- Resumen
- Introducción
- Los mapas geomorfológicos
- Construcción de cortes y bloque-diagramas
- La nomenclatura
- Conclusiones
- Referencias
Resumen
El objetivo del presente escrito es analizar brevemente las distintas maneras de cartografiar la geomorfología de una región, siendo la primera de ellas la realización de mapas mediante la representación simbólica tanto de formas de relieve como de procesos, lo cual es propio de la geomorfología clásica. Por otra parte, está la realización de mapas demarcando unidades homogéneas sobre imágenes de sensores remotos o sobre planos topográficos, identificando cada unidad mediante códigos numéricos o alfanuméricos, junto a una leyenda descriptiva, tipo matriz, sobre la cual se colocan los factores relacionados (nombres de relieves, alturas, pendientes, tipos de erosión, cobertura vegetal y litología, entre otros). La ventaja del primer método es la captación rápida para los lectores del mapa, pero su desventaja es la posible omisión de elementos esenciales, lo que no ocurre con el segundo método. Se explica la importancia que tiene la realización de modelos 3D, lo cual se facilita hoy en día con la ayuda de diversos software. Y, por último, se hace un breve comentario acerca del origen de los términos más comunes para la denominación de relieves y procesos.
Palabras clave: Cartografía, geomorfología, símbolos pictóricos, bloquediagramas.
Introducción
En el presente trabajo se hace un breve análisis sobre los aspectos más relevantes de la cartografía geomorfológica, la cual consiste en la elaboración de mapas, cortes y bloquediagramas, representando esencialmente el relieve y su relación con otros aspectos físico-geográficos. Metodológicamente, el trabajo ha sido realizado mediante una revisión bibliográfica, a partir de la cual se comparan las distintas formas de mapear la geomorfología, las clásicas y las más modernas; se hace mención, con la ayuda de algunos ejemplos de software, acerca de las bondades de las nuevas tecnologías como apoyo en la realización de los estudios de esta naturaleza, y se hace un comentario acerca del origen de la terminología comúnmente utilizada para denominar relieves y procesos geomórficos.
Los mapas geomorfológicos
La cartografía geomorfológica va más allá de los meros mapas fisiográficos. La fisiografía de una región es fundamental para poder entender los procesos geomórficos correspondientes, pero los mapas resultantes requieren de una mayor cantidad de elementos para poder ser considerados como mapas geomorfológicos. De no cumplirse tales condiciones, el mapa producido será, posiblemente, un mapa fisiográfico o un mapa de unidades de relieve. Lo ideal, entonces, es utilizar distintos aspectos como son:
Tipos de relieve o formas de terreno y sus límites
Estructuras geológicas elementales: fallas, pliegues, buzamientos, cuerpos intrusivos, litologías, entre otros.
Edades de los materiales geológicos
Procesos geomorfológicos: meteorización, tipos de erosión y movimientos en masa
Aspectos hidrográficos o hidrogeológicos generales
Rasgos antrópicos: vías, zonas urbanas, cultivos, minas, entre otros.
Ubicación de algunos puntos altimétricos
Los mapas geomorfológicos de mayor calidad y con mejores posibilidades de ser aplicados en las actividades humanas, son los de escalas grandes a moderadas, puesto que es allí donde se tiene la posibilidad de plasmar una mayor cantidad de detalles coherentes. Dichas escalas pueden ser superiores a 1:15.000, donde se facilita la representación de hechos geomorfológicos de detalle, como son: las pendientes, los procesos de erosión y movimientos de masa de las vertientes. Mientras que las escalas intermedias pueden variar entre 1:15.000 y 1:30.000. Los mapas geomorfológicos elaborados mediante la utilización de símbolos pictóricos (Tricart, 1965), tienen la propiedad de ser comprendidos más rápidamente que aquellos mapas que presentan solamente áreas o unidades geomorfológicas identificadas con códigos; en el segundo de los casos los mapas requieren de leyendas explicativas que incluyen la mayor parte de los atributos correspondientes a cada unidad cartográfica (alturas, pendientes, litología, materiales superficiales, tipos de erosión, entre otros), donde el lector del mapa debe apoyarse en una leyenda tipo matriz, la que incluye toda una serie de características (Fig. 2). Una metodología basada en este principio fue aplicada en el Proyecto Inventario de los Recursos Naturales de la Región Guayana (CVG-TECMIN, 1992), Venezuela.
