ASPECTOS METODOLÓGICO-TÉCNICOS DE LA INVESTIGACIÓN
Para delimitar las características técnicas y metodológicas de nuestro trabajo comenzaremos por decir que en nuestra investigación las unidades de análisis tomadas fueron: individuos de 32 a 82 años que trabajan en cementerios públicos de la zona sur del país (Alte. Brown, Avellaneda, La Plata, Lomas de Zamora) realizando diferentes tareas.
La información analizada proviene de una muestra de 12 entrevistados: 1 lo fue en dos oportunidades y los restantes una sola vez. En suma, un total de 13 entrevistas, de las cuales cuatro fueron volcadas en notas de cuaderno de campo y el resto registradas en grabación directa.
A todas las unidades de análisis se les informó acerca del trabajo que se estaba llevando a cabo; dos de ellos fueron entrevistados fuera del cementerio.
La selección de los casos en nuestra muestra de tipo no probabilística se dio por Muestreo de Oportunidad y Bola de Nieve, ya que los primeros que comenzamos a entrevistar de forma voluntaria donde estos a su vez fueron nexo para con los restantes.
Los casos obtenidos fueron: un empleado del cementerio de Alte. Brown, cuatro del de Avellaneda, tres de La Plata y cuatro de Lomas de Zamora. De este último es necesario aclarar que un entrevistado actualmente no es empleado del cementerio pero su testimonio nos resultó pertinente para la investigación ya que nos informó acerca del por qué de su renuncia.
La edad de las unidades de análisis oscila entre los 32 y los 82 años, una sola entrevistada fue de sexo femenino y todos tienen (o tuvieron) una antigüedad como empleados de cementerios municipales por encima de los dos años, un empleado lleva 64 años realizando su trabajo lo cual lo convierte en el entrevistado de mayor antigüedad.
La metodología utilizada ha sido cualitativa y el diseño de la investigación exploratorio y descriptivo. Las técnicas de recolección de datos al comienzo de la investigación fueron no reactivas (observación pura, sin participación) y durante el resto (la gran parte del trabajo) fueron reactivas implementando la experiencia en el campo (observación participante) utilizando entrevistas de carácter testimonial con cuestionarios semiestructurados de preguntas abiertas.
Básicamente el cuestionario utilizado como instrumento en esta investigación estuvo diseñado con el fin de obtener información sobre:
-Algunos datos personales de los empleados (nombre, hijos, estado civil)
-El cementerio como lugar físico (horarios, gente que lo visita)
–El trabajo realizado en el cementerio por los empleados (tareas que realizan, sectores que cuidan, tiempo libre, día laboral en el cementerio, etc)
-La experiencia individual y los sentimientos que cada entrevistado experimenta en relación a su trabajo (miedo a la muerte, supersticiones, religión, creencias en espíritus).
A medida que avanzaba nuestro trabajo de campo adquirimos mas información que resultó relevante y que no había sido tomada en cuenta por nosotros (ejemplo: robos en el cementerio) y que fue importante para las entrevistas posteriores.
Los datos utilizados fueron exclusivamente primarios debido a la intención de plasmar la realidad de los empleados del cementerio tal como ellos la perciben y relatan.
La observación pura que llevamos a cabo en un primer contacto con el campo nos sirvió para observar detalles de los trabajadores del cementerio como por ejemplo el tipo de importancia que le asignaban a su trabajo en general algunos de ellos: en nuestra primera visita al campo pudimos percibir que los sectores pertenecientes a distintos cuidadores del cementerio presentaban una notable diferencia en el cuidado y prolijidad de cada sector con respecto a la limpieza, la poda de árboles y el recorte de césped.
Las observaciones participantes que implantamos luego resultaron muy fructíferas para conocer la perspectiva de los entrevistados y poder llegar mediante éstas a obtener respuestas a nuestros objetivos.
PLANTEO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
El problema que motivó a nuestra investigación en el comienzo del trabajo fue el siguiente:
¿Existe o no alguna resignificación en los valores, creencias y pensamientos en personas cuya vida laboral se desarrolla en un cementerio?
Para responder a este interrogante nos hemos planteado los objetivos:
Objetivo General
- Dar cuenta de la cotidianeidad laboral en un cementerio.
Objetivos Particulares
- Indagar cuáles son las visiones que tienen los empleados del cementerio acerca de la muerte, la vida y el cementerio
- Explorar su vida social
- Describir su vida religiosa
LA MATRIZ COMO FUENTE DE ANÁLISIS
Ya que el análisis de datos en las investigaciones cualitativas se basa en la creatividad, y frente un gran cantidad de información que parecía desordenada y sin sentido, realizamos una matriz que contenía las respuestas de cada uno de nuestros entrevistados a fin de poder lograr un orden.
De forma horizontal, se pueden observar las respuestas de cada unidad de análisis a cada una de nuestras preguntas, de forma vertical la matriz ofrece las entrevistas cortadas según diferentes dimensiones temáticas.
Para realizar el análisis insertamos como comentarios cada una de las respuestas de que nos habían dado los entrevistados y luego al leerlas y compararlas, pudimos encontrar datos en común, relaciones y tendencias que hacen a la cotidianidad laboral de los empleados de un Cementerio.
