Entonces, ¿quiere saber más sobre sexo?

En Este Capítulo

Entender por qué las personas tienen relaciones sexuales

Elegir la pareja correcta en el momento adecuado

Traer bebés al mundo

Discernir si vale la pena tener relaciones sexuales con cierta pareja potencial

El sexo. Cuando usted sucumbe a su fuerza, queda cautivo para siempre.

Todo comienza cuando uno es joven. En la adolescencia, cuando las hormonas están en pleno apogeo, casi todo lo que uno hace está relacionado con el sexo, de una forma u otra. Y, aunque el "voltaje" sexual disminuye algo con el paso de los años, el sexo sigue ejerciendo su influencia en la mayoría de nuestras actividades cotidianas.

v Usted se ducha en la mañana y se arregla el cabello para realzar su atractivo sexual.

v Usted elige prendas de vestir que atraen la atención de otros.

v Usted transmite mensajes sexuales con su lenguaje corporal, ya sea por su forma de caminar o por el ángulo de inclinación de la cabeza.

Y no importa si somos solteros o casados, jóvenes o viejos: a todos nos interesa cómo el sexo opuesto reacciona ante la imagen que proyectamos. Queremos que se fijen en nosotros. Queremos saber que todavía podemos resultar atractivos, incluso si estamos casados desde hace 50 años.

En este capítulo le ofrezco un curso básico sobre el sexo, para que usted y yo sepamos claramente a qué me refiero cuando hablo sobre el tema. Aunque el sexo no ha cambiado mucho desde que los hombres y las mujeres salieron de las cavernas, el entorno sexual en nuestros tiempos puede generar confusiones. Por ello, en este capítulo, abordo conceptos fundamentales.

A Fin de Cuentas, ¿Qué Es el Sexo?

¿El sexo es lo que nos hace diferentes como hombres y mujeres? ¿Es el medio que nos permite reproducirnos? ¿Es el deseo que nos descontrola hasta que lo satisfacemos? ¿Es la llave para intercambiar placer extremo? Tal vez sea la forma de consolidar una relación. El sexo resulta tan maravilloso precisamente porque es todo eso y mucho más.

Estamos dotados de órganos hechos especialmente para tener relaciones sexuales: se acoplan perfectamente y tienen numerosas terminaciones nerviosas para que la unión sexual sea placentera. Pero el sexo es, en realidad, una experiencia en la que participa el cuerpo entero, desde el cerebro hasta los dedos de los pies. Y convertirse en una buena pareja sexual significa acoplar todas esas partes. En el Capítulo 2 me refiero al órgano sexual masculino, mientras que en el Capítulo 3 hablo sobre el órgano sexual femenino. Si quiere saber cómo se acoplan, vaya al Capítulo 8.

Cada generación considera que tiene el privilegio de haber descubierto los placeres del sexo; sin embargo, no estaríamos aquí si no fuese por la vida sexual de las generaciones precedentes y, aunque nos cueste trabajo imaginarnos a nuestros padres y abuelos en la intimidad, la verdad es que ellos se merecen nuestro reconocimiento.

Se puede hacer el amor de muchas formas, pero el resultado del acto sexual, el orgasmo, es la meta común. (Por supuesto, si su único objetivo es concebir un bebé, entonces el placer se vuelve secundario.) Parte del misterio del sexo es por qué tantos caminos diversos conducen al mismo destino. En los Capítulos 9, 10, 13 y 14 me refiero a las diferentes formas de alcanzar el orgasmo.

¿Por Qué lo Hacemos?

Esencialmente, hacemos el amor para perpetuar la raza humana y para participar en una actividad muy placentera. A lo largo de la historia de la humanidad, ambos propósitos casi siempre estuvieron relacionados, pero en la actualidad no tienen que estarlo. La posibilidad de disfrutar un orgasmo sin preocuparse por traer al mundo un bebé ha transformado la naturaleza del sexo aunque, si bien es cierto, cuando ambos objetivos se unen, el acto sexual alcanza su mayor plenitud.

Concebir bebés: el resultado natural

La gente utiliza innumerables palabras para describir la misma cosa, especialmente cuando se trata de sexo. (Estoy segura de que conoce algunas de estas palabras, pero por educación no voy a mencionarlas.) Lo que nunca deja de sorprenderme es cuan frecuentemente olvidamos que el acto sexual está directamente relacionado con la procreación, propagación y continuidad de las especies, la concepción, el embarazo . . . ¡TRAER HIJOS AL MUNDO!

A algunas parejas se les hace muy difícil tener una familia. Otras no pueden lograrlo sin ayuda y deben recurrir a la ciencia médica. Sin embargo, para la mayoría de la gente, el proceso es relativamente fácil, al menos hasta que llega el bebé. El hombre sólo tiene que introducir el pene erecto en la vagina de la mujer y eyacular. Quizás, la mujer no quede embarazada la primera vez —aunque muy bien podría suceder—; pero, tarde o temprano, un espermatozoide se encontrará con un óvulo y voilà: se concebirá un bebé.

Puesto que procrear puede ser tan fácil, muchas mujeres quedan embarazadas sin desearlo. Por lo tanto, he aquí el primero de los muchos consejos que hallará en este libro:

Si no quiere concebir un bebé, no tenga relaciones sexuales y, practique la abstinencia.