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Informe del cuento Sennin de Ryunosuke Akutagawa


  1. Bibliografía
  2. Anexos

En este informe trataremos uno de los cuentos que más se a característicos de la cultura japonesa de la autoría de Ryunosuke Akutagawa, uno de los escritores más sobresalientes de todo el Japón. Es de suma importancia saber que este escritor japonés es uno de los tantos escritores surgidos después de La Primera Guerra Mundial, denominados "Neo-realistas". Las obras desarrolladas por este escritor japonés demuestran la realidad de la sociedad japonesa, durante la época del Japón Feudal.

Con la elaboración de este trabajo pretendemos extraer el mensaje que ha dejado el autor al escribir el cuento para los futuros lectores, así como extraer los diferentes elementos literarios utilizados por el escritor.

Lo que nos impulsó a elegir este cuento fueron los diferentes puntos de vista que nos brinda el autor de los aspectos sociales que son tratados, y lo místico del mismo. En la historia de China y Japón se conoce culturalmente la palabra que titula y causa gran intriga su significado sin igual Sennin, el texto lo define: "Según la tradición china, el Sennin es un ermitaño sagrado que vive en el corazón de una montaña, y que tiene poderes mágicos como el de volar cuando quiere y disfrutar de una extrema  longevidad".

En este cuento se narra la historia de un sirviente (Gonsuké) el cual va a la Agencia de Contrataciones de la ciudad de Osaka, habla con uno de los empleados el cual le encuentran un trabajo con un Doctor y su esposa, (El Doctor y Vieja Zorra) durante veinte años trabajo para ellos un día se le concede el sueño por el cual tanto había trabajado.

Durante el proceso de lectura nos percatamos de que los personajes principales son Gonsuké (sirviente), la esposa del Doctor (Vieja Zorra) y el Doctor, como secundario encontramos a El empleado, dentro de los terciarios está Taiko el gobernante de esa época.

Gonsuké era un sirviente de mediana estatura, de rodillas presuntuosas, muy soñador, el Doctor era desconfiado y temerosa con su esposa, en ocasiones se molestaba con ella, la Vieja Zorra era una mujer muy astuta frente a las oportunidades que se le presentaban, malvada y muy calculadora, El empleado no era más que un burlón de los sueños de sus clientes, así cualquier cosa con tal de complacer a sus clientes, Taiko es solo descrito como El Gobernante de la ciudad de Osaka.

El narrador del cuento es objetivo ya que la habilidad que posee el escritor para escribir es reflejada en la historia, la cual nos permite conocer con simples y detalladas palabras lo que en nuestra mente nos vamos imaginando con cada párrafo leído, como se puede ver en el siguiente párrafo: "Un hombre que quería emplearse como sirviente llegó una vez a la ciudad de Osaka. No sé su verdadero nombre, lo conocían por el nombre de sirviente, Gonsuké, pues él era, después de todo, un sirviente para cualquier trabajo". En otro momento expresa: "El empleado, atónito, quedó sin habla durante un rato, por el ambicioso pedido de su cliente".

Durante el análisis echo al cuento nos dimos cuenta que el marco en el cual se desarrolla la historia es durante la época del Japón Feudal, por el tipo de vestimenta que es mencionado en la historia y se aprecia en este párrafo "Gonsuké se presentó aquel día ceremoniosamente vestido con haori y hakama".

El entorno físico en el que toman vida los hechos ocurridos es en la Agencia de Colocaciones donde trabaja El empleado, la casa del Doctor y Vieja Zorra así como el enorme Pino que se encontraba en el patio trasero de la casa, y a los diferentes lugares a los que iba el doctor de visita médica.

El manejo del tiempo que es utilizado por el escritor es linear ya que narra la historia sin retornar al pasado, toda la acción sigue un tiempo cronológico el cual el escritor cambia con facilidad como lo muestra este párrafo: "De modo que al deshacerse del visitante, el empleado acudió a la casa de un médico vecino".

El ambiente psicológico que manifiesta el cuento, la forma descriptiva frente a las acciones de los personajes, en la que nos muestra como las personas pueden cambiar de parecer de un momento a otro y acompañado de esta la manera en que las personas se aprovechan de los deseos y sueños de los demás, así como obtener la oportunidad de poner a trabajar una persona sin pagarle un solo centavo.

El nivel de lengua usada por el autor es sociocultural, perteneciente a la clase obrera de las grandes ciudades.

El título del cuento esta total mente relacionado con el texto ya que en él se aprecia como un aspecto cultural de una sociedad puede llegar a ser tomado como base para la elaboración de un texto y mucho más porque en este se muestra que al final la manera en que Gonsuké consigue aquello que tanto desea.