La utilización de éste recurso nos resultó de gran utilidad para el orden y la correcta interpretación de las respuestas de los entrevistados, intentando lograr saciar los objetivos de éste trabajo de investigación.
INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS
"No morimos porque
estemos enfermos, sino
porque estamos vivos"
Montaigné
Era un sábado lluvioso de junio en Lomas de Zamora. El día gris dotaba al cementerio de un aspecto escalofriante. La soledad del predio ahondaba más la sensación, inspiradora de tantas películas en torno a este escenario.
Al atravesar el portón de entrada nos dirigimos directo a la administración, no sin percatarnos de algunas tumbas que yacían a nuestro lado, desarregladas algunas, cubiertas de flores otras pocas. Fuimos recibidos por un policía, que nos señaló que sólo algunos pocos del personal del cementerio se encontraban en actividad en aquel momento, porque la mayoría de ellos se había ausentado en busca del cobro de sus sueldos. No obstante, decidimos adentrarnos en busca de nuestro primer testimonio.
Alberto trabajaba en el cementerio desde hacía 22 años. Siendo tan sólo un niño, comenzó a trabajar en el área de limpieza y hoy sigue cumpliendo las mismas tareas.
– Como no había trabajo agarré y dije, bueno, entro en el cementerio, y unos pesitos más, unos pesitos menos… Averigue cuanto pagaban por día, hasta que quedé fijo.
Se trataba de un hombre joven, sencillo y humilde. Vestía una raída campera de lluvia color azul, un jogging y unas alpargatas embarradas. De mirada esquiva al escuchar nuestras preguntas, Alberto evocaba sus primeros momentos en su trabajo:
– Cuando empecé a laburar lo acepte, primero como uno no sabe, vistes, hace limpieza, barre y después si empecé con las cosas más grandes, jardines después ya me enseñaron a chuzar, lavar con lavandina, pulir los monumentos, hasta que agarré la mano y seguí solo.
Su rutina comienza temprano en la mañana, con unos mates junto a sus compañeros para luego comenzar con la limpieza, tanto de los establecimientos administrativos como de los nichos y tumbas. Su tarea sólo se ve interrumpida por un descanso de rutina para almorzar. Considera a su trabajo como liviano.
– Cuando empezó a trabajar ¿sintió "miedo"o algo en especial?
– A lo primero sí, como antes robaban carteles y todo eso, pero después cuando empecé a agarrar la mano conocí a uno, conocí a otro y a otro, y ya cuando agarras confianza con uno, ya no tenés miedo porque conoces a uno y a otro y ya está no tenés miedo. Yo acá entre a los 12 años a laburar, tengo 34 y yo me voy de la bóveda hasta el fondo y me conozco todo de la punta de los nichos hasta la bóveda y no tengo miedo. Yo laburé en bóveda, en nicho, y después en tierra y no le tengo miedo. Miedo, como diciendo no vallas al fondo que te van a robar, no te juntes con este porque te das vuelta y te puede pegar un tacazo… después, ¿acá miedo?, no porque conozco a todos.
El cielo aún estaba cubierto. Su vocabulario escaso nos obligaba a insistir en ciertas cuestiones.
– Pero ¿qué piensa acerca de la gente a la que le da miedo el cementerio porque cree en fantasmas o espíritus?
– Sí, hay casos, la gente piensa… uno que parte, duele, pero bueno es así. Yo me voy caminando y no sé si llego porque al otro día puedo estar acá (señala el suelo). Cuando vos te descuidas ¿Dónde estás? ¡Acá adentro! Acá hay cada caso… uno, hay que tenerle miedo a los vivos, no a los muertos. Los muertos no te pueden hacer nada. A veces veo o escucho "uh, éste labura acá adentro". Yo prefiero laburar acá adentro y no andar robando. Si voy a robar me meten adentro y me cagan a palos… vas a salir, robas de vuelta y a los tres días estás acá. A mí, mi trabajo siempre me sirvió, poco o mucho, siempre un plato de comida no me hace falta, o un pantalón, unas zapatillas. Aunque sea yo me rompo todo para laburar, pero me tengo que comprar un kilo de pan y no tengo que andar robando. Todo lo que saco acá, si tengo ganas de comer un asado voy y me lo compro.
Alberto es católico creyente y practicante. Una vez por semana va a la iglesia y dice sentirse muy bien. No así Nestor, también empleado de limpieza en el cementerio de Lomas de Zamora.
– ¿Se considera una persona religiosa?
– No. No creo en la religión
– ¿Por que no cree?
– Porque yo creo solamente en lo que veo.
– ¿Hay algo que haya visto aquí que haya causado no creer en religiones?
No, no, no, lo que a veces uno cree que escucha o ve… yo a veces veo sombras a la tarde noche, pero eso es todo de la mente, yo no creo en eso. Es la imaginación de uno.
– ¿Y Sus compañeros le contaron algo?
– Algunos son supersticiosos, pero como saben que yo no creo, no me cuentan cosas de esas.
La charla con Nestor tuvo lugar en un bar nocturno cercano a la estación de ferrocarriles de Banfield Tras acceder a nuestra citación, se encontró con nosotros un hombre de baja estatura, delgado y prolijo en su vestimenta. Escéptico, Nestor imponía un ritmo lento a la conversación.
– ¿Qué visión del cementerio tenía antes de entrar en él?
