Introducción
Conforme la sociedad y el hombre han ido cambiando, las materias del derecho internacional y sus prioridades han ido ajustándose a la realidad. En un principio se ocuparon de la manera de finiquitar guerras o repartir sus productos, para luego devenir en tratados que dieran a los vencidos la oportunidad de desarrollarse pero bajo la vigilancia de los vencedores, también se ocuparon de proteger a los combatientes y a los prisioneros de guerra y los heridos, protegiendo sus derechos y estableciendo organismos neutrales que les auxiliasen; se ha ocupado también de limitar las armas que producen sufrimiento excesivo e innecesario.
Para respaldar y materializar estos acuerdos, se han constituido organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, así como otras organizaciones de carácter regional con funciones similares pero con mayor especificidad.
El Derecho Internacional Humanitario que es el cuerpo de normas internacionales de origen convencional o consuetudinario destinado a ser aplicado en conflictos armados internacionales o no, limita por razones humanitarias, el derecho de las partes en conflicto a elegir libremente los métodos y los medios utilizados en la guerra, protege a las personas o a los bienes, que pueden ser afectados por el conflicto. Se ocupa de la reglamentación de los conflictos armados y de las conductas que deben cumplirse durante su desarrollo para proteger los derechos de los combatientes y de los civiles. Asimismo define a las instancias que pueden auxiliar a los civiles, los desaparecidos, los heridos como son la Cruz Roja Internacional y su carácter de neutralidad, es decir, de no combatiente y señala las convenciones para identificarlos y tratarlos. [1]
Fruto del primer Convenio de Ginebra, firmado en 1864, nació el derecho internacional humanitario contemporáneo para responder, a las crecientes necesidades humanitarias, ocasionadas por la evolución del armamento y por los tipos de conflictos.[2]
Sucesivamente se realizaron nuevos tratados que en orden cronológico de su aprobación fueron los siguientes:
1864: Convenio de Ginebra para el mejoramiento de la suerte que corren los militares heridos en los ejércitos en campaña.
1868: Declaración de San Petersburgo (prohibición del uso de determinados proyectiles en tiempo de guerra)
1899: Se firma en La Haya un Convenio que adapta a la guerra marítima los principios del Convenio de Ginebra de 1864, y cuyas disposiciones se mejoran y complementan en 1906
1906: Revisión y desarrollo del Convenio de Ginebra de 1864
1907: Se define la categoría de combatientes que tienen, en caso de captura, derecho al estatuto de prisionero de guerra y que se beneficia de un trato particular mientras dure su cautiverio
1925: Protocolo de Ginebra sobre la prohibición del empleo, en la guerra, de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos
1929: Se mejoran los Convenios de Ginebra:
Revisión y desarrollo del Convenio de Ginebra de 1906.
Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros de guerra
¿El Derecho Internacional Humanitario fue respetado por las tropas aliadas durante el "Desembarco de Normandía" u "Operación OVERDLORD"?. El contenido del presente estudio tiene como finalidad dar respuesta a esta interrogante mediante el estudio de los hechos históricos y conceptos teóricos referidos al tema, para luego mediante un análisis de la información obtenida, arribar y fundamentar las conclusiones obtenidas.
Desarrollo
Finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1919, fue fundada la primera organización mundial, la Sociedad de las Naciones (SDN), predecesora de la ONU, como una idea de cooperación internacional, para prevenir y evitar la guerra, instaurando el primer sistema de solución pacífica de controversias: la Corte Permanente de Justicia Internacional. Esta Liga de Naciones no tuvo una vida venturosa ya que uno de sus propósitos no pudo ser cumplido, el de evitar una nueva guerra.
En 1939 con la invasión de Alemania a Polonia, comienza la Segunda Guerra Mundial, hecho que tendrá un importantísimo valor en la posterior construcción del nuevo Derecho Internacional Humanitario. [3]
En 1944 la Wehrmacht tenía diseminadas a sus fuerzas en una gran guerra de varios frentes: se había perdido África ante los aliados, que luego habían saltado a Sicilia y de allí al resto de Italia, donde se libraban fuertes combates.
