Encontrarme nuevamente con H. Maturana, despierta incansablemente mis sentidos, mis más dulces utopías y los rasgados recuerdos de mi adolescencia tardía, cuando una vez sin esperarlo estuve muerto en el confín de mis 15 años, cuando sin saberlo por que me echaron del colegio, el colegio Notre Dame En el colegio estudiaban también mis 2 hermanos, lo habían hecho a su debido tiempo mis primos, estaban como estudiantes los hijos de los izquerdones que se habían quedado, (todos ellos hijos de amigos de mi papa), era un colegio super de vanguardia entre los hombres del mundo intelectual "Light". Allí se formaban con gran gallardía los jóvenes del mañana, había en el colegio un ambiente que propiciaba el crecimiento personal, una piedra tallada en la entrada del colegio levantaba la consigna "Aquí forjamos nuestras armas", era un colegio preparado para todo, los alumnos asistíamos en ropa de calle, el libro de clases siempre permanecía en las salas inclusive en el recreo cuando el profesor no estaba, la puerta del colegio siempre permanecía abierta sin un portero y nadie se salía, el colegio estaba preparado para todo, con pleno fomento de la autonomía de los alumnos, el Scoutismo era piedra fundamental en la formación de todo alumno del colegio, todo estaba previsto en el Notre Dame, salvo claro para una sola cosa … para mí. Al cumplir los 15 años el colegio decidió que yo "No servia para el modelo" entonces optando por el camino más convencional decidió cancelar mi matricula (comprenderá la sentencia que eso significo en mi adolescencia y para el super yo que venia formando). Sin embargo, algo pequeño aprendí: Un centro educativo no puede ni debe estar enmarcado en los designios que le impone el mercado, no debiera fomentar las competencias entre las personas. Si la piedra angular de un centro educativo es el desarrollo de los alumnos, como seres humanos, independientes, creadores, autónomos, libres, fomentaría pues la idea de un concepto de individuo bastante alentador. Ello puesto que en la medida en que propicia la libertad individual, cada alumno goza del privilegio de su universalidad, al alero del respeto construirá una sociedad más justa, más equitativa e igualitaria. Un individuo autónomo, tiene en su poder la gran posibilidad de crear según sean sus intereses, de optar por un mundo que la haga sentido, y que le permita desarrollar las destrezas que le inquietan. Así el autogobierno es una posibilidad de vida, tal como lo plantea Maturana una posibilidad de vida ahora, y no en un estadio posterior, que lo prepara para… Básicamente la idea es centrarse en el hoy, como universo cargado de emocionalidad, como un momento fundamental. Un niño conocedor de sí mismo, en armonía consigo, un niño libre en sus decisiones es un niño aventurado, avezado, "guapo"(esto en el entender de Ruben Blades) validado en el medio como tal, un niño(joven) que obtiene respeto, que obtiene una educación centrada en él cómo persona, es un niño privilegiado, podría aventurarme inclusive a decir superior. Creo firmemente que existen personas, niños, familias distintas y llenas de historia, así, la tarea del centro educativo debiera ser por lo tanto intentar, fomentar que el niño desarrolle las nuevas capacidades que su individualidad y su historia familiar traen, dándole un ambiente que posibilite la exploración de nuevas formas de adaptación. Por lo tanto existiría entonces un ambiente que bajo estas características interactuaria con las capacidades de hacer y reflexionar del niño. Un ambiente conocido por el niño, que le entregue el soporte afectivo necesario, que lo acoja en su experienciar, seria un ambiente más acorde con la naturaleza individual. Maturana sostiene que la característica de la naturaleza humana es el operar en la emocionalidad y no en la razón, el ambiente amoroso que fomenta el desarrollo individual debe reproducirse en el centro educativo. Por el contrario, la no reproducción de este ambiente generaría las competencias en los niños, las dificultades en su hacer, en definitiva el operar de tantos centros educativos que nos han apuñalado La idea de la educación basada en los seres humanos, pone en énfasis la idea también de un cambio de nivel 2 (Watzlawick), a saber un cambio sobre el propio cambio (el cambio actitudinal), aquí la cadena de comunicación opera en este sentido desde otro nivel, porque seria menester comprender que la idea central de la educación entonces no es fomentar alumnos exitosos desde el plano académico, (grandes y excelentes promedios de notas), si bien existirán no seria este el sentido de la escuela con estas características basadas en el desarrollo de las personas, sino más