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La deserción escolar en Puerto Rico

Enviado por Ruth Claudio


    La deserción Escolar en Puerto RicoMonografias.com

    La deserción Escolar en Puerto Rico

    Como futura directora educativa, ya sea de sistema público o privado, en mí deber enfocarme en los problemas relacionados a la educación. No solo saberlo y conocerlo, sino estar dispuesta a crear estrategias y a involucrarme positivamente en los mismos para intentar crear una diferencia positiva. Son demasiados los problemas que se relacionan con la educación hoy día, pero no hay duda de que uno de los más alarmantes y que más afecta a la sociedad hoy día es la deserción escolar. Por décadas la deserción escolar ha sido uno de los problemas de mayor preocupación para todas las administraciones que han pasado por el Departamento de Educación. Y cada año va en aumento la cantidad de estudiantes que abandonan la escuela sin completar su cuarto año y ahora se añade la preocupación de los que si terminan su cuarto año, pero no poseen las destrezas necesarias para entrar y ser de función en el mundo laboral. "La deserción escolar es un fenómeno que ha ido teniendo un aumento significativo en la sociedad puertorriqueña". [1]

    "En Puerto Rico, un desertor escolar es aquel niño o joven estudiante que fue dado de baja de la escuela diurna durante el año escolar"[2] y por consiguiente no completa su cuarto año de escuela superior. Este es un problema que existe desde los años 70 y 80 cuando el Departamento de Educación se llamaba Departamento de Instrucción, y aún hoy día siguen en alarmante aumento. Las características y factores influyentes en este problema siguen siendo las mismas década tras década. El perfil de los mismos identifica al estudiante desertor como "uno de bajo aprovechamiento, problemas de disciplina, hijo de padres que no terminaron la escuela superior, problemas con la justicia, adolece de motivación e interés para realizar la labor escolar, de un nivel socioeconómico bajo, problemas de ausentismo, problemas de salud, está sobre la edad del grado y tienen problemas en sus relaciones interpersonales".[3]

    Las razones principales que tiene un estudiante para dejar están relacionadas con la desintegración familiar, problemas familiares, divorcios, desempleo, drogas, falta de valores y modelos educativos, falta de apoyo, buscar o haber encontrado trabajo, contraer matrimonio, embarazos o maternidad, entre otros. Y a estos factores se le añaden otros que propician la deserción escolar según Acosta Ramos estos son; "el currículo tradicional, las ausencias del personal docente y la organización escolar que no toma en cuenta al estudiante".[4]

    Pero hoy día existen tres modalidades diferentes de desertores que hacen que el problema sea mayor y que las medidas para atender el problema sean más eficientes y lleguen con carácter de urgencia al entorno escolar. La primera de estas modalidades es la que ya conocemos y cada uno de nosotros podemos conocer varios casos en nuestras familias. Estudiantes que abandonan sus estudios y nunca completan su cuarto año o lo completan años después con exámenes de equivalencia al grado. En los años 70 y 80 era muy común la deserción escolar, la situación económica era fuerte y las familias eran grandes, esto obligaba a los hijos mayores a abandonar la escuela para trabajar o para quedarse en casa cuidando a sus hermanos menores mientras los padres trabajaban. En mi caso personal, mi madre que es la mayor de siete hermanas, fue obligada a salirse de la escuela para ayudar a cuidar a sus hermanas menores y terminó sus estudios años después con exámenes de equivalencia. Y mi padre aunque no fue el mayor, como eran doce hermanos en la familia, también dejó la escuela para trabajar. Hoy día quizás las familias no sean tan grandes, pero aún la situación económica sigue afectando y a eso le añadimos el gran número de adolecentes que están quedando embarazadas y se ven obligadas a dejar sus estudios para cuidar de sus bebes.

