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Negociación del TLC

Enviado por chabely60


Partes: 1, 2

    1. El "fast track"
    2. Las negociaciones
    3. Las etapas
    4. Los estilos
    5. El equilibrio
    6. Acuerdos paralelos
    7. Ratificación
    8. Cronología del TLC
    9. Conclusión

    Introducción.

    México, al igual que los demás países del mundo, se encuentra inmerso en el proceso de globalización. El Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, es sin duda, el tratado de mayor impacto y trascendencia que México ha firmado con otro Estado.

    El comercio globalizado se ha convertido en un factor nuevo e importante de las relaciones diplomáticas y humanas que ha obligado a un enfrentamiento de realidades, de maneras de ser, de culturas diferentes, un encuentro forzoso para lograr un tratado. De esta manera ha surgido una nueva diplomacia que trata de abarcar las diferencias de todo tipo: educativas, culturales, legales, ecológicas, laborales, para llegar a un nuevo lenguaje que permita el trato comercial.

    El proceso político y el debate público sobre el TLC fueron especialmente dramáticos y tensos tanto en EU como en México.

    El TLC abre nuevos caminos históricos. No sólo el tratado en sí es relevante; el proceso mismo por el cual se convirtió en este modelo también es importante por el choque de intereses y de culturas.

    En este trabajo no se busca emitir opiniones o críticas respecto a los resultados que ha traído consigo la celebración de este tratado. El objetivo fundamental es conocer el proceso en que se llevó a cabo la negociación del mismo, conocer la complejidad en que se realizó, el choque de visiones siempre presente, la oposición de intereses y el problema de sobreponerse a prejuicios.

    La investigación está dividida en cuatro etapas, basado en la obra "El redescubrimiento de América. Historia del TLC" de Hermann von Bertrab.

    El "Fast Track"

    De acuerdo a este procedimiento, el Congreso de los Estados Unidos otorga al presidente autorización para negociar acuerdos comerciales con determinados países, bajo los lineamientos de una regla especial, la cual implica que, una vez presentado al Congreso dicho acuerdo, éste estará sujeto a un sólo voto de aprobación o rechazo, sin que sean permitidas enmiendas al texto.

    En México existe una Ley sobre la Celebración de Tratados, que otorga facultades al Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos para celebrar acuerdos o tratados con uno o varios sujetos de derecho internacional. Señala también que dichos acuerdos deberán ser aprobados por el Senado de conformidad con la fracción I del artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y serán Ley Suprema de toda la Unión cuando estén de acuerdo con la misma, en los términos del artículo 133 de la propia Constitución.

    Volviendo al tema del que trata este capítulo, este procedimiento fue establecido porque se vio la necesidad de negociar de buena fe con otros países, de forma tal que el texto acordado fuera sometido al voto del Congreso sin pasar por el proceso legislativo normal que sí permite la posibilidad de enmiendas por parte de los legisladores, tarea que encierra una alta probabilidad de renegociaciones interminables con países extranjeros haciendo así imposible el mismo hecho de empezarlas.

    La necesidad de obtener esta autorización definió la primera etapa en la tarea de llevar a cabo un acuerdo de libre comercio entre México y Los Estados Unidos.

    Aunque algunos académicos y políticos estadounidenses hubieran propuesto acuerdos de libre comercio entre ambos países, fue hasta que el ex presidente Salinas lo propuso, cambiando su posición inicial de rehusar la consideración de este asunto, cuando realmente comenzó el proceso. El ex presidente de México, durante una reunión que se llevaba a cabo en Davos, Suiza en enero de 1990, le propuso al entonces secretario de Comercio y Fomento Industrial de México, el doctor Jaime Serra Puche, que considerara la posibilidad de proponer a los Estados Unidos un tratado de libre comercio. El secretario a su vez le propuso la idea a Carla Hills, miembro del gabinete estadounidense, encargada de las negociaciones comerciales internacionales con el título de representante comercial de los Estados Unidos. La señora Hills propuso consultar la idea con el ex presidente norteamericano Bush. Este fue el inicio.

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