– A lo principio, un poco de miedo, y bueno… pero una vez que ya entre, lo veo como un trabajo y es lo que es… y cuando no hay posibilidades de otro trabajo, lo aceptas.
– ¿Hay algo que el ingresar en el cementerio haya cambiado su forma de vivir?
– No, porque cumplo con lo mío y no más. No me cambió, y uno por ahí dice, como puede ser que ya te acostumbras a la muerte, cada día que vienen a un velorio, con la tristeza, te acostumbras.
Néstor se mostraba firme en su pensar. Su trabajo era sólo uno más de los tantos posibles que le podrían haber tocado. Uno más, como el trabajo de cualquier persona, que no afectaba su pensar ni su manera de vivir. Pero para María del Carmen el cementerio significaba algo más.
– El contacto real con el lugar lo tuve cuando empecé a trabajar ahí adentro… Me replantee muchas cosas…cuándo se iba a morir la gente que yo quería, qué era en si la muerte, y si existía la vida después de la muerte.
Para esta mujer de 48 años, con dos años de actividad dentro del área administrativa del cementerio de Almirante Brown, la experiencia transformó su perspectiva con respecto a algunos temas.
– Me hizo replantear muchas cosas, me dejó en claro que a la muerte hay que tenerle demasiado respeto, no miedo. No hay que ser cobarde, hay que ser respetuoso… para el caso tarde o temprano te va a tocar. Y sobre todo veo a mis hijos, a mi nieto, y deseo en el alma que no me toque verlos irse. Porque es tan grande la angustia de solamente pensarlo. Y sí me sensibilicé mucho. Veo gente todos los días que está destruida, que no tienen consuelo, no hay palabras que puedan calmar la angustia que traen adentro.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
EXPERIENCIA LABORAL Y EL TRABAJO ACTUAL
Nos interesó analizar las características de los entrevistados en cuanto a su experiencia laboral antes de ingresar en el cementerio para conocer si existe alguna correlación entre su pasado y presente laboral. La particularidad que pudimos observar en cuanto a los trabajos que han tenido nuestros entrevistados es que ninguno de ellos tenía relación con su trabajo actual, destacando que no se ha ejercido alguna profesión u oficio, la cual requiera algún tipo de formación, o conocimiento previo. En este punto, sí se puede encontrar cierta analogía, en tanto que el empleado del cementerio, no necesita una previa formación antes de ingresar en este rubro.
Carlos: "Ninguno fijo, siempre de changas y trabajos particulares como arreglos domésticos (luz o cañerías)…"
Cristina: "si, trabajé en casas de familia, empleada domestica…"
Alberto: "una panadería, en un depósito de metales, en depósito de lana…"
En general, los trabajos que han tenido son predominantemente de tareas manuales y labores no calificados.
Con respecto a la incorporación como personal del cementerio, distinguimos tres formas de ingreso al cementerio:
- Voluntad propia, referida a aquellos casos que mostraron cierto interés individual por trabajar en el cementerio;
- Herencia familiar; casos en los que se transmite el puesto por miembros de la misma familia;
- Por medio de la Municipalidad, a través de la bolsa de trabajo, en donde las personas se anotan y son sometidas a un sorteo para acceder a diferentes puestos de trabajo.
La mayoría de los casos ingresó por voluntad propia, siendo estos entrevistados los que habían manifestado una situación laboral menos estable.
Nestor: "Entré…, yo conocía gente que trabajaba adentro, eh, gente grande…. Primero yo cuidaba autos en la puerta y ahí me hice conocido y después entré ya…."
Raul: "Hacia monumentos con otro hombre, sin ser parte de el cementerio, hasta que un dia me comentaron que necesitaban gente para cortar el pasto y esas cosas y bueno, me quede"
El resto de nuestra muestra, ingreso a través de herencia familiar y por medio del sorteo de la Municipalidad.
Carlos: "Y yo estaba buscando trabajo y me dijeron que me anotara en la municipalidad que te llamaban porque en el cementerio siempre pedían gente. Y bueno, salí sorteado y quedé"
Maria del Carmen: "a través de la municipalidad"
Alfredo: "…Acá se hereda de padre a hijo. Yo cuando me jubilé lo puse a nombre de mi hijo, todo legal se va heredando. Pero hay gente que compra una sesión y la pone a nombre de cualquiera y la trabaja otro. Yo la exploto yo, porque mi hijo es carnicero el tiene dos carnicerías y yo me la rebusco acá y así no le tengo que manguear a mis hijos…
…Mi papá tenía la sesión esa de ahí, se la dejó a mi hermano y después mi hermano empezó a trabajar con Los Playeros. Por escalafón vas agarrando mejores sesiones. A mi hermano le dieron un piso en los nichos del fondo y cuando empezó con Los Playeros lo puso a nombre de la señora y la cuida ella con un peón…"
Luego de indagar acerca de las tareas que desarrollaban en el cementerio, pudimos distinguir 3 tipos de tareas que los dividiremos en sectores.
