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La ética y la moral

Enviado por Cornelio Cornejín


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
Monografía destacada
  1. Primeros esbozos de una teoría de la ética, que incluyen una seca y brutal advertencia
  2. Platón, Jesús y otros más
  3. Hegel, Nietzsche y Voltaire
  4. Popper y Marx
  5. Colón y Pinzón
  6. Séneca y Diderot
  7. Leibniz
  8. H?ffding y Rousseau
  9. Hildebrand

Capítulo 1

Primeros esbozos de una teoría de la ética, que incluyen una seca y brutal advertencia

Tiene que surgir un nuevo Renacimiento, mucho más grande que el Renacimiento que nos permitió emerger de la Edad Media: el Gran Renacimiento, gracias al cual la humanidad descubrirá que la ética es la verdad más alta y el fin más elevado, y podrá liberarse del miserable sentido de la realidad en que se arrastra actualmente. Quisiera ser un modesto heraldo de ese Renacimiento, y encender como una antorcha en la oscuridad de nuestra época, la fe en una nueva humanidad. Albert Schweitzer, Cultura y ética Sábado 19 de julio del 2003/6,19 p.m.

Hace cinco años, el 27 de agosto del ´98, escribía en este diario lo siguiente:

No se tomen como pruebas de mis ideas los razonamientos que hago para defenderlas. Yo creo en lo que creo porque sí, no porque haya llegado a esa creencia razonando. Mis razones no son más que firuletes trazados en el aire cuyo principal propósito es darle un marco de referencia a la idea que van rodeando, pero nunca son los firuletes los que crean esa idea. Y si alguna vez sucediese que mis argumentos fuesen totalmente correctos, de suerte que constituyan una prueba inapelable de la veracidad de la idea central, entonces me reprocharé a mí mismo el haber perdido el tiempo pensando en una idea tan poco trascendente como para dejarse demostrar así nomás mediante unos cuantos silogismos y experiencias.

Hoy agregaría, en la primera oración del párrafo, las palabras "éticas y metafísicas" después de la palabra "ideas", porque ahora creo que el resto de mis ideas, es decir mis ideas más vulgares, sí han desembocado en mi conciencia gracias a los firuletes de mi razonamiento. Es en el ámbito de las ideas éticas y metafísicas en donde las razones, como decía Unamuno1, "no son sino abogacía y sofistería" […].

o o o Lunes 28 de julio del 2003/6,28 p.m.

Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos. Dios, citado por Isaías en La Biblia, 55.8 o o o Martes 29 de julio del 2003/11,25 p.m.

… En cuanto a las «pruebas» filosóficas de la existencia de una sustancia anímica especial, de su simplicidad e incorruptibilidad: también antes de Kant fueron justificaciones posteriores de un contenido de una intuición inmediata y de una experiencia vital no reflexiva, justificaciones de las que se necesitó sólo en la medida en que la claridad y agudeza de esta intuición palidecían. Max Scheler, Muerte y supervivencia, p. 20 o o o Miércoles 30 de julio del 2003/11, 15 p.m.

¿Cuáles son nuestros caminos, para diferenciarlos de los caminos de Dios? Nuestros caminos son los de la lógica humana, los de la lógica psicológica.

¿Cuales son "las cosas de Dios" (Lucas, 9.45) que nosotros nunca entenderemos? Esas cosas son todas aquellas que impliquen algún tipo de infinitud, concepto éste imposible de aprehender lógicamente para cualquier conciencia finita.

Nuestros caminos mentales carecen de curvas, son completamente lineales. Vamos de un punto a otro de nuestro razonamiento siguiendo el camino más corto, que es, en nuestra plana y euclídea conciencia, inexorablemente un camino recto. Esto está muy bien y es la forma más rápida y económica de "viajar"… siempre que nos movamos dentro del ámbito de nuestra circunferencia psicológica (cs), debiendo abandonar este tipo de transportación, so pena de morder la banquina o de chocar frontalmente, ni bien deseemos egresar de la cs para ir al encuentro de una verdad trascendente.

Ahí está, por ejemplo, la creencia en el determinismo. El hombre común, que se guía siempre por impresiones superficiales, no tiene ninguna duda de que su libre albedrío existe, que puede "elegir" hacer tal o cual cosa en vez de otra y que su elección modifica su futuro, que no estaría "escrito" como sugieren los fatalistas. A nosotros, empero, no nos interesa en este momento la opinión del hombre común sino la opinión del pensador, la del hombre que razona. Este pensador sabe que no puede "ver" las causas de los sucesos que sí ve, mas no por esto niega, como Hume, la existencia de la causalidad, antes bien la presupone, la deduce de los movimientos que percibe a su alrededor, y la deduce tan necesariamente que afirma que ningún movimiento, ni el más pequeño ni el más grande que pueda darse dentro del universo físico, carece de al menos una causa que lo justifique como tal. Ahora bien: esta última proposición, ¿es racional? Sí, es racional, pero está mal aplicada, pues estamos fuera de la cs por haber hablado de todos los movimientos universales, que son infinitos. Y asimismo, las causas que intervienen en el movimiento de un cuerpo pueden también ser infinitas, con lo que nos volvemos a salir de nuestra cs. Dijo Laplace desde su Ensayo filosófico sobre las probabilidades (p. 13):

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