Pero aún suponiendo que la figura de la foto sea un fantasma real: ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso los fantasmas tienen alguna base de origen material en su misteriosa constitución? Si pueden verse y ser fotografiados es evidente que los átomos (base de toda la materia) están en el fondo del asunto. Pero hay un serio inconveniente con esta hipótesis: los átomos poseen neutrones girando en órbita y estos neutrones producen una poderosa fuerza de repulsión a cualquier otra cosa que sea material. Por ese motivo, según informan los físicos, la materia no puede atravesar a la materia. He aquí que nos encontremos con la esencia misma de los aplausos (de no ser así nuestras palmas se atravesarían como si estuvieran hechas de humo). Pero la cultura popular sigue afirmando que los fantasmas atraviesan paredes o desaparecen en el aire. Entonces, ¿cómo lo hacen? Una posibilidad lógica sería que los espectros estuvieran hechos de neutrinos y no de neutrones. La física nos dice que los neutrinos no tienen carga eléctrica, por lo tanto no generan ninguna fuerza de repulsión, pudiendo así traspasar muros (o cualquier otra cosa) sin problema alguno. De hecho, en este mismo momento todo mi cuerpo está siendo atravesado por ellos. Claro que si los fantasmas estuvieran constituidos por estas partículas (neutrinos) no podrían irradiar luz alguna ni radiación electromagnética. Por ende no sólo serían invisibles al ojo humano sino indetectables por la tecnología que utilizan los cazadores de fantasmas. En conclusión: es imposible conseguir evidencia objetiva de su existencia, aún con la aparatología más avanzada. A menos que queramos tirar por la borda todas las leyes de la física.
En un interesante artículo publicado por la revista El Escéptico Digital[9]Ramón Ordiales desgrana una serie de fenómenos estudiados por la psiquiatría que permitirían explicar gran parte de los fenómenos paranormales que se denuncian a diario por todo el mundo, respetando el sentido común, la experiencia clínica y, por sobre todo, sin acudir a teorías estrambóticas. En este trabajo nos limitaremos a señalar sólo algunos de esos procesos (aquellos más convenientes al momento de analizar las apariciones de los fantasmas del Bauen Hotel).
Si dejamos a un lado a las personas esquizofrénicas, a los místicos, histéricos o paranoicos (que a no dudarlo han contribuido, y mucho, a la difusión de historias espeluznantes), aún nos quedan varios procesos psicológicos por medio de los cuales muchos sujetos falsean involuntariamente la percepción de un suceso o la evocación del mismo.
Uno de los más comunes es el de la «confabulación», que no es otra cosa que la falsificación de la memoria de un sujeto que evoca una historia falsa sobre acontecimientos pasados. Cree lo que dice. No es conciente de sus errores. Tampoco hay intensión de engañar, sino más bien de rellenar los huecos producidos por la mala memoria. Cuando alguien evoca una historia de fantasmas ocurrida tiempo atrás (siempre "ocurren tiempo atrás"), la confabulación suele hacer acto de presencia con tanta eficacia que la fabulación inconciente queda añadida a sus recuerdos como un hecho real. Este tipo de proceso es muy común en personas que se someten a la hipnosis.
La «mitomanía» es otro. En ella el relato es inventado. Siempre alude a experiencias personales que supuestamente acontecieron en la vida de quien lo relata. Son historias verosímiles a las cuales se las adorna con detalles de la vida cotidiana, a fin de buscar la naturalización de lo relatado, la aprobación y aprecio del interlocutor. En el fondo de este comportamiento se entrevé una constante búsqueda de emoción a la propia existencia (por lo general chata y monocorde).
Un tercer proceso psicológico es la «extrañeza perceptiva". En esta alteración, lo percibido es reconocido como algo familiar, pero vivido subjetivamente como algo extraño o irreal. Una simple niebla o corriente de aire puede quedar asociada a la presencia de fantasmas.
Un tanto ligada a la alteración anterior está la «ilusiones afectivas», producto de emociones fuertes (miedo a la oscuridad, por ejemplo) o situaciones de crisis personales (como puede ser el duelo y dolor de una viuda que jura haber visto el fantasmas de su marido).
Pero de todos estos procesos hay dos que, en mi opinión, quedan más asociados a lo que "se dice" la gente ve en el Hotel Viena: las «pareidolias» y las «imágenes eidéticas».
En el primer caso, el proceso consiste en la creación de imágenes como producto de nuestra fantasía frente a elementos de la realidad que se nos aparecen como amorfos o imperfectos. El mejor ejemplo es aquel en el que un sujeto, observando manchas de humedad, paredes descascaradas o simplemente nubes, dicen distinguir rostros, siluetas misteriosas, vírgenes, santos o fantasmas.