Oscar: "yo lo que hago son las esculturas, en todos los estilos, para todo el cementerio
Si, lleva tiempo el trabajo, mas o menos 25 días, porque son contra moldes y te lleva tu tiempo"
Cristina: "Me encargo de la limpieza de las placas y barrio los pasillos, sería el mantenimiento"
María del Carmen:"… estoy con los papeleríos y, bueno, hablando con los familiares de los fallecidos…"
Los sectores son los siguientes:
- Limpieza y Mantenimiento: de tumbas, lápidas, galerías, pasillos, bóvedas, etc.
- Administrativo: poner al día el archivo, y ser una contención para las familias de los fallecidos.
- Constructor: confección de esculturas de todos los estilos.
La mayoría de nuestros entrevistados desempeñan sus labores en el sector de limpieza y mantenimiento.
Queriendo encontrar algún tipo de actitud que se notara en general en todos los trabajadores, comenzamos a indagar acerca de cómo era un día de trabajo, pregunta que respondía a nuestros objetivos de investigación.
Alberto: "Lo primero que hago a la mañana me tomo unos mates con los muchachos y a las 8:30 ya me pongo a laburar en limpieza hasta la una, después descanso una hora y cuando está el tiempo así,(refiriéndose al clima de ese día) si llueve mucho a las 4 ya me voy sino hasta las 5."
Pablo: "…cuando es semana de cobro sí venimos…"
Observamos que había actitudes que se manifestaban repetidamente entre los entrevistados. Es por eso que definimos dos tipos de trabajador que responden a cualidades particulares: uno que llamaremos OCIOSO y otro INTERESADO.
El trabajador al que incluimos en la dimensión de Ocioso, se caracteriza por tener una actitud pasiva frente al trabajo, a "tomárselo con tranquilidad" y estrechar vínculos de amistad con sus compañeros a través de los que ellos mencionan como "mateadas", reuniones en la que conversan sobre aspectos de actualidad, fútbol, o sólo la utilizan para pasar el tiempo. El sector que se caracteriza por este tipo de trabajador es el de Limpieza y Mantenimiento.
Gustavo: "…Hablamos de fútbol, de mujeres, somos muy compañeros…"
Carlos: "…Este es tranquilo (trabajo), lo único es que no hay patrón, descansas cuando querés y laburás cuando querés…"
Raúl: "Llego, tomo mate, corto el pasto. Hay veces que no hay nada para hacer entonces tomo mate"
El trabajador al que incluimos en la dimensión de Interesado, se caracteriza por tener una actitud hacia el trabajo relacionada con el interés monetario y por no perder su fuente de trabajo. Trabajan en función del dinero que pueden recaudar.
Alfredo: "Hay que trabajar donde aparezca, en cualquier lado. Si yo me voy de acá, esto se vende con autorización de allá"
Pablo: "Yo voy adelantando los trabajos, por ejemplo hoy limpié nueve, para tener limpio para el día del padre"
Podemos señalar que ésta actitud se manifestaba particularmente en el cementerio de Avellaneda donde las condiciones de trabajo son distintas que en las de los demás cementerios. En éste se observó un clima competitivo ya que los que trabajan allí "alquilan" el lugar de trabajo, le pagan a la Municipalidad para poder trabajar allí y ellos ganan el dinero que les paga la gente por los trabajos particulares que le encargan los familiares de los fallecidos.
Ninguno quiere perder su espacio y a veces está también la competencia por los precios de los servicios. Esa es una de las razones del por qué de su actitud. En el de Lomas de Zamora, por ejemplo, todos son empleados contratados por la municipalidad, con un sueldo mínimo, y luego pueden obtener una ganancia extra por los trabajos que realizan particularmente. En éstos la actitud predominante fue la de Ocioso.
Para el análisis de éstas dos dimensiones, hemos utilizado una tabla comparativa que se detalla a continuación:
LAS OPINIONES AJENAS
Uno de nuestros objetivos de investigación se refería a explorar la vida social del entrevistado y la posible conexión u influencia que tenía su trabajo para con ese ámbito. Para esto creamos una dimensión que se refería a indagar las opiniones que tenía el ámbito social directo de los empleados (familia y amigos) y para saber si estas opiniones tenían alguna influencia en la vida laboral del trabajador.
Desde nuestra posición, considerábamos el trabajar en el cementerio como algo no cotidiano, y como actores sociales que somos sabíamos que existían prejuicios acerca de éste trabajo:
Alberto: "A veces veo o escucho -uh éste labura acá adentro-. Yo prefiero laburar acá adentro y no andar robando. Si voy a robar me meten adentro y me ca— a palos, vas a salir, robas de vuelta y a los tres días estás acá. A mí, mi trabajo siempre me sirvió, poco o mucho siempre un plato de comida no me hace falta, o un pantalón, unas zapatillas. Aunque sea yo me rompo todo para laburar pero me tengo que comprar un kilo de pan y no tengo que andar robando. Todo lo que saco acá si tengo ganas de comer un asado voy y me lo compro."
Gustavo: "Y primero me decían(los amigos): "Estás loco, viejo, ¿no tenés miedo?"; y yo les digo: miedo a qué. Los que están ahí descansan en paz.
¿Y su familia?
No, mi familia no opina. Saben que es mi trabajo y listo."
Néstor: "Me hacían preguntas al principio, ese tipo de cosas, si no tenia miedo… pero después lo tomaron como algo normal, ellos sabían la situación de cómo había entrado y bueno… es un trabajo más."
