Formación docente en TICs

Introducción

En los procesos de enseñanza–aprendizaje que se desarrollan en los contextos educativos, el maestro es una figura clave y determinante para la calidad y eficacia en que se transmiten los aprendizajes.

Con estos nuevos paradigmas que implican de integración de las tecnologías de la información y comunicación, el maestro sigue ejerciendo un papel predominante y fundamental para el desarrollo de aprendizajes significativos.

No obstante, este nuevo paradigma al que me refiero, demanda un total cambio de concepciones, de metodologías, incluso la forma de concebir la realidad, y este cambio, a su vez, genera nuevos retos en los que el profesor asume nuevos roles acarreados por esta sociedad de la información. El maestro se traslada de ser un simple transmisor de información a un orientador de procesos, creador de recursos, y sobre todo en innovador de metodologías y estrategias que sean capaces de sacar el mayor partido a estas nuevas tecnologías. Ante estas facilidades de acceso a excesivas informaciones, el maestro asume la responsabilidad de orientar al alumno a un buen uso de todas estas arrolladoras informaciones y conducir a la transformación de esta información en conocimiento.

Contenido

Ante este paradigma, de la integración de tics en las aulas, como en todos los cambios, surgen numerosas resistencias por parte de los docentes y esta resistencia puede deberse a múltiples variables.

En República Dominicana, el dominio que poseen la gran mayoría de docentes con relación a recursos tecnológicos es muy deficiente. Esto, es otro elemento fundamental que provoca esta resistencia. En ocasiones por la edad del personal docente, que podríamos introducirlos en el nivel de inmigrantes digitales, y en otras ocasiones, por carencia de formación en este sentido.

En la sociedad actual resulta bastante fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren (siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan las adecuadas competencias digitales; en este caso: estrategias para la búsqueda, valoración y selección de información). No obstante, y también a diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que plantean continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC, estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo…) para crear el conocimiento preciso que les permita afrontarlas con éxito.

Estos elementos, entre otros, son los que hacen asumir al formador nuevos papeles. No simplemente de explicar unos conocimientos que estarán siempre accesibles, de otro modo, el formador debe ayudar a los alumnos a aprender a aprender, y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas aprovechando la inmensa información

Cada vez se abre más paso su consideración como un mediador de los aprendizajes de los estudiantes, cuyos rasgos fundamentales son (Tebar, 2003):

– Es un experto que domina los contenidos, planifica (pero es flexible)…

– Establece metas: perseverancia, hábitos de estudio, autoestima, metacognición…; siendo su principal objetivo que el mediado construya habilidades para lograr su plena autonomía.

– Regula los aprendizajes, favorece y evalúa los progresos; su tarea principal es organizar el contexto en el que se ha de desarrollar el sujeto, facilitando su interacción con los materiales y el trabajo colaborativo.

– Fomenta el logro de aprendizajes significativos, transferibles…

– Fomenta la búsqueda de la novedad: curiosidad intelectual, originalidad. Pensamiento convergente..

– Potencia el sentimiento de capacidad: autoimagen, interés por alcanzar nuevas metas…

– Enseña qué hacer, cómo, cuándo y por qué, ayuda a controlar la impulsividad.

– Comparte las experiencias de aprendizaje con los alumnos: discusión reflexiva, fomento de la empatía del grupo…

– Atiende las diferencias individuales

– Desarrolla en los alumnos actitudes positivas: valores…

Es cierto que el profesorado necesita adquirir las competencias instrumentales básicas para usar los equipos, los programas, los recursos disponibles y especialmente cómo usar todos estos medios para su integración en el desarrollo del currículo. Hay autores, como Julio Cabero, que apuntan el error cometido en la formación del profesorado relativo a una visión demasiado técnica e instrumental. Con ello se refieren a que se les ha enseñado demasiado el uso de programas informáticos y poco a que sepan incorporarlos a la práctica didáctica y curricular. No podemos dejar de reconocer la necesidad de ese conocimiento instrumental de programas ofimáticos y aplicaciones básicas, puesto que sin ellas es imposible integrarlas en los procesos de enseñanza. Sin embargo, más complejo es adecuar las metodologías necesarias que integren estos recursos al currículo. En definitiva, la formación del profesorado debe abarcar varios tópicos que complemente su formación con respecto a tics. Es como lo sintetizan Julio Cabero, Ana Duarte y Julio Barroso 1997 con relación a estas líneas generales:

