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Fósiles de Araya (página 2)

Enviado por smunoz


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Etimológicamente, la palabra fósil procede del adjetivo latino fossilis (del verbo fodere: excavar) que se aplicaba a cualquier cosa desenterrada. Es pues un concepto demasiado amplio que conviene delimitar en la presente investigación. Daremos el nombre de fósil a los restos de seres vivos, plantas o animales, y a los restos de su actividad vital: huellas, excrementos, pólenes, etc., conservados en los sedimentos de la corteza terrestre. (Los fósiles Conceptos Generales, 2003).

Pero cabe señalar, que no todo lo que deja impresión en el lecho de un sedimento es fósil, o de aquellos restos de organismos ya extinguidos (pero no de origen reciente), sino que el concepto está fijado sobre todo por el carácter que le da su antigüedad, con independencia de que las especies a que correspondan sean vivientes en la actualidad o hayan desaparecido por completo de la faz de la Tierra.

Gran número de especies de moluscos que vivieron en las épocas remotas de la historia terrestre, han pasado a través de los períodos del Terciario y el Cuaternario y han llegado a los tiempos actuales. Precisamente las denominaciones que el geólogo inglés Carlos Lyell (citado por Candel, Fernández, Llopis, Hernández y Hernández,1963) estableció para los períodos del Terciario, están fundadas en la proporción de especies de moluscos vivientes en aquellos tiempos que han llegado hasta el presente. Las denominaciones de Eoceno, Mioceno y Plioceno quieren significar aurora, mitad y plenitud de especies de moluscos actuales que aparecieron en aquellas épocas. A los moluscos encontrados entre los estratos del Terciario, hay en todo caso, exista o no la especie al presente, que considerarlos como fósiles, pues, como se ha mencionado, el carácter fundamental de un fósil consiste en su antigüedad.

Características y Condiciones de la Fosilización.

Los fósiles pueden estar constituidos por el animal entero, lo que formaba las partes blandas o órganos putrescibles, las huellas, los excrementos o sus esqueletos o exoesqueletos, que se transformaron en piedra de diversa composición, constituidas por substancias minerales como: sílice, carbonato cálcico, fosfato cálcico, pirita de hierro, limonita, carbonato de estroncio. Así los esqueletos de los radiolarios, las espículas de las esponjas silíceas, o las frústulas de las algas microscópicas, llamadas diatomeas, se conservan bien, pues todos estos esqueletos son de sílice. Las conchas de los moluscos y los braquiópodos, el armazón esquelético de los coralarios y los equinodermos, que son de naturaleza calcárea, se fosilizan también con facilidad, constituyendo las conchas de los moluscos lo que se ha llamado, por analogía, la moneda corriente de la Paleontología.

El esqueleto interno de los vertebrados, o sea, la osamenta, constituida también por carbonato y fosfato cálcico, se presta bien para la fosilización. En cambio, las piezas esqueléticas de naturaleza córnea, tales como las placas dérmicas de las tortugas, los pelos y las plumas, las pezuñas y los estuches córneos de los rumiantes cavicornios, se descomponen, y rarísima vez se encuentran al estado fósil. Análogamente, el esqueleto externo de los insectos y demás artrópodos, si no está muy incrustado de caliza, desaparece bien pronto, sin llegar a fosilizarse. La mayor parte de los insectos fósiles, como también los crustáceos del extinguido grupo de los trilobites, suelen transformarse al estado fósil por el molde externo del animal.

