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Los dogmas y creencias religiosas.- ¿Asunto de fe o de razón? (página 2)


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4.- La fe como consecuencia de la razón.

Pero me pregunto ¿Qué tiene que ver el estudio de probabilidades con los dogmas religiosos? A una primera instancia, al parecer, ninguna; no obstante, son de particular importancia. Si la creencia religiosa me dice que Moisés dividió el Mar Rojo para que pudiera pasar el pueblo judío rumbo a su Éxodo porque Dios estuvo con ellos, debo analizar, sin pecar de blasfemo, todos los pormenores para que la naturaleza se comporte de una manera no lógica; desde las condiciones climatológicas de la época, los niveles de embalse del Mar, y todo lo que sucedió con la flora y fauna habitante de sus aguas, lo que provocó en el medio ambiente, todas las consecuencias de la ocurrencia de este fenómeno, etc. Quiero decir cuál es la probabilidad que en condiciones normales un hecho fantástico ocurra. Alguien puede decirme que Dios no necesita de condiciones adecuadas para actuar, sin embargo, considero que Dios no puede actuar dejando tras de su actuación secuelas que puedan afectar a otros hechos relacionados. El más simple hecho tiene consecuencias relacionadas tanto en mi vida como en el resto de personas y del mundo. A veces hechos insignificantes pueden acarrear secuelas muy grandes; que no las sepamos (o que no las lleguemos a saber) no quiere decir que no las haya o que no hayan ocurrido. Que me digan que crea a ciegas que tal hecho ocurrió no quiere decir "fe". La fe involucra un razonamiento y ciertos conocimientos que haga factible la ocurrencia de un hecho o no. La fe desligada del conocimiento la podemos, ante todo, catalogarla de fanatismo pero nunca de fe. La fe sin conocimiento es similar a superstición.

5.- Acontecimientos requieren de razón para creerlos.

Los dogmas religiosos casi me han obligado (obligado mismo) a que crea a ciegas que muchos acontecimientos relatados en la Biblia son ciertos sin que intervenga para nada el uso de la razón para su discernimiento. Son dogmas de fe, me dicen, por lo tanto, debo creerlos y aceptarlos aunque mi razón y el conocimiento me indique otra cosa. Sin entrar en profundidad filosófica o teológica, quisiera realizar algunas reflexiones sobre algunos dogmas cuales requieren de cierto conocimiento para que los mismos tengan el carácter de tal, es decir de dogma religioso.

Veamos: La religión me obliga a creer que: Dios creo los cielos y la tierra. Y no solo en el estado natural de hace miles o millones de años cuando los seres vivientes aparecieron en la Tierra, sino tal como se la ve hoy en día; en otras palabras, me dicen que Dios ha creado a la Tierra tal como se presenta ahora, con sus mares, sus ríos, sus montañas, su vegetación, sus flores, su fauna, etc. Pero el conocimiento nacido de la investigación nos da cuenta que el mundo que conocemos es muy diferente del de hace millones de años. La geología de las montañas ha variado por diversos factores ya sea climatológicos, ambientales, sismológicos, etc. y hasta por el paso del tiempo. El suelo que pisamos no es el mismo. El aire que respiramos tampoco. El agua que bebemos ya no es igual. Todo se ha modificado por diferentes factores y el ser humano mucho ha tenido que ver en ese cambio. Algunos pueden decirme que la constitución interna y hasta el color de una flor no ha cambiado y que la vegetación tiene el mismo ciclo natural, puede ser, pero la que la tenemos ¿fue la de hace millones de años?. Hasta el propio ser humano ha sufrido mutaciones en su fisiología, anatomía y en su físico. Y ni pensar en su aspecto mental. Los continentes no son iguales: la erosión, los cambios climáticos, las inundaciones, y la contaminación del medio han variado sus formas y su constitución geológica.

El simple hecho de leer: "Dios creo los cielos y la tierra" conlleva una carga muy grande de razón y conocimiento. Desde la creación de la escritura y los signos hasta el aprendizaje de la lectura de quién lo lee, y no se diga de quién piense qué son los cielos y la tierra. El concepto de cielo y de tierra ha variado desde que fue escrito el primer versículo de la Biblia. Hace no pocos siglos se consideraba a los cielos, desde el aspecto físico, como una bóveda azul celeste que rodea la tierra y que las estrellas estaban suspendidas en dicho manto. La Tierra fue concebida como un espacio de suelo plano extendiendo sus fronteras solamente al Este y Oeste, fuera de este espacio solo los más valientes se atrevieron a explorar y no es sino hasta el año 1492 que el mundo Europeo "descubre" un nuevo continente: América. Entonces qué es lo que pensaban los que escribieron esta sentencia. ¿Qué fue lo que pensaron lo que Dios creo? Hoy sabemos la magnitud del Universo, pero aún no sabemos como se gobierna todo el Sistema. Cuando el hombre alcance el conocimiento total del Cosmos, a lo mejor, en ese entonces, empiece a comprender a Dios. Y empiece a comprender su rol en el Universo. O entender…

6.- Creacionismo y Evolucionismo.