En el frente del Este la situación era desesperada ante el irresistible empuje del Ejército Rojo, que ya estaba llegando a Polonia.
La Batalla de Normandía, denominada en clave Operación Overlord, involucraba al grueso de los ejércitos estadounidenses y británicos, apoyados por tropas auxiliares francesas, polacas y de otras nacionalidades para asaltar las playas de Normandía, por medio de un desembarco anfibio.
Originalmente la misión iba a comenzar el día 5 de junio pero debido a inclemencias meteorológicas se debió trasladar al siguiente día. Esta operación de desembarco se desarrolló desde el 6 de junio (Día D), hasta el 20 de agosto (Bolsa de Falaise) y aun hoy después de 65 años continúa siendo la mayor operación de invasión por mar en la historia, ya que casi tres millones de soldados cruzaron el Canal de la Mancha desde Gran Bretaña a la región de Normandía en la Francia ocupada. [4]
Desde el punto de vista militar aliado, el paisaje de Normandía tenía las siguientes ventajas: las defensas enemigas instaladas en las pendientes de la costa eran fáciles de atacar por la artillería de los navíos de guerra. Con aviones de exploración, el bombardeo podía extenderse sobre las baterías situadas alejadas de la costa. Para el desembarco se dividió el sector de Normandía en cinco playas o zonas de influencia, que de oeste a este se las bautizaron con los nombres en clave de Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword.
Los alemanes por su parte contaban con modestos reductos construidos en las laderas, dotados con ametralladoras y artillería de medio alcance desde donde se podía batir perfectamente a las tropas que avanzan por la playa con marea baja, y a las embarcaciones de desembarco que se acercaran con marea alta. La artillería pesada estaba instalada hasta 10 kilómetros alejados de la costa pero unidos telefónicamente con puestos de observación. Esto hizo ver a los mandos de ambos bandos que la fase de desembarco forzosamente había de ser muy sangrienta.
La estrategia americana, básicamente consistió en desorientar al mando alemán sobre la fuerza real aliada que había de intervenir en la operación y el lugar del desembarco.
Una de las maneras en que esto se logró fue que aviones aliados lanzaron papel de aluminio al este de donde se iba a realizar realmente la operación para confundir a los radares alemanes. El 24 de julio de 1944, Hitler aún convencía a sus generales que el desembarco de Normandía no era otra cosa que una maniobra de distracción y que el desembarco principal se produciría de un momento a otro en la costa de CALAIS, por lo que obstinado con la idea de que el desembarco era una maniobra de distracción y que el ataque principal se produciría en Calais, ordenó contraatacar en el sector de Normandía con todas las fuerzas disponibles. Los Aliados hicieron todo tipo de maniobras de contraespionaje y distracción para hacer creer a Hitler que la invasión se produciría en este sector. Crearon para ello un ejército fantasma al mando del General George Patton que consistía en tiendas de campaña vacías, camiones y tanques inflables de goma y comunicaciones de radio ficticias. Por cada misión de bombardeo preparatorio efectuado sobre Normandía, se hacían dos sobre Calais. [5]
El objetivo de engaño se cumplió plenamente ya que el mando alemán acabó contando con la existencia en Gran Bretaña de un segundo ejército (FUSAC) preparado para el desembarco en Calais, ejército totalmente imaginario, que se encontraba al mando del General George S. Patton (Operación Fortitude).
El ejército aliado estaba formado por 1.750.000 británicos (incluidas las tropas imperiales), 1.500.000 soldados estadounidenses y 44.000 voluntarios de otras nacionalidades. Era un ejército de 3.500.000 hombres y 20 millones de toneladas, lo que pesaba sobre el suelo británico.
La contraofensiva aliada comenzó el 6 de junio de 1944, cuando tropas procedentes de Gran Bretaña se acercaron a las playas normandas donde se esperaba hacer frente a la tenaz resistencia alemana.
