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El ingreso a la carrera estudios socioculturales. Su incidencia en el interés profesional (página 2)


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El Curso de Superación Integral para Jóvenes ofrece la posibilidad de continuar los estudios de la Enseñanza Media, interrumpidos por una u otra razón y matricular una carrera universitaria al concluir éstos. Hay que tener en cuenta que gran parte de estos jóvenes no poseen una vocación definida e incluso algunos han podido gracias a estos cursos encaminar su vida, a veces desviada hacia caminos nada favorables. La mayoría de los que matriculan la Carrera Estudios Socioculturales lo hace sin conocer su esencia y si no son correctamente orientados al iniciar sus estudios concluyen abandonándola antes de concluir el primer año y plantean que su elección fue errónea al no resultar la especialidad afín a sus intereses. Otros incluso llegan a vencer diferentes asignaturas del plan de estudios sin adquirir aun el sentido de pertenencia a la profesión que ejercerán una vez egresados. La premisa básica interés individual, como se observa, no está presente en estos casos.

Originada en los cambios provocados en la Industria Azucarera al recesar en sus funciones varios centrales del país, la Tarea Álvaro Reinoso presentó dos modalidades, los trabajadores en activo y los que cursan estudios como fuente de empleo. Muchos de los procedentes de esta fuente eligieron la Carrera Estudios Socioculturales por considerar que resultaba menos compleja al no contar en el plan de estudios con materias que les habían resultado dificultosas en su vida estudiantil anterior, presentes en las restantes carreras ofrecidas. Algunos se encontraban totalmente al margen de todo tipo de actividad cultural y por ende carecían de motivaciones e intereses al respecto. Por otra parte, debido a desconocimiento, la Industria Azucarera no previó que no contaba con la cobertura de empleos suficiente para estos profesionales y el hecho de no poder trasladarse a otros organismos sin el peligro de perder la fuente de ingreso, por regulaciones establecidas, motiva el desinterés.

La situación de los Instructores de Arte es totalmente distinta. A pesar de poseer una relación estrecha con el trabajo sociocultural, que forma parte de sus funciones, no muestran casi en su totalidad interés por la carrera. Consideran que resultan más afines a su especialidad en las diferentes manifestaciones del arte, las posibilidades que ofrece el Instituto Superior Pedagógico y por tanto, concluyen trasladándose hacia éste.

Los Trabajadores Sociales, aunque también vinculados en cierta medida a la labor sociocultural, no poseen en su mayoría una motivación definida por la profesión. Hay que tener en cuenta que con ellos resulta a veces difícil incidir sistemáticamente en el desarrollo de intereses debido a las múltiples actividades que realizan.

Un paréntesis aparte merecen los Promotores Culturales y las Bibliotecarias, directamente vinculados a funciones de carácter sociocultural. La actividad social que desempeñan los relaciona con su futura labor una vez egresados y por lo general poseen el interés individual necesario como premisa básica.

En el caso de los Cuadros de Organizaciones Políticas y de Masas, la situación que se presenta es muy variada. Algunos muestran un marcado interés por la profesión mientras que otros manifiestan poco interés o total desinterés. Resulta difícil en los procedentes de esta fuente realizar actividades dirigidas al desarrollo de motivaciones e intereses, dada la gran cantidad de actividades que realizan en su vida laboral.

La última fuente de ingreso con que ha contado la Carrera Estudios Socioculturales es la de los procedentes de los centros de Alojamiento Hospitalario. Casi todos alegan que esta carrera no responde a sus intereses y que desean cursar otras como Comunicación Social y Psicología. También resulta sumamente dificultoso incidir en estos estudiantes debido a su régimen laboral.

Ahora bien, una vez analizadas las principales características de los procedentes de cada una de las fuentes de acceso a la Carrera Estudios Socioculturales, surgen dos interrogantes: ¿Es siempre irremediable el desinterés por una profesión?, ¿Corresponde a profesores y tutores asumir una actitud derrotista ante esta problemática? En ambas interrogantes la respuesta es negativa. Aunque la fuente de ingreso como punto de partida incide notablemente en este sentido, no es el único factor motivador de la falta de interés, que a veces se refuerza o aparece debido a errores en el desenvolvimiento del proceso docente educativo y aquí entra a jugar su papel la actividad de profesores y tutores, que pueden erradicar las dificultades y evitar que éstas surjan.