A partir de éstos comentarios podemos señalar que si bien es cierto que hay opiniones negativas sobre el trabajo en el cementerio, los entrevistados realmente no las toman en cuenta, considerando a su trabajo como normal y como un medio digno de vivir. No les interesa que opinen los demás ya que es la manera en que se ganan la vida.
En el caso de la gente que había entrado por herencia, la situación y la aceptación del trabajo fue más rápida.
Carlos: "Cuando entré mi familia ya estaba acostumbrada, ya sabia…"
También para Cristina la situación de ingreso fue por herencia que su marido ya trabajaba desde hacía varios años y la aceptación del trabajo no tuvo negativas. Ahora también su hija trabaja allí.
Cristina: "A la mañana esta mi hija, hace lo mismo que yo, y a la tarde me toca a mi…..agarro un balde con detergente y un cepillo y a laburar no más!"
Concluimos en que los empleados no dejan que las opiniones ajenas afecten su vida laboral o la modifiquen de algún modo.
VISIONES El objetivo de este apartado es analizar las visiones que contemplan nuestros objetivos principales. Nos interesaba saber si existía resignificación en las visiones y tras el trabajo de campo pudimos comprobar que se refutaba nuestra hipótesis. No tienen una mirada particular sobre el trabajo que realizan, consideran que es un trabajo mas. Los prejuicios forman parte del resto de los individuos que no forman parte de este ambiente de trabajo. De hecho desde este prejuicio construimos nuestra hipótesis, de que surgen cambios en algunas visiones a partir el trabajo que realizan.
Solo uno de los casos dijo haber cambiado su vida el hecho de trabajar en el cementerio. Coincidentemente con ello es la única persona que desempeñaba sus tareas en administración, por lo tanto es la que menos relación directa tiene con las tumbas y bóvedas. Esta unidad de análisis era una mujer de 48 años que hacía dos años trabajaba en el cementerio de Almirante Brown.
María del Carmen: "Me hizo replantear muchas cosas, me dejo en claro que a la muerte hay que tenerle demasiado respeto, no miedo, no hay que ser cobarde hay que ser respetuoso, para el caso tarde o temprano te va a tocar. Y sobre todo veo a mis hijos, a mi nieto, y deseo en el alma que no me toque verlos irse (morir). Porque es tan grande la angustia, de solamente pensarlo. Y si, me sensibilicé mucho, veo gente todos los días que esta destruida, que no tienen consuelo, no hay palabras que puedan calmar la angustia que traen adentro"
Sobre las visiones que tienen sobre el cementerio en el resto de las informantes no variaron en absoluto. La mayoría consideran que es un trabajo como cualquier otro.
Carlos: "Este es un trabajo más, no es nada raro".
Gustavo: "Este es un lugar triste donde uno deja a los que más quiere. Es dónde quedan los que queremos cuando se mueren y este lugar te deja como seguir estando con ellos de alguna forma ¿no? Pero no me parece que haya cambiado nada en mi vida"
"como empecé a trabajar desde chico, trabajé en galerías, en tierra, para mi no fue ninguna impresión, ya estaba acostumbrado, así que después, tuve la suerte que me tocó de entrar en el sector de bóvedas y bueno, para mí era todo igual"
Néstor: "Cumplo con lo mío y no más. No me cambió, y uno por ahí dice, como puede ser que ya te acostumbras a la muerte, cada día que vienen a un velorio, con la tristeza, te acostumbras. La tristeza ajena no me modificó en nada"
Otros testimonios fueron aún más contundentes:
Entrevistador: ¿Que visión tenía del cementerio antes de entrar?
Raúl: Ninguna, yo que sé, nada. Ni cuenta
Entrevistador: ¿Cree que el trabajo modificó en algo su vida personal?
Raúl: No, para nada. Sigo siendo el mismo.
Otro de los aspectos que nos interesaba ahondar era el tema de los miedos. Si sentían miedo en general, al cementerio, a la muerte. Las opiniones fueron casi unánimes. De 13 entrevistados sólo uno afirmó haber sentido miedo al ingresar a trabajar pero haciendo referencia a los robos, de este tema hablaremos mas adelante. A la mayoría, cuando se le preguntaba acerca de este aspecto coincidían en que "miedo hay que tenerle a los vivos", desmitificando la idea, desde el sentido común, de relacionar la muerte con lo malo, lo negativo. Hay que destacar que todas nuestras unidades de análisis pertenecen al horario diurno, todos trabajan en el horario en el que el cementerio esta abierto al público. No habiéndose realizado ninguna entrevista a los trabajadores que realizan otras actividades (como por ejemplo los cuidadores nocturnos).
Oscar: "Miedo no, miedo hay que tenerle a los vivos, ¿los muertos que te pueden hacer?"
Alberto: "A lo primero si, como antes robaban carteles y todo eso pero después cuando empecé a agarrar la mano conocí a uno, conocí a otro y a otro y ya cuando agarras confianza con uno ya no tenés miedo porque conoces a uno y a otro y ya está no tenés miedo. Yo acá entre a los 12 años a laburar, tengo 34 y yo me voy de la bóveda hasta el fondo y me conozco todo de la punta de los nichos hasta la bóveda y no tengo miedo. Yo laburé en bóveda, en nicho, y después en tierra y no le tengo miedo. Miedo como diciendo no vayas al fondo que te van a robar, no te juntes con este porque te das vuelta y te puede pegar un tacazo después acá miedo no porque conozco a todos."