La operación se dio inicio con el lanzamiento de tropas paracaidistas americanos para asegurar algunos sectores en la península de Cotentin y tropas paracaidistas británicas que harían lo mismo en el Valle de Odon. Los estadounidenses desembarcaron en las playas de Utah, al Sur de Cherburgo, y Omaha, cerca del pueblo Vierville-Sur-Mer; playa donde se libraron los más duros combates por lo que fue bautizada como Bloody Omaha (Sangrienta Omaha). Los británicos ocuparon las playas de Gold, Juno y Sword, esta última con la ayuda de los canadienses. A Montgomery se le encomendó tomar la ciudad de Caen el mismo día de la invasión, pero su indecisión le hizo perder un tiempo precioso y CAEN cayó tres semanas después tras cruentos combates.
Las tropas británicas y canadienses tuvieron mejor suerte que las estadounidenses, pero avanzaron muy poco. Para las divisiones aerotransportadas, las cosas empezaron a salir mal: los transportes, al intentar evadir el fuego antiaéreo se separaron mucho entre sí, de modo que tras el lanzamiento de los paracaidistas, éstos quedaron diseminados por toda la retaguardia enemiga. En la costa no se pudo consolidar la cabeza de puente hasta el final de la jornada, gracias a los constantes refuerzos, el fuego de la artillería naval, los bombardeos tácticos y un elevado número de bajas. El desembarco sería ejecutado posteriormente por 16 divisiones británicas y 20 divisiones americanas, la mitad de ellas transportadas directamente desde Estados Unidos, las cuales llegarían luego a las playas y a los puertos conquistados. [6]
El primer objetivo estratégico que se logro fue la creación, entre Sena y Loira, de una base desde la que pudiera partir la ofensiva general en dirección al Rin.
La aviación alemana fue alejada de la zona de invasión de dos maneras: por una parte, destruyendo al máximo las bases de la fuerza aérea alemana en el norte de Francia, obligándoles a estacionar su aviación al sur de Francia. Y por otra, intensificando los bombardeos sobre ciudades alemanas, consiguiendo que los alemanes trasladasen un importante contingente de cazas situados en Francia a Alemania para incrementar allí la defensa.
Se obtuvo, con la ayuda de la resistencia francesa, amplia información sobre las fortificaciones alemanas, con un resultado muy satisfactorio.
Se destruyeron las vías férreas con ataques aéreos y mediante sabotajes de la resistencia francesa. [7]
La supremacía aérea conseguida por los aliados les permitió bombardear las carreteras y líneas de ferrocarril del norte de Francia, logrando así retrasar seriamente el desplazamiento de los refuerzos alemanes hasta las cabezas de puente establecidas en las playas tras el desembarco.
A.- La destrucción de CAEN.
"Si esto es su Liberación, pueden volver a su casa y dejarnos en paz!". Irritado, embargado por la amargura, un obrero de Caen lanzó esta interjección instantes después del primer gran bombardeo de la ciudad, el 6 de junio de 1944. Luego vendrían otros, tanto o más terribles que el primero – el 7 y 8 de julio, particularmente-, que arrasarían prácticamente toda la ciudad. La anécdota la relata Girault en su libro "Mi verano del 44. Las ruinas de la adolescencia", transcripción de las notas que el joven escribió concienzudamente en un cuaderno poco después de los hechos y que guardó encerrado en un cajón hasta el año 2005. Alcalde de Caen durante más de treinta años, y senador, Girault promovió la fundación del Memorial de Caen, pero guardó celosamente sus propias memorias hasta abandonar sus cargos". Socorrista de la Cruz Roja en la época del desembarco, fue testigo de primera mano de la tragedia y después de 65 años hizo el siguiente comentario: "… A los 18 años, saber que uno va a ser libre hace que se perdone todo".[8]
El bombardeo indiscriminado sobre las poblaciones y ciudades francesas, fue con el pretexto de lograr un bien mayor, pero ello no se considero desde el punto de vista de los afectados.[9]
Las tropas canadienses y británicas, dirigidas por el Mariscal de Campo Bernard Law Montgomery, no consiguieron conquistar la estratégica ciudad de Caen hasta el mes de julio debido a la firme resistencia alemana y sólo fue conseguido después de un fuerte bombardeo aéreo que destruyó prácticamente la ciudad casi en un 80%, causando entre 2.000 y 3.000 muertos.
