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Al encuentro del alma


Partes: 1, 2

    1. El Alma
    2. El canto del rio
    3. Un corazón humilde
    4. La justicia
    5. Mensaje a la juventud
    6. La brevedad de la vida
    7. La enseñanza de la carreta
    8. Jamás perdamos la esperanza
    9. "Lo único constante en la vida es el cambio"
    10. La serpiente y la luciérnaga
    11. La voz del corazón
    12. El sermón de la montaña
    13. El señor es mi pastor

    edu.red

    Presentación

    Una de las tareas que tenemos los hombres, es cultivar nuestra alma, llevar una vida ejemplar, respetando las buenas costumbres, forjando esperanza y siendo referentes a seguir, especialmente para los jóvenes.

    En esa dinámica, a través de este trabajo, me he permitido traer al lector, mensajes de personajes ilustres, así como, interesantes historias, muchas de las cuales seguramente son conocidas por ustedes. A mi modesto entender, estas historias además de ser bonitas, encierran una gran enseñanza que jamás debemos olvidar.

    Que duda cabe, que el camino de la vida es dura, este pone a prueba la fuerza del carácter, los pecados capitales nos merodean. La oscuridad de la ignorancia pretende atraparnos en su frio manto, mas la muerte con su aliento mundano nos llena de fantasmas. Las cuitas, la envidia, la hipocresía y el egoísmo aportan lo suyo para que la desorientación sea total. Más la superstición pretende que reemplacemos el esfuerzo por el azar de la buena suerte.

    Solo con trabajo honesto y perseverante, alcanzaremos el éxito y el sueño dorado, que es alcanzar la felicidad, para compartirla con nuestros seres queridos y con todos los que nos rodean. Tengamos en cuenta, que los verdaderos tesoros, están en nuestros corazones y en nuestras mentes, allí albergamos el amor y la inteligencia, que en combinación constituyen la sabiduría. Seamos sabios y humildes para ir al encuentro del alma.

    Al encontrar nuestra alma, busquemos su paz. Porque " si pierdes tu fortuna no te preocupes, si pierdes la salud empieza a preocuparte, pero si pierdes la paz del alma entonces preocúpate".

    Mesías

     

    El Alma

    "De acuerdo con muchas tradiciones religiosas y filosóficas, el alma se encuentra en los seres vivos, gracias a la cual estos tienen una determinada identidad.

    De acuerdo a la tradición cristiana, el alma es una de las tres entidades del ser humano. En el alma se hallan los instintos, sentimientos y emociones del hombre. El alma es más sensible que el cuerpo, ya que está en un grado mucho mayor. El alma es la reguladora entre el espíritu más y el menos del cuerpo. El alma es la conciencia del hombre".

    Bajo esa visión la tarea que tenemos es encontrarnos con nosotros mismos, con nuestro altar privado que es nuestra conciencia.

    El canto del rio

    Mis primeros pasos los di en Colasay, un hermoso pueblecito, adonde mi bisabuelo don Domingo Guevara junto a mi bisabuela doña Bernardina Olano, llegaron de Chota y Cutervo a fines del siglo XIX,  en busca de un mejor porvenir.

    Crecí corriendo por sus hermosos parajes, respirando aire puro, tomando leche fresca, comiendo fruta sana, aun recuerdo las hermosas flores como la cuna del niño, verbenas y rosas, que habían en su parque donde también se lucía su glorieta de madera, además del cabildo y de la iglesia. En los huertos habían chirimoyas grandes y dulces, granadillas jugosas, mísperos, Guayabas, naranjas, limas, guabas y limas reales.

    Igual fue en Jaén donde mi padre y mi madre eran profesores de secundaria y primaria respectivamente, allí estudié la primaria, los días eran alegres. Cada día al ir de mi casa a la escuelita adventista, pasaba por huertos, chacras de cacao hoy convertidas en calles transitadas por moto taxistas, autos y camiones. En esa oportunidad, era agradable caminar por el pequeño bosque, escuchar el trinar de las aves, ver los verdes piñones, las nonas, ver  una que otra comadreja,  un escurridizo mono cacahuero, o un camaleón que cambia de color buscando mimetizarse en los árboles. Se caminaba con cuidado para no ser tocados por la ponzoñosa ortiga.

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