Una vez informado el estudiante sobre el perfil de la carrera y las posibles fuentes de empleo, es necesaria la retroalimentación de este conocimiento previo y la conducción acertada del proceso de enseñanza aprendizaje, en la cual entran en juego los componentes sustantivos formación, investigación y extensión universitaria, que a través de vías curriculares y extracurriculares estarán encaminados entre otras cuestiones a la motivación y el surgimiento de intereses.

En las Sedes Universitarias Municipales se aplica el modelo semipresencial, que ofrece la posibilidad al estudiante de arribar al conocimiento con un elevado nivel de independencia, bajo la conducción del profesor en calidad de facilitador. Es preciso que cada profesor sea capaz de orientar al estudiante acerca de su actividad independiente, incluida la multiplicidad de fuentes a consultar, sin perder su condición de guía pero sin pretender jugar un papel protagónico, típico de la pedagogía tradicional. Por otra parte, es necesario que conozca la función formativa que cumple dentro del plan de estudios la materia que imparte y establezca nexos interdisciplinarios que logren que los estudiantes apliquen lo aprendido al entorno social que los rodea y por tanto aparezca en ellos el interés por su futura labor.

El trabajo del tutor, en su concepción no solo de aquel que orientará y valorará una Tesis o Trabajo de Diploma, es también fundamental en el desarrollo de intereses. Al realizar la caracterización del estudiante y conocer entre otras cuestiones sus gustos, tendrá muy en cuenta la fuente de procedencia y las características de ésta. No es el hecho de esquematizar este proceso y subvalorar a un estudiante porque proceda del Curso de Superación Integral para Jóvenes o sobrevalorar a un Promotor Cultural, ya que siempre existen excepciones. El análisis profundo de la situación de cada estudiante a través del contacto directo con él, marcará las pautas para la elaboración de los respectivos proyectos de vida, que por supuesto, no pueden ser iguales para todos, los cuales se evaluarán sistemáticamente para determinar el nivel de progreso.

Un factor de singular importancia para la motivación y el surgimiento de intereses es la práctica laboral, que resultó muy factible en los estudiantes del Curso de Superación Integral para Jóvenes antes de su incorporación a centros de trabajo y fue de gran provecho en los de la Tarea Álvaro Reinoso antes de su reinserción laboral. El contacto directo con labores propias del perfil ocupacional de la carrera, en escenarios de posible ubicación laboral futura, hace posible que aparezcan intereses que anteriormente no estaban presentes por desconocimiento. Es preciso que las prácticas laborales respondan a una guía previamente elaborada y sean conducidas adecuadamente, de modo que no se asignen al estudiante actividades ajenas a su futura misión, que puedan conducir al rechazo.

No siempre resulta posible utilizar la práctica laboral como motivadora de intereses. Algunas fuentes de ingreso no han ofrecido esta posibilidad debido a las afectaciones laborales de los procedentes de ellas.. Se hace necesario en estos casos, establecer un mecanismo que permita, al menos a aquellos que no muestran interés por la profesión, el vínculo con centros laborales que realizan la labor sociocultural o la realización de la misma desde su propio centro de trabajo.

Las tareas de impacto también juegan un importante rol en el desarrollo de intereses, principalmente aquellas que se vinculan directamente a la futura profesión. A veces, la necesidad urgente de determinadas tareas, por ejemplo, en el sector cultural, pueden encomendarse a estudiantes de la carrera, incluso a aquellos que por las razones mencionadas hayan podido incorporarse a la práctica laboral de manera estable.

La labor investigativa reviste una gran importancia, ya que desarrolla el interés por el conocimiento, lo cual incide en otros tipos de intereses. A partir de los instrumentos que el estudiante adquiere mediante la asignatura Metodología de la Investigación Social, continuará la realización de actividades de investigación a lo largo de la carrera, relacionadas con las asignaturas que cursa y con la problemática del territorio en que reside. Ahora bien, los temas de investigación deben responder a su futuro perfil ocupacional y estimularse a través de su presentación en Jornadas Científicas Estudiantiles u otros eventos y el reconocimiento a aquellos resultados que brinden mayores aportes a la sociedad. La actividad investigativa puede ser realizada por todos los estudiantes, incluso por los de mayor carencia de tiempo debido a su fuente de ingreso, mediante la utilización del tiempo dedicado a las actividades individuales.