Es así que, debemos decir que no aconteció lo que los aliados llegaron a pensar que el Día "D" el día de la liberación "sería un día feliz", lamentablemente no lo fue. Pues allí aconteció uno de los errores que el D.I.H. condena, el hecho de afectar a la población civil que no tiene relación alguna con las partes en conflicto. Y es más clara la situación vivida con el comentario de Antony Beevor «Tenemos que enfrentarnos a la terrible paradoja de que una democracia en una guerra puede llegar a matar a muchos civiles, porque la presión de la prensa y el parlamento en casa para reducir las bajas puede forzar a los comandantes a utilizar mayor potencia en los bombardeos. Y eso es lo que sucedió en Francia. Churchill estaba muy preocupado por este tema porque decía que los franceses les iban a odiar y trataba de convencer a los responsables de los ataques aéreos para que intentasen mantener bajo el número de víctimas. Antes de la invasión llegaron a ser 15.000 y durante la batalla de Normandía estas duplicaron a la anterior cifra. No sé cómo van a reaccionar los lectores estadounidenses ante el dato de que en el día D murieron muchos más civiles franceses que soldados británicos y estadounidenses. Todos tenemos mitificado el día D, pero cuando uno descubre las víctimas de la batalla de Normandía es terrible. Eso no minusvalora la valentía de los soldados o la importancia de la batalla. El bombardeo de Caen y hay que ser muy cuidadoso con esta expresión, estaba cerca de constituirse en un crimen de guerra. Pero lo que es cierto es que el bombardeo no consiguió nada y fue estúpido desde el punto de vista militar porque si quieres capturar una ciudad rápidamente, no debería ser destrozada y mucho mas si sólo produjo bajas entre los civiles.» [10]
Los civiles fueron la principal víctima como consecuencia de las diversas operaciones de los Aliados y los alemanes. Durante la batalla de Normandía hubo 20.000 muertos entre la población civil –sólo en el día D, perecieron 3.000–, a los que cabe añadir los 15.000 que murieron en los bombardeos preparatorios durante los cinco meses previos al desembarco. Estas cifras hacen que se justifique que los normandos o franceses califiquen de "terrible martirio" lo acontecido y que el recibimiento por parte de la población civil a los Aliados haya sido fría.
Los aliados fueron fríamente conscientes de su actuación. Ante la petición de Churchill de minimizar las bajas colaterales, Roosevelt le contestó: "Es lamentable que la operación implique pérdidas civiles, pero no tengo ninguna intención de imponer a la acción militar la más mínima restricción que pueda entorpecer el éxito de Overlord o de acrecentar los riesgos de pérdidas para la fuerza de invasión aliada".[11]
Los Convenios de Ginebra que se adoptaron antes de 1949 se referían sólo a los combatientes, y no a las personas civiles. Los hechos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente durante los bombardeos realizados sobre las poblaciones de Normandía y posteriormente Alemania, pusieron en evidencia las consecuencias desastrosas que tuvo la ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en tiempo de guerra.
Al concluir la segunda Guerra Mundial, se firmo el IV Convenio de Ginebra creado para proteger a las personas civiles, incluso en los territorios ocupados. Este Convenio contiene una sección sobre la protección general de la población contra algunas consecuencias de la guerra, sin referirse a la conducción de las hostilidades, las que se tomaron en cuenta más tarde, en los Protocolos adicionales de 1977. La mayoría de las normas de este Convenio se refieren al estatuto y al trato que debe darse a las personas protegidas, y distinguen entre la situación de los extranjeros en el territorio de una de las partes en conflicto y la de los civiles en territorios ocupados. Define las obligaciones de la Potencia ocupante respecto de la población civil y contiene disposiciones precisas acerca de la ayuda humanitaria que tiene derecho a recibir la población civil de territorios ocupados. Además, contiene un régimen específico sobre el trato de los internados civiles.
C.- Acción del Comité Internacional de La Cruz Roja.
Desde el comienzo de las hostilidades, en septiembre de 1939, el CICR envía delegados a los principales países beligerantes. Con la misión de visitar los campamentos de prisioneros de guerra.
