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Amenazas en materia de soberania venezolana

Enviado por Donkan Fenix Davila


Partes: 1, 2

  1. El plan Colombia
  2. El 11 de abril
  3. Paro petrolero, 2 de diciembre de 2002
  4. Las amenazas internas
  5. La defensa de la soberanía venezolana
  6. La unión cívico-militar
  7. Fortalecimiento de la autodeterminación y no intervención

edu.red

El plan Colombia

Este Plan es presentado como un plan para la paz y contra el narcotráfico, cuando en realidad es un plan de guerra y un plan que no ataca al narcotráfico, por el contrario, lo protege. El Plan Colombia es el pretexto con el cual los Estados Unidos justifican su intervención en Colombia y la región que les interesa. La lucha antinarcóticos es un pretexto para acabar las resistencias a su política hegemónica.

De hecho el Plan Colombia se planeó en unión con otro plan: el Plan Puebla-Panamá. En realidad son dos planes para un mismo objetivo, la conquista económica de América Latina. El Plan Puebla-Panamá, contempla esencialmente un Plan de construcción de poliductos para viabilizar el ALCA, viene a aplicarse en América Central, territorio que ya fue víctima de la CIA en las décadas anteriores. En los países centroamericanos, la CIA quebró militarmente las resistencias a su política hegemónica utilizando intensivamente para ello el paramilitarismo, que como lo veremos es la nueva fórmula más audaz de represión, porque contiene en sí un engaño, que le permite a las dictaduras salvaguardar imagen.

Génesis del Plan Colombia: El Plan Colombia fue presentado por primera vez ante el congreso Estadounidense por los senadores Dewine, Grassley y Coverdell. Esta fue la primera presentación oficial del Plan Colombia, pero su texto original, en inglés, fue elaborado mucho antes, y es un plan de la CIA presentado públicamente como de autoría propia de Colombia, cuando se sabe que el plan ni se consultó con el parlamento colombiano ni tampoco a sus Comisiones de Asuntos Exteriores. Por lo que se trata, ya en su génesis, de un plan ideado por Estados Unidos sin participación de las fuerzas sociales colombianas y al servicio de uno de los actores del conflicto colombiano, el que defiende los intereses de los Estados Unidos: el gobierno colombiano.

La génesis del Plan Colombia es importante, evidencia aún más el carácter belicista y manipulador del plan. Este Plan Colombia fue cínicamente denominado "Plan para la paz", pero basta con mirarlo más allá de su título para ver lo que es en realidad. En un inicio el costo total del Plan es de 7.500 millones de dólares, pero este costo aumentó. De este total Colombia aporta 4.500 millones de dólares, Estados Unidos aporta 3.500, la Unión Europea aporta 1.000 y diferentes organismos financieros aportan 900 millones de dólares. De esa suma astronómica, el 93,4 % se destina para la guerra, en armamentos, y tan sólo el 6,6 % para "otros".

Por supuesto para viabilizar el Plan Colombia se requirió de una vasta manipulación comunicacional, una vez más. Para vender el Plan Colombia como un plan de paz y antinarcóticos, no hubo reparos en publicarlo en varias versiones, según el público al cuál se dirigía. Además, para justificar el ataque contra las guerrillas, se creó e impulsó, vía una estrategia de manipulación comunicacional, el término de "narco- guerrillas". Cuando se sabe que la guerrilla está presente sobretodo en zonas petroleras y bananeras. ¡Pero nunca se les tildó a los guerrilleros de "petro-guerrilleros" o "banano-guerrilleros".

La guerrilla colombiana tiene muchos años de existencia y los pretextos esgrimidos por el régimen han sido múltiples; como se les acabó el pretexto de que eran financiadas con el "oro de Moscú", tuvieron que inventar el pretexto de "narco-guerrillas".

Eso obedece a una estrategia propagandística diseñada nada menos que por la CIA: se recuerda que el inventor del término "narco-guerrilla" fue Lewis Tambs, siniestramente conocido como uno de los redactores de los Documentos Santa Fe, los documentos de los Estados Unidos relativos a sus políticas terroristas de guerra sucia contra toda América Latina.

La gran mentira: El hecho de que el Plan Colombia se presente como un Plan de lucha antinarcóticos no puede ser tomado sino como una cruel farsa cuando se sabe, por ejemplo, que el coronel James Hiett, quien era el encargado de supervisar las operaciones antidrogas del Comando Sur en Colombia, en 1999, traficó con cocaína de Colombia a Estados Unidos, y fue solamente detenido por cinco meses y liberado sin ninguna sanción en Estados Unidos.

El Plan Colombia no ataca ni a los capitales del narcotráfico en transacciones bancarias, ni a las claves cuestiones aduaneras. Hay que saber que de 100 USD que mueve el negocio del narcotráfico, sólo 4 USD se quedan en Colombia y los 96 USD restantes van a Europa y a Estados Unidos. De los 4 USD que se quedan en Colombia, sólo el 0,64 % va al campesino cultivador de coca, el resto se queda mayoritariamente en corrupción aduanera y permisos estatales a aeronaves o navíos de import-export.

Además, el Plan no contempla nada en materia de sustitución de cultivos. Y esos 4,5 mil millones que pone el pueblo colombiano los sacan de liquidar las cesantías, aniquilar los servicios y empresas públicas de salud y educación.

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