    En esta ápoca donde hay tanto modernismo y tanta tecnología que se supone que ha sido creada para ayudarnos a mejorar como sociedad, la deserción escolar sigue siendo un problema preocupante. Añadiendo al mismo dos modalidades que agravan aun más la situación. Existen los desertores escolares internos. Se han reportado "trece mil casos de estudiantes que han adoptado esta nueva modalidad"[5]. Estos estudiantes son los que asisten diariamente a la escuela, pero no entran al salón de clases. Estos se quedan por los alrededores de la escuela en ocio e involucrándose muchas veces en cosas perjudiciales para ellos mismos y para la comunidad escolar. Estos estudiantes no están contabilizados en las estadísticas de deserción escolar, pero se consideran también desertores y según la directora Inés Rivera Colón, estos son aún peores que los que dejan la escuela. Aunque muchos de estos estudiantes terminan la escuela superior y salen con su diploma, pero no salen con las destrezas ni académicas, ni sociales para enfrentarse a la sociedad y a la comunidad laborar. No salen preparados para valerse por sí mismos y se vuelven dependientes de las ayudas gubernamentales, lo que se convierte en una carga más para el gobierno y para la decadencia de nuestra economía.

    La tercera y última de las modalidades de deserción escolar la componen los estudiantes que al cumplir cierta edad dejan la escuela diurna para irse a la escuela nocturna o a estos colegios donde ofrecen la nueva modalidad de educación acelerada donde completan el nivel superior en tres meses. Es una modalidad que está siendo fuertemente criticada y en la prensa recientemente salieron varios artículos donde se acusa al Departamento de Educación de fomentar de deserción escolar. Una de las organizaciones que respalda esta acusación lo es la organización magisterial EDUCAMOS. Según alega Eva Ayala, líder de la organización, "durante el año académico muchos alumnos se han dado de baja para matricularse en por lo menos siete de estas instituciones privadas dirigidas como tal a rescatar desertores o alumnos de más de 18 años de edad".[6] Ellos alegan que esto es una estrategia "para reducir el tamaño de las escuelas al declarar excedentes a cientos de maestros y promover, según estos, la deserción escolar mediante el desvío de estudiantes a instituciones privadas que gradúan a los estudiantes en tres meses."[7]

    Estas acusaciones, a mi entender, son alarmantes, pues se supone que el propósito principal de estas instituciones que ofrecen cursos rápidos para terminar la escuela superior estén enfocados en rescatar los desertores escolares que se encuentren en la calle para que puedan trabajar y formarse. No se supone que sea para que estudiantes se salgan del ambiente escolar a tomar estos cursos para salir más rápido o de una forma más fácil de la escuela. Esto hace que el Departamento invierta más en ellos y menos en programas que ayuden a retenerlos en las escuelas, lo cual creo que no debería ser el propósito ni la solución al conflicto.

    Según aprendido durante los cursos tomados en mi programa de estudios existe la ley "No Child Left Behind Act 2001", esta provee fondos federales para las escuelas públicas y privadas para enriquecer los currículos y ayudar a los estudiantes a superar sus rezagos. Pretende sacar de plan de mejoramiento a la gran mayoría de las escuelas de nuestro país. De esta forma se fortalece el sistema educativo y se reduce en gran medida el porciento alto de desertores tanto en Estados Unidos como en Puerto Rico. Medidas que aparentemente no están siendo tan efectivas como se había estimado, pues se esperaba que para el 2012-2013 ya ningún estudiante fuera a tener rezagos en las materias de español, matemáticas, inglés y ciencias. Lo cual es reflejo de una mala administración por parte del Departamento al igual de las compañías que el Departamento escoge para que les brinden las ayudas a los estudiantes. Según aprendimos en el curso Conceptos fundamentales de la gerencia educativa, si los resultados no mejoran es porque hay una mala administración, porque los resultados de una buena administración se reflejan cuando las cosas funcionan como deben funcionar y se llegan a los propósitos que se deben llegar.

    Para lograr una solución efectiva a este problema educativo que abarca ya tantos años en nuestro sistema educativo hay que empezar por el principio. La Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico[8]documento que aprendimos a utilizar y a apreciar el gran valor administrativo del mismo. Este lo utilizamos en la gran mayoría de los cursos, analizándolo en diferentes perspectivas de la administración educativa. El artículo 1.03- Asistencia obligatoria a las escuelas, establece que "la asistencia a las escuelas será obligatoria para los estudiantes entre 5 a 21 años", esto excluye a los que están matriculados en algún programa de educación secundaria para adultos o que hayan tomado el examen de equivalencia de escuela superior.