A lo largo de toda la guerra, las actividades del CICR se desarrollan esencialmente en favor de dos categorías de víctimas:
los prisioneros de guerra
las personas civiles.
El Convenio de Ginebra del 27 de julio de 1929 relativo al trato debido a los prisioneros de guerra confería a los cautivos cierto número de derechos que podían hacer valer ante las autoridades que los detenían. Este Convenio estipulaba, entre otras cosas, que el CICR tenía derecho a indagar sobre la suerte que corrían los prisioneros de guerra y a hacer propuestas para mejorar sus condiciones de detención.
En septiembre de 1939, basándose en los fundamentos de este Convenio, el CICR crea la Agencia Central de Prisioneros de Guerra, que cumple tres funciones:
Centralizar toda la información sobre los prisioneros de guerra (anuncio de captura, traslados, decesos, etc.)
Comunicar dicha información a los países de origen de los prisioneros de guerra.
Mantener la comunicación entre los prisioneros y su familia (transmisión de mensajes familiares).
Rápidamente, los delegados constatan que las potencias del Eje no están en condiciones de garantizar el mantenimiento de los millones de prisioneros aliados caídos en sus manos.
En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, las poblaciones civiles se vieron tanto o más afectadas que los miembros de las fuerzas armadas terrestres, marítimas o aéreas. A diferencia de la situación de los prisioneros de guerra, el CICR no dispone de una base jurídica específica para actuar en favor de los civiles.
Desde el comienzo de las hostilidades, los beligerantes hacen internar a la mayoría de los civiles enemigos que se encuentran en sus respectivos territorios; el CICR obtiene entonces que esos extranjeros que son internados exclusivamente en razón de su nacionalidad sean tratados de conformidad con las disposiciones relativas a los prisioneros de guerra.
En el transcurso de sus visitas, los delegados constatan que los prisioneros de guerra alemanes están a menudo detenidos en condiciones espantosas; llaman la atención de las autoridades detenedoras sobre este hecho y logran, poco a poco, ciertas mejoras.
En ese contexto, el Derecho Internacional Humanitario reglamenta ya el trato de los prisioneros de guerra (Convenio de Ginebra del 27 de julio de 1929), pero no el de las poblaciones civiles.
Debido a esta situación, el CICR podrá desarrollar una acción de protección y de asistencia en favor de los prisioneros de guerra, mientras que su acción en favor de ciertas categorías de civiles detenidos en los campos de concentración será muy limitada, incluso inexistente.
Durante el desembarco de Normandía, el CICR se encontraba dedicada esencialmente a la tarea de protección de los PP.GG. que en ese momento en Francia se encontraban casi 10.000 hombres de las fuerzas aliadas, su composición estaba materializada por un delegado oficial y voluntarios que identificados como tal tenían privilegio de poder circular por diferentes sectores de Francia de forma parcialmente libre, durante el periodo que dura la invasión de Normandía las actividades del CICR no fue muy notorio ni registrado en los documentos de información del mencionado comité, una vez consolidado la mencionada operación los voluntarios se presentaron, para verificar el trato que los aliados proporcionaban a los PP.GG. alemanes que a partir de este momento eran los únicos que apelaban por ellos hasta finalizar la segunda guerra mundial.
Durante el desembarco de Normandía las acciones del CICR que en ese momento se denominaba Liga de Sociedades de la Cruz Roja; no fueron notorias ni significativas, debido esencialmente al desarrollo mismo del conflicto entre las partes beligerantes, deduciendo por las acciones de la segunda guerra mundial; que este conflicto fue sangriento y muy encarnizado por lo que se jugaba estratégicamente.
C.- Acciones en contra del D. I. H. desarrolladas durante el desembarco de Normandía.
Los soldados cuyos paracaídas quedaron atrapados entre las ramas de los árboles se convirtieron en fáciles objetivos. Varios de ellos murieron de un disparo mientras intentaban en vano deshacerse del arnés. Entre los supervivientes corrieron historias atroces en las que se contaba que los soldados alemanes habían acabado con sus pobres compañeros a golpe de bayoneta o con el fuego de los lanzallamas mientras aquellos pobres hombres seguían colgados de los árboles.
