Cuarteto de Eduardo Rovner y la ironía posmoderna
Enviado por Olga Martha Peña Doria
En Ibero América ha habido tres generaciones de dramaturgos en el siglo XX. La de 1924, con escritores como Rodolfo Usigli en México, Robert Arlt y Samuel Eichelbaun en Argentina, César Rengifo en Venezuela, René Marqués en Puerto Rico y José Acevedo Hernández en Chile. Si alguna particularidad los unifica es la esperanza de que su obra dramática fuera curativa para la sociedad. El gesticulador de Rodolfo Usigli, escrita en 1938 propone un personaje antihistórico, César Rubio, quien acepta el devenir histórico de otro personaje (héroe) para que se cumpla la historia con todas sus posibilidades. En Un guapo del 900 Samuel Eichelbaum, presenta el paso del siglo XIX al XX personificado por el guapo Ecuménico, personaje que se concientiza de su realidad histórica. Es decir, hay una esperanza en la sociedad y ambos autores creen que este teatro orienta la conciencia histórica y alienta el desarrollo social.
La generación de 1954 representada por escritores como Elena Garro y Luisa Josefina Hernández en México, Román Chalbaud en Venezuela, Egon Wolf en Chile y Carlos Gorostiza en Argentina fue más realista, pero elevaron una crítica a la sociedad, de tal manera, que hay un escepticismo en su obra. En la generación de 1984, compuesta por Eduardo Rovner y Mauricio Kartún de Argentina, Roberto Ramos Perea de Puerto Rico, Rodolfo Santana de Venezuela, Guillermo Schmidhuber de México y Marco Antonio de la Parra en Chile, reflejan en sus textos dramáticos una gran ironía porque la escena es una metáfora de una sociedad que parece no tener remedio. Hay una desesperanza provocada por las injusticias sociales y los cambios abruptos de gobiernos; sus personajes tienen una amplia paleta política, de ser una línea conservadora moderada pasan a una ultra conservadora o bien de una izquierda moderada pasan a una izquierda destructora. Es decir, de la democracia a la dictadura o el caos.
Dictadura | Democracia sana |
Caos | Democracia fallida |
La dictadura es la maximización del orden para evitar el caos aunque se pierda la libertad. Lo ideal sería la democracia sana que maximiza tanto la libertad como el orden El problema vivido en Argentina durante la dictadura que tuvo lugar de 1976 a 1982 provocó un caos en la sociedad, mismo que está presente en el teatro que se escribe en los años ochenta.
Una de las obras más importantes escritas en Argentina como producto de ese doloroso período es Cuarteto, (1991), de Eduardo Rovner, en la que presenta a cuatro músicos grotescos y dos personajes reales, que representan la vida artística y la vida familiar en contraposición con el ambiente dictatorial que se vive en el hogar y el grupo musical. Los cuatro músicos son representantes de la vida pequeña y mediocre por lo que tienen que recurrir a la ficción para sentirse cercanos a la genialidad. Sus múltiples ensayos para presentar un supuesto concierto televisado para festejar un aniversario más de Beethoven, es una mentira, ya que ninguno sabe tocar su instrumento, son sólo simuladores, como lo dice el hijo de Johann; solamente saben simular-tocar el Cuarteto número tres y preparan un programa que lleva por título "Beethoven, su lucha por la libertad, la paz y la alegría". Sus nombres han sido cambiados en búsqueda de seudónimos germanizados para estar más a tono con el genio de Bonn; por lo que Johann es Anselmo en la vida real, Kurt es Tito y Wilhelm es Nacho y el único que no cambia es Friedrich; pertenecen al grotesco al estar conscientes de que hay otra realidad. En cambio en el plano real están la Esposa y el Hijo de Johann quienes mueren asesinados a manos de Kurt quien ahorca a la madre y entierra el arco del violín al hijo, quedando los cuatro músicos inmutables ante el hecho. Este cosmos escénico nos lleva a observar que hay una mezcla entre el plano real y el fársico; así esta pieza de Rovner presenta la facilidad con que se puede pasar de lo real al juego y de lo normal hasta el horror. La agonía y el dolor de la esposa provoca inquietud a los músicos, pero no por conmiseración, sino porque está interrumpiéndolos en sus ensayos. Se han olvidado de ella hasta la enferma se presenta en la sala de ensayos para pedir ayuda pero la sacan y la matan.
En esta obra se puede observar un proceso muy claro entre el concepto dictadura y el de democracia al presentar una metáfora entre la libertad y el orden. Elizabeth Sánchez Garay en su libro Italo Calvino Voluntad en ironía, alude a este concepto tomando las ideas propuestas por Georg Perec acerca de la diferencia entre el free jazz y la creación literaria en la que hay dos ejes artísticos: la libertad y la ley y el jazz. El teórico explica que la improvisación del jazz permite la libertad, con la disminución consecuente del orden, pero sin llegar al caos. En Cuarteto, el dramaturgo nos está presentando una metáfora de arte completo que sería el arte en su mejor manifestación en todos los tiempos. Rovner maneja una propuesta: Democracia sana es a arte universal, como dictadura es a Cuarteto. Va a presentar una realidad extraña con la utilización de pelucas, fracs raídos, y con "músicos" que son impostores; así como la dictadura es una imposición que anuncia el progreso con una demagogia falsificada pero solo se alcanza el orden absoluto sin el tan socorrido progreso. El mensaje de la dictadura es irónico porque mientras habla sólo de logros públicos, la sociedad entiende la rigidez del sistema y la deshumanización de la sociedad. Este grupo de militares tuvo la voluntad de apoderarse del poder político "buscando un bien común," como era acabar con todo lo que pudiera parecer socialismo o comunismo. Lo que ironiza el dramaturgo es que fueron simuladores de que gobernaban con justicia a pesar de los treinta mil desaparecidos. Cuando un dramaturgo quiere llevar a la escena una dictadura, no puede presentarla con sus desaparecidos, sus cárceles y sus crueldades porque no sería creíble escénicamente, de ahí que presenta una metáfora que nos permite entender lo demoledora que puede ser una dictadura. Este concepto lo reafirma Elizabeth Sánchez Garay al explicar la obra de Cándido, de Voltaire, al decir "La única posibilidad de escapar a la determinación absoluta del exterior y los dogmas es la distancia irónica: su actitud "demoledora" hacia el conocimiento osificado va acompañada de una ironía escéptica frente a su propia afirmación" (51)
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