En esta obra se puede observar un profundo cuestionamiento al autoritarismo al presentar a dos dictadores; Johann en su hogar, al no permitir recibir llamadas del médico, maltratar al hijo, abandonar a la esposa a la hora de su agonía y permitir sin inmutarse que los asesinen; por otra parte Wilhelm, al fungir como director del grupo musical, se siente con derecho de fustigar en forma dictatorial a los compañeros para que "toquen" los instrumentos a tiempo con la entrada del disco y no se equivoquen. Wayne C. Booth en su libro Retórica de la ironía desarrolla diversas formas de ironía que pueden ser aplicadas a esta obra, como la categorización de ironía estable encubierta infinita porque si como dice Calderón de la Barca Dios es un gran dramaturgo, es irónico que haya creado un mundo violento y cruel. Así como Booth dice que Dios es el ironista supremo, Cuarteto demuestra la nula presencia de un orden divino. Lo irónico de un padre es que en vez de proteger a su hijo en esta obra, permite que lo maten; lo irónico de un marido es que cuide y vea por su esposa enferma terminal pero la deja sufrir de dolor y permite que la maten.
Johann es el que ejerce la crueldad con mayor deleite dentro del plano real y la locura dentro del fársico, al permanecer eternamente en una silla de ruedas por haber visitado la casa de Beethoven. Esta escena es una de las más grotescas de la obra al recordar junto con Kurt y Friedrich y regocijarse en el recuerdo el momento "más importante" en la vida de Johann;
Johann.- Cuando entré.. y miré las mismas paredes, los mismos muebles, los mismos cuadros que él había mirado..
Friedrich.- ¡Qué sensaciones inolvidables!
Johann.- …Cuando respiré los mismos olores que él había respirado.
Kurt.- .- (Con cara de asco) ¿Los mismos olores?
Friedrich.- ¡Es una licencia poética! ¡Bruto!
Kurt.- (Sin entender). Ahhh….
Friedrich.- Seguí, por favor
Johann.- ¡Y cuando vi el instrumento.
Kurt.- ¡Esta es la parte que más me gusta!
Johann.- (Muy emocionado) ¡El piano en el que compuso nuestros cuartetos!
Kurt.- ¡Maestro! ¡Compuso cuartetos en un piano! ¡Eso se llama muñeca!
………………………….
Johann.- Cuando vi el amarillo de esas teclas, viejas y gastadas pero orgullosas de haber sido tocadas por el genio más grande de la historia…
Friedrich.- Disculpá, Anselmo… Acordáte, lo que viene, despacito.
Johann.- Bueno… Decía: cuando vi el amarillo de esas teclas, viejas y gastadas pero orgullosas de haber sido tocadas por el genio más grande de la historia…
Friedrich.- (Indicándole). Lento y pianísimo.
Johann.- (Asiente y disminuye el tono y el tiempo) Y pude escuchar su melancólico deseo: alguien que se acerque y comparta con ellas… (Friedrich, con los ojos cerrados, va diciendo, para sí, las mismas palabras que Johann) la triste sensación de que nunca más podrán ser recorridas ni acariciadas por esas manos vibrantes, dulces, maravillosas…
Kurt.- ¡Seguí!
Friedrich.- (A Kurt) ¡No lo apures!… ¡Disfrutá la poesía del relato!… (A Johann) ¿Qué pasó entonces?
Johann.- Cuando me di cuenta… (Johann hace una seña con la cabeza y Friedrich se suma susurrando) que a quien esperaban para compartir esa sensación de desesperanza, de existencia sin sentido.. era a mí… (Pausa… Los tres se miran acongojados) decidí quedarme el resto de mis días ahí, en esa habitación sagrada, junto a ellas.
Friedrich.- (A Kurt) ¡Un mártir!
Kurt.- ¿Y?
Johann.- Me senté en el taburete y ahí me quedé…
Kurt.- Hasta que vino el guardián.
Johann.- (Asiente) Y me dijo que no podía sentarme en el taburete.
Kurt.- ¡Perro!
Johann.- Lo miré, pero no le contesté.
Friedrich.- ¿Y?
Johann.- Insistió.
Kurt.- ¿Y vos?
Johann.- Inmóvil
Friedrich.- Volvió a insistir.
Johann.- (Asiente)… Hasta que le dije que nunca más, después de haber pisado el mismo piso que pisó Beethoven, apoyaría mis pies en otro.
………………….(23-24-25)
Es decir que Johann es el que no tiene capacidad para volver al mundo real al haber quedado impactado con la casa del músico por lo que vive y revive su recuerdo con los músicos quienes repiten junto a él toda la historia que es recordada eternamente por ellos. La fuerza del recuerdo le impedirá moverse y aunque los músicos lo sacan a bailar para celebrar el próximo concierto está imposibilitado a acomodarse hasta que el director da la orden de ponerlo derecho pues no puede hacerlo por sí mismo. Esto provoca un acto volitivo en Johann que es "la negación de toda necesidad externa" ( Calvino: 39) Es decir, tuvo la voluntad de decidir no volver a caminar pero se une a la ironía de quedarse sentado en la casa de Beethoven hasta que lo sacaron cargado los guardias.