 En los procesos de enseñanza-aprendizaje debemos apropiarnos de las herramientas tecnológicas que la sociedad desarrolla, introduciéndolas como medios que posibiliten la comunicación eficaz en las aulas. Como estas herramientas no fueron creadas con fines pedagógicos, la escuela debe adaptarlas a las exigencias y peculiaridades de los procesos educativos que en su seno se desarrollan, desde una perspectiva innovadora. Se habla de conocer con detenimiento las nuevas tecnologías, saber utilizarlas e introducirlas en la práctica educativa de forma racional y mirando siempre la ejecución de objetivos netamente educativos. Las nuevas tecnologías potenciaran un cambio sustancial en el futuro de la educación. (Carrasco Dávila, 2008).

Aunque las herramientas no fueron creadas con fines pedagógicos, en la actualidad existe una gran variedad de recursos que son particulares, incluso por áreas del conocimiento. Tampoco podemos evadir la posibilidad del maestro de crear sus propios materiales adaptados a sus necesidades.

Dávila, también hace una relación de los contenidos que deben abordar la formación del profesorado en tics:

?         Ampliación de tratamientos interdisciplinares.

?         Aprendizaje de situaciones reales.

?         Colaboración con centros educativos y empresas comunicativas.

?         Desarrollar la motivación del usuario.

?         Diseño de los modelos de experimentación.

?         Formación para un uso critico de las Nuevas Tecnologías.

?         Realización de las propuestas didácticas en el aula.

La tendencia de estos contenidos va más allá de una rutinaria clase en el aula. Las nuevas metodologías innovadoras que demandan estas tecnologías, supone una ampliación o ruptura de barreras en el aula. Es decir, el aprendizaje no se produce aislado. El maestro se relaciona con otros centros, con otros profesores, comparten saberes, experiencias, recursos, entre otros. Es una de las grandes ventajas que nos ofrece el empleo de las nuevas tecnologías en la educación.

Un maestro que no comparta experiencias, y que no interactúe, sino que se mantiene aislado; no puede desarrollarse como profesional, ni mucho menos promover el desarrollo de su grupo.

Cebrián de la Serna, 1995 afirma:

"Hoy, la calidad del producto educativo radica más en la formación permanente e inicial del profesorado que en la sola adquisición y actualización de infraestructura"

Frecuentemente, nos encontramos ante las grandes inversiones en el equipamiento de las escuelas de recursos tecnológicos, sin tomar en cuenta una previa y permanente formación del profesorado. Este es el motivo del fracaso de numerosos intentos de mejorar los procesos de enseñanzas a través de tics.

Es más fácil hacer inversiones en dotación de infraestructura, que en ocasiones tiene fines políticos; que crear metodologías y proyectos de integración en los que el personal docente se vea directamente involucrado.

Lo más importante es dar las herramientas necesarias a los maestros, con relación a estrategias metodológicas y obviamente la formación instrumental básica e incentivarlos para que sean los mismos docentes que promuevan, a través de proyectos de intervención, la integración de tics en sus procesos de enseñanza. Es así como pueden permanecer vigentes y dar resultados los intentos de mejora en la educación.

Estos intentos fallidos a los que me he referido anteriormente pueden ser un instrumento útil para analizar las competencias que necesita la educación de hoy en día y lo que necesita en el futuro para adaptarse en la medida de lo posible a los nuevos cambios en la sociedad de la información.

