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Tareas docentes, una vía para favorecer el aprendizaje en la educación politécnica


Partes: 1, 2, 3, 4

    1. Introducción
    2. La asignatura Base de la Producción Agropecuaria II en el proceso de enseñanza aprendizaje de la Especialidad de Agronomía de Montaña
    3. La interdisciplinaridad en el aprendizaje del Bachiller Técnico
    4. Tareas docentes para favorecer el aprendizaje en la asignatura técnica de BPA II en la especialidad de Agronomía de Montaña
    5. Propuesta de tareas docentes para favorecer el aprendizaje en la asignatura técnica de BPA II en la especialidad Agronomía de Montaña
    6. Conclusiones
    7. Recomendaciones
    8. Bibliografía
    9. Anexos

    Síntesis

    La presente investigación parte de la determinación a través de un estudio diagnóstico, de las insuficiencias que presentan los estudiantes de 2do año de Bachiller Técnico en agronomía del IPA "Seguidores del Che" ubicado en Naranjo Agrio, lo cual limita el desarrollo de su modo de actuación en la asimilación del aprendizaje.

    Como vía de solución al problema detectado se proponen tareas docentes mediante el enfoque sistémico estructural funcional, basadas en el carácter desarrollador del aprendizaje y los contenidos de la asignatura de Base la Producción Agropecuaria II.

    Este resultado se sustenta teóricamente en las concepciones teóricas del aprendizaje desarrollador, el enfoque histórico – cultural; así como en las concepciones teóricas relativas al diseño de tareas docentes y de las tareas docentes integradoras.

    El proceso de valoración de la experiencia en la aplicación de las tareas docentes desarrolladoras mediante talleres metodológicos a docentes y clases demostrativas realizadas a los docentes con un 85% de significación práctica, demostró que con su aplicación se contribuye al mejoramiento del aprendizaje de la asignatura (BPA) II en los estudiantes de 2do año de bachiller técnico en Agronomía.

    Introducción

    Es necesario preparar al hombre para vivir en una sociedad que depende cada día más de la ciencia y la técnica. Hay que entrenar la mente del alumno, desarrollar su capacidad de juicio crítico y creador, lograr que lleguen a conjugar los conocimientos, habilidades y las capacidades a partir de un proceso creativo y capacidad para identificar los problemas y encontrar los principios técnicos que son necesarios para su solución, de modo que puedan adaptarse a las cambiantes condiciones de la vida, actualizar sus conocimientos y a través del autoaprendizaje lograr una mejor comprensión de un mundo en desarrollo.

    Luego, los educadores deben ponerse al nivel de nuestros tiempos como dijera José Martí en (1887) y formar a las nuevas generaciones para que puedan transformar el mundo en uno más justo, noble y solidario, para lo cual se deben liberar de antiguas concepciones y tradicionalismo de la educación cubana. He ahí lo difícil del reto.

    En este orden se han dado pasos de avance con la implementación de la RM 595/88, más ajustada a las necesidades de aprendizaje del alumno, el permitir mayor eficiencia en la vinculación del estudio con el trabajo, que contribuyen  a la formación de las habilidades profesionales (Hernández 2000). Estas ideas cobran más fuerza con la introducción del nuevo diseño curricular (RM No.81/2006) que promueve una integración efectiva de la escuela a la esfera de la producción agrícola, a través de la empresa agrícola.

    Fidel Castro Ruz (1998), planteo: "Vivimos en un mundo interesante, excepcional, (…); un mundo en plena fase de globalización que trae problemas tremendos y desafíos inmensos. Nuestro mayor interés es que nuestro pueblo, en sus conocimientos, en su cultura y, sobre todo, en su conciencia política y científica, se encuentre preparado para ese mundo que se nos viene encima y que marcha a pasos de gigantes".

    Estas ideas corroboran el papel preponderante que juega la educación en el desarrollo socioeconómico de las naciones. La idea de la creación de una sociedad del conocimiento, más que una tendencia, parece ser ya una realidad y constituye un reto para la proyección futura del desarrollo educacional de todos los países, pero de manera particular para los de América Latina y el Caribe.

    No cabe dudas que este reto no puede enfrentarse al margen del desarrollo del hombre, que es en esencia quien gesta, promueve y produce los cambios sociales. Los sistemas educativos tienen la responsabilidad de formar los hombres capaces de tales empeños y de modo particular la Educación Técnica y Profesional (ETP).

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