Condición esencial para que los restos de los animales y vegetales se conserven, es que no permanezcan largo tiempo a la intemperie, pues, de lo contrario, se descomponen y desaparecen. Neumayr (mencionado por Candel et al, 1963) cita a este propósito un caso curioso respecto a los bisontes, que en grandes rebaños, vivían en las praderas de los Estados Unidos de Norte América y que acabaron por desaparecer de estas comarcas ante la creciente invasión del hombre que las iba poblando. Las osamentas de estos animales se encontraban, esparcidas por el suelo, en aquellos lugares en los que hacía menos de treinta años que habían desaparecido, mientras que no se hallaba ningún resto si la desaparición de los bisontes era de fecha más remota. Treinta años es el plazo máximo para que la acción de la intemperie destruya totalmente huesos tan resistentes y fuertes como son los del bisonte. En consecuencia, para que la conservación de los restos orgánicos se realice con transformación mayor o menor de la sustancia que los constituye, es condición esencial que queden incluidos entre sedimentos, libres de las acciones de la descomposición.

Técnicas de Datación de Fósiles

La edad relativa de los fósiles puede determinarse generalmente por la ubicación de estos en las capas de las rocas sedimentarias, las cuales están formadas por arena y otros materiales que se han depositado a manera de capas en el fondo de los mares, la más profunda es la más antigua. Cada capa recibe el nombre de estrato.

La estratigrafía es la rama de la Geología que estudia la forma en que se distribuyen las capas de los terrenos sedimentarios. Los estratos casi siempre contienen los fósiles más primitivos. Si la vida ha evolucionado continuamente, es de esperarse que exista una serie progresiva que muestre el orden en el cual las plantas y animales se desarrollaron. La datación de la mayoría de las rocas y minerales se basa en la acumulación de átomos radioactivos, y entre los métodos radiométricos de datación que se utilizan para saber la edad de los fósiles están basados por la desintegración de los isótopos radiactivos.

Los isótopos son átomos del mismo elemento químico con el mismo número de protones pero con diferentes cantidades de neutrones en el núcleo. Esto permitió utilizar los ritmos regulares de desintegración de los elementos radiactivos inestables del interior de las rocas terrestres como relojes virtuales. Con ellos, se pudo calibrar la escala relativa de tiempo geológico creando así una absoluta.

Los científicos describen la radiactividad de un elemento en función de su vida media (tiempo que tarda en perder la mitad de su actividad por desintegración). Ésta cubre un rango muy extenso de tiempo, desde los pocos microsegundos hasta miles de millones de años. Al final del periodo de vida media, la mitad de la cantidad original del elemento radiactivo ha decaído; después de otro periodo igual, lo que quedaba se reduce de nuevo a la mitad, lo que reduce a una cuarta parte el total inicial, y así sucesivamente. Cada elemento radiactivo tiene su propia vida media, por ejemplo, la del carbono 14 es de 5.730 años y la del uranio 238 de 4.500 millones de años (Enciclopedia Micosoft Ò Encarta Ò 2001).

Entre las técnicas radiométricas de datación más importantes desarrolladas para establecer la escala absoluta de tiempo se encuentra la dendrocronología, el análisis de varvas, las dataciones por hidratación y por termoluminiscencia que para efecto de este trabajo no interesa desarrollar.

Otra técnica de datación es a través de radiocarbono, suelen ser útiles para la datación en arqueología, antropología, oceanografía, edafología, climatología y geología reciente.

Por medio de la actividad metabólica, el nivel de carbono 14 en un organismo vivo se mantiene en equilibrio la atmósfera o con el de otras partes de la reserva dinámica terrestre, como el océano. A partir de la muerte del organismo, el isótopo radiactivo empieza a desintegrarse a un ritmo conocido sin ser reemplazado por el carbono del dióxido de carbono atmosférico. Su rápida desintegración limita, en general, el periodo de datación a unos 50.000 años, aunque a veces se extienda el método hasta 70.000 años. La incertidumbre de la medida aumenta con la antigüedad de la muestra.

La escala relativa se confeccionó aplicando los principios de la estratigrafía y uno de ellos es la ley de la superposición que establece que, en una sucesión no perturbada de estratos, las capas más jóvenes yacen sobre las más antiguas.