La extensión universitaria juega un importante papel en los intereses. Muchos de los que inician los estudios de la carrera reconocen no haber visitado Museos, Galerías de Arte, Casas de Cultura o Teatros y que solamente han acudido a Bibliotecas por razones vinculadas a estudios cursados. Se precisa desde el inicio atraer a los estudiantes hacia estas instituciones, ya sea mediante visitas dirigidas al Museo Municipal, la apreciación de obras de arte expuestas en Galerías, la asistencia a actividades culturales de diversa índole dirigidas a variados grupos etarios y el desarrollo del hábito de la lectura, que entre otras actividades, acercarán a los estudiantes al universo cultural.

Los proyectos socioculturales, tributados o no por la carrera, resultan de vital importancia. La incorporación de los estudiantes a estos proyectos, que a veces realizan sus actividades fuera del horario laboral y por ende son asequibles a todas las fuentes de ingreso, motivan el interés de los que cursan la carrera y proporcionan elementos necesarios para su formación.

Es preciso, además, que se tengan muy en cuenta las aficiones de los estudiantes, que a veces éstos divorcian totalmente de su futura actividad. Estos aficionados deben incentivarse y recibir el reconocimiento público a través de los Festivales que realiza la Federación Estudiantil Universitaria y en los eventos que se realizan en las distintas instituciones culturales.

Se mencionan solamente algunas de las actividades que pueden llevarse a cabo para incentivar el interés profesional de los estudiantes de la Carrera Estudios Socioculturales, teniendo siempre en cuenta las características de la fuente de procedencia. Hay que reiterar nuevamente que no pueden generalizarse las dificultades detectadas en cada fuente de ingreso. El análisis individual determinará los procedimientos a seguir. Se obtendrán así egresados capaces de cumplir la misión que de ellos espera la sociedad.

Artículo 2.

La labor del tutor en las Sedes Universitarias Municipales

 

 

Autor:

Centro de procedencia: Sede Universitaria Municipal. Pedro Betancourt.

Resumen:

Esta posible publicación está referida a la labor que realizan los tutores en las

Sedes Universitarias Municipales y las deficiencias que aun existen en la misma. Luego de analizar la concepción del tutor no solamente como asesor de una Tesis o Trabajo de Diploma, se procede a determinar las causas de ineficiencia en el trabajo tutorial, desde las intrínsecas al profesor que cumple esta función, dadas en sus condiciones laborales, hasta las originadas por irresponsabilidad en la caracterización del estudiante, la elaboración de proyectos de vida y el control y evaluación de éstos, así como la relación comunicativa tutor estudiante. Se ofrecen vías para la correcta realización del trabajo tutorial.

LA LABOR DEL TUTOR EN LAS SEDES UNIVERSITARIAS MUNICIPALES

Con la Universalización de la Educación Superior como parte de los Programas de la Revolución, en medio de la Batalla de Ideas que libra el pueblo cubano, surgen las Sedes Universitarias Municipales, que facilitan el estudio de carreras universitarias a variados sectores de la población sin necesidad de trasladarse a lugares lejanos con todas las dificultades que esto conlleva.

Inmediatamente hace su aparición la figura del tutor, no ya como tradicionalmente se concebía, solamente aquel especialista encargado de orientar, analizar y valorar una Tesis o Trabajo de Diploma, sino como un guía que acompaña al estudiante a lo largo de la carrera y vela por su formación profesional, además de constituir un apoyo ante las dificultades.

El tutor en las Sedes Universitarias Municipales establece relaciones de mayor o menor cercanía con el estudiante y asume diferentes funciones, entre ellas la de orientador, evaluador, mediador, consejero e incluso la de facilitador, corrector, explicativo, remedial y en resumen, todas las que de una forma u otra inciden en el proceso de formación y educación de los estudiantes.

Diferentes autores se refieren a la labor tutorial:

-En la Universidad de Oxford se realiza un encuentro semanal con el tutor previamente asignado; en el Reino Unido, Australia y en Universidades de los Estados Unidos, un profesor asume como tutor que informa a los estudiantes y mantiene estándares de disciplina en esta labor (ANUIES, citado el 12 de mayo de 2008).

-Se define la tutoría como el proceso pedagógico interactivo en el que se producen y consolidan conocimientos, habilidades y valores sobre el principio de la teoría vinculada a la práctica, mediante la relación dialéctica que se establece entre el tutor y los estudiantes, de acuerdo con intereses sociales e individuales. (Del Toro González, A.J., 2).

