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Cuando el amor muere

Enviado por Felix Larocca


  1. Las consecuencias
  2. Romper una relación entre amantes
  3. Parejas inestables
  4. Las secuelas de la ruptura
  5. La reacción de los ex-maridos a la disolución del affaire
  6. Los familiares cercanos ante la separación
  7. En resumen
  8. Bibliografía

"Estudiando las diversas actividades neuronales de nuestros tres cerebros hemos logrado la iniciativa de poder trazar las diferentes rutas que nuestras emociones, percepciones, y afectos viajan al servicio de nuestras adaptaciones. El amor y los celos viven entre ellas". FEFL en El Amor Como Paradigma de los Sentimientos Humanos.

"Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos y con alas para salvarlos." Jacinto Benavente

Esta es una lección acerca del fin de las relaciones entre amantes: Algo para lo que nadie nunca, de antemano, se prepara.

El fin de una relación en la que existieran sentimientos de ternura o de apego, es siempre una ocasión triste. Cuando nos sentimos abandonados porque mamá fue a la clínica a tener un bebé, o cuando mamá nos ignora, siempre pensamos en una muerte posible e ineluctable que algún día llegará. Freud y sus seguidores, especialmente Bowlby y Rutter (de manera vacilante), nos enseñaron que en cada separación hay duelo, porque en cada separación, aun en las breves, la muerte en su simbolismo irrevocable se despierta.

Las consecuencias

Las primeras consecuencias de una ruptura son generalmente peores de lo que la pareja esperara cuando se toma la decisión. El status quo, que de antes existiera, facilitaba evitar el dolor de la terminación porque impedía confrontar los sentimientos penosos que resultarían a la disolución del vínculo.

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Madre e Hija por E. Munch

El dolor resultante es mayor aún si en la relación se llegaron a compartir confidencias y secretos, que hicieran de la misma –– si es prohibida –– algo que fuera excitable y arriesgado, algo risqué, especialmente cuando el nivel de intimidad era muy alto. Este malestar, mayor al esperado, se debe a dos motivos:

1. Los placeres ausentes y

2. Las dependencias mutuas1. Antes de la ruptura la pareja pudo estar consciente momentáneamente de lo que carecieran como amantes. Cada quien evitaba observar lo negativo y las necesidades que no estaban cubiertas, pero sólo a raíz de la separación se vuelven conscientes de que existían muchas expectativas que nunca fueron satisfechas y a las que nunca atendieran. En este momento es en el cual se toma consideración de que se echaban de menos esas satisfacciones o requisitos que nunca podrían ser, por la naturaleza misma de la relación.

2. El paso del tiempo creó asimismo una dependencia emocional entre las dos personas que integraran la relación de la que ni siquiera fueran conscientes, por lo menos hasta el grado en el que llegaran a sentirla después de la separación. En el caso de una ruptura traumática debe enfrentarse el rechazo, mientras que si ésta ha sido amigable, surgen los sentimientos de arrepentimiento y las dudas. Esa corriente emocional persiste por muy complicada y tensa que la relación haya sido.

Romper una relación entre amantes

Dar fin a una relación íntima es doloroso en cualquier caso, pero está demostrado que el hacerlo sin haberse casado es igualmente problemático.

Las parejas que rompen sin estar casadas tienen una serie de características únicas. Presentan mayores diferencias en sus aspiraciones personales y educativas, en su edad, inteligencia emocional, situación social y atractivo físico, no hay hijos de por medio, además de que una de las partes tiende a estar más involucrada en la relación que la otra.

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Parejas por Manuel Reyna

Una fuente de problemas que puede causar la ruptura es la diferencia respecto a los planes para el futuro (cambiar de residencia, dónde, con quién y cómo pasar el resto de la vida, cómo vivir la relación sin ser detectados y asuntos similares). En este tipo de situaciones el deseo de ruptura casi nunca es mutuo y, generalmente, suelen tomar la decisión las mujeres, ya que ellas son más capaces de hacerlo porque aceptan con claridad la posición de ser la perjudicada a largo plazo.

Parejas inestables

En este caso la relación existe como un compromiso para solventar problemas neuróticos de naturalezas profundas y de naturaleza co-dependiente. La relación se confina al deseo y la actividad sexual sin planes de compromisos formales, ya que ambas partes realizan que la vida compartida de forma definitiva sería imposible.

