doce años.

    El mundo colonialista ,convulsionado en guerras y litigios, poco podía ocuparse de niños superdotados, pese a que Mozart, Shubert, Mendelssohn, Brams, Dvorak y Strauss lo habían sido, regalando a una humanidad indiferente el dechado encantador de su música inmortal

    Camilo, a esa edad, después de una cacería, había tenido la experiencia de quedarse solo en medio del estero y sentir por primera vez la sensación del miedo profundo. Sin embargo, regresó con el convencimiento que esa aventura lo había templado un poco mas, quizá sintiéndose menos niño..Con cierta hombría, como esos viejos cazadores del monte, que regresaban, sucios, desalineados ,cargados de cueros, cecina y un aire particular de sentirse vencedores de peligrosas aventuras. Sin embargo, su mamá , lo miraba con la misma expresión de siempre, sonriente de felicidad ante su presencia. Su tío, hermano menor de Juan, había cumplido el precepto familiar. Cuando terminaban la escuela , debían ir a vivir unos meses con el abuelo José en el monte , que había sido maestro rural y campesino hasta que no pudo sostener un arado en sus brazos.

    El transito de la niñez a la juventud implicaba tener que pasar unos meses con él , como un deber que les daría la dureza suficiente para hacer frente a los desafíos de la vida. Francisca había mandado una mujer a cuidar al abuelo, pero como en otras oportunidades , no había podido aguantar a "ese viejo bellaco" . Su tío en su momento había regresado como si hubiera estado en el infierno, con una expresión desencajada, como lo había dicho su propio hermano por aquellos años. El abuelo estaba ahora mucho mas viejo y quizá mucho mas ladino y pesado que en otras épocas.

    Días antes de partir, se encontró con su amiga Ana para despedirse. Sentados sobre las piedras junto al arroyo con los pies en el agua fresca y cristalina, se miraron en silencio pese a sentir que tenían muchas cosas que decirse. Algunos pájaros cantaban en la arboleda en medio del chillido de las chicharras que auguraban mas calor. Abejas y mariposas danzaban sobre macizos de flores junto al agua . El cielo azul límpido, el sol a pleno y el aire quieto se impregnaba

    de olores dulces de flores y miel.. Camilo se aproximó para mirarla a los ojos y al sentir su aliento, instintivamente se besaron abrazándose. Se deslizaron en el suelo de tierra colorada y rodaron hasta el agua, donde chapoteando jugaron como chiquillos alegres. Ana se recogió el cabello mojado en una actitud muy femenina , dejando expuesto su cuello grácil, delicado, ante la mirada extasiada de Camilo. Después, recostados, vieron los blancos nubarrones, correr por un cielo luminosamente azul , presagiando la frescura de un chaparrón de verano..Todo parecía maravillosamente hermoso. Desde la copa mas alta de los árboles , las plantas florecidas , hasta los guijarros y la tierra humedecida en carmín.. SE quedaron observando una larga fila de hormigas presurosas, cargando pequeños trozos de hojas. –Míralas – Todas son una.- Abuela me decía que en realidad el ser vivo no es solo la hormiga aunque lo parezca, sino su comunidad.-

    -Me acuerdo de tu abuela.. Era extraña…Mamá decía que hablaba con las plantas..- -Si, así era mi abuela. Hablaba con los árboles como si fueran una persona y con las plantas de su jardín, donde pasaba horas , cuidando sus rosales como si fueran pequeños animalitos y sabes .? Su jardín era un pequeño paraíso y sus flores, las mas grandes y coloridas que se hayan visto..-

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