Otra forma de ironía es la deshumanización del personaje al estar en razón directa a la carencia de voluntad para cambiar ese mundo. El dramaturgo al querer crear un humano, crea homúnculos, como son los cuatro músicos. En lugar de crear personajes como grandes intérpretes de Beethoven, presenta músicos-homúnculos, mediocres que fonomiman un disco grabado. Los músicos se refugian en la música del artista alemán quien fue un autor romántico que logró triunfar en el siglo XIX pero que no tiene nada que ver con la vida argentina De esta forma nos damos cuenta que estamos ante una farsa, al distorsionar la realidad y presentar una ironía hasta con los instrumentos musicales cuando explican su origen; son "divarius" -por stradivarius-, los violines más buscados por los músicos por su calidad de sonido. Para entrar en este juego utiliza el vestuario de la época, pelucas, fracs muy raídos, y ensayan hasta la forma de tomar el arco y su posición corporal para entrar en el proceso de intérpretes de la música de Beethoven, pero solamente "saben" interpretar "Beethoven: su lucha por la libertad, la paz y la alegría"; siendo esto otra ironía al ser exactamente el opuesto de lo que hacen. Este tipo de ironía perceptible es similar a la que presenta Calvino en su obra El vizconde demediado, solo que aquí Johann se "preocupa" por llevar la libertad, la paz y la alegría a la humanidad, pero no le preocupa su familia, principalmente la agonía de la esposa y así se lo dice al hijo;
Johann.- ¿Yo egoísta? ¡Te atrevés llamarme egoísta! ¡Deberías estar orgulloso de mí y agradecerme los sacrificos que hago para transmitirle a la humanidad el mensaje de paz, amor y alegría que nos legó Beethoven!…
Hijo.- ¿Y ella?
Johann.- ¿Y ella, qué?
Hijo.- ¿No es parte… de la humanidad?
Johann.- ¡Ínfima! ¡Es parte… pero ínfima!… ¿Querés que sacrifique a todo el resto de la humanidad por ella?… ¡De ninguna manera! ¡Un árbol no debe tapar el bosque!
Hijo.- Pero… ella… ¡Se está muriendo al lado tuyo!
Johann.- (Despectivamente) ¿Cómo podés tener una visión tan limitada… tan minúscula ¡Sacáte las anteojeras, mirá más allá! ¡Subíte a la cima de la montaña y vas a ver que el mundo
llega más lejos que el pequeño horizonte que estás viendo ahora!
Hijo.- Es que…
Johann.- ¿Qué? ¿Qué vas a decir ahora? (Lo amenaza)
Hijo.- ¡Que en el mundo… que querés cuidar… está tu familia!
Johann.- Es verdad, la familia es importante… ¡Pero "la" familia, en general! ¡No la de uno!… Yo me estoy preparando para salvar millones de familias. ¿Te das cuenta?.. ¡Soy un artista! ¡Un músico que da su vida por Beethoven! ¿Entendés?… (Gritando) ¡Idiota! ¡Pensá con grandeza! (16-17)
Esta ironía es presentada con un personaje más preocupado por la humanidad que por la familia, recordando al sistema dictatorial quien está más preocupado por el bienestar del pueblo que de lo propio. Este tipo de ironía es la que describe Richard Rorty como "ironía liberal" al darse cuenta de que forma parte de una familia, pero tiene la esperanza que con su música llevará la libertad, paz y alegría a toda la humanidad.
La única preocupación de ellos es entrar a tiempo con el disco, pero para Johann es atormentador el pizzicato por la exigencia del director de llegar a la perfección:
Wilhelm.- ….¡La mano tiene que rasgar la cuerda… y volar! (Despacio, con asco) y la tuya se queda pegada, como si fuese un artrópodo… (37)
Los juegos irónicos continuan hasta entrar en todo el proceso de ensayo con el vestuario y tapones en los oídos pero los cuatro comienzan a invocar una serie de letanías que se van diciendo uno a otro para lograr la perfección y olvidar lo que les provoca mayor problema; esto recuerda cómo los de abajo siempre están alabando al dictador con el fin de lograr mayores beneficios personales. De esta forma el grupo gritará a voz en cuello lo siguiente;
TODOS.- Porque Dios, al escuchar tu música maravillosa, decidió que te concentres, para placer de este mundo, en tus sonidos profundos. (38)
Asimismo ironizan los cambios que se pueden hacer en los instrumentos musicales al afilar con un cuchillo una clavija, con el fin de poner una de un violoncelo en una viola; de nuevo ironizando sobre los cambios discriminatorios que se pueden hacer cuando existe una dictadura Otro caso patético de ironía es el momento cuando Wilhelm inicia un llanto incontrolable y narra su pesar por la muerte de su perrita a quien dejó morir por estar triste por la muerte de sus cachorritos. En ese momento saca unas fotografías para mostrar a sus compañeros a la perrita quien viste ropa exquisita y el mismo personaje va describiendo el vestuario como si fuera un desfile de modas. La ironía que maneja el autor es patente en el texto.