bien tal como lo dice Maturana crear personas. Se desprende entonces que la idea no es preparar a los alumnos como expertos en el manejo de tal o cual herramienta, o destreza, sino más bien preparar personas creyentes de sí, cuyo anhelo será la transformación del universo en busca de elementos más significativos en su quehacer, los mismos que gobiernan su vida y hacen vivir su autogobierno. Es esta la idea de comunidad, que desarrolla en ella las capacidades individuales. Desde el regulamiento más o menos formal de la sala de clases, ¿Qué tanta diferencia existe entre profesores y alumnos, si solo la edad los diferencia, entre tanto los dos son seres humanos? Este es pues precisamente el punto crucial de la postura de Maturana: Cada uno es diferente, en la biología del amor, cada uno es un universo, esto es (creo) plenamente entendible, más aun desde la psicología, cada uno es un universo, su ser es la herramienta distintiva de este sistema, su hacer se puede tornar similar al de muchos, sin embargo, el sustrato esencial de cada uno permanece invariable… su ser. Este ser es en definitiva el que se valida en toda la gama de la vida (social) del sujeto, a saber: La familia, la escuela, los amigos, este pequeño y universal distintivo es a la larga lo que marca nuestra vital posibilidad de emocionar. El solo hecho de sabernos diferentes es lo que nos leva a (desde esta humilde ventana) a denunciar sin treguas que aun existe al menos la posibilidad de ser diferentes. Un centro educativo (Colegio) que fomente estas direcciones será un colegio con personas, no solo con alumnos, pues partirá de la base de que cada uno es una persona llena de emociones y de valores más que un individuo matriculado en el sistema computacional del código de acceso a la red de.. !!!PUAJ!! aquí cada uno es un universo lleno de sorpresas, hablar desde allí supone un interactuar de universos, tanto profesores como alumnos prestos a este lenguajear podrán dar cuenta de esta universalidad (que no es más que la unificación de versaciones) Ahora bien, capacitar supone estar presto, ser capaz de …sin fomentar las competencias, solo realizar la meta, capacitar se vive como una capacidad de hacer y una reflexión sobre este hacer, la reflexión por lo tanto permite ir afinando este hacer de manera amorosa
En este sentido, toda transformación, no debiera pasar por el adoctrinamiento respecto de ciertos valores, de la espiritualidad, de la justicia, y por que no tampoco de la enseñanza anacrónica del amor, ya que desde esta biología del amor estos se viven en plena armonía.
Imagino una formación, un curriculum, una educación en un centro educativo con estas características y velozmente se me provoca sacar todas mis banderas para salir a pujar, por que en un mundo tan vertiginoso, tan cambiante, tan orientado al éxito, educando jóvenes y adultos, niños y pre-escolares en esa dirección, un mundo que no da cabida a ideas tan "románticas" (no por ello carentes de utopías), si todo esto fuera posible, si existiera la voluntad de cambio, imagino cuan distinto el mundo seria, la base pues es la biología del amor y la herramienta es la corrección del hacer y no del ser, el cambio en la forma no en la esencia. Un mundo así, sé, que formaría personas más seguras y más autovalentes en su concepto, escuelas más sólidas y procesos de aprendizaje más potentes, si un profesor acepta la legitimidad de un niño, y lo valida como otro en la convivencia, siento que entonces no hay más que decir y manos a la obra, pues el ser permanece allí, rico y fuerte como un árbol que da cobijo en el eterno otoño de todas las estaciones. Plantear un cambio de estas características no es fácil, aceptar de primera que los sistemas como los conocemos hoy, flaquean en este sentido, resulta por decir lo menos preocupante, sin embargo, pensar en esta idea, como posibilidad, supone cuestionarnos otras dos cosas, esta por un lado la voluntad de cambio, pero quien dirige desde los centros educativos este cambio y con que herramienta?. Para pensar en el quien, nos vamos a los lideres que dirigen los centros educativos, el director, los lideres, piedra fundamental en el proceso de apoyo a los alumnos y de formación de enseñanza de los profesores. Un director eficiente será aquel que se desempeñe diferente Muchos de nosotros podemos encontrar en nuestro interior que esto resulta ideal. La castración ocurrida a mis 15 años sanó con el paso de los años, algo solo marco la diferencia, mis padres creían en mi, me lo manifestaron y me dieron el apoyo necesario para curar mis heridas de amor, crecí y hoy desde la magia de la vida clamo un cambio a favor de los niños.
Autor:
Daniel Sánchez Brkic