El método didáctico se basa en preguntas y respuestas sumamente concretas. Nosotros mismos podemos y debemos preparar nuestro estudio con preguntas concretas. Es muy probable que obtengas brillantes resultados en tus exámenes, pues precisamente un examen es un conjunto de preguntas sobre los aspectos fundamentales de un tema.
3. Ganar información mediante la lectura
En general, hay dos formas de leer: en voz alta y en silencio. ¿Cuál de las dos es más conveniente? Depende de varios factores. Al leer en voz alta empleamos mucho más tiempo que leyendo en voz baja. En consecuencia, si tienes todavía tiempo para la fecha de los exámenes, puedes emplear esta forma de leer. La lectura en voz alta ayuda a una mejor memorización, debido a que intervienen dos sentidos (vista y oído).
Si decides leer en silencio, debes evitar hacerlo mecánicamente. Para esto hay un método muy eficaz y sencillo a la vez: subrayar el libro. Debes subrayar sólo las ideas principales.
Teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de leer en voz alta y en silencio, elige la forma que mejor te acomode, ya que ambas te darán la ventaja de que estarás leyendo activamente. Quienes no leen de esta manera necesitarán leer dos, tres y hasta más veces para comprender bien y fijar las ideas centrales. Tú necesitarás sólo una buena lectura y aprenderás más y mejor que los demás.
4. Hablar para describir o exponer los temas leídos
Al terminar de leer un capitulo o un subtítulo del mismo, debes cerrar el libro y repetir los conceptos, con tus propias palabras. Si logras esto estarás comprendiendo perfectamente y haciendo tuyo el tema. Lógicamente, habrás aprendido algo bien y sin necesidad de memorizarlo. De esta forma, con tus propias palabras, elabora un resumen, esquema o cuadro sinóptico.
5. Investigar lo aprendido
Esta etapa debe realizarse en forma oral. Es un autoexamen de lo aprendido. También puede hacerse en grupo; la manera de efectuarse es exactamente igual que en la fase anterior (H: hablar para describir o exponer los temas leídos). Con esta etapa se pretende evitar el olvido. Realiza tu primer repaso dentro de las primeras 24 horas después de estudiar. El segundo repaso a los ocho días, y el tercero (estamos hablando de repasos básicos indispensables) en el curso del mes.
10. Mapas conceptuales
El Doctor Joseph D. Novak es el creador de los mapas conceptuales y un experimentado Investigador Científico que completó sus estudios superiores en la Universidad de Minnesota en 1958. Enseñó en las Universidades Estatal de Kansas y Purdue y desarrolló los Mapas Conceptuales, como ahora se los conoce. Siendo profesor de Educación y Ciencias Biológicas en la Universidad de Cornell, realizó investigaciones en educación, aprendizaje, creación y representación del conocimiento. Autor de muchos libros y artículos entre los que se destaca "Learning How to Learn" (Aprendiendo a aprender), 1977, traducido a 8 idiomas. Su campo de investigación actual incluye métodos para aplicar ideas y herramientas educativas, tales como Mapas Conceptuales, en ambientes corporativos y en programas de aprendizaje a distancia y más recientemente, el desarrollo de Mapas Conceptuales "expertos" que ayuden a construir el andamiaje para permitir mejorar el aprendizaje, utilizando "CMapping" con Internet y otros recursos.
Los mapas conceptuales constituyen un eficaz medio para representar gráficamente ideas o conceptos que están relacionados jerárquicamente. Mediante este procedimiento aprovecharemos el poder conceptual de las imágenes, facilitando el aprendizaje y el recuerdo de un tema. Desde luego no se trata de memorizar los mapas y reproducirlos en todos sus detalles, sino de utilizarlos para organizar el contenido de estudio. La técnica de elaboración de mapas conceptuales es un medio didáctico poderoso para organizar información, sintetizarla y presentarla. Puede servir para exponer y desarrollar oralmente un tema de manera lógica y ordenada.
¿Cómo se diseña un mapa conceptual?
Siguiendo estos pasos:
1. Lee cuidadosamente el texto hasta entenderlo con claridad. En caso de contener palabras de difícil significado, habrás de consultarlas en el diccionario y comprobar qué función desempeñan en su contexto.
2. Localiza y subraya las ideas o términos más importantes (palabras clave) con las que elaborarás el mapa.
3. Determina la jerarquización (subordinación) de esas palabras.
4. Establece las relaciones que existen entre ellas.
5. Utiliza correctamente una simbología gráfica (rectánguos, polígonos, óvalos, etc.).
Elementos con los que se construye el mapa
1. Ideas o conceptos. Cada una de ellas se presenta escribiéndola encerrada en un óvalo, rectángulo u otra figura geométrica.
2. Conectores. La conexión o relación entre dos ideas se representa por medio de una línea inclinada, vertical u horizontal llamada conector o línea ramal que une ambas ideas.
Procedimiento para construirlo
Primero. Lee un texto e identifica en él las palabras que expresen las ideas principales o palabras clave. No se trata de incluir mucha información en el mapa, sino la más relevante.
Segundo. Cuando hayas concluido con lo anterior, subraya las palabras que identificaste; asegúrate de que ciertamente se trata de lo más importante y que nada sobre o falte.
Tercero. Identifica el tema o asunto general y escríbelo en la parte superior del mapa conceptual, encerrado en un óvalo o rectángulo.
Cuarto. Identifica las ideas que constituyen los subtemas ¿qué dice el texto del tema o asunto principal? Escríbelos en el segundo nivel, también encerrados en óvalos o rectángulos.
