La obesidad en la adolescencia como manifestación vicaria de autonomía e independencia
Enviado por Felix Larocca
- Las etapas epigenéticas del desarrollo psicosocial
- La adolescencia: invención humana
- La gordura como rebelión evolutiva, epigenética y psicosocial
- María Elena
- En resumen
- Bibliografía
Las teorías de Erik H. Erikson revisitadas
El estudio del desarrollo psicosocial que Erik Erikson propuso fundamenta muchos de los conocimientos y estrategias de terapia con los jóvenes que aún hoy se aplican efectivamente en las ciencias del comportamiento.
Las afamadas etapas de Erikson
Al igual que Jan Piaget lo hiciera desde el punto de vista epistemológico, Erik Erikson lo hizo desde el punto de vista epigenético, cuando mantuvo que los niños no sólo se desarrollan en un orden predeterminado, sino que son moldeados por las influencias del entorno. En vez de centrarse en el avance cognitivo que ocupara el pensamiento de Piaget, o en el psicosexual, central a las teorías de Freud. Erikson permaneció interesado en el desarrollo psicológico y social de los niños tratando de entender cómo éstos interactúan entre sí y con su entorno, y de cómo este proceso determina últimamente el sentido de identidad propia que, creemos, ser único a los miembros de nuestra especie.
La teoría de Erikson
La teoría del desarrollo psicosocial epigenético que Erikson propusiera está dividida en ocho etapas distintas, cada una con dos corolarios posibles.
Confianza básica
Las etapas epigenéticas del desarrollo psicosocial
Erikson creyó, de manera correcta, que el estudio de la infancia y la niñez eran aspectos importantes para lograr entender el crecimiento escalonado del desarrollo del ser humano. Como psicoanalista que fuera, este argonauta de la mente, aceptó muchas de las teorías freudianas, incluyendo la existencia del ego, súper-ego y del id, y de la relevancia de la sexualidad infantil. Pero donde difirieran los dos teóricos sería en que Erikson descartó la posición de Freud de representar la personalidad exclusivamente en base de la sexualidad y, contrario a lo que Freud creyera, Erikson, asimismo, profesó que la personalidad continúa su evolución luego del quinto año de la vida.
Todas las etapas de la teoría epigenética, por Erikson propuesta, están implícitamente presentes al nacer, pero, en formas latentes. Éstas, más adelante, se despliegan de acuerdo a un programa innato y obedeciendo a las influencias y valores imbuidos, procedentes del entorno. Cada etapa construye en la previa y prepara el camino para las subsiguientes.
Para muchos, los principios que Erikson enunciara son de la mayor importancia técnica porque incluyeron información acerca de los individuos "normales" y no simplemente acerca de los que son neuróticos, ampliando el ámbito de la personalidad, incorporando sociedad y cultura para definirla, en lugar de limitarse a la sexualidad.
"No llores. Lo que hiciste no fue nada serio."
Según esta estructura hipotética, la culminación exitosa de cada etapa da lugar a una naturaleza individual harmoniosa y conduce a interacciones adaptadoras con quienes se vive. El fracaso, antes de completar con éxito una etapa dada, puede resultar en una capacidad disminuida para concluir las otras fases y, por lo tanto, dar nacimiento a un individuo con un sentido de identidad imprecisa. Sin embargo, sabemos que, afortunadamente, estos defectos resultantes, cuando ocurren, pueden ser resueltos, en tiempo debido, por medio de la terapia psicoanalítica, como sabemos.
En seguida describimos las ocho etapas, substituyendo, cuando creyéramos necesario, palabras más acertadas para rendir la traducción del inglés a nuestro idioma, con mayor precisión y sin el uso de solecismos innecesarios.
I. Confianza básica frente a la desconfianza.
Desde el nacimiento hasta la edad de un año, los niños comienzan a desarrollar la capacidad de confiar en los demás, basándose en la consistencia de sus objetos nutritivos y protectores — roles que, generalmente, ocupan los padres. Si esta confianza básica evoluciona exitosamente, el niño desarrolla un fondo de confidencia y seguridad hacia el mundo que lo rodea, siendo capaz de sentirse protegido aún cuando percibe cierta ansiedad. Fallo en la compleción exitosa de esta etapa puede resultar en una incapacidad para abandonarse a los demás, repercutiendo en una aprehensión sospechosa hacia quienes se le acercan. Lo que puede reflejar en sospechas e incertidumbres, y culminar en una posición general de recelo hacia el mundo en que se vive.
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