Basándose en los fósiles que contienen, se pueden poner en correlación estratos de rocas de distintos lugares. Al establecer nuevas relaciones, los geólogos empezaron a componer grandes grupos que se convirtieron en el fundamento de la división del tiempo geológico en vastos bloques. De esta forma, se dividió la historia de la Tierra en cuatro eras (precámbrico, paleozoico, mesozoico y cenozoico); éstas, a su vez, fueron fragmentadas en periodos. Esta clasificación es fundamental en el estudio de la geología.

Fósiles Encontrados en los Alrededores del Poblado De Araya

Para el estudio de los fósiles en los alrededores del poblado de Araya, se procedió a establecer dos estaciones. Una se estableció en el Mirador de Araya ubicada hacia nor-este del poblado, a 5 minutos en camioneta, y la segunda estación, se asignó a los afloramientos fosilíferos en el perímetro de las ruinas del Castillo Santiago de Araya, ubicada al sur-oeste del mencionado poblado.

En la primera estación, se procedió a lanzar 3 transectos delineados en forma perpendicular a la estación, y en cada transecto se aplicó 3 cuadrados (método cuadrado). Este consistió en utilizar 12 m2 esta figura geométrica, dentro del cual se extrajo los fósiles de la superficie para su numeración e identificación. Para este último, se utilizó la experiencia del TSU en Geología Alexis Córdova, y se complementó por medio de comparaciones de los fósiles con las especies actuales.

Tabla Nº 1.- Número de fósiles encontrados en el área bajo estudio.

Nombre vulgar

Cantidad/12m2

Género

Estación

Guacuco

140

Anodontia

1

Oliva

15

Oliva

1

Almeja blanca

14

Pitar

1

Caracol huevito

13

Tonna

1

Almeja grande

7

Amusium

1

Pollo

7

Trachicardyum

1

Torrecilla

6

Turritela

1

Rompe chinchorro

4

Atrina

1

Almeja dentada

4

Argopecten

1

Torrecilla grande

2

Turritela

1

Pompita

2

Hydatina

1

Fuente: Datos recopilados por los autores

En la tabla Nº 1, se observó que los fósiles más numerosos resultaron ser los bivalvos (guacucos, almejas), seguido de los gasterópodos (oliva, caracol huevito). También se encontró una punta fosilizada del caparazón de una tortuga, un artrópodo conocido por los pescadores como escaramujo (Balanus concavus), 3 corales fosilizados posiblemente coral rugoso y heces fosilizadas de gusanos arenícolas. Es de resaltar que los fósiles se encuentran mayormente atrapados en conglomerados. Para los no conocedores de esta palabra, en geología significa aquellas rocas sedimentarias formadas por fragmentos y grava litificada que se reconocen fácilmente porque sus bordes y esquinas son redondeadas. Incluso encontramos una roca que se asemejaba a una balón de fútbol (pero bastante cementada).

A diferencia de los fósiles localizados en la superficie de la tierra de la estación 1 (Mirador de Araya), en la estación 2, no se pudo aplicar el método cuadrado porque los fósiles no se encontraban dispersos en el terreno sino agrupados en los afloramientos fosilíferos, por lo que sólo nos limitamos a observar y extraer con martillo y cincel, algunos fragmentos de bivalvos y gasterópodos entre los que se encontraron turritelas, olivas, rompe chinchorro, almeja blanca, ostras, caracoles, y restos de conchas de moluscos de origen reciente (no fosilizado), así como restos de corales. El color de la roca compacta era crema a ocre muy claro, muy meteorizado (muchas oquedades finas y profundas). También se apreciaba granos finos de limo, arena y fragmentos de cuarzo leñoso y ahumados metamórficos los cuales se mantienen soldados entre sí por un cemento calcáreo. Según lo mencionado en la revisión bibliográfica (Museo Geológico Virtual de Venezuela, 1997) estas rocas o afloramientos se conocen con el nombre de calcidurita, que significa etimológicamente del latín calx, calcis, cal y rudus, escombro. Por lo que no se pudo contabilizar el número de fósiles, pero si apreciar la diversidad de organismos.

