Tratamientos psicológicos eficaces para las disfunciones sexuales
Enviado por Xavier Conesa. Sexologo
- Datos epidemiológicos
- Criterios para establecer que un tratamiento para las disfunciones sexuales es eficaz
- Tratamiento
- Eyaculación precoz
- Disfunciones femeninas
- Consideraciones finales
- Referencias
A partir de la terapia sexual de Masters y Johnson (1970), que marcó un punto de inflexión claro en el tratamiento de este tipo de problemas, las disfunciones sexuales han constituido un campo de actuación habitual para el tratamiento psicológico. Sin embargo, esta amplia aplicación y los buenos resultados obtenidos, no se han visto hasta el momento avalados por una investigación rigurosa que respalde su eficacia y efectividad. Asimismo, se carece de datos comparativos de la eficacia de los tratamientos psicológicos y médicos para este tipo de problemas. Esta falta de trabajos parece relacionar se con diversas dificultades y problemas que af ectan a la obtención y selección de muestras, a la evaluación y diagnóstico de los pacientes, a los propios tratamientos y a los diseños experimentales. Teniendo en cuenta estas limitaciones, se revisa la evidencia disponible acerca de la eficacia de los tratamientos, tanto psicológicos como médicos, de las disfunciones sexuales. Para ello se diferencian disfunciones masculinas (más estudiadas hasta la fecha) y femeninas, haciendo hincapié en aquellas que han recibido una may or atención (i.e. los trastornos de la erección, la eyaculación precoz y la inhibición de la eyaculación en el varón, y, fundamentalmente, los trastor nos del deseo sexual hipoactivo y orgásmico en la mujer). A la luz de este análisis se señalan posibles vías de actuación en la investigación sobre el tema.
Efficacious psychological treatments for sexual dysfunctions. Starting from Masters and Johnson"s sex therapy (1970), sexual dysfunction has become a usual objective in therapy. Nevertheless, the expanded use and the positive results of sex therapy are not supported up to now by methodolog ically robust studies showing it efficacy and effectiveness. Furthermore, there is no evidence about the differential effects of medical and psychological treatments for these problems. Reasons for this include several problems and difficulties concerning sample selection, measurement and diagnostic, treatment and research design. Keeping in mind these restrictions, availab le evidence about efficacy of both psychological and medical treatments for sexual dysfunction is reviewed. Male and female dysfunctions are separatel y reviewed, focusing on those disorders that have received more attention. So that, among males dysfunctions, erectile problems, premature ejaculation and inhibited orgasm, are considered, while among female ones (less studied in gener al) hypoactive sexual desire and orgasmic disorders are included. Stemming from the analysis several guidelines for future research on this topic are proposed.
No cabe duda de que desde los trabajos iniciales de la Task For ce on Promotion and Dissemination of Psychological Procedures
–TFPDPP– (1995) se está produciendo un cambio importante en el mundo de la psicoterapia. Cada vez son mayores y más importantes los esfuerzos dedicados a investigar y demostrar la eficacia de los distintos procedimientos psicoterapéuticos. Para el profesional de la psicoterapia es determinante saber que los tratamientos que utiliza han demostrado de forma inequívoca que son eficaces para producir los cambios deseados. Tal como señalan Labrador, Echeburúa y Becoña (2000) «la demostración experimental de la eficacia de los procedimientos terapéuticos se ha convertido actualmente en un objetivo prioritario. Las razones son varias: a) la debilidad y la multiplicidad de los modelos teóricos no ajenas al divorcio creciente entre el mundo académico y la realidad clí nica; b) la demanda social de tratamientos eficaces; y c) el obje tivo prioritario de los terapeutas de mejorar a los pacientes de forma más efectiva» (p. 17) .
Un aspecto esencial de esta nueva tarea es que el objetivo no tiene nada que ver con las luchas entre escuelas de los años 50 y 60, en las que se trataba de demostrar que los tratamientos derivados de una orientación o modelo general eran más eficaces que los de las restantes orientaciones, en el tratamiento de todos los «problemas psicológicos». El objetivo ahora es ver qué tratamiento concreto (lo que supone que esté descrito de manera pormenorizada y precisa cómo ha de llevarse a cabo) es eficaz (ha demostrado ser beneficioso para los pacientes en investigaciones clínicas controladas), efectivo (útil en la práctica clínica habitual) y eficiente (de mayores beneficios y menores costos que otros tratamientos alternativos), para cada problema concreto (lo que supone un sistema estandarizado de clasificación de los posibles problemas). De esta forma se pretende señalar al profesional qué tratamientos son más adecuados en cada problema o caso concreto, a fin de orientar su práctica profesional, y también informar a los usuarios (bien particulares, bien agencias gubernamentales o compañías de seguros) sobre las posibles opciones terapéuticas válidas para poner remedio a los problemas para los que buscan solución.
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