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Génesis del uso de la fórmula de tratamiento "Güile" o "Güila"

Enviado por Fabián Barrera


Partes: 1, 2

    1. Historia de la lengua cacana
    2. Características de la lengua Cacana
    3. Fonología
    4. Uso de la fórmula de tratamiento "güile" o "güila" empleada por los niños y adolescentes del departamento Simoca y Monteros
    5. Conclusión
    6. Bibliografía

    Génesis del uso de la fórmula de tratamiento "Güile" o "Güila" empleadas por los niños y adolescentes del departamento Simoca y Monteros de la Provincia de Tucumán

    Introducción

    Este trabajo monográfico del curso de postgrado titulado "Léxico y estrategias discursivas. Actitudes sociolingüísticas" de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.T, apunta analizar y dar cuenta de los usos de las fórmulas de tratamiento empleados tanto por los niños, adolescentes como por los adultos del departamento de Simoca y sus zonas de influencia.

    Para ello, intentaré desentrañar la génesis del uso del lexema "güile" y "güila" en las fórmulas de tratamiento puestas en praxis en las situaciones comunicativas orales de los hablantes de estas comunidades lingüísticas.

    La hipótesis que postulo sería que el término "güile" o "güila" deviene de la lengua indígena extinta denominada Cacán o kakán y según algunas versiones, también kaká, cacá e incluso chaká. El cual era la lengua hablada por la etnia pazioca en el noroeste argentino y, de acuerdo a autores como Ricardo E. Latcham, también en el Norte Chico chileno hasta aproximadamente mediados del siglo XVIII.

    Historia de la lengua cacana

    A la llegada de los españoles en 1535/1536 la mayor parte de la población autóctona de la región de las actuales provincias argentinas de Salta ( su centro-sur), Tucumán (su extremo oeste), Catamarca, La Rioja, norte de San Juan, oeste de Santiago del Estero, extremo noroeste de Córdoba, y tal vez también en las actuales regiones chilenas de Atacama ( su mitad meridional ) y Coquimbo hablaba un idioma propio llamado kakán.El sacerdote católico misionero Pedro Alonso de Barzana en carta a su colega el fraile Juan Sebastián fechada el 8 de septiembre de 1594 dice: "La caca usan todos los diaguitas y todo el valle de Calchaquí y el valle de Catamarca y gran parte de la conquista [ provincia] de la Nueva Rioja y los pueblos casi todos que sirven [ encomendados] a [la ciudad de] Santiago [Santiago del Estero], así como los poblados en el río del Estero [ el río Dulce] como otros muchos que están en la sierra [las montañas del centro norte de Chile] ".

    Se considera que éste idioma se hallaba dividido al menos en tres grupos dialectales: el kalchakí en los Valles Calchaquíes, Santa María, Yocavil, el diaguita occidental en el Norte Chico y, al este de los Andes en los valles de Belén, Hualfín y Abaucán, por último el capayán en La Rioja, norte de San Juan extendiéndose acaso con el nombre de origen español indama hasta el oeste de Santiago del Estero y extremo noroeste de Córdoba, por su parte arqueólogos como Boman han supuesto que el kakán se hablaba (ca. el s. XV) por todo el oeste de la provincia de San Juan hasta la Cordillera del Tigre, esto es hasta casi confinar con el Aconcagua ubicado en el norte de Mendoza.

    Filiación

    Lengua del grupo andino presenta rasgos que parecen emparentarle con el mapudungun, el cunza y el runa simi, aunque éstos, generalmente de tipo lexical pueden deberse a préstamos o a equivocaciones de los investigadores al recopilar el material; se desconocen mayores detalles como para precisar su ubicación lingüística.

    Características de la lengua Cacana

    Esta lengua fue ágrafa (sin escrituras completas), sus primeras transcripciones al español y al latín (con las limitaciones fonéticas correspondientes) se debieron a la actividad de los misioneros tras la conquista española del siglo XVI, Alonso de Barzana y Pedro Añasco escribieron hacia 1540 preceptos gramaticales y vocabularios, Barzana también redactó textos de doctrina cristiana, catecismos, confesionarios, homilías, plegarias y sermones en kakán pero estos no fueron publicados. Uno de los misioneros – Lozano – expresa que sus colegas, los frailes Hernando de Torre Blanca y Diego de Sotelo: "eran peritísimos en el idioma cacano (…) Y, añade: "es [el cacán] una lengua dulce y armoniosa, tenía dificultades enormes de pronunciación, a tal punto que sólo lo percibe [entiende] quien lo mamó de leche, porque es en extremo arrevesada [gramaticalmente] y forma sus voces sólo en el paladar".

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