Muchas veces, nos topamos con falsos fósiles. Esto se debe a que muchas conchas de origen reciente se encuentran mezclados sobre todo en los afloramientos fosilíferos. Para diferenciar uno de otro utilizamos un criterio muy sencillo, sobre todo para los bivalvos y gasterópodos, si al introducir un destornillador en el material mineralizado del fósil y este no es perforado, lo consideramos un verdadero fósil. Si por el contrario, el material cementado es perforado, no es considerado un fósil, sino restos de algún organismo de origen reciente.

Tabla Nº 2.- Diversidad de fósiles encontrados en las dos estaciones ubicadas en los alrededores del poblado de Araya.

Nombre vulgar

Nombre científico

Guacuco

Anodontia alba

Caracol espinoso

Chicoreus breviforns

Ostra grande

Amusium laurenti

Rompe chinchorro

Atrina seminuda

Ostra denticulada

Agaropecten nucleus

Ostra

Agaropecten imatoides

Ostra

Ostrea virginica sucrensis

Concha roja

Lima scabra

Oliva

Oliva reticularis

Pollo

Trachicardyum muricatum

Pepitona roja

Scapharca crassissima sp

Pepitona

Scapharca notabilis

Almeja pico de pato

Panopea generosa

caracol

Fasciolaria papillosa

Caracol huevito

Tonna galea galea

Caracol pata corta

Murex recuvirostris recuvirostris

Pompita

Hidatina visicaria

Torrecilla

Turritella ganutensis

Torrecilla

Turritela maiquetiana

Almeja blanca

Pitar albida

Escaramujo

Balanus concavus

Bígaro

Littorina sp

Caracol grande

Strombus pugilis pugilis

Caracol

Fusinus closter

Trompo

Ancilla tankervillei

caracol sin punta

Ficus closter

En la Tabla Nº 2, se puede apreciar que la mayoría de los fósiles encontrados pertenecen a especies actuales. Sin embargo, el coral fosilizado no se parece a ninguno de los actuales, este se encontraba segmentado, porque al limpiarlo parecía una piedra cilíndrica, alargada. No obstante, al golpearla con una mazo suavemente ésta se dividió en 5 segmentos de tamaño variable que iban desde uno pequeño hasta el más grande. Otro hallazgo curioso fue la de un gasterópodo similar a una oliva pero con un sifón más largo y grueso que termina abruptamente. Sus características la podemos describir así: concha de tamaño variable, con 4 espira por cada vuelta, suturas profusamente acanaladas que se alargan rápidamente hasta tocar la concha, la cual es lisa, pulida, alongada hasta donde empieza el sifón, este último casi la mitad de la concha, el canal del sifón es curvo-espiralado.

Por las características de la disposición estratigráfica de los conglomerados donde se encontraban estos fósiles y según las referencias bibliográficas consultadas, pertenecen a la formación Barrigón (Castro & Mederos, 1997).

Según el geólogo Alexis Córdova, los fósiles ubicados en los alrededores del poblado de Araya pertenecen al período geológico llamado Cretácico, de la era Mesozoica el cual comenzó hace unos 145,6 millones de años y finalizó hace unos 65 millones de años.

En cuanto al paleoambiente, la formación Barrigón se sedimentó en aguas someras, tranquilas, tropicales, con arrecifes protegidos por bancos de moluscos. Esto explicaría la abundancia y diversidad de fósiles de moluscos (sobre todo de los bivalvos) encontrados en las estaciones de muestreo.

Características de los Organismos Actuales Que fueron Comparados con los Fósiles Encontrados en el Área Bajo Estudio.

Bivalvos:

Panopea: Las valvas recuerdan al pico de un pato, es una de las que excavan más profundamente, llegando incluso hasta más de un metro de profundidad. (Ruppert y Barnes, 1995).

