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Proyecto de Renovación Pedagógica. El Desafío de Construir la Escuela Secundaria Democrática

Partes: 1, 2

    1. La Utopía

    El alumno aprende sólo cuando se torna sujeto de su aprendizaje. Y para que esto ocurra necesita participar en las decisiones que tienen que ver con el proyecto de la escuela, que forma parte también del proyecto de su vida. Moacir Gadotti

    Un Sueño El Informe Delors de la UNESCO, lleva por título La Educación Encierra un Tesoro, Jacques Delors, cierra su introducción explicando que para titular su informe, la Comisión recurrió a una de las fábulas de Jean de La Fontaine, «El labrador y sus hijos»:

    «Guardaos (dijo el labrador) de vender el patrimonio, Dejado por nuestros padres, Veréis que esconde un tesoro.»

    La educación es todo lo que la Humanidad ha aprendido sobre sí misma. Imitando al poeta, que elogiaba la virtud del trabajo, podríamos decir:

    «Pero el padre fue sabio Al mostrarles, antes de morir, Que la educación encierra un tesoro.»

    Asumir esta idea o pensar la educación desde esta perspectiva significa dimensionar la importancia del sentido humano que atesora la educación, valorar la escuela como centro de aprendizaje para la vida y comprometer el sueño de la humanidad por un mundo mejor.

    Renovación Pedagógica se construyo como un sueño posible para re-encantar, emocionar y movilizar a la escuela hacia su transformación radical. Al principio la idea fue aceptada por diez escuelas secundarias, con más escepticismo que entusiasmo; más por curiosidad que por convencimiento. Sin embargo, estas primeras escuelas alimentaron con sus realidades la propuesta original de renovación pedagógica, contribuyendo con ello a enriquecer la metodología y las estrategias del proyecto. De aquellas escuelas pioneras de renovación, aún siguen caminando tras la utopía la ES–56, de Guachochi, la ES–47, de Guadalupe Victoria, Meoqui, la ES–6, de Jiménez y la EST 71, de Cuauhtémoc. Actualmente, con diferentes niveles de avance participan en el programa 24 escuelas secundarias, 3 secundarias técnicas y 21 secundarias generales.

    La promesa del Proyecto de Renovación Pedagógica de transformar las escuelas secundarias tradicionales en escuelas secundarias democráticas y de alto rendimiento académico, se convirtió en la Utopía (sueño posible) que sacaría a las escuelas de la inercia, el conformismo, la rutina, el burocratismo y la simulación para echarlas caminar hacia la construcción de una escuela diferente, viva e inteligente: la Escuela Secundaria de Renovación Pedagógica.

    El Departamento de Investigación Educativa fue prácticamente creado en 1998, como un área dependiente de la Dirección de Educación Media y Terminal de SEECH. Las condiciones críticas en las que se creó el DIE, sin recursos humanos y financieros e incluso sin un espacio físico, anunciaron desde un principio el gran desafío que implicaba construir una estructura organizativa y una plataforma educativa para impulsar el proyecto del DIE. Sin embargo, la oportunidad que facilitó la consolidación del DIE se presenta cuando se acepta la propuesta de pilotear un proyecto de gestión en una muestra de diez escuelas secundarias. Desde entonces (1999), las actividades del DIE se centraron en la construcción y desarrollo del PRP.

    En 1999, Chihuahua ya había vivido durante cuatro años la experiencia de "proyecto escolar" en la educación secundaria. Este proceso en el que participaron todas las secundarias federalizadas (Técnicas y Generales) si bien es cierto que generó un ambiente de análisis colectivo de los problemas de las escuelas y movió actitudes, cierto también que provocó, al final, un posicionamiento de los directivos y docentes de incredulidad y desencanto sobre esta propuesta de gestión escolar.

    Renovación Pedagógica hubo de enfrentar no sólo este escenario de desencanto hacia la nueva gestión escolar, sino también una cultura de resistencia y simulación instalada como práctica escolar cotidiana.

    En estas condiciones, la tarea de facilitar y acompañar el proceso de transformación de las escuelas no fue nada fácil. A pesar de estas limitaciones y obstáculos, la propuesta logró entusiasmar a los directores y convencer a maestros, estudiantes y padres de familia.

    Instituir estructuras y desarrollar procesos que aseguraran la construcción y práctica de una gestión escolar democrática, como marco para sustentar una nueva cultura pedagógica, representó el gran desafío del Proyecto de Renovación Pedagógica. Reto que enfrentamos el DIE y las escuelas, con estrategias como el Grupo Animador del Proyecto (GAP), estructura organizativa en la que participan los representantes de los docentes, estudiantes, padres y madres de familia, así como los directivos, personal administrativo y de intendencia. El GAP, se propuso como un espacio de encuentro, intercambio, evaluación, seguimiento y planificación entre los actores y sectores fundamentales del proceso educativo en la escuela y sobre las tareas de construcción y desarrollo del PRP. Para movilizar e integrar al proyecto a los padres de familia se instituyo el Consejo de Padres y Madres de apoyo al proyecto, estructura, que sin sustituir a la tradicional mesa directiva de la sociedad de padres, impulsaría una nueva participación y compromiso de este sector con el PRP.

    El nuevo protagonismo de los estudiantes se promueve a través de los consejos estudiantiles, que se han convertido no sólo en el órgano de gobierno de los jóvenes, sino en un importante dinamizador del proyecto. En cuanto a los docentes se instituye la figura del Consejero Académico, como promotor activo del PRP y se impulsa el trabajo colectivo de análisis de las prácticas pedagógicas y elaboración de proyectos de innovación. Esta estructura organizativa aseguró las condiciones favorables para que fuera posible el proceso de construcción y la aplicación de las estrategias del proyecto.

    Renovación Pedagógica no descubrió nada nuevo, se nutrió de las experiencias y aportaciones estatales, nacionales e internacionales sobre la nueva gestión escolar. Quizás su gran mérito sea abanderarse teórica y metodológicamente de una concepción crítica de la educación, y llevarla a dialogar con las realidades de las escuelas; plantear la transformación radical de las escuelas y asumir la democracia como eje detonador de la misión fundamental de la escuela secundaria. El DIE le apostó y le sigue apostando a la pedagogía de la esperanza, para reivindicar el sueño y la utopía como posibilidad de pensar que otra escuela es posible, la escuela secundaria con calidad social: la Escuela Secundaria de Renovación Pedagógica.

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