El tema central del cuento no es más que las diferentes adversidades que las personas tenemos que pasar para poder alcanzar nuestros sueños por mas estúpidos y locos que sean, y como las personas que nos rodean en nuestra travesía se aprovechan de nosotros mientras perseguimos nuestros sueños es propiamente característico de esta historia como tema social. Desde nuestro punto de vista cultural nos enseña como un simple mito puede llegar a ser la razón para algunos, ya que estos nos vienen rodeando desde el día que hemos nacido dentro de una cultura que es poco comparable con otra.

Relacionando esta historia, en nuestra cultura nos hemos rodeado con diferentes mitos y leyendas que diariamente nos sorprenden, tenemos mitos que se adaptan a diferentes extractos de la vida social de nuestro país, son variados y a la vez complejos. De los mitos característicos con el cual nosotros lo relacionaríamos seria con el de La Siguapa, ya que ambos se tratan de seres con habilidades diferentes que han adquirido místicamente y ambos viven en las montañas. Es de sin igual relación, La Siguapa siempre ha sido descrita como una persona con los pies al revés y habilidades que hasta ahora no se han podido demostrar.

Para finalizar, el cuento leído nos enseña que como personas podemos escribir textos que cambian completamente el sentido que posee algo de cierto tema en particular en este caso el cultural.

Este cuento despertó en nosotros mucha curiosidad sobre los misterios que guarda el mundo de la escritura, es por esto que muchos dicen que la escritura es un alma de doble filo. Es por esta razón que "Sennin" nos invita a que cada día a creer que cada vez que se desea algo se puede lograr, si pones de tu parte lo único que te puede limitar eres tu mismo ni más ni menos "Las ideas que realmente sedan a demostrar son aquellas que son escritas en piedra, para aquellos que las lean se lleven algo de estas palabras" Sennin es ese tipo de lecturas, ya que este nos deja el deseo de seguir queriendo dar más de lo que ya hemos dado, así como los pesares que paso Gonsuke.

Bibliografía

Akutagawa, R. "Sennin". En:

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/sennin.htm

http://www.wikipedia.com/

Anexos

Anexo 1

"Sennin"

Ryunosuke Akutagawa

Un hombre que quería emplearse como sirviente llegó una vez a la ciudad de Osaka. No sé su verdadero nombre, lo conocían por el nombre de sirviente, Gonsuké, pues él era, después de todo, un sirviente para cualquier trabajo.

Este hombre -que nosotros llamaremos Gonsuké- fue a una agencia de COLOCACIONES PARA CUALQUIER TRABAJO, y dijo al empleado que estaba fumando su larga pipa de bambú:

-Por favor, señor Empleado, yo desearía ser un sennin. ¿Tendría usted la gentileza de buscar una familia que me enseñara el secreto de serlo, mientras trabajo como sirviente?

El empleado, atónito, quedó sin habla durante un rato, por el ambicioso pedido de su cliente.

-¿No me oyó usted, señor Empleado? -dijo Gonsuké-. Yo deseo ser un sennin. ¿Quisiera usted buscar una familia que me tome de sirviente y me revele el secreto?

-Lamentamos desilusionarlo -musitó el empleado, volviendo a fumar su olvidada pipa-, pero ni una sola vez en nuestra larga carrera comercial hemos tenido que buscar un empleo para aspirantes al grado de sennin. Si usted fuera a otra agencia, quizá…

Gonsuké se le acercó más, rozándolo con sus presuntuosas rodillas, de pantalón azul, y empezó a argüir de esta manera:

-Ya, ya, señor, eso no es muy correcto. ¿Acaso no dice el cartel COLOCACIONES PARA CUALQUIER TRABAJO? Puesto que promete cualquier trabajo, usted debe conseguir cualquier trabajo que le pidamos. Usted está mintiendo intencionalmente, si no lo cumple.

Frente a un argumento tan razonable, el empleado no censuró el explosivo enojo:

-Puedo asegurarle, señor Forastero, que no hay ningún engaño. Todo es correcto -se apresuró a alegar el empleado-, pero si usted insiste en su extraño pedido, le rogaré que se dé otra vuelta por aquí mañana. Trataremos de conseguir lo que nos pide.

Para desentenderse, el empleado hizo esa promesa y logró, momentáneamente por lo menos, que Gonsuké se fuera. No es necesario decir, sin embargo, que no tenía la posibilidad de conseguir una casa donde pudieran enseñar a un sirviente los secretos para ser un sennin. De modo que al deshacerse del visitante, el empleado acudió a la casa de un médico vecino.