Agaropecten: Concha de tamaño mediano a grande e inflada, las aurículas de la valva derecha son desiguales. La concha es blanca con puntos morados.

Argopecten: Concha mediana de hasta 55 mm, la concha es fuerte, equivalva, de color crema con moteados marrones.

Lima: Especie grande hasta 120 mm, concha fuerte ornamentada con costillas finas. Es común en grietas de corales y rocas, de aguas someras.

Amusium: Concha grande, discoidal exteriormente, es lisa con líneas de crecimiento y estrías radiales muy finas.

Trachicardyum: Concha grande, robusta, subcuadrada, con 34 – 37 costillas radiales, ornados con escamas arqueadas externamente marrón.

Murex: Concha grande, posee de 4 a 5 costillas axiales, de color blanco crema. Habita en fondos lodosos.

Atrina: Concha grande en forma de cuña o piernas de jamón, de 150 a 200 mm de largo. Superficie cubierta con líneas de crecimiento, ornado con líneas radiales cubiertas.

Anodontia: De 50 m, concha delgada pero fuerte, con abundantes líneas concéntricas. Concha exterior blanca. Es común en fondos arenosos de aguas someras.

Scapharca: Concha sólida, fuerte y grande. Inflada, valva derecha con 34 costillas radiales. Habitan en profundidades mayores a 20 m sobre fondos arenosos limosos, mayormente carbonáticos.

Pitar: Concha de tamaño mediano, subelíptico, superficie con estrías concéntricas. Habita en fondos arenosos. (Lodeiros, Marín & Prieto, 1999).

Gasterópodos

Fasciolaria: Concha de tamaño mediano, fusiforme que se caracteriza por su escultura en espiral de cordones. La concha es de color amarillento.

Ancilla: Concha de tamaño mediano, fusiforme. El color de la concha es amarillento naranja brillante. Vive sobre arenas fangosas a profundidades mayores a 12 m.

Hydatina: Concha de tamaño mediano, globosa, moderadamente frágil y es de color blanco a marfil. Habita en fondos arenosos.

Oliva: Concha de tamaño mediano delgado con su máxima inflación hacia la mitad. De color blanco crema con reticulaciones pardos-púrpura.

Chicoreus: Concha de tamaño mediano a grande, subfusiforme, sólido. Posee tres várices espinosas por vuelta. Color crema con bandas pardas. Este tipo de caracol habita en fondos rocosos y prefiere aguas agitadas y de temperatura baja.

Littorina: Caracol de concha pequeña, ligeramente globosa, con vueltas moderadamente marcadas convexas, con suturas bien definidas. La coloración de la concha es amarillenta y habita en fondos arenosos.

Turritella: Concha de tamaño mediano a grande, torriforme, alargada axialmente en estado adulto. Alcanza de 10 a 14 vueltas. La coloración externa es pardo y prefieren los fondos arenosos.

Strombus: Concha de tamaño grande, de color anaranjado intenso. Habita en fondo fangosos y de preferencia carbonático.

Tonna: Concha de tamaño grande, globoso y delgado. Color pardo claro, espira de 7 vueltas. Frecuenta fondos arenosos.

Ficus: Concha grande, bulbosa, inflada, periforme invertida, canal sifonal amplio, abierta. Habitan en aguas profundas. (Macsotay & Campos, 2001).

Artrópodos.

Balanus: Pertenece a la clase Cirrípeda, dentro de la cual se incluye a el único grupo sésil de crustáceos. Se adhieren a las rocas, en las conchas de bivalvos, en los postes de los muelles, en las latas flotantes y otros objetos. Presenta 6 placas calcáreas denominadas la carena (placa dorsal posterior), la carena lateral (2), la lateral y la placa rostral y rostro lateral fusionadas (Rupperts & Barner, 1995).