(Cebrian 2005) "Podemos ayudarnos mirando el pasado reciente y ver los pronósticos que se hicieron, después analizar el presente si se cumplieron, saber qué ha funcionado y que no, y reflexionar entonces para el futuro"

A partir de este enunciado, analizaremos las competencias que según Cebrian necesitan ser atendidas para la integración tics:

1) Conocimientos sobre los procesos de comunicación y de significación de los contenidos que generan las distintas TICs, así como, un consumo equilibrado de sus mensajes.

2) Conocimientos sobre las diferentes formas de trabajar las nuevas tecnologías en las distintas disciplinas y áreas.

3) Conocimientos sobre planificación y organización de TICs en el aula y centro.

4) El futuro docente debería poseer criterios válidos para la selección de materiales, así como conocimientos técnicos suficientes para permitirle rehacer y estructurar de nuevo los materiales existentes en el mercado para adaptarlos a sus necesidades.

5). Conocimiento técnico a nivel de usuario.

6). Saber elaborar nuevos materiales desde y para diferentes soportes.

7). Autoformarse a través de la red, en cualquier espacio y tiempo.

Estas competencias aluden a un total cambio de perspectiva en la formación docente; que abarca desde su conocimiento técnico a nivel de usuario, hasta lograr una autonomía en el aprendizaje del alumno.

En este punto, podemos llegar a pensar que el papel del maestro irá perdiendo vigor a través del tiempo, ya que cada vez, aparentemente, se percibe menos necesaria la intervención del maestro en los procesos de aprendizajes con el aumento de las tics en educación. No obstante, si analizamos profundamente esta perspectiva. El maestro no deja de ser un eje principal en el desarrollo de los aprendizajes, más bien, considero que el rol que debe asumir es más complejo, por lo que requiere de más esfuerzo y dedicación.

A pesar de que en la mayoría de los contextos, el objetivo de las tecnologías es facilitar y agilizar todos los procesos, es decir, hacer la vida más cómoda a los sujetos. Sin embargo, el adaptarse a estos nuevos procesos en educación sugiere un esfuerzo mayor y por lo visto, con el paso que llevan estas tecnologías de la información, sería imposible adaptarse del todo a su ritmo. Por lo que el maestro necesita una formación permanente en la que se vayan actualizando las competencias y metodologías necesarias que estén acordes con las necesidades pedagógicas.

Ahora bien, si el docente adquiere unas competencias necesarias para el uso de tics en las aulas y las acoge de manera adecuada, esto le facilitará, tanto al maestro como al estudiante desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje y en definitiva se obtendrán mejores resultados.

Fuentes bibliográficas

?         Cabero, J.; Duarte, A. y Barroso, J. La piedra angular para la incorporación de los medios audiovisuales, informáticos y nuevas tecnologías en los contextos educativos: la formación y el perfeccionamiento del profesorado. EDUTEC. Universidades de Sevilla, Huelva y Extremadura (España).

?         Carrasco Dávila, Alan. 2008. El papel docente ante las TICS. El Salvador.

?         Cebrián, M. (1995): "Una nueva necesidad, una nueva asignatura"- Comunicación presentada al II Congreso de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (EDUTEC, 95). Palma de Mallorca, 22 al 24 de noviembre. Material policopiado.

?         Cebrián, M. (2003). Análisis, prospectiva y descripción de las nuevas competencias que necesitan las instituciones educativas y los profesores para adaptarse a la sociedad de la información. Revista de Medios y Educación.

?         Cebrián, M. (Coord.) (2005). Tecnologías de la información y la comunicación para la Formación de docentes. Madrid: Pirámide.

?         Tébar Belmonte, L. (2003): El perfil del profesor mediador. Aula XXI, Santillana, Madrid

Autor:

Prof. Gerson De Paula M.A.

Máster TICs en Educación, Universidad de Salamanca.