El que más se acercó a nuestra conjetura, lo que nosotros creíamos a lo que ellos le temen, fue Gustavo de 34 años que trabaja en el cementerio de Lomas de Zamora:
Gustavo: "No, eh, yo eh, en lo mío, he escuchado ruidos dentro de los cajones, pero bueno… miedo no, miedo no porque ya es lo que estaba acostumbrado, para mí era algo normal. Muchos comentan que tuvieron miedo, pero yo igual no…."
En realidad el sentimiento que se manifiesta dentro de la cotidianeidad laboral en este lugar, tiene más que ver con los estados de ánimo. El hecho de asistir a muchos entierros diariamente, y ver de cerca el sentimiento de dolor de los familiares y/o amigos de los fallecidos produce en algunos de los trabajadores cierta tristeza. Sobre todo cuando el fallecido es un menor.
Javier: "No, miedo no pero me deprimía un poco el lugar. Yo no le tengo miedo a los muertos pero estar todo el día entre los muertos y ver gente llorando o que esta mal a cada rato me bajoneaba bastante."
Un testimonio que nos llamó la atención, fue el de Alberto del cementerio de Avellaneda. Un hombre de 82 años que hacía 22 que trabajaba allí. Este hombre, cuando se le preguntó acerca de los miedos, dijo nunca haber sentido (lo que entraría dentro del común de los entrevistados) pero contó anécdotas que entran en el terreno de lo irreal:
"Nunca tuve miedo para nada, ¿a que vas a tenerle miedo? Lo único acá hacen cosas las brujas, macumberas. La otra vuelta apareció allá un muñeco de la magia negra, lo pusieron justo mirando para acá. Desde entonces puse un cajón de felpa por aquellas cosas, lo puse y después se fueron. Te hacen cosas, a veces te dejan trapos en la puerta. Son macumbas, maldad que hace la gente. Es la brujería."
INGRESO ECONÓMICO Y SATISFACCIÓN LABORAL De los cementerios públicos que forman parte de nuestro estudio podemos distinguir dos formas de ingreso económico por parte de los trabajadores. Por un lado el sueldo fijo municipal. En el caso de los empleados administrativos (de nuestra muestra se encuentra María Del Carmen del Almirante Brown) cobran sólo este sueldo fijo aunque en un número mayor que los empleados de limpieza. Estos últimos, en el caso de quienes realizan esta tarea en Lomas de Zamora cobran un sueldo básico de trescientos pesos y luego las propinas que le da la gente. La otra forma de ingreso para los cementerios de Avellaneda y La Plata es exclusivamente de propinas. Quienes visitan a sus seres queridos se acercan a los limpiadores para darles algunas monedas, dos pesos o hasta cinco pesos. El caso de los constructores es algo diferente, también realizan su tarea de forma independiente pero cobran por ejemplo 35 pesos en promedio por la realización de placas recordatorias en bronce. El problema con estos últimos es que al no poseer un sector fijo es más competitivo para ellos el conseguir o no trabajos. Van al cementerio para buscar clientes o trabajan por referidos, dependiendo de la calidad del constructor. Algunos tienen clientes de muchos años que confían en ellos, pero otros (los mas jóvenes) "tienen que caminar más" y para conseguir trabajos cobran menos dinero. Quienes están en la parte de limpieza de nichos o de bóvedas reciben una propina mayor al resto de los limpiadores del cementerio ya que tienen clientes de mayor ingreso económico. Como el caso de Gustavo que trabaja en el sector de nichos:
Entrevistador: ¿Le parece justo su sueldo? Gustavo: "Y depende de la frecuencia del pago de los clientes, pero está bien, no me quejo."
Acá se gana más que cuidando en tierra. Las familias que tienen bóvedas por ahí están mejor con la plata y te pagan más seguido. Nosotros vivimos de lo que nos abona la gente
El caso mas llamativo de ingreso económico es el de Avellaneda. Allí los empleados tienen que pagar para poder trabajar ahí, no ocurre esto en los demás cementerios de nuestro estudio. Los constructores pagan un monto anual de 140 pesos y de 20 pesos mensuales para los permisos que les provee la administración. Los empleados de limpieza realizan este mismo pago de 20 pesos por mes que representa el alquiler del sector donde trabajan.
Pablo: "ese es el sueldo mío (limpieza), yo pago patente acá para trabajar, no tengo sueldo somos todos particulares. Pagamos una patente, trabajamos la sesión, lo que nos da la gente es el sueldo de nosotros. Tengo 550 sepulturas y cuido 29"
Alberto: "Estas casillas ya estaban yo por estar acá tengo que pagar la patente, nos cobran 20 pesos por mes, si no, no podés estar. Para mi mas o menos me alcanzaría pero como soy el único que trabaja en casa y somos seis, están los nietos, están los tres hijos del mayor, está la nuera que tuvo otro mas de otro y todos viven con mi sueldo. Ella trabaja en el plan trabajar pero a veces le pagan a veces no le pagan"
Era de preverse que el ingreso económico que provee trabajar en un cementerio, ya sea en el área de limpieza como los constructores, no es muy elevado. En general, si tienen que mantener una familia, tienen otros miembros de la misma que realizan otras tareas para el sustento básico. Otros, como el caso de Pablo del cementerio de Avellaneda, trabajan para no tener que pedirles dinero a los hijos. El testimonio de Alberto ilustra la situación promedio de los empleados de limpieza.
