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Epistemología (página 2)

Enviado por Claudio Altisen


Partes: 1, 2

> el conocimiento cierto en general, y

> el conocimiento científico en particular,

… así como señalar y descubrir los criterios supremos y universales de toda certeza.

a) Objeto material: «lo que» estudia la epistemología...

Estudia el «acto» de conocimiento en cuanto juicio: identificación de un sujeto relativamente desconocido con una determinación (predicado) más general y conocida previamente. Pensar es juzgar.

Enla atribución del predicado al sujeto éste se aprehende como un caso de la universalidad del predicado. Esta identidad se afirma como verdadera y real en base a la cópula «es» que abarca tanto al sujeto como al predicado (Juan «es» alto / Juan es… y …es alto ).

El juicio resulta de la aplicación activa del espíritu a la realidad para captar y afirmar las relaciones de las cosas entre sí. El juicio es entonces el acto de afirmar una relación entre ideas.

b) Objeto formal: la luz bajo la cual enfoca «lo que» estudia...

Pero la epistemología no se ocupa como la lógica de la corrección formal del juicio, sino que atiende directa y exclusivamente a su verdad y certeza, es decir, a su objetividad.

En definitiva, la epistemología estudia el «valor» del conocimiento y la «actitud» del hombre ante la verdad del conocimiento.

c) Método: ¿cómo estudiar a su objeto?

La epistemología no es una ciencia «inventiva» (no pretende descubrir el hecho del conocimiento hu- mano), sino «explicativa» de un hecho ya poseído y en sí mismo maravilloso y desconcertante: el hecho de conocer.

Pero lo que ha de estudiar es un acto «interno» del hombre, al cual no podemos acceder más que por introspección, por reflexión (ascenso regresivo a las condiciones y fundamentos de la conciencia).

Entendemos por reflexión a la conciencia vuelta sobre sí misma 2, es decir la presentización de sus propias estructuras y de sus actos constitutivos.

En este sentido reflexión es capacidad de análisis propio o auto-análisis es un  método inquisitivo, de pesquiza interior, de observación interna de sí mismo (auto-observación).

Ahora bien, en epistemología no se trata de la descripción de los fenómenos tal como se presentan particularmente a la conciencia, lo cual sería objeto de estudio de una psicología introspectiva… Al ser parte de la Filosofía, la labor de descripción y análisis del «acto de conocer» realizada por la epistemología, procura ahondar más y llegar a captar lo «ESENCIAL» (el origen y la naturaleza fundante) del hecho que describe: ¿qué es «lo que» es universalmente el conocimiento?

Estudiar epistemología es importante y también útil para la formación profesional, en cuanto nos da una instrumentación que nos permite ver «claramente» (con certeza, con objetividad, con seguridad de criterio) lo que tenemos delante: la realidad en general o nuestro objeto de estudio en particular.

En la vida profesional hay que pensar... y pensar no es otra cosa que procurar entender. Por su parte «en-tender» equivale a «ex-tender» nuestra capacidad de comprensión de la realidad… Com- prender es asir el sentido de las cosas, prender su dimensión de profundidad, y ver allí lo que las cosas en sí mismas «son».

En el pensar ponemos en juego dos cosas:

1) la inteligencia para meterse a leer (legere-in: intus-legere) el orden interior de la realidad, y

2) la razón para argumentar sobre lo leído (conexiones de sentido).

En definitiva "para todo ese trabajo intelectual" un profesional serio, que sea responsable (en cual- quier disciplina: la medicina, el derecho, la economía, las comunicaciones, etc.) debe procurar adquirir una formación suficiente que le permita hacer más plenas las operaciones cognoscitivas propias de su labor. Y esta búsqueda de «mayor plenitud» se habrá de expresar: primero, en un mejor desempeño personal en su profesión, y segundo, de esa mejora en la calidad «profesional» del trabajo se seguirá un mayor bien para los demás (para la sociedad).

NOTAS:

1./      Criterio: Nota distintiva; característica; norma o regla… Aquello que sirve para discernir la verdad o falsedad de un juicio. Son criterios:   

         1) la ausencia de contradicción interna (formalidad).

2) la rectitud del contenido (adecuación).

2./      «La conciencia vuelta sobre sí misma»...