-Los nuevos proyectos revolucionarios han propiciado que se introduzcan en el panorama educacional cubano, nuevas formas de acción que implican la utilización teórica de nuevos términos, nuevas categorías, o que se les asigne una significación especial y particular a algunas ya utilizadas en el ámbito pedagógico. Un ejemplo entre muchos, es el de la categoría de maestro tutor. (Martínez Llantada, M. , 1).

De aquí puede inferirse que la labor del tutor forma parte de las nuevas concepciones en cuanto al desenvolvimiento de la Educación Superior y que la misma, con su aplicación, inserta a Cuba en el modelo aplicado en Universidades de otras naciones, incluso desarrolladas, lo cual pone en alto el sistema educativo cubano. La segunda de estas referencias pone de manifiesto la relación tutor –estudiante que se lleva a cabo en la universalización de la Educación Superior, de acuerdo a los procesos sustantivos en que está basada.

En los inicios de las Sedes Universitarias Municipales la concepción del tutor no era suficientemente comprendida y en algunos casos se asumieron tutorías de una cantidad excesiva de estudiantes, lo cual impedía un correcto desempeño. Los proyectos de vida tampoco eran elaborados con la calidad requerida y se obviaban por desconocimiento aspectos en los que debe incidir la labor tutorial. Con el paso de los años estos escollos han sido salvados en gran medida a través de la práctica y el análisis profundo del tema por parte de directivos y la función del tutor ha ganado en calidad y sistematicidad.

No obstante, la actividad tutorial no siempre es eficiente y en esto inciden diversos factores, desde limitaciones en el tiempo por parte de los profesores que realizan esta función hasta ineficiencias en el trabajo por falta de responsabilidad e interés.

Se ha determinado que el número máximo de estudiantes que un tutor atienda sea de cuatro. Hay que tener en cuenta que los profesores con que cuentan las Sedes Universitarias Municipales, que son a su vez los que fungen como tutores, prestan sus servicios en la misma a tiempo parcial, luego de cumplir sus obligaciones en sus respectivos centros laborales, algunos de los cuales los obligan a permanecer fuera del Municipio durante toda la semana y para poderse comunicar con los estudiantes lo hacen los días de las clases encuentros o mediante visitas en el horario nocturno.

Por otra parte, no siempre el tutor cumple además la condición de profesor de los estudiantes a su cargo, ya que ésto solamente ocurre en el año en que se imparte la asignatura correspondiente a ese profesor. Existe además otra dificultad, dada en el hecho de que cada Coordinador de Carrera cuenta con un colectivo de profesores a su cargo a los que puede asignar tutoría, que responde a la especialidad de que se graduó y no de la carrera en que presta sus servicios. De ahí que en una carrera, profesores de la misma sean tutores de estudiantes de otras y que ejerzan la tutoría en determinada carrera, profesores que jamás impartirán clases en ésta.

En muchas ocasiones el trabajo tutorial se ve afectado cuando se hace necesario sustituir a quienes lo realizan. Esto sucede en caso de profesores que no continúan contratados en la Sede Universitaria Municipal y en otros al hacerse necesaria su sustitución por ineficiencias en la labor tutorial. En cualquiera de estos casos, la variación, que a veces obliga a partir de cero, ocasiona dificultades para el desenvolvimiento de esta actividad.

Otros factores, relacionados directamente con la función a cumplir por el tutor, atentan también contra la calidad del proceso. Existen tutores que aceptan esta labor solamente por las horas acumuladas que implican un aumento salarial y convierten la actividad en algo esquemático, no llegando a establecer el nivel comunicativo tutor – estudiante que se requiere.

El punto de partida, una vez informado el estudiante acerca del profesor que fungirá como su tutor, está dado en el proceso de caracterización. El tutor debe conocer las individualidades de cada uno de sus estudiantes, incluidos los datos que facilitarán su localización, tales como dirección particular, teléfono y centro laboral, así como otros aspectos que puedan incidir en su desenvolvimiento estudiantil, entre ellos composición del núcleo familiar, estado de la vivienda, salario que percibe y estado de salud. También son importantes las preferencias, que incluyen los gustos en cuanto al tiempo de recreación y los hábitos que poseen, incluidas las adicciones. Asimismo, deben conocerse los oficios que conoce y si posee aficiones, principalmente culturales y deportivas.