Alberto: "Para mi mas o menos me alcanzaría pero como soy el único que trabaja en casa y somos seis, están los nietos, están los tres hijos del mayor, está la nuera que tuvo otro mas de otro y todos viven con mi sueldo. Ella trabaja en el plan trabajar pero a veces le pagan a veces no le pagan"
Oscar nos describe como es en el caso de los constructores: Oscar: "Lo que gano acá me alcanza mas o menos, porque esta todo mal, en la lucha. Pensá que somos muchos constructores, la gente viene le das un precio, va al otro constructor le da otro precio. También puede ir a afuera y hay casas de exposición que hacen lo mismo que nosotros, y la gente mira su bolsillo. Yo te doy un precio y vos sos dueño de hacer lo que quieras. Yo trabajo mas con la clientela, tantos años que me recomiendan, es una cadena. No soy como otros constructores que tienen que andar caminando para ver si consiguen trabajos. Si te portás bien tenés trabajo, ahora si no le terminas el trabajo a alguno después se sabe"
En relación a la satisfacción con el trabajo que realizan y si quisieran cambiar de empleo si bien los datos no nos permiten generalizar o hacer porcentajes ya que nos manejamos con una muestra no representativa, podemos conjeturar que aproximadamente la mitad de los casos está conforme con su actual trabajo y otra mitad que no lo está. Si bien este trabajo no busca explicaciones causales ya que es un diseño exploratorio, podemos decir que podría existir una relación directa entre la conformidad o disconformidad de su trabajo con el aspecto económico. Los dos casos más relevantes para ilustrar esto serían el de Alberto (82) y de Pablo (81), ambos del cementerio de Avellaneda y que atienden sectores próximos entre si. Estos testimonios nos muestran que hay trabajadores que están muy conformes con su trabajo y otros que no lo están:
Pablo: "Yo lo extraño al cementerio, cuando tengo que faltar lo extraño. Yo me voy de vacaciones por ejemplo una semana con los jubilados y a donde me llevan voy al cementerio, me saco fotografías en el cementerio. Lo extraño, yo me crié acá adentro, de pibe"
Alberto: "No merece la pena estar acá, yo estoy porque estoy jubilado, un poco de allá, un poco de acá. Pero si usted va a vivir con esto no vive"
Del resto de los testimonios hubo algunos que preferirían un trabajo que tenga obra social y un sueldo fijo, aunque la permanencia en el lugar se debe a que les parece un trabajo liviano. Esto es para el personal que realiza la limpieza. El caso de los constructores es diferente ya que la mano de obra requiere un conocimiento más específico.
De las muestra, los más jóvenes son quienes dejan abierta la posibilidad de un eventual cambio de trabajo.
Néstor: "Si, siempre que sea mejor que este, si, pero si no acá igual yo estoy cómodo"
De los testimonios de personas mayores obviamente no ven esa posibilidad de cambiar de trabajo y se encuentran dentro de las dos formas mencionadas: los que no cambiarían por disconformidad y quienes no lo harían por conformidad:
Alberto: "A mi edad que voy a ir a otro lado" Entrevistador: ¿Le gustaría trabajar de otra cosa? Carlos: "No, estoy conforme y cómodo"
INSEGURIDAD Uno de los puntos que no teníamos en cuenta al realizar la investigación fue el de la inseguridad, tema que luego fue recurrente en las sucesivas entrevistas.
Al momento de preguntar acerca de los robos en el cementerio, fue llamativo que casi el total de los entrevistados, afirmo tal cuestión. Lo único que ha variado, son los objetos que han sido robados. Desde objetos materiales, tales como placas, elementos pesados o de bronce, pasando por robos a los empleados o a los visitantes del cementerio, y llegando hasta robar los cadáveres.
Maria del Carmen: "Es toda una cuestión esa. Hubo un tiempo que los estudiantes de medicina robababan los cuerpos, o los mismos sepulteros vendían los cuerpos. Y uno decía, cuando este muerta me van a vender a mi?. La verdad se ha llegado a escuchar cada cosa, que hasta me da vergüenza ajena decirlas. Después están los robos de las cosas materiales"
Aun así, muchos cementerios cuentan con custodios o policías, uniformados o vestidos de civil, los cuales están durante el día, y en algunos casos durante las noches.
Gustavo: "Hubo un tiempo en el que hubo muchos robos. Venían por las placas y bueno, luego se puso seguridad que anda recorriendo el cementerio porque nadie se imaginaba que alguien podía venir a robar algo acá en el cementerio, un lugar muy, como te puedo decir, un lugar muy, muy triste para la gente que viene a dejar aquí a sus familiares"
Pablo: "Hay que venir y cuidarse de los chorros que hay, a mi me asaltaron acá en la puerta de la casilla abriendo el candado. Tenía 24 pesos en el bolsillo, no se lo que me puso atrás y me dijo ¿A dónde tenés la billetera? Que billetera si no cobro, para que voy a tener si no viene nadie a pagar, hoy cobré 20 pesos. "Sacate el anillo", me dijo, "dejamelo que es un recuerdo de muchos años, como me lo vas a sacar". Ahora me lo saqué y lo tengo en la mesita de luz adentro de un llavero. El reloj lo pongo en el bolsillo, por ahí me vienen a preguntar la hora y les digo que no tengo. Es bravo acá"
De este modo, queda al descubierto la inseguridad que se "vive" a diario en un cementerio, un lugar donde ni los empleados ni los visitantes cuentan con una agradable estadía, haciéndose presente siempre el "fantasma" de los robos.