    Este documento, que no podemos olvidar que es una ley establecida, responsabiliza a los padres o personas encargada del estudiante el que este asista a la escuela. Y establece que de los padres no cumplir con esta responsabilidad, estos incurren en un delito grave de cuarto grado que será sancionado con una multa de cinco mil dólares, una pena de reclusión de un año o ambas cosas si el tribunal así lo ordena. A esto se le añade que se les cancelarían los beneficios de los Programas de Asistencia Nutricional, Programa de Vivienda Pública y Programa de Viviendas con Subsidio. La ley es clara y establece además como se debe llevar el registro de ausencias, que las mismas se deben informar a los padres y que ningún estudiante está autorizado a salir del plantel escolar antes de las 3:00p.m. sin que se firme un documento que de razones específicas para que una persona autorizada pueda sacar al mismo del plantel.

    Como ya muchos sabemos, la educación comienza en casa y la solución a este problema también es ahí donde comienza. Muchos padres viven desinteresados de sus hijos y despreocupados si estos asisten o no a clases. Son muchos los estudiantes que llegan a nuestros planteles escolares solos y sus padres ni cuenta se dan si entran o no a la escuela. Hay muchos otros que pasa el año escolar completo sin visitar a los maestros, verificar las libretas o tan siquiera preocuparse si su hijo necesita alguna ayuda en su desempeño académico. Después que la maestra le firme la certificación de los "cupones "cada vez que tengan una revisión todo está bien para ellos. Entiendo que el Departamento de Educación tiene los medios ya claramente establecidos por ley para responsabilizar y hasta cierto punto obligar a los padres en cuanto a este asunto.

    A nosotros como directores escolares se nos da la responsabilidad de mantener un record de las ausencias de los estudiantes y somos los encargados de que esto se cumpla en las escuelas. Somos responsables de que se dirijan todos los procesos necesarios para referir e informar a las agencias de gobierno pertinentes los padres y estudiantes que no están cumpliendo con estas disposiciones para que el gobierno pueda llevar a cabo las acciones que se ameriten y sean necesarias según cada caso.

    Es responsabilidad del Departamento de Educación, a su vez, llegar hasta las últimas consecuencias para cumplir con las disposiciones de esta ley. Y además promover la aprobación de más leyes que comprometan y responsabilicen a los padres, encargados y a los propios estudiantes con la educación. Ofrecer talleres informativos y de integración a los padres, para que se involucren mas en la educación de sus hijos, y utilizar todos los recursos existentes en esta lucha. Crear responsabilidad a quien debe tenerla es una gran solución al problema. Estoy completamente segura que si los maestros, directores y personal de las agencias trabajaran mano a mano junto con el Departamento de Educación podríamos comenzar a hacer una diferencia que en poco tiempo comenzaría a cosechar frutos exitosos y positivos para nuestro sistema educativo. Tan pronto el gobierno comenzase a quitarle los "cupones" y las viviendas gratuitas a los padres y les comenzasen a multar o hacer cumplir un año en cárcel, estos comenzarían a preocuparse y asegurarse de que sus hijos vallan a la escuela, que no corten clases, ni se fuguen de los planteles escolares. Esto de seguro nos ayudaría, no solamente a reducir el porciento de estudiantes desertores escolares, sino que también; el ocio en las escuelas, los embarazos en adolecentes, las relaciones sexuales entre estudiantes y hasta ayudaría a que muchos de nuestros estudiantes se comenzaran a interesar más en las clases y en sus notas. Estos sin duda ayudaría también a que las escuelas vallan poco a poco saliendo del Plan de Mejoramiento.

    Otra recomendación, según Ángel Negrón[9]sería "ajustar el currículo y los ofrecimientos académicos a la realidad social, laboral, cultural y económica de nuestro país". Esta medida permitiría lograr un verdadero cambio hacia la calidad educativa y al mismo tiempo hacer la escuela atractiva al estudiante como centro de crecimiento profesional, estimulando en él, el deseo de formar parte y mantenerse en el salón de clases, sintiéndose parte valiosa de la comunidad escolar. Teniendo como norte el poder alcanzar las metas y objetivos trazados por cada alumno. Negrón añade que de esta manera estaremos dando un poco hacia adelante en la lucha por erradicar la deserción escolar. Hay que asignar a las escuelas los recursos humanos y físicos necesarios para que brinden al estudiante verdaderas alternativas para que este sienta un verdadero deseo de formar parte de la comunidad escolar. "Enamorarlos de la escuela", no se podría explicar mejor.