Aunque el elemento de la fragilidad de estas uniones está comprobado, sigue siendo una decisión que no se toma a la ligera. Persisten, aunque están destinadas al fracaso.

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Codependientes

También en este tipo de relaciones son las mujeres las que más a menudo toman la iniciativa para la disolución. Éstas suelen sobrellevar mejor la tensión emocional de la terminación porque al ser ellas las que lo proponen no se sienten tan rechazadas como el hombre. Al hombre, por su orgullo, le es difícil aceptar que una "conquista" se les aleje o escape.

Otros factores importantes que facilitan el paso por esta etapa para la mujer, son la existencia de una red de amigos y familiares que puedan ayudar, el buen estado financiero, una situación aceptable de los hijos y la existencia de otro amante, aunque éste sólo sea una relación transitoria.

Las secuelas de la ruptura

Es frecuente que en el primer año después de la ruptura los ex-amantes sientan más resentimiento hacia su ex-pareja que durante los meses finales de la relación. Las disputas por la asignación de la culpa, la reintegración de cada quien con la persona "legal" y la resignación de ceder a algo que nunca se pretendiera disolver, ahora comienza. Y, entonces, cuando uno de los que se alejan queda mejor parado, el dolor, para el otro, se torna peor.

Por otra parte, el círculo de amistades de los amantes se reduce (les es difícil el relacionarse con ambos miembros de la ex-pareja), mientras que el apoyo de los amigos circunstanciales suele ser escaso.

Los problemas en el trabajo también pueden surgir debido a la inestabilidad emocional del trabajador. Por todo ello, estas personas son más propensas a la soledad emocional, al desequilibrio, a las pautas inadecuadas a la hora de dormir, comer, trabajar, consumir alcohol y drogas e incluso a la promiscuidad sexual. Esto suele desaparecer con el transcurso de algunos meses, pero en algunos casos, sobre todo en aquellas personas que permanecen solas o solteras, pueden persistir por mucho tiempo.

La depresión es más común en este tipo de individuo, sobre todo si se había separado de ese alguien repetida y habitualmente durante el proceso de ser amantes.

La presencia de hijos también contribuye a la dificultad de adaptación, ya que ellos no toleran que sus padres hayan podido traicionar los votos que otros consideran sagrados – como es la fidelidad conyugal.

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Danza de la Vida por E. Munch

En el caso de la mujer es peor, porque la madre personifica en nuestra cultura toda la seguridad, abnegación y pureza que define el sentimentalismo del ser humano. Además que una madre solitaria y sin pareja es, en cierto modo, otra mujer joven (como sus hijas) en búsqueda de relaciones sexuales o afectivas. Aquí puede decirse que, por regla general, ella se distancia en su relación con sus retoños, porque éstos le erigen obstáculos, limitando sus libertades. La mamá, sin haberse casado y sin haber creado una nueva relación puede correr el riesgo de pasar una vejez solitaria. Algo que muy pocos desean.

  • ¿Por qué nos separamos?Por lo general existe un distanciamiento emocional progresivo que culmina con el hecho de la disolución del affaire. También puede existir algún caso en el que algún evento (por ejemplo una infidelidad), lo precipite, pero suele ser poco común si los amantes gozaron de una relación estable.

La mayoría de los amantes recuerdan la última etapa de su consorcio como infeliz y, es por eso, que ella decide poner un fin a ese malestar.

Tanto en las mujeres jóvenes como en las mayores la decisión se toma porque se busca algo más en la relación que lo que se encuentra. La separación parece lo más indicado a esa situación desdichada. Muchas de estas expectativas no cumplidas se deben a la mala información que sobre el amor existieran o se pretendieran dar, tanto a nivel emocional, como social. La comparación con la realidad pone de relieve esas diferencias.

  • Las repercusiones inmediatas y tardíasEl rompimiento significa para un amante, en primer lugar, la dificultad de poder tener acceso directo a su compañero sexual de antaño. Durante la primera etapa este acceso también se reduce debido a los propios problemas emocionales de los que, muchos, por detrás quedan. A veces, una esposa alentó la infidelidad del marido con la amante, para disponer de su propia libertad, ahora esa opción no le es posible.