Es importante comentar en este punto, que al momento de realizar una de las entrevistas en el cementerio de Lomas de Zamora, fuimos victimas de un intento de robo, pero por nuestra atención, este no se llevo a cabo.
LA RELACIÓN CON COMPAÑEROS DE TRABAJO
Los empleados del cementerio por lo general tienen una relación normal y poco profunda con sus compañeros. Esto se debe a que cada trabajador tiene un sector de trabajo asignado y por tal motivo no hay demasiado trato personal entre ellos.
En los casos analizados pudimos observar que la mayoría mantiene una buena relación con sus compañeros pero ésta no es muy estrecha. Al indagar a los entrevistados sobre su trato con los compañeros estos se refirieron solo a cuestiones solidarias en torno al empleo y a distintos temas de conversación superfluos. En ningún caso los empleados comentaron como tema de conversación con sus pares "la muerte" ni nada respectivo a dicho tema. Los empleados entrevistados son solo compañeros de trabajo, no hay relaciones de amistad entre ellos.
Es común que la palabra "compañero", se defina y relacione con alguien a quien se le da poca importancia e inclusive en ocasiones se utiliza de manera despectiva. De esto deducimos que cuando se suele decir compañero, se esta refiriéndose al nivel más bajo de la relación interpersonal, y simplemente se está haciendo mención de un "conocido".
Entrevistador: ¿Cómo es la relación con sus compañeros?
Alberto: Buena, si alguien necesita una mano se le da una mano, si uno no puede venir se queda el otro compañero. A veces hacemos dos turnos…
Carlos: Nos llevamos bien, nos cubrimos cuando uno no puede venir… es un buen grupo. Hablamos de fútbol y de política.
Gustavo: Hablamos de fútbol, de mujeres, somos buenos compañeros.
Carlos Mastrangelo: Con mis compañeros de trabajo, muy bien, me llevo bien.
Néstor: Charlamos de trabajo, de fútbol, de cosas así…
Por otro lado, algunos entrevistados de la muestra señalan que entre los compañeros de trabajo existe competencia y engaño.
Las competencias consisten en determinadas características individuales que se puedan medir o contrastar de modo fiable, y que se pueda demostrar que se diferencia del resto de una manera significativa en el desempeño eficaz del trabajador y en la conveniencia del precio que establecen.
Oscar: Acá adentro no hay compañerismo, es competencia. Vos pasas 50 el otro le tira 20, 15 y la gente busca precio. La gente mira su bolsillo y tiene razón. Ahora, yo siempre dije que lo barato sale caro. La gente capaz paga y le tardan en hacer, y a todos nos meten en la misma bolsa, que todos son así, y no es así cada uno tiene su forma de trabajar.
Alfredo: Acá no hay amigos, no tengo amigos, los mas cercanos son aquellos los constructores. Los amigos me robaban. Me roban la puerta, roban los cristos, los portarretratos. Los compañeros si te pueden cagar te cagan. Ahora no hay amigos, el que te conoce te jode. Uno que no te conoce no te va a joder, te va joder uno que te conoce, es así.
RELIGIÓN
La mayoría de los testimonios cree en Dios, independientemente de la religión a la cual pertenezcan, en general son católicos, salvo uno de los casos (el de María del Carmen del cementerio de Almirante Brown) que afirma ser "orientalista". Otros creen en Dios pero no son practicantes. Y algunos concurren a la iglesia.
Sólo tres no creen en ninguna religión, ni en Dios. De todas las afirmaciones podemos concluir que el hecho de trabajar en un cementerio no altera en absoluto las opiniones acerca de esta cuestión.
Javier: "Si, soy creyente pero no voy a misa ni a la iglesia, ni me confieso ni nada. Rezo, eso si pero solo en mi casa" Alberto: "Soy creyente desde los 8 años, voy a una iglesia frente a la cancha de talleres. Voy a la iglesia y siempre estoy bien. Voy, voy y vengo no me meto con nadie tampoco ellos se meten conmigo."
Otro de los casos (el de Alberto de 82 años, del cementerio de Avellaneda) afirmó concurrir a la Iglesia Universal.
"Yo voy a la Iglesia Universal, ¿la conocen? Hace 10 años que estoy. Primero escuchaba por radio, después agarre y fui a Lavalle, después me vine acá. Voy dos, tres días por semana, por semana no pierdo un día, aunque vaya un día por lo menos, pero últimamente estoy yendo tres, hace rato que voy tres."
(Una mujer interrumpe para dejarle un bidón y darle dos pesos).
"Las iglesias para mi son todas iguales"
De los no creyentes, el testimonio de Néstor (35 años) un claro ejemplo.
"No. No creo en la religión
Porque yo creo solamente en lo que veo."
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