Hubo casos de soldados que dispararon a hombres que habían sido hechos prisioneros por otros compañeros. Se cuenta que un sargento judío y un cabo se llevaron de un corral a dos alemanes –un oficial y un suboficial– que habían sido capturados. Los allí presentes oyeron los disparos de un arma automática, y cuando el sargento regresó "nadie dijo nada". También se cuenta que había otro paracaidista judío al que "nadie se atrevía a confiar un prisionero y perderlo de vista".[12]
Se produjeron unos pocos casos de pillaje verdaderamente brutales. El comandante del pelotón de policía militar de la 101ª Aerotransportada encontró el cadáver de un oficial alemán y observó que alguien le había cortado uno de los dedos para robar su alianza matrimonial. Un sargento del 508º Regimiento de Infantería Paracaidista quedó horrorizado cuando se enteró de que algunos hombres de su pelotón habían matado a unos alemanes y luego habían utilizado "sus cuerpos para practicar con la bayoneta".[13]
En una emboscada que tuvo lugar no lejos del puesto de mando de la 91ª División alemana cerca de Picauville. Unos hombres del 508º Regimiento de Infantería Paracaidista abrieron fuego contra el coche oficial que llevaba al comandante de la división enemiga, el Teniente General Wilhelm Falley, que salió despedido del vehículo malherido, y cuando intentó alcanzar a rastras su pistola, un teniente americano lo remató de un disparo.[14]
Los combates fueron despiadados. Uno y otro bando se acusaron de cometer crímenes de guerra. Los alemanes dijeron que los británicos eran los que habían empezado, y que ellos ejecutaron a prisioneros en represalia.[15]
Es cierto que, en algunas ocasiones, los soldados británicos y canadienses, sobre todo los de los regimientos acorazados que no disponían de una infantería para conducir a los hombres capturados a la retaguardia, dispararon a los prisioneros. [16]
Como consecuencia de que los hombres se llenaban de odio contra el enemigo, cuando moría un compañero. A menudo este sentimiento se traducía en un odio a muerte; que ocasionaba que los hombres se deshumanizaran matando a cualquier enemigo que encontraban".
Este sentimiento no fue debidamente controlado por los mandos intermedios, llegando en algunas ocasiones a ser incentivados o emulado por sus comandantes.
Durante el desembarco de Normandia y en muchas batallas posteriores, realizadas en especial en el frente oriental y durante la invasion a Alemania, donde las tropas alemanas se defendian desesperadamente tratando de evitar que las tropas aliadas ingresaran a su territorio, se pudo evidenciar que tanto las tropas del eje como las aliadas, realizaron ejecuciones de soldados que se rendian o que caian heridos en el campo de batalla, como consecuencia de esto el III Convenio de Ginebra que se aplica a los prisioneros de guerra, fue mejorado en 1949 ampliando las categorías de personas que tienen derecho a recibir el estatuto de prisionero de guerra. Definiéndose con mayor precisión las condiciones y los lugares para la captura; se precisaron, sobre todo, las cuestiones relativas al trabajo de los prisioneros de guerra, la asistencia que tienen derecho a recibir y los procesos judiciales en su contra o a sus captores en caso de incumplimiento de este convenio.
Conclusiones
1.- Los hombres más heroicos en los campos de batalla de Normandía fueron sin duda los médicos, individuos a los que solían disparar los francotiradores, a pesar de la cruz roja que se distinguía en el brazalete que llevaban puesto. A partir de 1949, el I Convenio de Ginebra fue ampliado para proteger también al personal médico y religioso, así como a las unidades médicas y de transporte médico.
2.- Las tropas invasoras aliadas consiguieron establecer y asegurar sus cabezas de playa el 6 de junio, pero ni Eisenhower ni Montgomery habían imaginado que la batalla que estaba por venir iba a ser mucho más mortífera y devastadora.
