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El Proceso de Formación Nacional en los Estados Unidos


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Surgimiento y formación del Estado
  3. La Guerra de Independencia
  4. El bipartidismo en la formación del Estado
  5. Hacia la consolidación de los Estados Unidos como Gran Nación
  6. El Gran Estado Nación imperialista entre 1898-1918
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía de consulta

Introducción

Al analizar el período de formación del Estado Moderno (1775-1918) norteamericano se nos presenta una nación que en su formación exhibe características que se diferencian de los Estados Nacionales europeos considerados como clásicos. Al tener peculiaridades propias que no se ajustan a los principales estudios sobre el tema, hemos propuesto una periodización para el estudio del establecimiento del Estado Nacional en ese país.

El trabajo incluye el seguimiento de la formación del Estado-Nación en las temáticas relacionadas con la Revolución de las Trece Colonias (Guerra de Independencia), el Proceso Constitucional y la creación de la Unión Norteamericana, así como la expansión territorial, el desarrollo industrial, la Guerra de Secesión, el tránsito al Imperialismo, la participación en la Primera Guerra Mundial y sus efectos para los EE UU.

Al finalizar el trabajo se plantean las conclusiones a las que nuestro equipo ha arribado.

Consideramos el presente estudio solo una introducción, en tanto abre una brecha para futuros estudios e investigaciones sobre este tema.

Surgimiento y formación del Estado

Desde la década del 60 del siglo XVIII se avizoraban los primeros destellos de una reacción revolucionaria dirigida por la naciente burguesía criolla que amenazaba con remover los cimientos del imperio colonial inglés en el norte de América.

En febrero de 1765, se vota por parte del Parlamento el primer impuesto directo, la Stamp Act (Ley del Sello) con la que se intentaba obligar a los criollos al "empleo del papel sellado en documentos, licencias, anuncios, diarios, almanaques, naipes, etc.".[1] Fue este hecho lo que constituyó la punta de lanza para el inicio de un vendaval de protestas que dirigiría la clase adinerada nativa en contra del poder colonial, se sumarían los sectores populares: la juventud, los agricultores y los artesanos. Así nacerían figuras de la talla de Patrick Henry, de alto vuelo popular que levantarían su voz y conseguirían la aprobación de lo que pasó a la historia como la Proclama de Virginia, documento que plantea enérgicamente toda la oposición al sistema imperial dominante. Esto llevó a la convocatoria de una asamblea en Nueva York, celebrada en octubre de 1765, donde representantes de nueve colonias tomaron el acuerdo de boicotear las mercancías inglesas mientras no se anulase tan infame legislación.

La Ley del Sello quedó suprimida en 1766 y no fue este su único logro. A partir de ahí se iniciaría un periodo de demostraciones patrióticas que se agudizarían a partir del año 1767 tras la imposición, por parte de la metrópoli, de nuevas leyes impositivas contra las que los líderes coloniales organizaron varios actos de boicot.

En 1773, tras el otorgamiento de franquicias a la Compañía de las Indias Orientales para la venta de su té en América, se inicia un nuevo espacio para la reacción colonial. Esta vez con la Tea Party en Boston, en la que una muchedumbre lanzó el té de los navíos a las aguas del mar.

La represalia británica no tardó en producirse, ante lo cual se rebelaron otras colonias en apoyo a Massachusetts, fue esta la muestra de la radical posición que va tomando el pueblo, liderado por un grupo de resistencia que se hacía llamar Hijos de la Libertad, con un fuerte perfil moderado, que se nutría casi exclusivamente de las clases medias y altas de la sociedad colonial. A este movimiento anti-británico se sumaron los terratenientes, que intentaban guiar a las clases más bajas por derroteros menos revolucionarios; y los estudiantes, contra los que se dieron las peores represalias. Aparece en esta etapa el movimiento Minute Men (Hombres del Minuto), campesinos que se incorporarían a luchar en cualquier momento, cuando fuera necesario. Solo se mantuvieron impasibles los ricos y la Iglesia que pretendían detener el avance del proceso que perseguía destruir el vasallaje.

En septiembre de 1774 se reúne el Primer Congreso Continental en Filadelfia. Sus miembros, pertenecientes a casi todos los sectores de la sociedad, estaban divididos por distintas maneras de pensar –políticas, religiosas, económicas, regionales-, a todos los unía la idea de que la tiranía que la metrópoli imponía a la colonia norteamericana era ya insostenible. A partir de ese momento la lucha por lo "americano" sería lo que uniría a estos hombres.

Esta idea proclamada por Patrick Henry y desarrollada por Thomas Paine en su ensayo titulado Common Sense (Sentido Común), de 1775, "en el momento más oportuno para suministrar valor a los indecisos (…), que se convirtió en el estilete de los patriotas."[2] Este folleto logró enardecer a las masas de las colonias americanas, tocar la más íntima fibra patriótica y robustecer así el movimiento de resistencia.

Anderson Benedict en Comunidades Imaginadas plantea que:

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