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Reflexiones sobre la dirección y gestión de las instituciones educativas


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Una aproximación a la definición de los conceptos de dirección, gestión y administración, en vínculo con la educación
    3. ¿Administrar, gestionar o ambas cosas?
    4. A modo de conclusiones
    5. Bibliografía consultada

    RESUMEN:

    Es el objetivo de este trabajo aproximarnos a un análisis que evidencie la necesidad e importancia del estudio y perfeccionamiento de los procesos de dirección y gestión de las instituciones educativas, caracterizándolos en lo general de acuerdo con las actuales condiciones sociales, desde un enfoque científico de estos procesos, asumiéndose también un conjunto de exigencias sociales que hoy se plantean a estas instituciones. Estos análisis son el resultado de la actividad investigativa en el tema de la dirección y la gestión de instituciones educativas, desarrollado desde hace varios años como una de las líneas principales de investigación que se llevan a cabo por el Centro de Estudios de Ciencias de la Educación -CECES- de la Universidad de Pinar del Río, Cuba.

    Palabras Clave: 1.- Dirección educacional, 2.- Gestión educativa, 3.- Administración educacional, 4.- Dirección científica

    Introducción

    La actividad de dirección surge muy tempranamente en las primeras colectividades humanas, con el propósito de alcanzar metas que no se podían lograr individualmente. En su surgimiento fue una actividad empírica y espontánea, donde prevalecía la experiencia de las personas más viejas y mejor preparadas, sin embargo, en nuestros tiempos se ha ido desarrollando y perfeccionando hasta adquirir un carácter científico. Así, hay evidencias importantes de su evolución en las antiguas civilizaciones chinas, egipcias, romanas y griegas, pero referirnos a ellas sería demasiado extenso y no lo consideramos imprescindible para los propósitos de estos análisis.

    Una aproximación a la definición de los conceptos de dirección, gestión y administración, en vínculo con la educación.

    Varios y diversos términos se han utilizado para referirse a la actividad de Dirección, tales como Administración, Gestión, Gobierno, Gerencia, Conducción y Management. Algunos autores argumentan que los vocablos Administración y Gestión no son sinónimos, porque expresan enfoques de la Dirección cuyas diferencias pueden establecerse tanto conceptualmente como en su práctica. Sin embargo, una búsqueda a fondo del significado y uso de tales vocablos en la actualidad, evidencia la existencia de una cierta confusión teórica y una polémica en la que aún no se ha alcanzado un consenso general, resaltando la que se establece hoy sobre las diferencias entre los conceptos de Administración y Gestión.

    En nuestra opinión, el concepto de la Dirección que surge como disciplina científica en los albores del siglo XX, está presente de alguna forma, en todas las denominaciones y conceptos que básicamente han pretendido, en los últimos tiempos, expresar concepciones de culturas, principalmente empresariales, que teóricamente se pueden diferenciar. Aún cuando es conveniente aclarar que hoy no se pueden asociar tales conceptos de manera absoluta a la actividad empresarial, resultando evidente su utilidad en otros campos donde se reconocen muchas aplicaciones exitosas en diferentes sectores sociales, o sea, es un hecho que en la época actual cualquier institución, sea o no empresarial, no solo utiliza sino que precisa, atendiendo a como matiza su concepto de dirección, lo que se conoce como Gestión o Administración, en virtud de su necesidad de dirigir los procesos principales que caracterizan su actividad.

    Fue en los comienzos del siglo pasado, que se desarrollaron los dos primeras tendencias científicas de la dirección o administración, de una parte el norteamericano Frederick W. Taylor, que desarrolló la llamada Escuela de Administración Científica, dirigida a aumentar la eficiencia de la industria mediante la racionalización del trabajo operario. De otra parte el francés Henri Fayol, que desarrolló la llamada Teoría Clásica, encaminada principalmente a aumentar la eficiencia de su empresa a través de su organización con bases científicas. Resulta inobjetable, sin embargo, que aún cuando hayan partido de puntos de vista opuestos, ambas teorías conformaron los fundamentos del denominado Enfoque Clásico Tradicional de la Administración.

    Este enfoque clásico de la administración considera así dos tendencias o corrientes teóricas relativamente coherentes y complementarias: de una parte la Escuela de la Administración Científica, surgida y desarrollada en los Estados Unidos y representada básicamente por los ingenieros Frederick Winslow Taylor, Henry Lawrence Gantt, Frank Bunker Gilbreth, Harrington Emerson, entre los que algunos autores incluyen además a Henry Ford; y de otra parte, la corriente llamada Teoría Clásica, de los anatomistas y fisiologistas de la organización, desarrollada en Francia a partir de los trabajos de Henri Fayol, representada además y principalmente por James D. Mooney, Lyndall F. Urwick, Luther Gulick, entre otros.

    Los orígenes del enfoque clásico de la administración se encuentran en las necesidades generadas por la revolución industrial, que se caracterizó por un crecimiento acelerado de las empresas, que incrementó la complejidad de su administración, exigiendo un enfoque científico que superara el empirismo y la espontaneidad que la caracterizaba y también por la necesidad de aumentar la eficiencia de las empresas para obtener mejores rendimientos y hacer frente a la creciente competencia entre ellas. El enfoque básico que caracteriza a la escuela de la dirección o administración científica es el énfasis en las tareas, mediante la aplicación de métodos de diferentes ciencias a los problemas de la dirección y administración en función de alcanzar una mayor eficiencia. Si bien la denominada como Teoría General de la Dirección o Administración Científica, ha sido a veces duramente criticada, consideramos, que atendiendo a las características, condiciones y exigencias sociales de la época en que surgió, estas críticas no pueden llegar hasta menospreciar ni ignorar los méritos, que en el desarrollo de la administración y dirección científica moderna, les son inherentes.

    De manera general definimos el concepto de Dirección de la siguiente manera: Proceso de influencia consciente, sistemática y estable de los órganos de dirección sobre los colectivos humanos, orientando y guiando sus acciones con el fin de alcanzar determinados objetivos; basado en el conocimiento y aplicación de las leyes, principios, métodos y técnicas que regulan y son propios del sistema sobre el cual se influye.

    La dirección constituye en lo fundamental una actividad de tipo social, debido a que su acción va encaminada a la conducción de personas y grupos sociales hacia la consecución de determinados objetivos. Esta no se limita a la esfera de la producción o los servicios, se extiende a todas las esferas de la vida social, lo cual incluye por supuesto, la educacional.

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