- Tema. Objetivo
- Justificación
- El humor de la televisión Argentina
- Análisis de "Todo x $ 2"
- Reportajes
- Mi humilde opinión
- Conclusiones
- Bibliografía
Tema:
Este trabajo se enfocará en investigar por qué motivo el humor absurdo no perdura en la televisión argentina. Cuando alguien no se ríe del mismo programa que nosotros, pensamos que no lo entiende, es el objeto ideal de esa sospecha de incomprensión. "Todo x $ 2" es un programa para hacerse adicto o permanecer indiferente. Es humor de código, de transformar en absurdo un pedazo de la vida cotidiana, esos códigos son los de la televisión misma.
Objetivo:
Analizar el contenido, el humor absurdo, sus protagonistas (Diego Capusotto y Fabio Alberti), los cambios de canales que sufrió y los motivos por los que el género se encuentra fuera de pantalla.
Justificación:
Cualquier persona que lea éste trabajo va a poder conocer a fondo (para mi gusto) uno de los mejores programas de humor absurdo de la televisión Argentina, mediante investigaciones y entrevistas a las personas que realizaron dicho programa.
Y hasta poder lograr que la gente pueda llegar a entender el humor "bizarro".
Siempre me gusto el humor. Recuerdo que de chica miraba esas series de Warner Channel, con historias típicas, de familia de clase media alta; "El príncipe del rap", "Tres por tres", "Paso a paso", "¿Quien manda a quien?"; o dibujitos como "La pantera rosa" o "Tom y Jerry". La TV por cable alimentó toda mi niñez con éstos y otros programas, que, por lo general, eran de países extranjeros, pero universales por su popularidad.
No tengo que hacer mucha memoria para recordar algún programa de humor nacional, algunos me motivaban tanto como para soportar todo el día solamente para volver a casa y sentarme a verlos. Mi mamá me prohibió ver "No toca botón", pero lo veíamos con mi papá a escondidas. Esos domingos que llovían y no podía ir al club veía "La familia Benvenuto"; no entendía mucho de lo que decía Tato Bores, pero era muy simpático, igual que Gasalla o "Juana y sus hermanas", programas que, quizás, en la adolescencia, hubiese disfrutado mucho más que en la infancia.
De adolescente, haciendo zapping, descubrí a un gordo disfrazado de Batman que me causó mucha gracia, y al que le podía entender todo -o la mayoría- de las cosas que decía. "Cha cha cha" siempre me pareció increíble, el programa perfecto, el más parecido a la realidad. No lo pensaba como algo absurdo ni bizarro; sino distinto, nacional y me hacía reír más que ningún otro programa.
Ya no miro "El Chavo del 8" porque ya no me causan gracia los mismos chistes capítulo tras capítulo; empecé a ir al club después de almorzar para poder ver "Poné a Francella", pero ya es historia pasada; y tengo que ver fragmentos de "Todo x $2" en Youtube, o del compilado en DVD que compré en el Parque Rivadavia.
"Todo x $2" fue el programa que resumió el humor nacional de todos los tiempos, en mi generación. Suena exagerado, y quizás lo sea porque no fue tan popular, aceptado o entendido.
No hizo falta detenerme a pensar qué iba analizar, sentí que tenía que elegir "Todo x $2" porque: fue un programa que con simpleza y sin producciones millonarias hizo algo novedoso y atractivo. Porque lo disfruté y entendí (por una cuestión de edad) mucho más que a cualquier tipo de programa que haya visto antes de éste; y por sobre todo porque es el programa que más me hizo reír.
Personal:
Elijo este tema porque me gusta el humor, debo decir también que fui a canal 7 como espectadora y me asombró la forma con la que trabajaban, es como que todos los del estudio están en otro mundo, juegan y participan con los protagonistas, y así da gusto trabajar.
Hipótesis:
El placer que da reírse es extraordinario. El humor pertenece definitivamente al mundo de las ideas y es inmenso con la capacidad menor de hacer llorar. Es un placer racional puro, en el que la realidad que nos hace sufrir se ve tan lejana que los que participan en ella no parecen nuestros semejantes. Por eso, descifrar por qué no nos reímos de las mismas cosas (o una misma cosa no hace reír a todos) sería tan valioso como explicar las claves de la infelicidad humana.
