La infancia de Santa Anna transcurre entre Jalapa, ciudad en la que nace en 1794, y Veracruz. Fue hijo del distinguido notario Antonio López de Santa Anna y de su señora esposa Manuela Pérez de Lebrón.
Ambos deseaban para él un porvenir tranquilo y acomodado como correspondía a un joven de ascendencia española. Pero por su carácter aventurero y sus grandes deseos de sobresalir, consiguió a fuerza de tenacidad ingresar al Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años de edad.
En 1811 su regimiento fue convocado para sofocar el movimiento insurgente iniciado un año antes por el cura Miguel Hidalgo.
Antes de adentrarnos más a lo que nos urge, comentemos algunos pasajes que vive la familia López de Santa Anna: Como el acaecido por su padre, en el cual se le acusaba de que en algún tiempo fungió como padre en la localidad no por un periodo largo, pero en el cual sufrió algunos desaberes como decían en esos tiempos; como Doña Josefa y su hermana Dionisia que en un momento de su vida sufrieron las desventuras de ser objeto material de las lujurias del padre de nuestro expresidentes, y que por lo cuenta este libro y algunas biografías de le dimos un vistazo era un señor muy promiscuo y que le gustaba andad de galán por donde se parara y que ahora se entiende el por que también el actor principal de nuestro relato hereda de su padre esos menesteres lujuriosos que le permitía al interesado de nuestro trabajo satisfacer sus necesidades carnales y que alo largo de este trabajo tiene tantas citas y encuentros de buena y mala fe como tantos otros enfrentamientos en batallas y que a su paso dejo una prole como para poblar un nuevo pueblo como los que fue creando para el interés propio de la lucha y conquista para las personas a las que servia, ya que todos vimos y sabemos que estuvo en los dos bandos y nos por traidor o convenenciero, sino por que las circunstancias así lo ameritaban, el dudaba de si mismo, pero tenia un carácter y un temple digno de un gran estratega y en ocasiones ya por la desesperación de que no tenia el apoyo que solicitaba y se lo negaban, se veía en la penosa resolución de asaltar, tomar por la fuerza, destruir y muchas veces hasta aniquilar al total de las persona que habitaban algún pueblo, volviendo a lo del tema, estuvo en los dos bandos por que desde muy joven se fue metiendo poco a poco a conocer a personas de alta jerarquía dentro de la comunidad local, como los de la nueva España que en esos tiempo eran quienes tenían el poder y el control de todo lo que se hacía y movía dentro del país, Santa Anna, joven y ambicioso, se deja llevar por sus impulsos y por su ya naciente codicia y por primera instancia de hace amante de la esposa del gobernador, a la cual por medio de corresponder a sus cariños lo va metiendo poco a poco dentó del medio en donde más adelante se podría ir haciendo de amigos y conocidos que a la postre le servirían como apoyo en sus diferentes batallas y de los cuales obtendría beneficios que le permitían estar a la altura de sus conquistas y que por tanto tenía con que satisfacer su más preciado jobie, los gallos, por que al hablar de él tenemos que decir que al ser un don Juan no tenia que rembolsar nada a cambio de los placeres de tantísimas mujeres con la paso a lo largo de su vida y de su relato, no se precisa realmente pero al consultar en otras biografías, los autores comentan que tuvo al rededor de 300 mujeres desde que se enlisto en el ejercito hasta el último día de su vida y que eso no lo hace bueno ni malo, simplemente que era un tipo bien mozo al que veían con cariño y respeto por ser quien era y por ser un gran héroe para todos los que lo conocían y hasta los que no tenían el gusto lo catalogaban de que era un soldado fiero y muy entregado a su causa, lo adulaban tanto que eso hacia que fuera un conquistador, de sus batallas y de sus mujeres que también seamos honesto era un tipo de buen ver y en esos tiempos pues era posible que las mujeres se quedaran calladas o se metieran a conventos para cubrir sus faltas dentro de sus familias sólo con el gusto y placer de haber estado con él
Recordemos con mucho gusto y agrado a un personaje que no es de mucha importancia a lo largo de toda la historia y trayectoria de Santa Anna, pero sí alguien que merece ser recordado con mucho agrado porque gracias a él tenemos una gran parte de estos escritos, ya que sin él nuestro personaje no tendría vida en los libros ni en la historia, y es el Coronel Manuel María Giménez quien fue su ayudante y apoyo en la defensa de Veracruz y en donde nunca recibió una recompensa u honores que debería recibir cualquier valiente que arriesgara su vida por su patria, él perdió su brazo izquierdo, y al tenerle tanta confianza se quedo con nuestro comentado expresidentes y de ahí empiezan las narraciones de todo lo acontecido desde su destierro en donde sólo pensaba en México y se exilió en sus recuerdos.
Un personaje muy importante en su vida y formación militar fue el Coronel Joaquín Arredondo, viéndolo por el lado bueno fue como su segundo padre y el cual lo vigilaba y Santa Anna que siempre tuvo problemas de autoridad, y él lo hizo ser valiente y dedicado y respetuoso, lo hacía desvariar y lo ponía en ridículo ante los demás, pero no de dejaba y arremetía contra el primero que estuviese a mi alcance, pero al final esto me costaba arresto seguro. Se volvieron unidos gracias a sus aficiones por los gallos que en los domingos era frecuente verlos apostando y Arredondo no le tenia toda la confianza del mundo hasta que un día al verlo perder se acerco y le dijo al oído por cual apostará por Antonio ya se había dado cuenta que hacías trampa con los gallos y de ahí se gano su confianza.
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