La formación y desarrollo de habilidades vistas desde el enfoque histórico-cultural
Enviado por alvarezy
- Resumen
- Algunas consideraciones sobre la conceptualización de habilidad
- Elementos teóricos para la formación y desarrollo de habilidades
- Referencias
El trabajo aborda los fundamentos conceptuales imprescindibles para el estudio de las habilidades partiendo del análisis de su definición y de los elementos teóricos-metodológicos a tener en cuenta para su formación y desarrollo a la luz de las teorías psicopegógicas más actuales y que tienen como base el paradigma histórico-cultural de Vigotsky.
Palabras Claves:
Habilidad, acción, operación, actividad.
Algunas consideraciones sobre la conceptualización de habilidad.
El éxito que pueda tener un sujeto en la realización de una actividad depende esencialmente de la manera en que esta sea asimilada por él.
Una de las formas de asimilación de la actividad la constituyen las habilidades, estas a su vez surgen y se desarrollan en la propia actividad y poseen de componentes a los conocimientos como base gnoseológica, las acciones y operaciones como componentes ejecutores y los motivos y objetivos como componentes inductores.
El tema de las habilidades ha sido tratado por diversos autores, tanto foráneos como cubanos.
De hecho si se realiza un análisis retrospectivo sobre este término, puede apreciarse que en principio los psicólogos y pedagogos marxistas la identificaron con la capacidad para realizar con éxito cualquier actividad.
Muestra de ello lo constituye Savin (1976) al exponer que la habilidad "… es la capacidad del hombre para realizar cualquier operación (actividad) sobre la base de la experiencia anteriormente recibida."(p.71) O bien Danilov y Skatkin (1978) que la definen como "… la capacidad adquirida por el hombre, de utilizar creadoramente sus conocimientos y hábitos tanto durante el proceso de actividad teórica como práctica."(p. 127).
Sin embargo, estudios ulteriores concluyeron que independientemente que las habilidades y las capacidades influyen en el éxito que pueda tener un sujeto en toda actividad estas no constituyen una identidad pues sus orígenes, como formaciones psicológicas de la personalidad, son diferentes teniendo en cuenta que las primeras poseen su génesis en determinadas aptitudes que ostenta todo individuo y que se desarrollan en el proceso mismo de la actividad.
Por tanto se puede afirmar que la formación y desarrollo de habilidades depende en gran medida de las capacidades y de la misma forma estas lograrán desarrollarse con mayor facilidad en correspondencia con el progreso que posea el sujeto en determinadas habilidades, pero esto no significa que su naturaleza sea la misma.
En los últimos años autores cubanos estudiosos de esta temática han debatido la definición. Algunos plantean que es el dominio de acciones ejecutadas de manera consciente tal como lo exponen R. Bermúdez y M. Rodríguez (1996). al expresar que "… como la acción siempre está supeditada al objetivo, y este en todo caso es consciente, la sistematización de la acción no puede conducir a su dominio como automatización, sino que se ejecuta de forma consciente como habilidad."( p. 7).
Es decir las acciones nunca llegan a automatizarse, siempre se efectúan de forma consciente por parte del sujeto lo que permite su continua regulación y devienen en habilidad cuando es dominada por parte del sujeto.
Otros psicólogos alegan que la habilidad es el dominio de operaciones, entre ellos está V. González (1995) al garantizar que "…las habilidades constituyen el dominio de operaciones (psíquicas y prácticas) que permiten una regulación racional de la actividad."(p.117)
En este caso no se aborda el término acción, aunque se sobreentiende que si las operaciones se le subordinan, el dominio de estas conducirá al dominio de la acción. No obstante, en ambas definiciones se destaca la necesidad del control conciente, ya sea de las acciones u operaciones, que permita la regulación racional de la actividad, elemento este que distingue la habilidad del hábito.
Sin embargo, a juicio de los autores de este trabajo la definición más acabada es la dada por Héctor Brito (1990) que plantea que la habilidad es "… aquella formación psicológica ejecutora particular constituida por el sistema de operaciones dominadas que garantiza la ejecución de la acción del sujeto bajo control consciente" (p.3)
En ella se señala con claridad como está estructurada la habilidad y que en ellas las operaciones están supeditadas a la acción sentando la secuencia lógica de su formación y desarrollo.
En sentido general cuando se habla de las habilidades en gran parte de la literatura psicopedagógica se refieren en términos de "saber hacer", lo que significa que se parte de un objetivo, se pone en práctica lo conocido y se regula concientemente cada una de las operaciones para el lograr el propósito que no es más que la acción.
Desde un referente didáctico C. Álvarez de Zayas (1999) la define "…como la dimensión del contenido que muestra el comportamiento del hombre en una rama del saber propio de la cultura de la humanidad." (p.71) En este caso se entiende como las experiencias acumuladas y asimiladas mediante distintos modos de actuación durante el proceso de desarrollo del hombre como ser social.
De la misma forma este autor plantea que las habilidades están caracterizadas en el plano didáctico por "… las acciones que el estudiante realiza al interactuar con su objeto de estudio con el fin de transformarlo, de humanizarlo." (Álvarez, 1999, p.72).