    Estoy en total acuerdo con el autor, las escuelas hoy en día no van a la par con los adelantos de la sociedad, ni con lo que la sociedad requiere para adentrarse exitosamente en el competitivo mundo laboral. La sociedad cambia día a día, sin embargo en la mayoría de nuestras escuelas los maestros siguen enseñando de la misma forma en que comenzaron hace más de diez años atrás, esperando los mismos resultados que obtuvieron en años anteriores y decepcionados de no conseguirlos. Los estudiantes consideran la escuela aburrida y anticuada, tienen mucha razón, no ven en ella un recurso útil que los ayude realmente a ser alguien en el futuro. Por esta razón prefieren desertar y matricularse en algún curso que le permita terminar en tres meses para entonces dedicarse a lo que ellos entienden que los podrá ayudar en el futuro.

    Es responsabilidad del maestro educarse continuamente y estar actualizado en la tecnología y en las cosas que les gustan a los estudiantes. Para que así pueda integrar todos esos conocimientos en sus salones de clases y hacer que sus clases sean interesantes y útiles para formar a estos estudiantes en futuros profesionales. El éxito de la educación es formar ciudadanos útiles y trabajadores que estén listos para competir y aportar a la sociedad, pero el currículo que se está brindando no va a lar y en muy poco, por no decir en nada, sirve para preparar al estudiante para competir en el mundo laborar de hoy día el cual es sumamente complicado. Hay que comenzar a formar estudiantes que se conviertan en personas útiles para la sociedad que dependan mínimamente de las ayudas gubernamentales y que ayuden a restaurar la economía de este país que nos pertenece a todos.

    Podemos concluir que este es un problema demasiado abarcador, de gran crecimiento y que involucraría a muchos el poder trabajar en el mismo. Requiere, como ya dijimos anteriormente, compromiso y unidad de muchas personas, agencias gubernamentales y la misma sociedad como tal. No debemos conformarnos meramente en retener estudiantes en las escuelas, sino educarlos. Brindarles una educación de excelencia que corresponda a las necesidades del estudiante y de la sociedad. Cumpliendo así con uno de los propósitos de la escuela según la Ley 149 que "concibe a la escuela como un ente dinámico, con capacidad para adaptar sus ofrecimientos a las necesidades de sus alumnos y con al agilidad para adaptarse a cambios que genere el desarrollo del conocimiento y la tecnología pedagógica".

     

     

    Autor:

    Ruth Claudio

    [1] Vélez Santos, Alfredo (2009, Noviembre) Educación: deserción escolar y pobreza en Puerto Rico. PUCPR, Ponce, PR.

    [2] Factores que influyen en la deserción escolar. (2010) http://www.psychoeduca.com/2010/08/factores-que-influyen-en-la-desercin-escolar/

    [3] Deserción escolar: estrategias efectivas. (1993, noviembre) Educación, Núm. 56.

    [4] Acosta, J. A. (1997, mayo). La deserción escolar: problema educativo con implicaciones socio- económicas. El Sol, 40, 38-42.

    [5] Millán Rodríguez, Yamilet. Al descubierto los desertores escolares internos. El vocero. 6 de mayo de 2011

    [6] Rivera Arguinzoni, Aurora. Fomenta la deserción escolar el Departamento de Educación. El nuevo día. 18 de abril de 2011.

    [7] Marrero, Rosita. Promueven la deserción escolar. Primera Hora. 19 de abril de 2011.

    [8] Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico. Ley Núm. 1149 del 15 de julio de 1999, según enmendada.

    [9] Negron, Angel. (2007, Setiembre) La deserción Escolar: una nueva perspective. Expresión. Tomado de: http://noticias.univerisa.pr/vida-universitaria/noticias/2007/01/09/137591/desercion-escolar-nueva-perspectiva.html