Le contó la historia del extraño cliente y le preguntó ansiosamente:

-Doctor, ¿qué familia cree usted que podría hacer de este muchacho un sennin, con rapidez?

Aparentemente, la pregunta desconcertó al doctor. Quedó pensando un rato, con los brazos cruzados sobre el pecho, contemplando vagamente un gran pino del jardín. Fue la mujer del doctor, una mujer muy astuta, conocida como la Vieja Zorra, quien contestó por él al oír la historia del empleado.

-Nada más simple. Envíelo aquí. En un par de años lo haremos sennin.

-¿Lo hará usted realmente, señora? ¡Sería maravilloso! No sé cómo agradecerle su amable oferta. Pero le confieso que me di cuenta desde el comienzo que algo relaciona a un doctor con un sennin.

El empleado, que felizmente ignoraba los designios de la mujer, agradeció una y otra vez, y se alejó con gran júbilo.

Nuestro doctor lo siguió con la vista; parecía muy contrariado; luego, volviéndose hacia la mujer, le regañó malhumorado:

-Tonta, ¿te has dado cuenta de la tontería que has hecho y dicho? ¿Qué harías si el tipo empezara a quejarse algún día de que no le hemos enseñado ni una pizca de tu bendita promesa después de tantos años?

La mujer, lejos de pedirle perdón, se volvió hacia él y graznó:

-Estúpido. Mejor no te metas. Un atolondrado tan estúpidamente tonto como tú, apenas podría arañar lo suficiente en este mundo de te comeré o me comerás, para mantener alma y cuerpo unidos.

Esta frase hizo callar a su marido.

A la mañana siguiente, como había sido acordado, el empleado llevó a su rústico cliente a la casa del doctor. Como había sido criado en el campo, Gonsuké se presentó aquel día ceremoniosamente vestido con haori y hakama, quizá en honor de tan importante ocasión. Gonsuké aparentemente no se diferenciaba en manera alguna del campesino corriente: fue una pequeña sorpresa para el doctor, que esperaba ver algo inusitado en la apariencia del aspirante a sennin. El doctor lo miró con curiosidad, como a un animal exótico traído de la lejana India, y luego dijo:

-Me dijeron que usted desea ser un sennin, y yo tengo mucha curiosidad por saber quién le ha metido esa idea en la cabeza.

-Bien señor, no es mucho lo que puedo decirle -replicó Gonsuké-. Realmente fue muy simple: cuando vine por primera vez a esta ciudad y miré el gran castillo, pensé de esta manera: que hasta nuestro gran gobernante Taiko, que vive allá, debe morir algún día; que usted puede vivir suntuosamente, pero aun así volverá al polvo como el resto de nosotros. En resumidas cuentas, que toda nuestra vida es un sueño pasajero… justamente lo que sentía en ese instante.

-Entonces -prontamente la Vieja Zorra se introdujo en la conversación-, ¿haría usted cualquier cosa con tal de ser un sennin?

-Sí, señora, con tal de serlo.

-Muy bien. Entonces usted vivirá aquí y trabajará para nosotros durante veinte años a partir de hoy y, al término del plazo, será el feliz poseedor del secreto.

-¿Es verdad, señora? Le quedaré muy agradecido.

-Pero -añadió ella-, de aquí a veinte años usted no recibirá de nosotros ni un centavo de sueldo. ¿De acuerdo?

-Sí, señora. Gracias, señora. Estoy de acuerdo en todo.

De esta manera empezaron a transcurrir los veinte años que pasó Gonsuké al servicio del doctor. Gonsuké acarreaba agua del pozo, cortaba la leña, preparaba las comidas y hacía todo el fregado y el barrido. Pero esto no era todo, tenía que seguir al doctor en sus visitas, cargando en sus espaldas el gran botiquín. Ni siquiera por todo este trabajo Gonsuké pidió un solo centavo. En verdad, en todo el Japón, no se hubiera encontrado mejor sirviente por menos sueldo.

Pasaron por fin los veinte años y Gonsuké, vestido otra vez ceremoniosamente con su almidonado haori como la primera vez que lo vieron, se presentó ante los dueños de casa.

Les expresó su agradecimiento por todas las bondades recibidas durante los pasados veinte años.

-Y ahora, señor -prosiguió Gonsuké-. ¿quisieran ustedes enseñarme hoy, como lo prometieron hace veinte años, cómo se llega a ser sennin y alcanzar juventud eterna e inmortalidad?

