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Didáctica


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Caracterización de un sistema de principios didácticos
    3. Desarrollo
    4. Bibliografía

    Introducción

    La Didáctica tiene la tarea científica de sistematizar los conocimientos teórico – prácticos sobre el proceso de enseñanza aprendizaje, descubriendo las regularidades que rigen la conducción y facilitación de dicho proceso en su lógica interna, en la que se insertan los protagonistas principales del mismo, que dinamizan con sus acciones los restantes componentes de dicho proceso.

    En la teoría didáctica actual que se enriquece en nuestro país, la educación es el centro del proceso y la didáctica, como una ciencia que ya se ha constituido, está inmersa en su objeto, con sus métodos de investigación, su enfoque holístico, su dimensión social, instructiva, desarrolladora y educativa, porque su naturaleza es eminentemente social y siempre surge como necesidad, por lo que a medida que la sociedad se ha desarrollado lo ha hecho la didáctica, de lo que se deriva la relación con el contexto social y las relaciones internas entre los componentes de dicho proceso conformando un sistema.

    Teniendo en cuenta que la Didáctica es una ciencia, está basada en determinados  principios que son fundamentales. Lothar Klinberg, pedagogo alemán, planteó que los  principios  didácticos  son postulados generales sobre la estructura del contenido,  la organización y los métodos de enseñanza. Estos principios son generales ya que se aplican a todas  las asignaturas y niveles de enseñanza.

    La determinación de un sistema de principios didácticos varía en dependencia de los objetivos que se persigan, del desarrollo social alcanzado y de la teoría y la práctica pedagógicas.

    Caracterización de un sistema de principios didácticos

    En la bibliografía pedagógica aparecen diferentes criterios de estructuración de sistemas de principios didácticos, aunque todos coinciden en lo esencial. Se presenta, a continuación un sistema de principios que, por su claridad y enfoque, resulta de utilidad.

    El sistema en cuestión abarca los principios siguientes:

    1. Principio del carácter científico.

    2. Principio de la sistematicidad.

    3. Principio de la vinculación de la teoría con la práctica.

    4. Principio de la vinculación de lo concreto y lo abstracto.

    5. Principio de la asequibilidad.

    6. Principio de la solidez de los conocimientos.

    7. Principio del  carácter consciente y de la actividad independiente de los estudiantes.

    La Educación Cubana ha seguido estos principios didácticos y ha cobrado auge desde el triunfo revolucionario; pero sin dudas, apoyada en el pensamiento y la obra de educadores como Félix Varela Morales (1878-1853); José de la Luz y Caballero (1800-1862); pero de forma singular de José Julián Martí Pérez (1853-1895) donde es apreciable el alcance renovador y progresista  aún en condiciones adversas.

    Desarrollo

    La escuela cubana, desde sus primeros años de instrucción para el estudiante, desarrolla un proceso donde se busca que los valores humanos tengan un momento especial y de trascendencia para la formación del educando y aquí es donde la obra martiana entra a jugar un papel fundamental.

    Su genial e inagotable pensamiento encierra tanta sabiduría, humildad, experiencia, en fin, un glosario, por el balance copioso de obras, reseñas, ensayos, prosa, poesía, oratorias y otras expresiones literarias y es por lo que a la luz de nuevos tiempos y épocas, podemos retomar su trascendencia literaria e interpretarlo aplicando su pensamiento y sus ideas en el contexto actual, porque las mismas trascienden hasta nuestros días.

    Es evidente que Martí más que como maestro de aula se proyectó como formador de hombres en su más amplio sentido, pero además su quehacer se inscribe de forma plena en los postulados esenciales de la tradición pedagógica cubana y latinoamericana, los que de una u otra forma están presentes en su actividad educativa.

    Se ha expresado que la obra del maestro se fundamenta en sus viajes por Europa y América, en las voluminosas lecturas que realizó, incluso en varias lenguas y las relaciones de diversa índole que sostuvo con prestigiosos intelectuales de la época.

    Aunque no escribió libros de contenido puramente pedagógicos es posible apreciar en sus diversos artículos un pensamiento educativo coherente y muy avanzado para su época, llegando a dominar las especificidades de la enseñanza y sus aspectos sicológicos y metodológicos.

    Si bien a José Martí hay que estudiarlo cada día, y no repetirlo como papagayos, el volver una y otra vez sobre su obra siempre aportará algo nuevo. Solo con el conocimiento de sus frases no es posible cambiar actitudes, pero siempre es válida una selección de algunas de sus ideas como prueba de cuánto nos está enseñando cada día el Maestro.

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