En cuanto a las «imágenes eidéticas», se trata lisa y llanamente de imágenes que son percibidas como algo corpóreo, pero que en realidad son imaginadas. Si bien este tipo de alteración es frecuente en los niños, las personas histéricas o muy sugestionables también pueden padecerlas. Convengamos que un hotel a oscuras genera un contexto idóneo para que esto suela ocurrir.
Finalmente, desearía transmitir una interesante experiencia llevada a cabo por la Nacional Geographic no hace mucho tiempo atrás.
En esa oportunidad un grupo de especialistas en sonido comprobaron que ciertas ondas, llamadas infrasónicas (inaudibles a los humanos por ser ultrabajas) ocasionan respuestas de temor, angustia, tristeza e incomodidad física en la gente. Incluso, en condiciones atmosféricas de alta condensación, hasta es posible experimentar sensaciones físicas, como la de hormigueo en todo el cuerpo, o sentirse observado. Y todo esto suele ser señalado como "pruebas" de la presencia de espíritus del Más Allá.
Pero, ¿qué puede provocar un infrasonido? Respuesta: muchas cosas. Desde un ventilador, el traqueteo de un camión o de un tren, incluso el choque del mar contra las rocas de la costa. Además, los lugares grandes suelen convertirse en amplificadores de sonidos de baja frecuencia que penetran el cuerpo y hacen vibrar los huesecillos del oído interno, afectando el equilibrio, distorsionando los sonidos y, en casos extremos, afectando la visión (al hacer vibrar también los ojos).
Ya para terminar quisiera decir algo respeto de las llamadas psicofonías que captamos en el Bauen.
En primer lugar, si pretendiéramos probar que las grabaciones son "reales" sin dejar lugar a la duda, deberíamos tener un espacio controlado. Y eso no lo tuvimos nunca. Los ambientes estaban contaminados (metales, cobre, silicio, emisiones de AM y FM, óxido), generando con seguridad interferencias de todo tipo (rebotes, ecos, acústica, electroestática, electromagnetismo) que nos obligan a tenerlas en cuenta antes de caer en explicaciones supernaturales. Además, la fiabilidad de los equipos requeridos para llegar a conclusiones tan extremas debería ser muy alta, y como todos sabemos, los laboratorios con esas características son enormemente caros.[10]
Fantasmas. ¿Experiencias inexplicables?
No lo creo.
Por el momento tenemos caminos alternativos más probables a la hora de resolver el enigma. Así todo, el tema genera sin esfuerzo (en especial por la noche) un especial encanto. Lo indeterminado atrae, moviliza; disuelve nuestras seguridades más elementales. Nos mete de lleno en un universo que sólo creemos existe en la literatura y nos permite para salir de él renovados.
De ahí su misterio. Su magia y su mística.
Autor:
Fernando Jorge Soto Roland
[1] Caillois, Roger, “Del Cuento de hadas a la Ciencia Ficción”, en Imágenes, Imágenes…Ensayos sobre la función y poderes de la imaginación, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970.
[2] Nota: Ya a fines del siglo XIX y principios del siglo XX los psíquicos hicieron furor, llenando teatros en muchas ciudades importantes del mundo.
[3] Para conocer los pormenores de esta historia véase en Web: http://www.latribuna69.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=2398:un-fantasma-amenaza-el-hotel-bauen&catid=27:new-to-joomla&Itemid=62 y http://tiempo.infonews.com/2012/10/21/investigacion-88851-los-que-piden-desalojar-al-bauen–le-deben-al-estado–170-millones.php
[4] Archivo del autor. Los testimonios corresponden a los dichos de dos empleados del hotel. Hemos decidido omitir los nombres y apellidos propios que aparecen en la grabación.
[5] Véase: Soto Roland, Fernando Jorge, Visitantes de la Noche. Aproximación al devenir de los fantasmas en el imaginario de la cultura occidental, editorial Martín, Mar del Plata, 1997. Disponible en Web.
[6] Debemos aclarar que las frases fueron escuchadas después de revisar el registro y no en el lugar (no “en vivo”).
[7] Nota: a sólo una cuadra y media transmite una FM a la que he concurrido en varias ocasiones Radio Belgrano).
[8] Véase en Web: http://www.guillermoleone.com.ar/leyes.htm
[9] Véase artículo original en : http://www.homowebensis.com/archivos/psicología-de-los-fenómenos-paranormales/.
[10] Véase: http://raudivevoice.blogspot.es/
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