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Teoría del Estado – Unidad 5 – Tipología de los estados nacionales


Partes: 1, 2

  1. Perspectiva macroeconómica
  2. Estado colectivista (el estado en reemplazo del mercado)
  3. El estado intervencionista (el estado sobre el mercado)
  4. La concepción cristiana del estado

Básicamente la misión del Estado tiene como misión procurar el bien común de la población, existiendo diversas concepciones acerca de su conformación y actuación.

Para el liberalismo el Estado nace de un contrato donde el orden natural rige el mercado mediante las leyes naturales de la oferta y la demanda en un contexto de libre competencia donde se tiene presente el "natural" egoísmo humano, con una "mano invisible" (según Adam Smith) que regula su accionar. Por esta causa el Estado debe ser "mínimo" cumpliendo exclusivamente funciones que permitan proteger los derechos individuales y constituir un marco regulativo que proteja las leyes del mercado. Este modelo, donde el mercado se encuentra sobre el Estado, se impuso aproximadamente desde principios del siglo XVIII hasta la crisis de 1930 donde puede afirmarse se produce una quiebra del liberalismo clásico.

A partir de ese momento y aproximadamente hasta 1970, como respuesta al crack antedicho, Keynes introduce un modelo donde el Estado interviene a partir de incentivar la demanda, ya que fue ese el origen que se presentó en la crisis del `30. El objetivo es lograr el pleno empleo mediante la obra pública, establecer estabilidad salarial, reducir costos a partir de la optimización de las tareas (fordismo) y medidas que regulen la oferta para evitar excesos. El intervencionismo estatal, que Keynes sostenía como transitorio, se correspondía en el campo social con el Estado de Bienestar ya que éste era mediador en los conflictos introduciendo los derechos sociales (constitucionalismo social) que se consideran permanentes.

Existe también el modelo colectivista, cuyas pautas generales buscan que el Estado reemplace al mercado, originándose a través de los movimientos socialistas, incluyendo el marxismo, como reacción al modelo capitalista. El fin último de esa propuesta es la desaparición del Estado.

En la actualidad se presenta el denominado neoliberalismo con el llamado "Estado de Malestar" que busca imponer pautas que favorezcan la actividad privada a partir del accionar de las grandes corporaciones, intentando limitar los derechos sociales, aspectos negativos claramente advertidos por la Iglesia

Católica que llama a aplicar los principios de subsidiariedad y solidaridad en el accionar del Estado, tal como se detalla más adelante en el presente desarrollo.

Perspectiva macroeconómica

A lo largo de la historia, ha habido gobernantes cuyo poder ilimitado les ha permitido cometer actos terribles contra su propio pueblo. Para evitar esto, aparecieron en Europa diversos intentos de limitar el poder político ya que no todo podía permitírsele al rey.

Mientras en los demás continentes, los soberanos todopoderosos oprimían a sus pueblos a su antojo, documentos como els Usatges de Barcelona y más tarde la Magna Carta inglesa sometieron a los gobernantes europeos al imperio de la ley. Como ejemplo basta recordar el juramento de lealtad que en la Corona de Aragón se hacía al rey:

"Nosotros que valemos tanto como vos, juramos ante vos que no sois mejor que nosotros, que os aceptamos como rey y soberano siempre y cuando respetéis nuestras libertades y leyes, pero sino no".

En efecto, si como dijera John Emerich, barón de Acton (1834-1902), "el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de forma absoluta", el poder estatal habrá de tener unas limitaciones muy claras o su corrupción lo hará insoportable a los ciudadanos.

En ese marco y teniendo presente la perspectiva histórica, la revolución francesa tuvo como consecuencia la creación de un nuevo marco político adaptado a las transformaciones económicas que estaba experimentando la sociedad con el desarrollo del capitalismo. Para garantizar las libertades individuales, la igualdad legal y el derecho de propiedad, se limitaron las prerrogativas reales y se sometió la actuación estatal al imperio de la ley. Con el precedente de las constituciones Estadounidense y francesa, pronto empezaron a surgir en los países europeos y americanos textos constitucionales en los que se consagraba el fraccionamiento del poder como garantía efectiva de los derechos del individuo. La misión principal del Estado liberal radicaba en la protección de las libertades individuales y en el mantenimiento de un orden jurídico que permitiese el libre juego de las fuerzas sociales y económicas. Para cumplir esta misión, el Estado se valía de los medios legales que establecía la constitución.

El crecimiento del proletariado industrial y los conflictos imperialistas entre las potencias europeas favorecieron el deterioro y el descrédito de los regímenes liberales desde finales del siglo XIX. El socialismo utópico y, después, el anarquismo y el marxismo negaron la legitimidad del Estado liberal y propusieron nuevos modelos de sociedad en los que el hombre pudiera desarrollar plenamente sus capacidades.

Partes: 1, 2
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