Observando el mapa hipotético (Fig. 1), realizado mediante símbolos pictóricos comunes como los recomendados por Tricart (Op cit), en caso de haber otros procesos geomórficos sobre las unidades de Facetas de Falla y Abanico Aluvial, el geomorfólogo se ve limitado a incorporarlos, ya que entonces se crearía una imagen confusa. De todas maneras, es innegable la utilidad de un mapa como este a la hora, por ejemplo, de planificar el trazado de una carretera, observando el caso de la Fig. 1, si se piensa trazar una vía aguas arriba del abanico, deberá tenerse mucho cuidado con los movimientos de masa y la erosión hídrica intensa ubicados cerca del ápice de dicha forma fluvial. Habrá entonces que combinar los símbolos con colores, pero, aún así, se estarán escapando otros aspectos. En cambio, de ser un mapa con solo áreas homogéneas bien delimitadas, se tiene la posibilidad de anotar en la leyenda todos los elementos relacionados con la geomorfología de la zona estudiada. Este problema puede solventarse también, plasmando algunos símbolos pictóricos sobre el mapa de unidades homogéneas.
Figura 1. Mapa geomorfológico hipotético elaborado mediante la utilización de símbolos pictóricos.
LEYENDA
Figura 2. Mapa hipotético con unidades geomorfológicas descritas en una leyenda tipo matriz.
En los mapas de escalas pequeñas, por ejemplo, 1:4.000.000, pueden cartografiarse las formas de relieve y procesos de mayor extensión, tal como lo llevó a cabo Pouylau (1985) en el Mapa de Geomorfología de Venezuela, donde se plasmaron hechos como: campos de dunas del estado Falcón, altiplanicies de Guayana, sistemas fluvio-deltaicos, cordilleras, peniplanicies, entre otros, donde el autor combinó diferentes colores y signos pictóricos, con un excelente resultado. Al respecto, no hay un acuerdo definitivo en cuanto a la asignación de colores. La tendencia es que los relieves más altos lleven colores más oscuros, mientras que los relieves bajos colores más claros. Por ejemplo, en el estudio realizado por Spagna y Schiavon (1989), para un estudio sobre estabilidad de las vertientes, se utilizaron las siguientes clases y colores:
Clase de estabilidad | Color | |
Estable | Amarillo | |
Moderadamente estable | Beige | |
Inestable | Naranja | |
Muy inestable | Rojo |
Una forma moderna es definir las unidades geomorfológicas delimitándolas en plenas imágenes de sensores remotos, mediante la ayuda de un ordenador y programas especializados (Sistemas de Información Geográfica) en el tratamiento digital de imágenes; por ejemplo, ArcGis e Idrisis (Fig. 3); estos permiten inclinar el plano en distintos ángulos obteniéndose perspectivas desde cualquier punto, tal como si se observara desde un avión.
Figura 3. Mapa geomorfológico donde se delimitan conjuntos de relieves; elaborado a partir de imágenes de satélite y el uso de SIG (tomado de: Haugerud, en GSUS, 2012).
Mediante los SIG se tiene la posibilidad de elaborar mapas con símbolos pictóricos, al igual que en el programa de dibujo AutoCad, el cual incluye una gran variedad de símbolos cartográficos convencionales, tramas y colores. Una ventaja de estos programas es el hecho de que la información es almacenada en forma de capas; así, por ejemplo, si el lector se interesa por un factor individual, como la red de drenaje, o por un proceso geomorfológico como la erosión hídrica, el fenómeno en particular puede observarse en pantalla o, si hace falta, se imprime. En consecuencia, se pueden realizar mapas de menor complicación, más fácilmente comprensibles, incluso para lectores poco duchos en el tema (Fig. 4).
Figura 4. Amenaza de lahares (corrientes de lodo) en las vertientes del volcán Concepción, Nicaragua (Tomado de: Obando, 2009).