La física enseña que todo cuerpo tiene la propiedad de «ocupar un lugar en el espacio». A este «algo» que constituye los cuerpos y llena el espacio se le da el nombre de materia, y al espacio ocupado por ella se le llama volumen. Por otra parte si en un vaso lleno de agua, por ejemplo, soltamos una piedra, veremos que el nivel del agua sube tanto como el volumen de la piedra: la materia del agua es desalojada por la irrupción de la materia de la piedra al ingresar en el espacio que el líquido ocupaba. El agua no penetra en ella… Lo cual prueba que la impenetrabilidad es una propiedad fundamental de la materia. Es decir, que «el espacio ocupado por una sustancia no puede ser simultáneamente ocupado por otra»… Dicho de otro modo: una cosa no puede ser y no ser en el mismo momento y bajo las mismas circunstancias.

Dadoentonces el principio de  impenetrabilidad de la materia, numerosos filósofos en la historia han visto en el hecho de la

capacidad reflexiva de la mente humana, la prueba de la espiritualidad (no-materialidad) del alma humana.

Todos los sentidos son «materiales» y por ello no pueden retornar a sí mismos, no pueden penetrar-se… Por ejemplo, el ojo que ve a los objetos no se ve a sí mismo, el oido no «se» oye, el gusto no «se» huele, etc. Sin embargo la mente humana «se» piensa a sí misma, de lo cual podemos deducir que no es materia, que es inmaterial, es decir que es entonces espiritual.

Algunosfilósofos han llegado todavía más lejos sosteniendo en oposición al materialismo que la materia «no existe», salvo como una suerte de dispersión del alma… (panpsiquismo y espiritualismo). De cualquier modo, lo cierto es que aún queda mucho por explicar respecto de la diferencia entre lo físico y lo psíquico. La materia es tan difícil de entender como el alma, y tal vez más… Esto fue puesto en evidencia en el mes de diciembre de 1900, por el físico alemán Max Planck, quien planteó una nueva y descon- certante estructura conceptual para la física: «la teoría cuántica», indicando el límite de la divisibilidad de la expanción y el límite extremo de toda divisibilidad… la más pequeña cantidad de energía existente en el mundo físico, se trata del «quantum de acción», más conocido con el nombre de «Constante de Plank». Esto plantea preguntas perturbadoras a los físicos materialistas: ¿por qué existen esas fronteras? ¿a través de qué misterio aparecieron con esa forma tan precisa y, lo que es más, calculable…? ¿Quién o qué decidió su existencia y su valor? y finalmente: ¿qué hay «más allá»? Por este camino los más recientes descubrimientos de la nueva física se encuentran entonces con la esfera de la intuición metafísica. Se descubre un orden en el seno del caos. ¿Qué hay de común entre una mariposa que aletea en Pekín y una tormenta que se desata sobre Buenos Aires? Estos fenómenos podríamos decir que son en realidad caóticos, es decir desordenados. Sin embargo, al examinarlos a la luz de este nuevo enfoque de «la teoría del caos», descubriremos que ciertos acontecimientos aparentemente desordenados, imprevisibles, responden a un orden tan sor- prendente como profundo. ¿Cómo explicar la existencia de dicho orden en el corazón del caos? Más exactamente: en un universo físico sometido a la entropía, a la expansión creciente y sin vueltas para atrás, en un universo que «es» una explosión (Big Bang), siendo arrastrado hacia un desorden creciente (o no dejará de expandirse nunca, o en algún momento la gravedad lo volverá a reunir en una «implosión» que luego provocará cíclicamente otra «explosión»), ¿por qué y cómo aparece el orden…?

Loquequeremos llegar a decir es que los planteos materialistas y mecanicistas ya no resisten un análisis serio; llegó el momento de admitir que no se gana nada siendo materialista, se cambia lo oscuro por lo más oscuro. Urge buscar más allá de las apariencias mecanicistas, la huella casi meta-física de otra cosa, a la vez cercana y extraña, poderosa y misteriosa, científica e inexplicable: algo como Dios, quizá.

 

 

Autor:

Claudio Altisen

Mg. en Educación e Informática,

Lic. en Cs. Sociales y Humanidades,

Prof. en Filosofía y Cs. de la Educación.

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