Estas acciones se establecen en el proceso docente-educativo a través de la tarea, de este modo el estudiante interactúa con el contenido a través de la ejecución de las mismas. Al solucionar tareas el estudiante advierte la necesidad de acometer un grupo de operaciones íntimamente relacionadas que requieren ser sistematizadas para lograr el desarrollo de la habilidad y que le permitan interactuar con su objeto (contenido de la tarea) a fin de lograr su propósito.
Elementos teóricos para la formación y desarrollo de habilidades.
Las habilidades solo se pueden formar y desarrollar "… sobre la base de la experiencia del sujeto, de sus conocimientos y de los hábitos que él ya posee."(Álvarez, 1999, p.118). La adquisición de una habilidad consta de dos fases, una primera en la cual se forma y una segunda en la que se logra el desarrollo.
La formación de la habilidad se consigue cuando el estudiante se apropia de las operaciones de manera consciente, para ello se necesita de una adecuada orientación sobre la forma de proceder, bajo la dirección oportuna del docente.
En la práctica esto suele suceder de dos formas, una cuando el educando recibe una orientación acomodada a sus posibilidades, teniendo en cuenta la secuencia lógica en que transcurren las operaciones; la otra forma consiste en que el profesor procede y espera que el alumno, observando su proceder, asimile espontáneamente sus formas de accionar. Esta segunda, muy enraizada en nuestro sistema educacional, debe ser eliminada de todo acto pedagógico.
La segunda etapa es el desarrollo de la habilidad, esta se alcanza mediante la repetición de los modos de operar, lo que significa que una vez formada la habilidad se hace necesario comenzar a ejercitarla, es decir, a utilizarla las veces que sean necesarias con una buena frecuencia y periodicidad, sólo así podrán irse eliminando los errores haciéndose cada vez más fácil la realización de las operaciones hasta llegar a la perfección de algunos componentes operacionales.
En esta etapa se requiere, además de precisar cuántas veces, cada cuánto tiempo y de qué forma se va a ejercitar, que la ejercitación sea abundante y muy variada con el fin de evitar el cansancio, mecanicismo, formalismo, graduando simultáneamente el nivel de complejidad de los conocimientos y del contexto de actuación.
Sin embargo, frecuenta suceder que el alumno en la etapa de formación de la habilidad asimila algunos elementos innecesarios o incorrectos y que luego le son difíciles de eliminar, por tanto, un elemento importantísimo a tener en cuenta por el profesor a la hora de comenzar la ejercitación es verificar ante todo que la formación haya sido correcta.
Lo expuesto reconoce que para lograr la formación y desarrollo de habilidades no basta con la realización de actividades adicionales ya sen dentro o fuera de la clase, sino que esencialmente se requiere de una adecuada dirección de la actividad que favorezca la sistematización y la consecuente consolidación de las acciones y de las operaciones que incluyen la adecuada planificación, organización y evaluación por parte del docente.
Asimismo, es importante para el docente tener una información de entrada sobre el estado real de los estudiantes, conocer sus carencias y potencialidades y sobre la base de ello comenzar el trabajo, explotar los recursos con los que cuenta de manera óptima y eficaz, incentivarlos a liberar los resortes de la acción y guiarlos en el proceder ofreciéndoles las operaciones y el orden en que serán ejecutadas.
Igualmente la ejecución debe establecerse mediante situaciones de aprendizaje que permitan a los estudiantes realizarlas en dependencia de su desarrollo, habituarlos a autorregularse y autoevaluarse comprobando consecutivamente qué ejecuta, cómo lo ejecuta y con qué calidad lo ejecuta a través de la reflexión.
Del mismo modo, debe evitarse cometer el error de juntar o fusionar las etapas de orientación y ejecución ya que si el proceso se lleva a cabo de este modo muchos no podrán ni siquiera explicar cómo procedieron lo que evidencia que la ejecución fue esencialmente reproductiva. Esto resulta poco provechoso, inconveniente e inapropiado ya que ante nuevas situaciones los estudiantes no podrán actuar de forma independiente.
Si se tienen en cuentas estas exigencias se podrá garantizar todo un sistema de períodos continuos en el transcurso de los cuales los estudiantes podrán progresivamente dominar la acción hasta adquirir los modos de actuación eficientes que la distinguen como habilidad y que permiten revertir los procedimientos inadecuados, por parte de los docentes, que obstaculizan la efectiva dirección del proceso de desarrollo de habilidades.
Álvarez de Zayas, C. M. (1999). La escuela en la vida. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Bermúdez, R., Rodríguez, M. (1996). Teoría y metodología del aprendizaje. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Brito, H. (1990). Capacidades, habilidades y hábitos. Una alternativa teórica, metodológica y práctica. Primer coloquio sobre la inteligencia. I.S.P Enrique J. Varona, La habana, Cuba.
Danilov, M. A., Skatkin, M.N. (1978). Didáctica de la escuela media. La Habana Editorial Pueblo y Educación.
González, V. (1995). Psicología para educadores. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Savin, N. V. (1976). Pedagogía. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
Autor:
Juan Carlos Álvarez Yero
Licenciado en Educación especialidad Física y Astronomía,
Isabel Ríos Barrios
Licenciada en Educación Primaria,
Categoría: Educación.
Procedencia: Universidad Pedagógica "José Martí".
Camagüey, Cuba.