Resumen:
El desarrollo social en las condiciones actuales presenta exigencias cada vez más elevadas a la Educación. Es precisamente la edad preescolar una fase decisiva en la formación de la personalidad del niño y juega un papel fundamental en este proceso el desarrollo del lenguaje, por lo que es tema de análisis en el siguiente trabajo.
Introducción
El lenguaje, más allá del alto desarrollo del cerebro y de las vías nerviosas, más allá de la retroalimentación articulatoria y acústica, es una forma de conducta específica de la especie humana, no basta con estar capacitado orgánicamente: los niños lobos eran totalmente normales físicamente, pero al no adquirir el idioma, quedaron condenados al nivel zoológico toda su vida". (Evans,ED, 1979, p 58).
Esto confirma la importancia que le concede la Escuela Histórico-cultural al aspecto social en el desarrollo psíquico del individuo, donde se plantea que la adquisición del lenguaje oral es posible debido a que el hombre vive en sociedad. El lenguaje es producto de la actividad social, garantiza la sucesión histórica de las experiencias de las personas.
Desarrollo
Al profundizar en el estudio de la aparición y evolución del lenguaje se constata que es considerado como una de las funciones psíquicas superiores de mayor complejidad del hombre, su existencia está determinada por el medio social y la estructura cerebral; por tanto, su estudio es una problemática que ha ocupado a la ciencia desde hace muchos años atrás.
En la segunda mitad del siglo XIX se da una explicación sobre el mecanismo de producción del lenguaje y su organización cerebral, donde los científicos P.Broca (1861) y C. Wuernike (1873) hicieron aportes significativos ubicados en el tercio posterior de la circunvolución frontal inferior del hemisferio izquierdo el centro motor del lenguaje y en el tercio posterior de la circunvolución temporal superior del hemisferio izquierdo el centro sensorial del lenguaje.
Al referirse a esos descubrimientos E. Figueredo plantea, que constituyeron avances en la comprensión del funcionamiento del cerebro en la producción del habla, pero que otros autores, como K. Monakow y H. Jonson, hicieron decrecer con sus investigaciones el significado de estas teorías planteando casos con los mismos síntomas en el lenguaje estando conservadas las áreas que anteriormente se habían dado por Broca y Wuernike como centros motores y sensoriales del lenguaje.
Esto provocó desde la segunda mitad del siglo XIX contradicciones en cuanto a la concepción de la estructuración cerebral y su funcionamiento, defendiéndose dos ideas esencialmente diferentes, la que relacionaba determinadas zonas del cerebro con funciones específicas (localizacionista) y la que veía a la actividad cerebral como un todo único funcional (antilocalizacionista)
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