Construcción de cortes y bloque-diagramas
La cartografía geomorfológica también envuelve la construcción de otros gráficos, tales como cortes y bloquediagramas. Para construir un corte es imprescindible la información topográfica de la zona objeto de estudio. A partir del mapa topográfico se puede elaborar un perfil más preciso. Si el investigador está en el campo y no se cuenta con esa información, el perfil será realizado a ojo observando el terreno sobre las imágenes de sensores remotos, o inclusive, se puede elaborar teniendo a mano instrumentos como: altímetro, cuentapasos, cinta métrica, distanciómetro, clisímetro, brújula o, un instrumento que abarca parte de los anteriores: el GPS (Geographical Positioner System). A lo largo de un trayecto determinado, el investigador tiene la posibilidad de ir grabando en el GPS los datos correspondientes; a la vez que va anotando en su libreta lo que no puede grabarse en dicho aparato. Y no hay actividad más decisiva que las verificaciones in situ, ya que muchas cosas del terreno no se pueden contemplar en las imágenes de sensores remotos.
Cuando se carece de información topográfica y se tienen solo imágenes como fotografías aéreas o de radar, se pueden elaborar bloquediagramas esquemáticos mediante el sombreado en hachures. Es importante, además, incorporar en los cortes laterales de los bloques las estructuras y/o litologías correspondientes; para ello es necesario utilizar la simbología geológica convencional. La mayor ventaja del producto final es la percepción de los hechos desde un punto de vista tridimensional.
Un bloquediagrama se puede construir manualmente con la ayuda de un plano topográfico; para ello hay que elaborar, sobre una cuadrícula inclinada cierta cantidad de perfiles paralelos y equidistantes. En última instancia se procede con el sombreado del relieve en perspectiva (en dibujo técnico a esto se le llama perspectiva caballera). Se trata de un trabajo un tanto minucioso que demanda del dibujante cierta habilidad artística. Hoy en día, se solventa ese problema con la ayuda de programas de computación que convierten cualquier imagen en un bloquediagrama que se puede orientar o inclinar de acuerdo con los intereses de quien lo elabora. Uno de los programas más fáciles de manejar para tales efectos, es el Surfer. Si se hace, por ejemplo, un levantamiento topográfico con un aparato GPS, la información levantada se introduce en dicho programa, obteniéndose, además de un mapa topográfico, un bloquediagrama donde se perciben muy claramente las características del relieve (Fig. 5).
Figura 5. Modelos 3D obtenidos mediante el programa Surfer (tomado de: www.docs.autodesk.com, 2012).
La nomenclatura
Gran parte de los términos con los que se identifica a las formas del relieve, tienen su analogía con objetos o cosas de uso común por parte del hombre. En el siguiente listado de nombres de relieves puede notarse que existe un mayor predominio de aquellos que son similares a componentes de la arquitectura y a partes de la anatomía animal.
– Derivados de la arquitectura: Terraza, cornisa, arco, galería, escalera, pilar, columna, viga, domo, anfiteatro, pirámide, edificio volcánico, fosa, dique, trinchera y chimenea.
– Derivados de la anatomía animal: Cuello, cuerno, pico, nariz, boca, garganta, lomo, espinazo, cresta, pata de gallina, canales serpenteantes; en inglés: hogback (lomo de cochino) y oxbow (cachos de buey).
– Derivados de objetos de uso doméstico: Mesa, caldera, aguja, sierra, artesa, cortina, corona y cordón.
– Derivados de armamentos: Escudo, flecha, arco, cañón, filo, bomba, dunas en forma de espada (seifs).
– Derivados de otras cosas: Dunas en forma de estrella y en media luna, espina, abanico y parásito.
Incluso existen procesos geomórficos denominados según su similitud a algunos hechos de naturaleza humana; por ejemplo, estrangulación, cizallamiento, colada, ametrallamiento, efecto de lima, efecto de cuña, basculamiento, voladura, taponamiento y represamiento.
Sin embargo, existen muchos términos geomorfológicos cuyos nombres no tienen ninguna relación con objetos domésticos ni con partes de animales, por ejemplo, montaña, volcán, cerro, valle, colina, llanura, vertiente, escarpe, meandro y cuesta.