Wilhelm.- En esta vemos a Martita luciendo un trajecito de lanilla escocesa roja y amarilla que resalta su color de piel con un moño al tono.
……………………………..
Wilhelm.- (Mostrando otra foto) En ésta, Martita luce un vestidito de futura mamá en voile beige con estampados en verde y rosa y botones de nácar para ir soltándoselos. (49)
DOBLE ENTENDIMIENTO
versus
versus
En este recuadro se puede observar una inversión de los signos que provocará la ironía. Si se observa, la realidad es que Beethoven fue un héroe de la libertad en el recuadro de la izquierda, pero si nos remitimos al recuadro de la derecha en la parte superior llamada mundo construido, es la fantasía de un homenaje a Beethoven, y en la parte inferior es el Beethoven de Cuarteto, en comparación con el Beethoven como genio universal marcado en la parte inferior izquierda. Es decir, la realidad es que Beethoven fue un héroe de la libertad y lo opuesto es que cambian los signos de Beethoven y resulta ser un signo de sujeción; es en este enfrentamiento donde se observa la inversión de los signos que provocará la ironía.
En esta pieza es patente la utilización de la metáfora al presentar el impacto de la autoridad para falsificar los valores, ya que proponiendo el mensaje beethoviano de la "lucha por la libertad, la paz y la alegría", se llega a un mundo exactamente opuesto de opresión, hostilidad y tragedia. Recurre a la metáfora en vez de la metonimia al presentar en escena signos que tienen doble significado, uno relacionado con la realidad –la esposa y el hijo- y otro con un cosmos totalizador, de tal forma que se expresa una idea con el signo de otra guardando una relación paradigmática de semejanza.
Los personajes son esquizoides, porque poseen un doble yo, uno real aunque mediocre, y el otro genial aunque ficticio, de tal forma que el primero equivale a una tesis que es confrontada con el segundo que funciona como antítesis, y de cuyo enfrentamiento nace la tensión dramática. Son personajes esquizofrénicos en cuanto a ser yoes divididos y por presentar rasgos de incoherencia mental como son las escenas de los músicos.
La forma estructural de presentación y solución de conflicto dramático, es suplida por una antiforma en la que no da solución a las fuerzas dramáticas con un final abierto que intensifica el dramatismo escénico, sin que sepamos si el concierto se va a dar o no, presentando el absurdo de que es más importante fingir eternamente un ensayo que presentar una audición.
En una análisis de la dinámica dramática, encontramos que hay una profusión de fuerzas dispersas, sin núcleo focal, tanto en el hogar como en el grupo musical, así que los personajes carecen de determinación vital que los oriente hacia la vida y los aleje de un juego irreal que nunca les permitirá una plena satisfacción personal. Otro elemento es la intertextualidad al utilizar lenguajes prestados del mundo de la música y de los desfiles de modas.
El concepto de posmodernidad de Asan, así como el de Frederic Jameson en su libro Teoría de la posmodernidad, apuntan como señales de una nueva literatura, aquellas que procuran la metáfora y la antiforma dramática; privilegian la antítesis sobre la tesis, los aspectos lúdicos y la anarquía; buscan la participación del público, mediante la deconstrucción de la realidad y el rompimiento de las fronteras que dividen los géneros dramáticos, logrando varias interpretaciones: o bien son unos locos que se creen artistas o bien asesinos, de ahí que son varias interpretaciones pero no da un discurso político a pesar de la presencia obvia de un dictador.
En conclusión Cuarteto permite al lector-espectador tener una visión muy clara del manejo de la ironía al comprender que la existencia de un sistema dictatorial es el provocador de un distanciamiento entre el opresor y el oprimido de tal manera que resultará ser una forma que busca "subvertir el autoritarismo" por lo que el escritor se percibe como un sujeto falible que desea compartir con los lectores sus inquietudes y dudas. De ahí que "el ironista no busca la respuesta inmediata, sino que propone la reflexión para fomentar el sentido crítico de las ideas". De esta forma se observa como Eduardo Rovner comparte su dolor ante una situación histórica dolorosa como fue la que vivió Argentina durante la dictadura militar.
BIBLIOGRAFÍA
Hassan Ihab. The Dismemberment of Orpheus: Toward a Postmodern Literature (El desmembramiento de Orfeo. Hacia una literatura posmoderna). Estados Unidos: University of Wisconsin Press,1982.
Jameson, Frederic. Postmodernism, Or, the Cultural Logic of Late Capitalism (Post-Contemporary Interventions Series). Estados Unidos: Duke. 1991.
Rovner, Eduardo. Cuarteto. Torres Agüero Ed., Buenos Aires, 1992.
Sánchez Garay, Elizabeth. Italo Calvino Voluntad e ironía. Fondo de Cultura Económica, México, 2000.
Olga Martha Peña Doria
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