Quinto. Traza las conexiones correspondientes entre el tema principal y los diferentes subtemas.
Sexto. En el tercer nivel coloca los aspectos específicos de cada idea o subtema, encerrados en óvalos o rectángulos.
Las ramificaciones de otros niveles (cuarto, quinto, etc.) las podrás incluir si consideras que poseen suficiente relevancia y aportan claridad.
Recomendaciones:
Es conveniente revisar su mapa varias veces para comprobar si las conexiones están correctamente determinadas. Las ideas pueden ser correctamente representadas de maneras diferentes. De hecho, es poco usual que dos personas construyan mapas idénticos sobre un mismo particular; no existe un modelo único de mapa conceptual.
Aunque tu mapa no sea igual que los de tus compañeros, aún habiéndo manejado la misma información, será correcto si comprende los aspectos más importantes y los expresa de manera jerarquizada y lógica.
En cualquier caso, un mapa conceptual estará acertadamente confeccionado si posee significado para quien lo ha realizado y éste es capaz de transmitir correctamente a otros lo representado.
De ser necesario, se repetirá cuantas veces sea preciso a fin de depurar posibles deficiencias.
Mapa conceptual sobre mapas conceptuales
JERARQUIZACIÓN DE LOS CONCEPTOS
11. Crea tu propio método
No existe un método infalible que pueda aplicarse a todos por igual con los mismos resultados. Cada alumno aprende de diferente forma, dependiendo de su personalidad, su estado de salud, las condiciones en que vive y sus diferencias individuales.
Hay técnicas que para algunos serán excelentes pero que a otros no les darán buenos resultados. Por ejemplo, en la lectura previa algunos autores recomiendan seguir con un dedo el renglón al momento de leer; sin duda habrá alumnos que lo pondrán en práctica y sentirán que esta técnica los ayuda a concentrarse mejor en la lectura, pero también encontraremos otros tantos que preferirán leer más rápido sin necesidad de estar señalando el libro con su dedo.
El método básico de estudio es simplemente una propuesta integrada por técnicas que han comprobado ser sencillas y efectivas, pero tú deberás probar cuáles son las técnicas que realmente te funcionan y así estarás creando tu propio método para estudiar.
12. Consejos para los exámenes
Uno de los mayores errores que cometen los alumnos es esperar hasta un día antes del examen para comenzar a estudiar. Entonces llegan a la evaluación cansados, con los ojos irritados por la falta de sueño y con muy pocas probabilidades de salir bien librados de la prueba. Por eso es tan importante formarse el hábito de estudiar todos los días.
Si pones en práctica un método de estudio, no deberías sentir temor por ningún examen.
De todos modos, dado que los exámenes son tan inevitables como la muerte, a continuación encontrarás una serie de consejos y sugerencias que te ayudarán a mejorar tus habilidades para presentarlos:
Para que tu mente pueda rendir al máximo, duerme bien la noche anterior al examen.
Levántate temprano y llega puntual a la escuela, seguro de tus conocimientos.
No creas que tu memoria va a funcionar en un 100%. Por tanto, no te desesperes si algo se te olvida.
Asegúrate de que comprendes perfectamente el contenido de cada pregunta, antes de pretender responderla. Si tienes dudas vuelve a leerla y si aún así no te queda clara -siempre y cuando esté permitido- pregúntale al maestro la interpretación.
Planea el uso del tiempo durante el examen. Para ello lee previamente todo el examen y divide tu tiempo para que puedas terminarlo.
Si encuentras una pregunta muy difícil, será mejor que te la saltes y sigas con las demás. Después regresa y enfócate en responderla.
No copies ni des la impresión de que estás utilizando "acordeones" o algún otro instrumento fraudulento.
Concéntrate en resolver tu examen, no el de tu amigo o amiga.
No te sientas mal si otros terminan antes que tú. Tampoco quieras ser el primero en terminar; los exámenes no son carreras de caballos, así que tómate tu tiempo para resolverlo, revisar tus respuestas y, si puedes, corregir los errores que hayas cometido.
En los exámenes objetivos de opción múltiple nunca pongas lo primero que se te ocurra. No son adivinanzas. Se supone que están hechos por especialistas y sólo una de las opciones que se te presentan es la correcta.
Asegúrate de contestar todas las preguntas.
Si no estás seguro de alguna respuesta y te ves en la necesidad de adivinar, hazlo inteligentemente: lee cuidadosamente todas las respuestas, descarta las que sabes que no son correctas y elige entre las restantes.
Antes de entregar tu examen, revísalo. Asegúrate de que tu hoja de respuestas esté claramente marcada con un lápiz oscuro y borra cualquier marca de más.
Recuerda que el que saca las mejores calificaciones no es el más inteligente, sino el mejor preparado.
Marshall, Brian, Estudiantes de éxito, 2ª edición, México, Ed. Selector, México, 2001.
Michel, Guillermo, Aprende a aprender, guía de autoeducación, Ed. Trillas, México, 2006.
Olcese, Alfieri, Cómo estudiar con éxito, técnicas y hábitos para aprender mejor, Ed. Alfaomega, México, 2006.
Quintanilla Paz Soldán, Fernando, El mejor método para estudiar, 1ª edición, Ed. Universo, Lima-Perú, 1993.
Woolfolk, Anita, Psicología educativa, Ed. Prentice-Hall Hispanoamericana, S.A. México, 1996.
Autor:
Maximo Contreras.
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