CONCLUSIONES

Sobre la base de las observaciones realizadas e investigación documental, se pudo concluir lo siguiente:

  • Un fósil resulta de la deposición de organismos muertos atrapados en sedimentos en los lechos de lagunas o marinos, que por la acción del tiempo se mineralizaron en piedra.
  • Un fósil puede estar formado por el molde entero del cuerpo al cual pertenecido el organismo, a una parte de él o a una huella o molde que halle dejado en la tierra que posteriormente se mineralizó. Se fosilizan con facilidad restos calcáreos de los seres vivos que las partes córneas que tienden a desaparecer y el criterio más utilizado para considerar una piedra, molde o impresión dejada como fósil es su antigüedad.
  • Para la datación de la mayoría de los fósiles suele utilizarse los métodos radiométricos los cuales están basados en la desintegración de los isótopos radiactivos y se emplean para saber la antigüedad de los fósiles. Entre las técnicas radiométricas de datación más importantes desarrolladas para establecer la escala absoluta de tiempo se encuentra la dendrocronología, el análisis de varvas, las dataciones por hidratación y por termoluminiscencia y la más comúnmente empleada es la del radiocarbono.
  • Los fósiles encontrados en el área bajo estudio más predominante en número resultó ser los bivalvos llamados guacuco (140 piezas/12 m2), seguido de los gasterópodos llamados oliva, almeja blanca y caracol huevito (15, 14 y 13 piezas/12m2, respectivamente). Los menos abundantes corresponden a restos fosilizados de celenterados, artrópodos, vertebrados y heces fosilizadas de gusanos sedimentívoros (gusanos arenícolas). Cabe destacar que los organismos de los que se formaron los fósiles forman parte de la fauna presente actualmente en el mar.
  • Los fósiles ubicados en los alrededores del poblado de Araya pertenecen al período geológico llamado Cretácico de la era Mesozoica.

BIBLIOGRAFÍA

Candel, R., Fernández, L., Llopis, N., Hernández, F. & Hernández, E. (1963).

Historia Natural: Vida de los animales, de las plantas y de la Tierra. Tomo IV (geología) España: Instituto Gallach de Librería y Ediciones, S. L. pp. 345-346.

Castro, M. & Mederos, A. (1997). Cumaná: Formación. Extraído el 20 de

Noviembre, 2002 de http://www.pdvsa.com/lexico/museo/fosiles.htm

Enciclopedia Microsoft Ò Encarta Ò 2001. Técnicas de datación. [ Programa de

computación] . Microsoft Corporation, 1993 – 2000 Microsoft Corporation.

Lodeiros, C., Marín, B. & Prieto, A. (1999). Catálogo de molusco marinos de las

costas nororientales de Venezuela: Clase Bivalvia. Edición APUDONS. 109 p.

Los Fósiles Conceptos Generales (2003): Extraído el 27 de Noviembre, 2002 de:

http://es.geocities.com/paleontofilo/los_fosiles_conceptos_generales.htm

Rupperts, E. & Barner, R. (1995). Zoología de los invertebrados. (6ª ed.). México:

McGraw-Hill Interamericana. 1114 p.

Mascotay, O. & Campos, R. (2001). Moluscos representativos de la plataforma de

Margarita -Venezuela: Descripción de 24 especies nuevas. Venezuela: Oliver Mascotay / Regulo Campos.

Museo Geológico Virtual de Venezuela (1997). Calcidurita del Castillo de Araya.

Extraído el 20 de Noviembre, 2002 de http://www.pdv.com/lexico/museo/ museo.htm

 

DATOS DE LOS AUTORES

José Antonio Betancourt Luna

Licenciado en Biología y Licenciado en Educación Mención Biología.

Alexis Antonio Córdova Roque

Técnico Superior Universitario en Geología y Minas, Mención Geología.

Alí Antonio Velásquez Sánchez

Licenciado en Educación Mención Biología.

Partes: 1, 2
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