CAPÍTULO 1
El humor de la televisión Argentina
El humor de la televisión argentina se caracteriza por la presencia de tres ejes principales, entre los que circulan préstamos de chistes, recursos y estilos. La primera, el humor televisivo en sus primeras décadas, tiene orígenes bastante lejanos y mezclados: el circo criollo, el sainete, el teatro de comedia y de revistas, el balneario, la radio. La televisión también llevó a su pantalla una segunda vertiente, la del relato y el chiste de provincia. Y la tercera surgió en espacios críticos de la TV, como el café-concert o los teatros del "under" de los años sesenta. Era un humor más sofisticado, enfrentaba tabúes tradicionales de la sociedad argentina y, asociado de algún modo al contexto internacional del pop, comenzó a expresarse en relación con un público de clase media que poseía un nivel educativo medio o alto. La agudeza de su estilo tenía un zafado signo modernizante. El estilo de humor argentino, tal cual se lo conoce hoy en día, no es más que el resultado de un largo proceso de evolución en el cual participaron grandes figuras. Personajes que gracias a su genialidad y constante creatividad, supieron adaptarse a las situaciones actuales, generando así las bases para el desarrollo de productos actuales. Llegando a evolucionar en los noventa donde el humor acentúa sus componentes costumbristas y paródicos de la actualidad. Argentina generó grandes humoristas de todos los estilos, hubo desde ácidos, fascinantes, intelectuales hasta picarescos. El cómico atraía la atención de todo el público y paraba al país cuando era su hora. Los grandes solían triunfar en radio, en TV, en teatro y en el cine. Las nuevas generaciones, hoy en día no conocen a los grandes clásicos humoristas argentinos y eso no está bien ni mal, ya que si le mostráramos algún programa de humor clásico a algún adolescente probablemente no le cause gracia. En cambio en la televisión de hoy en día son los adultos los que no entienden los chistes.
El humor en la actualidad
Hacer humor en la Argentina no es tarea sencilla. Mucho más complicado si se tiene como principal meta hacer reír al público, consecuencia lógica que le quita el sueño a cualquier humorista. La TV argentina es un claro ejemplo de la complicada labor que por estos días resulta robarles una sonrisa a los espectadores. De hecho, los programas de humor fueron desapareciendo gradualmente de la pantalla chica y no por culpa de programadores o productores, sino por falta de ideas y capocómicos de peso. Los programas que ironizan sobre la propia televisión desplazaron a los clásicos ciclos de sketches. Por qué se llegó a una comicidad sin capocómicos. El uso del archivo desplazó al humor de sketches, que dominó unas tres décadas de nuestra televisión. Ahora se espera cretinismo, cinismo, ironía y burlarse incluso de la iglesia y la muerte. El humor hecho con materiales ajenos dominó a la televisión: Duro de domar (Canal 13), TVR (Canal 13) y RSM (América), esto hizo desplazar a los capocómicos. ¿La evolución del humor de archivo "recuperó" nuestra risa? Al menos se sabe que es una risa que viene de otras batallas. Ya el humor se instaló en magazines, programas políticos y hasta en noticieros. Antes, cada canal tenía su capocómico porque el humor era una manera de afrontar la realidad desde otro ángulo. A la televisión ahora pareciera que no le interesa. Para que el humor sea popular debe haber remate. El humor elaborado requiere otra producción y todo lo que vemos como humor se hace con poca plata. Es fundamental el planteo, el nudo y el desenlace. Acá hay un par de cómicos estrella como Dady Brieva o Guillermo Francella, pero hacen falta autores estrella". Francella, tal vez nuestro último capocómico, hizo con éxito "Pone a Francella", tenía personajes de la tradicional comedia de sketches. Sin embargo, su protagonista fue absorbido por la sitcom en "Casado con hijos".
La falta de humor en la televisión
Muy atrás quedó la época en la que la TV estaba inundada de ciclos humorísticos encabezados por capocómicos, desde Pepe Biondi, Dringue Farías, Alberto Olmedo, Juan Carlos Altavista, la troupe uruguaya de Telecataplum y hasta Tato. De hecho, a excepción de Guillermo Francella, el medio local atraviesa una alarmante falta de capocómicos. El humor en TV tiende a desaparecer por un problema de costos. En esta TV de estrellas, los guionistas de humor quedaron olvidados. Hace años, detrás de cada programa de humor había un equipo de cinco o seis guionistas. En cambio, hoy el peso del humor descansa el humorista. No sólo por un recorte presupuestario, sino porque muchos no aceptan el guión escrito por otro. No hay lugar para los guionistas, ni tiempo, ni plata, tampoco hoy hay tantos capocómicos como antes. Son los costos los que marcan las tendencias televisivas. Los canales empiezan por ahorrar dinero en los guionistas, en los capocómicos y terminan haciendo ciclos de entretenimientos. Un programa de humor, sin un equipo de guionistas detrás, tiene que recaer frecuentemente en la improvisación o la repetición. Los costos hacen muy difícil llevar a cabo un buen programa humorístico, con un destacado elenco de actores. Hacer un programa diario de humor es un riesgo muy grande en relación con un género como la telenovela, que puede enlatarse y venderse al exterior.
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