3.- Hasta finalizado la reconquista de Francia el CICR no tenía un convenio que le otorgue bases jurídicas para su aplicación, originando posteriormente que esta situación llegue a materializarse el año 1949 mediante el IV Convenio de Ginebra.
4.- Los hechos de la Segunda Guerra Mundial, especialmente durante los bombardeos realizados sobre las poblaciones de Normandía, pusieron en evidencia la ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en tiempo de guerra, hecho que fue subsanado con el IV Convenio de Ginebra creado para proteger a la población civil en tiempo de guerra.
5.- Durante y luego del desembarco de Normandía, el CICR se dedico esencialmente a la tarea de visitar a los PP. GG., limitándose a emitir informes sobre lo observado sin que se haya ejercido presión para mejorar la situación de los prisioneros o de la población civil, debido esencialmente al desarrollo del conflicto entre las partes beligerantes, que era sangriento y encarnizado por lo que se jugaba estratégicamente.
6.- Luego de la Segunda Guerra Mundial y luego de las acciones realizadas por los soldados de ambos bandos se establecen los lineamientos a seguir para poder identificar y sancionar los crímenes de guerra y contra la humanidad. Mediante la actualización del III Convenio de Ginebra se precisaron, sobre todo la asistencia que tienen derecho a recibir los prisioneros de guerra y los procesos judiciales en su contra o de sus captores en caso de incumplimiento de este convenio.
7.- Finalmente y cuando culminaba la guerra (ya próximas a ser derrotadas las potencias del Eje), los aliados determinaron integrar un organismo internacional para afianzar la paz y la colaboración entre las naciones. De esta manera fue creada las Naciones Unidas: un instrumento creado para servir a la paz internacional. Esta nueva organización venía a reemplazar a la malograda Sociedad de las Naciones, surgida luego de la Primera Guerra Mundial.
Bibliografía
1.- DR. KURT ZENTNER, LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL TOMO II, 2DA. EDICIÓN ESPECIAL, 1978, EDITORIAL BRUGUERA
2.- LUIS DE CARALT, BATALLAS DECISIVAS DEL MUNDO OCCIDENTAL, 1RA. EDICIÓN, 1961, EDITORIAL BARCELONA
3.- MCAL. CAMPO VIZCONDE MONTGOMERY A., DESDE NORMANDIA HASTA EL BALTICO, 1RA. EDICIÓN, 1948, EDITORIAL HUTCHINSON & CO. LTD.
4.- OTROS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA OPERACIÓN OVERLORD.
5.- VIDEO EL SIGLO DE LAS GUERRAS " DE NORMANDIA AL RHIN"
6.- DOSSIER DD.HH. Y DIH. ECEM
7.- DOSSIER DD.HH. Y DIH. EAA
8.- PAGINA WEB: WWW.GOOGLE.COM/
9.- MANUAL DD.HH. DEL EJERCITO
Autor:
Martin Aparicio
[1] http://www.universidadabierta.edu.mx/SerEst/apuntes/VenegasFrancisco_DerInternal.htm
[2] http://es.wikipedia.org/wiki/corte_permanente_de_justicia_internacional
[3] http://www.icrc.org/web/spa/sitespa0.nss/html/5TBLJA
[4] http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%Ada_D
[5] wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa
[6] wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa
[7] wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Normand%C3%ADa
[8] http://sullanus.blogspot.com/2009/10/normandia-la-historia-rescata-las.html
[9] http://www.warianoz.com/foros/showthread.php?t=226085
[10] Reseña de "El Día D. La batalla de Normandía", de Antony Beevor (Reseña publicada simultáneamente en Hislibris)
[11] http://www.taringa.net/comunidades/curihistoria/25729/ser-bombardeado-por-tus-liberadores.html
[12] Antony Beevor "En el Día D las tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los alemanes" Pag. 48
[13] Antony Beevor "En el Día D las tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los alemanes" Pag. 67
[14] Antony Beevor "En el Día D las tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los alemanes" Pag. 69
[15] Antony Beevor "En el Día D las tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los alemanes" Pag. 75
[16] Antony Beevor "En el Día D las tropas aliadas no estaban dispuestas a sacrificarse como los alemanes" Pag. 83