Visitas domiciliarias en pacientes geriátricos
Enviado por Carlos A. Reyes-Ortiz, M.D.
RESUMEN: Las visitas domiciliarias se indican en ancianos de alto riesgo o recluidos en la casa. Para describir las necesidades médico-sociales, se evaluaron 75 pensionados. Esto incluyó datos sociales y clínicos, funciones física y psíquica (escala Hospital Cruz Roja, Madrid-España), función familiar (APGAR familiar) y ambiente. La edad promedio fue 80.3 años, hubo 3.9 diagnósticos y 4.4 fármacos/paciente; 89% tenían un estado socieconómico bajo. En casi 85% de las mujeres y 94% de los hombres se vio una incapacidad física moderada-severa. Más o menos en 44% de las mujeres y en 48% de los hombres se observó alguna incapacidad psíquica moderada-severa. Había una disfunción familiar moderada en 39% y severa en 28% de ellos. Una cifra alta de los hogares, 96%, tenían por lo menos un problema ambiental; los más frecuentes fueron accesibilidad, 60%; espacio inadecuado, 52%; peligros arquitectónicos, 47%; e inseguridad, 39%. En estos pensionados se encontró una prevalencia alta de necesidades médico-sociales.
Palabras claves: Visitas domiciliarias. Ancianos. Geriatría. Cuidado en casa.
SUMMARY: Home visits are indicated in high risk or home-bound elders. To describe medical-social needs, 75 retired people were evaluated. This included social and clinical data, physical and mental functions (Red Cross Physical and mental scale, Madrid-Spain), family function (family APGAR) and environment. They had mean age of 80.3 years, 3.9 diagnoses and 4.4 medications/patient; 89% had low socieconomic status. Almost 85% of women and 94% of men had moderate-severe physical incapacity; 44% of women and 48% of men had moderate-severe mental incapacity. There were moderate family disfunction in 39% and severe family disfunction in 28% of them. A lage amount of homes, 96%, had at least one environmental problem; more frequent were accesibility (60%), inadequate space (52%), hazards (47%), and insecurity (39%). These retired patients had a high prevalence of medical-social needs.
El cuidado domiciliario es el área de crecimiento más rápido en el sistema de salud estadounidense. La Asociación Nacional para el Cuidado Domiciliario1 en diciembre de 1996 había identificado un total de 20,215 organizaciones de cuidado domiciliario en los Estados Unidos. El cuidado domiciliario existe en Suecia para 20% de los ancianos, se ha calculado que lo necesitarán en Italia 15% y en España 10% de los ancianos2,3.
La Asociación Médica Americana define el cuidado domiciliario como la provisión de servicios o equipos al paciente en el hogar, con el propósito de restaurar y mantener su máximo nivel de bienestar, función y salud4. Para cumplir sus objetivos, el cuidado domiciliario se debe ofrecer en equipo interdisciplinario, y debe recibir apoyo logístico (transporte, equipos mínimos, etc.) y económico suficientes. Los servicios geriátricos domiciliarios desempeñan funciones generales como integrar la presencia del hospital en la comunidad; ser un recurso educativo y de investigación, además de facilitar la admisión hospitalaria de un paciente que lo necesite y dar de alta a los ancianos hospitalizados en quienes esté indicado este servicio5,6.
Aunque la ayuda médico-social a domicilio se debería integrar, según sucede en algunos países1,2,4,5, en otros, como en España, se financia por fuentes distintas (Ministerio de Sanidad y Consumo, y Ministerio de Trabajo), por esto para su análisis, se puede dividir en sus dos componentes principales: la ayuda médica y la ayuda social. La ayuda médica domiciliaria la dan principalmente los médicos, las enfermeras, los terapeutas físicos u ocupacionales y los trabajadores sociales. Sus objetivos principales son cumplir criterios clínicos y realizar procedimientos médicos, de enfermería (sondeos, curaciones), de rehabilitación y consejería familiar7. La ayuda médica domiciliaria hace parte usual de los niveles asistenciales geriátricos hospitalarios, como un servicio básico y complementario a los otros niveles como son la unidad geriátrica de agudos, el dispensario, el hospital día y las unidades de media y de larga estancias8,9. La ayuda social domiciliaria la dan esencialmente los servicios sociales comunitarios. El objetivo principal es cubrir necesidades humanas básicas en los ancianos. En ella se ofrecen servicios como el baño del enfermo, las comidas «calientes» o «sobre ruedas,» el lavado de ropas, la podología, la compañía y el aseo del hogar10.
Metodos
Se hizo un estudio retrospectivo de pensionados recluidos en la casa que recibieron visitas domiciliarias durante los años 1991 y 1992. Hubo una población total de 205 pacientes distribuidos en el perímetro urbano de la ciudad de Cali.
Las visitas domiciliarias a que se refiere este estudio, hacen parte de la ayuda médica domiciliaria en asistencia geriátrica. De los enfermos pensionados atendidos por la Caja Nacional de Previsión Social (CAJANAL) que solicitaban visitas geriátricas domiciliarias (VGD) en la ciudad de Cali, se escogieron los pacientes durante un período de dos años, de enero de 1991 a diciembre de 1992. El objetivo del estudio fue describir las necesidades de salud y necesidades sociales de los pensionados recluidos en casa.
Para obtener los datos, se revisaron las tarjetas clínicas de control domiciliario de los pensionados a quienes se visitó por lo menos dos veces, y donde se había escrito la información sociodemográfica, los diagnósticos clínicos, la lista de fármacos, el estado funcional, la valoración de la familia así como las características ambientales del domicilio del enfermo.
Para el nivel socieconómico (NS) se tuvo en cuenta la pensión mensual del paciente y se consideró como: NS bajo, menos de 1 salario mínimo; NS medio, entre 1-3 salarios mínimos; y NS alto, más de 3 salarios mínimos. El salario mínimo mensual en 1991 era $51,720 y en 1992 era $65,190.
Para valorar los estados funcionales y mentales se usó la Escala de Incapacidad Física y Psíquica del Hospital de la Cruz Roja de Madrid, España (escala HCR)11. Esta es una escala ordinal donde se valoran las funciones física y psíquica del anciano; tiene un puntaje de 0 para lo normal o independencia total en función física y/o psíquica, y un máximo de 5 para la incapacidad física y/o psíquica mayor, es decir, dependencia completa. Se agrupó la escala en grados, así: 0-1 normal, o incapacidad leve; grados 2-3, incapacidad moderada; y grados 4-5, incapacidad severa.
Para evaluar la función familiar se usó el APGAR familiar12, escala ordinal de 0-10 puntos, donde 7-10 puntos corresponden a una función normal; 4-6 puntos a una disfunción moderada; y 0-3 puntos a una disfunción severa. La escala la autoadministra el mismo enfermo. Si éste no entendía o las respuestas no eran adecuadas, se le aplicaba a su cuidador.
En la valoración ambiental se tuvieron en cuenta los problemas externos a la vivienda como la accesibilidad (p. e., facilidades para llegar a pie o en carro), la seguridad del barrio (según lo expresaban el paciente o los familiares) y el ruido ambiental; también los problemas internos de la vivienda como el espacio inadecuado (hacinamiento), los peligros arquitectónicos (barreras físicas, falta de iluminación, etc.), y la higiene de la vivienda (desaseo, malos olores). Se revisaron 92 pacientes consecutivos.
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