Existe cierta cantidad de términos geomorfológicos utilizados a nivel universal, muchos de ellos se mantienen en su vocablo original, sin ser traducidos; por ejemplo: mesas, hogbacks, cuestas, bajadas, plateau y badlands. También es posible que se usen traducidos; por ejemplo, en vez de badlands, se usa "tierras malas" o cárcavas y en lugar de plateau, altiplanicie. La mayor parte de los diccionarios de términos geográficos o geológicos dan una definición clara sobre cada uno de esos términos. En Venezuela, Zinck (1979) elaboró un listado de términos geomorfológicos adecuado a las necesidades de levantamientos de suelos en el medio tropical.
Los términos geomorfológicos, según Thornbury (1969), son más precisos cuando se les añade una especie de apellido que hace referencia a su origen; por ejemplo, montaña anticlinal, montaña sinclinal, valle sinclinal, llanura aluvial, duna costera, cráter meteórico, cono volcánico, escudo volcánico cono de deyección y cubeta de decantación.
Los estudios geomorfológicos de detalle o semidetalle acusan dificultades a la hora de denominar de alguna manera las formas de terreno, las cuales son un nivel inferior al tipo de relieve; es decir, las subpartes de un relieve determinado. Para solventar este problema y para no caer en el abuso de términos vernáculos (muy extraños para otros investigadores), las futuras generaciones de geomorfólogos tendrán que ponerse de acuerdo para homogeneizar la terminología geomorfológica, con el fin de facilitar la comprensión a todos los interesados en este tipo de estudios.
Conclusiones
Los mapas geomorfológicos realizados a partir de símbolos pictóricos tienen la propiedad de ser comprendidos más rápidamente que aquellos que muestran solamente unidades cartográficas identificadas con códigos. La desventaja existente es que donde va un símbolo es difícil colocar ciertos tipos de símbolos, ya que esto puede crear confusiones. Mientras que los mapas de unidades codificadas, aunque no pueden comprenderse tan rápidamente, tienen la ventaja de expresar mediante una leyenda explicativa un número considerable de datos. Hágase como se haga un mapa geomorfológico, lo importante del producto es saber para qué se va a hacer, ya que para el segundo modo de hacerlos se tiene la posibilidad de aportar una mayor cantidad de informaciones.
Por otra parte, la tecnología se está imponiendo a la hora de realizar una cartografía más clara y precisa, con las posibilidades de elaborar excelentes planos y figuras tridimensionales del relieve; sin embargo, los métodos convencionales son la base esencial de lo que hoy en día son capaces de hacer los distintos programas de manipulación de imágenes y/o de elaboración de mapas.
Referencias
GSUS. 2012. Geomorphology and surface processes: Geomorphic map of Bainbridge island. Disponible: www.gsus.gov/ [Revisado el 19 de febrero, 2012]
Marvez, P. y Rengel, L. 1990. Aplicación de la cartografía temática en planificación agropecuaria, caso de El Cedral. Universidad de Los Andes, Congreso de Geografía, Memorias, pp 500 – 508. Mérida.
Spagna, V. y Schiavon, E. 1989. Geological zoning for risk reduction in planning urban and open areas. ITC journal, pp 60 -68, Enschede.
Tricart, J. 1965. Principes et methods de la geomorphologie. Masson Editeurs, Paris.
Zinck, A. 1970. Metodología para el levantamiento de suelos en el medio tropical. Ministerio de Obras Públicas, Caracas.
Thornbury, W. 1969. Principles of geomorphology. 5th Ed. John Wiley & sons. New York.
Obando, T. 2009. Reconocimiento geológico de la amenaza por deslizamientos y lahares en el área de los volcanes Concepción y Maderas. Disponible: www.monografias.com [Revisado el 19 de marzo, 2012]
Pouylau, M. 1985. Geomorfología de Venezuela. Mapa a escala 1:4.000.000.
CVG-TECMIN. 1992. Hoja de radar NB-20-2. Informe de avance de Geomorfología. Proyecto Inventario, PIRNRG. Ciudad Bolívar.
Crater Lake National Park (USA). Disponible: www.docs.autodesk.com [Revisado el 19 de febrero, 2012]
Autor:
Jesús E. Santiago¹
¹ Profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra, Universidad de Oriente.