Para todos, los sentimientos son confusos. Sufren de tristeza, se sienten enfadados con sus ex-amantes e incluso con ellos mismos, pues a veces se culpan de la separación y piensan no haber actuado como debieron. En ocasiones demuestran un comportamiento abatido con la esperanza de que los amigos los reconcilien. Ante estas situaciones hay que establecer claramente que la causa de la separación fue real y que ésta es definitiva.

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Nunca más lo veré

Mientras se tramita la separación y después de ésta, las relaciones entre los amantes se caracterizan por deseos de posponer la realidad y, a menudo, por el uso de estrategias dirigidas a causarle malestar al otro. Mientras todo cambia y se desvinculan afectivamente; no se encuentran en condiciones de ser comunicativos ni cariñosos y a veces controlan poco con sus actos. Esto resulta especialmente evidente cuando ambos eran codependientes patológicos. Personas que lloraban en los hombros mutuos, y que necesitan el soborno de ofrecer obsequios reconciliadores, después de las peleas, para controlar al otro.

La reacción de los ex-maridos a la disolución del affaire

  • Cuando la infidelidad causó o fue parte de un divorcioEn el matrimonio terminado, el apoyo emocional nunca existió y el compartir experiencias en la vida, que es aspecto esencial en el desarrollo emocional de una pareja, estuvo ausente. El ex-marido, si fue traicionado, y se sintió ultrajado por la deslealtad de la mujer, aunque haya contraído nuevas nupcias, nunca permanecerá impávido, y si existen hijos de por medio, los usará para rectificar el entuerto –– eso obliga a los hijos a sentirse que están de por medio, otra vez más –– como sucediera cuando el divorcio.

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Amor, amor, amor…

No es extraño hallar casos en los que los hijos se encuentran mucho mejor emocionalmente una vez que sus padres se han separado de sus amantes, si su relación con ellos era adecuada. Pero tener que seguir soportando las continuas disputas entre ellos dos, vuelve el ambiente de la resolución final imposible, y la resolución más dañina.

  • El grado de dificultad del divorcioSi la hostilidad que se engendrara durante el divorcio fue grande, el hijo va a desarrollar mayor resentimiento y enojo, y su bienestar va a disminuir. Esto hay que tomarlo en cuenta, cuando se abandona el amante y quedan hijos de divorcio, aun de por medio.

La adaptación posterior de los hijos dependientes va a ser más complicada debido a la inseguridad creada, sobre todo cuando la vulnerabilidad se acrecienta debido a las resurrección de las viejas riñas por división de custodia y manutención. Y, si además se ven obligados a elegir afectivamente entre uno de los progenitores, la situación se agrava.

  • Los cambios en la rutina diariaLa adaptación a la nueva vida como ex-amante será más fácil si se conserva intacto el resto de la vida. Los cambios de vivienda, de ciudad, de trabajo, de normas, de amigos…van a ser recursos que ayudan a disminuir el estrés, si éstos se utilizan bien.

Es necesario que los que han decidido terminar sean conocedores de este hecho por el propio bienestar.

Los familiares cercanos ante la separación

  • Los padres de la parejaCuando la separación se consuma, es más probable que los padres del cónyuge que se aleja se sientan mejor. Lo mismo, pero no siempre, es el caso con hermanos y hermanas.

  • No obstante, el dolor es de todosPara muchos que convivieron en secreto con quienes se separaran, la tristeza es siempre sentida y patente, aunque ésta se niegue. Hay que tratar de no ocultarla, ni de exhibirla con desfachatez, ya que es tema tabú – aunque todos lo supieran.

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Edvard Munch Cupido y Psique

En resumen

Toda separación, toda terminación, arrastra en sí un aspecto del significado final de la muerte. De la muerte de quienes queremos, de quienes hemos querido y, finalmente, de la muerte propia. Aceptarlo y no evitarlo disminuye la duración del duelo –– porque la muerte es final.

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: El Amor Como Paradigma de los Sentimientos Humanos en monografías.com

  • Larocca, FEF: Lo que los Padres, de Niños, nos Decían en monografías.com

  • Larocca, FEF: Codependencia ¡Nunca Más! El Caso de Miriam en monografías.com

  • Larocca, FEF: El Amor como Codependencia en mailxmail.com

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca