Escritor austriaco de lengua alemana. En sus obras podemos encontrar una gran preocupación humana, la principal razón, es de la generación a la que la guerra sorprendió con más de treinta años encima y una vida ya cimentada. Tuvo una formación inicial envuelta en el maravilloso ambiente musical de Viena. La solvencia económica de su familia, fue la principal razón por la cual desde un comienzo, dio rienda suelta a una de sus grandes pasiones, viajar; y es así como se hizo de una gran conciencia de tolerancia, es como logra encontrar lo universalmente, dolorosas experiencias del mundo, un amor apasionado de conocimiento, lo cual es de gran ayuda al momento de plasmar sus ideas en sus obras, las primeras en protestar en contra de la intervención alemana en la guerra.
Es conocido como el novelista "cazador de almas", debido a su gran habilidad para captar, con misteriosas claves de psicología, enigmas de acción y sentimientos para otros imperceptibles.
"Zweig, psicólogo certero, penetra al fondo anímico de autores y personajes, pero no pierde de vista jamás el mundo social en que viven".
W. Roces
"…Balzac, Dickens y Dostoiewski, son los únicos novelistas grandes que conoce el siglo… hay, a nuestro modo de ver, una diferencia íntima e inquebrantable entre el novelista y el autor de novelas. Novelista, en el sentido último y supremo de esta palabra, sólo lo es el genio enciclopédico, artista universal que – fijémonos en la envergadura de la obra y en la muchedumbre de sus figuras – modela con sus manos todo un cosmos; que, al lado del mundo terrenal, levanta un mundo propio con leyes propias de gravitación… el novelista estatuye, en el mundo de sus criaturas, una ley de vida, con una armonía tal, que el mundo recibe por él una forma nueva…".
Stefan Zweig, 1919.
Nace en Turena en el año de 1799, año que señala el inicio del imperio Bonaparte. Este novelista crece idolatrando la imagen y las hazañas del gran conquistador de tierras lejanas que ahora tenía por emperador, pero recibe un gran golpe para el sentimiento de superioridad desarrollado cuando ve desfilar por debajo del Arco del Triunfo a tropas extranjeras con su música de triunfo y sus banderas desplegadas. Una época llena de transiciones como ésta, no podía más que infundirle un sentimiento de relatividad de todos los valores. Fue el ejemplo de Napoleón quien le infundió desde la infancia la ambición de aspirar siempre a lo más alto, sin detenerse nunca en lo parcial, en lo irrelevante. Las primeras incursiones de Balzac a la escritura, fueron infructuosas, razón por la cual la abandona temporalmente, retomándola tiempo después con el afán de lograr plasmar lo que era en un principio y siempre fue su motor, reducir lo infinito lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, todo ello, por medio de la concentración. Es así como envuelve a Europa con su comedia humana. Es orgullo del propio Balzac el haber sido el primero en demostrar que bajo esta pugna de los que decimos civilización no se esconde menos crueldad que en lo campos de batalla. Para Balzac el individuo era un producto formado por el clima, el medio social las costumbres, el acaso; es decir, por el destino; que todo individuo absorbía una atmósfera ya creada antes de irradiar de sí otra nueva. Es por esto que deja que todos los personajes se formen a partir de los acontecimientos que les rodean. Balzac ha demostrado que no existe hombre que no tenga su Waterloo, y que las batallas son siempre las mismas, aunque se libren en un palacio, en una cabaña o en una taberna.
La pasión de Balzac es pintar las energías tensas hacia un fin, como expresión de una consciente voluntad vital, sin importar si esas voluntades sean buenas o malas, fecundas o estériles, con tal que sea intensa. Para él, la voluntas, la intensidad, lo son todo, ellas hacen al hombre; la fama, el éxito, no son nada, pues es la casualidad la que lo determina. Es el profesionalismo en la realización de las acciones, lo que le da la vital importancia y relevancia ante los demás. Sólo son grandes los hombres que se concentran en una aspiración, que no se disipan en varias direcciones, aquellos cuya pasión absorbe toda la savia: la suya y la reservada para otros afanes, los monomaniacos. Balzac era uno de estos grandes monomaniacos eternizado en sus novelas. Uno de los grandes misterios que rodean a este novelista, es la obtención de todo su conocimiento enciclopédico, fundamento de sus grandes obras, debido su estilo de vida, sólo dedicado a la escritura, encerrado, y rara vez visto. Balzac no reconocía los valores absolutos, excepto uno, el dinero: el dinero es la sangre, la fuerza propulsora de la sociedad.
"Genio es aquel que, en todo instante, sabe plasmar en hechos sus pensamientos. Pero los genios grandes y verdaderos no desarrollan continuamente esta actividad; de otro modo, semejarían demasiado a Dios".
Balzac
Nace en Inglaterra en 1812. Dickens es el único gran poeta del siglo cuyo sentido íntimo se conjuga totalmente con las necesidades espirituales de su tiempo, es por ésta misma razón que su carrera artística se elevó por los cielos desde sus primeras publicaciones, generando todo un fenómeno literario, creando ansiedad mes con mes en cada uno de sus leyentes, ávidos de la nueva obra literaria de este magnifico autor. Surgió en un ambiente propicio para completar su desarrollo artístico, la cultura inglesa, llena de contrastes y material para dejar volar su imaginación creadora del mejor ejemplo de la incursión de la cultura inglesa en toda la extensión de la vida misma, llena de costumbres que acechaban a cada paso a sus habitantes. Todas las obras de Dickens tienen cimientos en las vetas seculares de la tradición inglesa.
Dickens aparece en el momento preciso, en el que ya habían terminado las guerras, las épocas heroicas, en una época en la que el país ya no quería inquietarse, no despertar emociones fuertes, lo único que deseaba esta sociedad era dar digestión a los últimos acontecimientos, y era esto precisamente lo que Dickens les ofrecía una caricia suave, infundiendo sólo sensaciones sentimentales, sin toques trágicos. Éste fue precisamente el pecado de Dickens, el haberse dejado arrollar débilmente, por esta ley de la necesidad, su arte se nutre de una moral hipócrita: la moral hedonista de un pueblo satisfecho, se hace prisionero de l tradición inglesa, prisionero del espíritu del tiempo.
En sus obras, Dickens trata de reflejar a su sociedad actual, la de los niños pobres de las calles, de sus necesidades, hace notar su existencia, debido a sus recuerdos de una infancia con tormentos, injusticias de malos maestros, de escuelas descuidadas, de padres indiferentes, del carácter indolente, egoísta de la mayoría de los hombres. Pero Dickens se limita a señalar el mal, a apuntar con dedo prudente a la herida abierta.
En comparación con Balzac y Dostoiewski, los personajes de Dickens, no aspiran a más que una vida modesta, sin perseguir anhelos o sueños, siempre profeso una devoción fiel a las clases humildes. Este poeta quiso enseñar los encantos poéticos de la vida de cada día a cuantos vivían recluidos en ella. El verdadero amor de su corazón lo guarda par lo ordinario, para lo vulgar. Siente aversión hacia los ricos y hacia los aristócratas, hacia los privilegiados de la vida. Gracias a Dickens aumentaron en Inglaterra la benevolencia y la compasión.
Éste inglés revive y revivirá incesantemente en e transcurso de las generaciones el poema del hombre que se recata a las conmociones de los deseos, que busca una tregua.
"Mientras haya hombres necesitados de alegría, hombres que, agotados por la tensión trágica de las pasiones, quieran escuchar la música misteriosa de la poesía que fluye quedamente de las cosas, las novelas de Dickens retornarán también incesantemente".
"Al pisar en los ámbitos de Dostoiewski, pisamos un suelo de mundo primitivo y virgen a la vez, y sentimos que un dulce terror nos invade, como siempre que nos acercamos a los eternos elementos".
Dostoiewski es un hombre, un poeta, un ruso, que no se molesta en lo más mínimo en ayudar a sus lectores a comprenderle, ya que él no manda mensajes directos y claros, sino que a partir de nuestras propias experiencias, de nuestra propia vida, nos encamina en la luz que nos lleve a la verdad, como alguna vez lo hizo un gran filósofo como lo es Sócrates.
La vida de este gran escritor estuvo siempre rodeada de crueldad, surgidas de la primera impresión causada por aquel rostro con apariencia demacrada dictándole su destino a cada paso que daba y, aceptándola como era, sin meter las manos para defenderse ante ella; es por ésta misma razón que en la vida de este hombre no hubo momento placentero.
Son sus obras las que le lanzan de manera instantánea, a éxitos fugases, culpa de la el poco valor dado por algunos de sus contemporáneos. Fue tan fuerte su existencia, que la de su vida se hace una obra de arte, y de su muerte una tragedia. Empezando por los primeros años de su vida, que fueron vividas en un asilo. Llegando dostoiewski a la juventud se interna en el mundo de los libros.
Dostoiewski busca la verdad, la realidad inmediata de su ser limitado. Él es un escritor realista. Este novelista aspira conocer al hombre a la vez como unidad y como pluralidad, como un ser independiente y como parte de un todo.
En sus obras se contemplaban muchos de los aspectos que denominan el carácter personal, muchas de las acciones que hacemos inconcientemente, sobrepasando de manera muy inestable a nuestro ser. Sus magnas creaciones fueron motivo de admiración, de terror, confabuladas en la creación de un ambiente propicio para la expresión del suspenso más notable en la vida. Contemplamos así, el porque de la adherencia al dolor y a la incertidumbre, hallamos en él sentimientos que pudiesen habernos sofocado, cultivo de nuestro subconsciente, producto de una mente no meramente completa, contemplada desde sólo unos cuantos puntos de vista subjetivos, disfrazados a nuestra conveniencia. Da a conocer mas aun con ejemplos muy emotivos, tocándonos el corazón, y más que nada conciencia pública y moral; éste último aspecto, apoyada por la gran devoción sentida por Dostoiewski hacia lo moral, lo sacro, lo religioso. Es por ello que en sus obras rescata lo moralmente bueno, lo que se debería de hacer, la alarma constante de una vida llena de libertinaje. Nos muestra las facetas de pasiones, locuras, de un gran número de sentimientos al punto del desborde. Aún así, son sus obras las que forman ya parte de la gran biblioteca de la literatura universal. La sintonía de su realismo, era lo que más alivió a sus lectores, el conocer de un pueblo, el conocer de las posibilidades de mi otro yo, el conocer de la humanidad.
Son éstos los tres grandes: Balzac, Dickens y Dostoiewski, los creadores de los más grandes mundos espirituales, contrastantes entre sí, indómitos en sus escritos y su expresionismos, fructuosos en el arte de crearnos la ansiedad que sólo la desesperación de lo más deseado genera en el ser fugaz. Es Zweig el que nos ofrece la vida de sus maestros, una vida humana en sí, pero engrandecida por el gran don de la múltiple persuasión, de la colectiva, creadora de movimientos y de ideologías basadas en el producto de la ambición y el anhelo de grandeza, como lo muestra Balzac; en la sutileza de las cosas de lo que es la vida, engrandeciéndolas, conjugándolas enmarcadas por una cultura formadora de seres a su conveniencia, Dickens; de la resignación ante lo que es un destino, sin oposiciones que sobresalten tu vida, sin acciones que permitan violar la moral establecida, con el instinto asesino del asecho y el suspenso, Dostoiewski. Son estos los perfiles de los maestros y sus personajes, de su pensamiento y forma de vida, del reflejo de la personalidad enigmática de los autores en cada uno de sus personajes. Es así como han quedado inmortalizados, como portavoces de la creatividad humana, de una creatividad propia e inescrutable en donde se le observe, portadora de una luz propia, segadora por su grandeza y aterradora por su origen, envueltas con un torbellino, grande y escrupuloso, llenos de prejuicios, violaciones a si misma y demás fanatismos, le humanidad, compleja en toda la extensión de la palabra, determinada por un sin número de variables, adyacentes entre sí, unidas por una fuerza común, desconocida en muchos casos, pero latente y cortante, al asecho del más débil, de aquel que no aporte a su parecer mas que su misma existencia. Es la humanidad, las batallas internas que se libran en ella, los conflictos emocionales individuales y colectivos que generan, los que nos aprisionan en la obsesión de conocer la verdad, su verdad, conocer cada una de sus máscaras, con el afán de hacerle frente y purificarnos en un único sentimiento de unidad, el valor de la vida misma.