Algunos aspectos a tener en cuenta no pueden determinarse inicialmente y requieren la observación y evaluación por parte del tutor y el resto de los profesores durante el desarrollo del proceso docente educativo. Deficiencias en la ortografía, la redacción, la interpretación y la caligrafía, así como dificultades en el manejo de textos u otros materiales de estudio, así como los hábitos en cuanto a la actividad individual, no siempre pueden obtenerse al entrevistar al estudiante, ya que éste, o no se encuentra consciente de ésto o simplemente no desea expresarlo.

El proceso de caracterización no puede limitarse al que se realiza cuando el estudiante inicia la carrera. Con el paso del tiempo algunas dificultades pueden eliminarse y también surgir otras. Es preciso que la caracterización del estudiante se valore sistemáticamente, pues de ella emanará el proyecto de vida, que a su vez, si se cumple con eficacia eliminará algunos de los problemas existentes.

Los proyectos de vida responden a las necesidades de cada estudiante en su formación y por tanto, no pueden ser iguales para todos. Algunos tutores cometen el error de elaborar un proyecto único para todos los estudiantes, lo cual no permite una evaluación certera, pues a veces problemas que atañen a uno sólo no se tienen en cuenta.

Un proyecto de vida debe incluir tanto actividades curriculares como extracurriculares y especialmente aquellas que posibiliten la eliminación de las dificultades detectadas mediante la caracterización, muchas de las cuales requieren la utilización de las estrategias trazadas en cada carrera. Asimismo, contemplará actividades que incentiven el desarrollo de aficiones que ya se poseen. Resulta evidente que este proyecto se confeccionará en cada curso, teniendo en cuenta además los objetivos que se persiguen en cada año de la carrera.

Loa proyectos de vida, al igual que el proyecto educativo grupal que confeccionan los profesores guías de grupos, no pueden convertirse en documentos que se elaboran sólo por cumplir una tarea asignada y luego permanecer archivados. El tutor convertirá los mismos en instrumentos de trabajo que controlará y evaluará sistemáticamente. El proyecto educativo grupal contribuye favorablemente al fortalecimiento del sentido de colectividad solidaridad y trabajo grupal de los estudiantes y a su vez posibilita que cada estudiante establezca un compromiso con el grupo que será oportunamente evaluado a partir del cumplimiento de sus accione educativas individuales. (T.P.I. Vicerrectores, pps. 2005).

Al menos mensualmente serán evaluados los proyectos de vida y se realizará una evaluación integral al concluir el primer semestre y otra al finalizar el curso. Es obvio que la calidad de estas evaluaciones depende de la seriedad en cuanto a la elaboración del proyecto y la sistematicidad en su evaluación. A veces esta labor se convierte en una tarea a cumplir en determinada fecha sin tener en cuenta la calidad con que se lleva a cabo.

Algo que no debe perderse de vista es la comunicación entre el tutor y los estudiantes. Debe establecerse un nivel de compenetración que implique confianza, lo que se logra si el tutor no solamente se acerca al estudiante por razones inherentes al proceso docente educativo, sino también ante determinadas afectaciones que sufre el ser humano, tales como enfermedades o el fallecimiento de un familiar. Asimismo, se interesará por el desenvolvimiento de su vida social y en particular por las dificultades que confronta en su vida estudiantil.

A veces la relación tutor estudiante es tan pobre, que el estudiante ni siquiera recuerda el nombre de su tutor y ante una dificultad acude a otros profesores o al Coordinador de la Carrera, quienes por supuesto, no le niegan la ayuda, pero el tutor se convierte entonces en un ente lejano, totalmente ajeno al estudiante, que además percibe un salario por algo que no hace. En el peor de los casos, el estudiante calla y sus dificultades no llegan a resolverse por la carencia de una acertada guía.

La labor del tutor no puede circunscribirse al recinto en que el estudiante recibe las clases. Actividades que realiza éste, mediante la práctica laboral, tareas de impacto o el vínculo a Proyectos Socioculturales deben ser conocidas por el tutor. De igual modo, la participación en eventos científicos, festivales culturales o eventos deportivos también forman parte de los intereses del tutor. Éste a su vez velará por el desarrollo de correctos modos de actuación por parte de los estudiantes y por las motivaciones e intereses por la especialidad que cursa, todo lo cual se contemplará, controlará y evaluará mediante los proyectos de vida.

La función del tutor reviste singular importancia en la universalización de la Educación Superior. Un verdadero tutor, consciente de la misión a cumplir y con una elevada dedicación a sus funciones, constituirá un guía para el estudiante a lo largo de la carrera y coadyuvará a la formación de profesionales capaces.

 

 

 

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