-Y ahora ¿qué hacemos? -suspiró el doctor al oír el pedido. Después de haberlo hecho trabajar durante veinte largos años por nada, ¿cómo podría en nombre de la humanidad decir ahora a su sirviente que nada sabía respecto al secreto de los sennin? El doctor se desentendió diciendo que no era él sino su mujer quien sabía los secretos.

-Usted tiene que pedirle a ella que se lo diga -concluyó el doctor y se alejó torpemente.

La mujer, sin embargo, suave e imperturbable, dijo:

-Muy bien, entonces se lo enseñaré yo, pero tenga en cuenta que usted debe hacer lo que yo le diga, por difícil que le parezca. De otra manera, nunca podría ser un sennin; y además, tendría que trabajar para nosotros otros veinte años, sin paga, de lo contrario, créame, el Dios Todopoderoso lo destruirá en el acto.

-Muy bien, señora, haré cualquier cosa por difícil que sea -contestó Gonsuké. Estaba muy contento y esperaba que ella hablara.

-Bueno -dijo ella-, entonces trepe a ese pino del jardín.

Desconociendo por completo los secretos, sus intenciones habían sido simplemente imponerle cualquier tarea imposible de cumplir para asegurarse sus servicios gratis por otros veinte años. Sin embargo, al oír la orden, Gonsuké empezó a trepar al árbol, sin vacilación.

-Más alto -le gritaba ella-, más alto, hasta la cima.

De pie en el borde de la baranda, ella erguía el cuello para ver mejor a su sirviente sobre el árbol; vio su haori flotando en lo alto, entre las ramas más altas de ese pino tan alto.

-Ahora suelte la mano derecha.

Gonsuké se aferró al pino lo más que pudo con la mano izquierda y cautelosamente dejó libre la derecha.

-Suelte también la mano izquierda.

-Ven, ven, mi buena mujer -dijo al fin su marido atisbando las alturas-. Tú sabes que si el campesino suelta la rama, caerá al suelo. Allá abajo hay una gran piedra y, tan seguro como yo soy doctor, será hombre muerto.

-En este momento no quiero ninguno de tus preciosos consejos. Déjame tranquila. ¡He! ¡Hombre! Suelte la mano izquierda. ¿Me oye?

En cuanto ella habló, Gonsuké levantó la vacilante mano izquierda. Con las dos manos fuera de la rama ¿cómo podría mantenerse sobre el árbol? Después, cuando el doctor y su mujer retomaron aliento, Gonsuké y su haori se divisaron desprendidos de la rama, y luego… y luego… Pero ¿qué es eso? ¡Gonsuké se detuvo! ¡se detuvo! en medio del aire, en vez de caer como un ladrillo, y allá arriba quedó, en plena luz del mediodía, suspendido como una marioneta.

-Les estoy agradecido a los dos, desde lo más profundo de mi corazón. Ustedes me han hecho un sennin -dijo Gonsuké desde lo alto.

Se le vio hacerles una respetuosa reverencia y luego comenzó a subir cada vez más alto, dando suaves pasos en el cielo azul, hasta transformarse en un puntito y desaparecer entre las nubes.

-FIN-

Anexo 2

Glosario:

  • Sennin según la tradición china, el Sennin es un ermitaño sagrado que vive en el corazón de una montaña, y que tiene poderes mágicos como el de volar cuando quiere y disfrutar de una extrema longevidad.

  • Anime edu.red es el término que identifica a los dibujos animados de procedencia japonesa. El anime es un medio de gran expansión en Japón, siendo al mismo tiempo un producto de entretenimiento comercial y cultural, lo que ha ocasionado un fenómeno cultural en masas populares y una forma de arte tecnológico. El anime tradicionalmente es dibujado a mano, pero actualmente se ha vuelto común la animación en computadora. Sus guiones incluyen gran parte de los géneros de ficción y son transmitidos a través de medios cinematográficos.

  • El termino Neo-realismo o realismo estructural hace referencia a la evolución del realismo político dentro del campo de las relaciones internacionales. Según el libro de Esther Barbé Relaciones Internacionales, se presenta como el paradigma o mapa mental más apropiado para el análisis de la sociedad internacional actual desde un punto de vista de la Real-politik; pero, a diferencia del primer realismo, centra su análisis en la estructura del sistema internacional.

  • Hakama es un pantalón largo con pliegues, cuya función principal era proteger las piernas, por lo que originalmente se confeccionaba con telas gruesas y con algún diseño patrón.

  • Haori era una prenda masculina, que según datos históricos data del periodo Muromachi (XIV-XVI). Estaban ricamente bordados según la importancia del general.

 

 

Autor:

Yahonca Ramírez Peña.

Morelvyn Guerrero Nova.

19 de julio del 2012

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