No deseo entrar en la polémica antagónica de los Creacionistas y Evolucionistas, ya que ninguno dará su brazo a torcer, tampoco espero que exista un acercamiento entre las dos corrientes. Puede ser que la una se base en la fe ciega y la otra en la razón, la investigación y el conocimiento. Lo que puedo esperar, sin mucha esperanza, es que los Creacionistas acepten que existe evolución de las especies, y que los Evolucionistas consideren que hubo un momento de creación. Encontrar la conciliación entre las dos formas de pensar será encontrar la fe por la razón. No digo que el camino a la fe sea la razón, pero la fe sin haber pisado las huellas de la razón es mera fantasía que no nos conduce a ninguna parte o tal vez si: al fanatismo. El fanatismo de la fe sin razón puede conducirnos a caminos espinosos y errados; y una vez embarcados en el velero de la ceguera perderemos el rumbo y encallaremos en la ignorancia y la perdición.

Dirán, la fe es un don de Dios; pero Dios no coloca fe en quién no tenga un mínimo de razón. Pueden responderme con la pregunta: ¿Qué fue primero: El huevo o la gallina? Quién piense que fue la gallina conlleva en su pensar el Creacionismo y nuestra gallina fue creada tal y como la llevamos al horno, aunque haya sido criada con alimentos cargados hormonalmente para acelerar el crecimiento y ya no sepa igual ni sea tan sabrosa como la que comíamos en la casa de la abuela; y quién diga que fue el huevo, es Evolucionista, aunque no sepa si del huevo le saldrá una serpiente o una gallina. La razón me lleva a concluir que del huevo obtendré un nuevo ser dependiendo de la naturaleza de la célula y que tal vez no llegue a vivir y termine convertido en una riquísima tortilla.   

7.- La creación es un asunto de razón.

Veamos, ahora, un instante antes del "Dios creo los cielos y la tierra", la Existencia de Dios. ¿Es un dogma de fe o es la razón lo que me lleva a pensar en la existencia de Dios? La razón se pregunta: ¿Dios existe? La fe sin preguntarse dice que si, la razón se cuestiona para alcanzar la fe de la creencia en la existencia de Dios. Me dirás para qué doy una media vuelta si puedo llegar al mismo sitio tomando un atajo. Algunos pensarán que la fe es el camino directo de Dios, porque además es un regalo de Él, puede ser, sin embargo ¿Cuál es la idea o concepto que tienen de Dios? Con la razón puedo ir poco a poco caminando en el conocimiento de un Ser Eterno y hasta Creador que lo puedo llamar Dios. Si la razón me conduce a preguntarme, a cuestionarme, a poner en duda su existencia, caerme en el fango de la ignorancia, a levantarme en el saber de la iluminación y el estudio, seguir en dos pies rumbo al conocimiento, en un solo pie y cojo de las dudas sabré que al final mi meta será firme y sólida y alcanzable para todos. Mi saber me hará fuerte en mi convicción, y mi esperanza no tendrá dudas jamás. En otras palabras alcanzaré la verdadera FE. La fe me dice que Dios Es, no me permite cuestionarme cómo es mi Dios.        

8.- El estudio para alcanzar la Fe.

No es la inactividad lo que me conduce al fortalecimiento, antes, el ejercicio cotidiano me lleva al dominio del cuerpo, de la mente y del alma. Sin pensar no tendré conocimiento y sin saber no obtendré la sabiduría. Sin el estudio no alcanzaré la ciencia y sin ciencia seguiré en el mismo lugar, es decir no iré ninguna parte, peor a Dios. Para alcanzar el concepto de Dios debo acercarme a Él con sabiduría y ciencia. Si no tengo ciencia y sabiduría ¿Cómo puedo conocerlo? Cómo puedo saber lo qué es eterno si no entra en mi mente el concepto de tiempo. Cómo puedo saber qué Dios es Omnipotente si jamás he conocido la fuerza del agua, del viento, de los mares, del Sol, del…Cómo puedo entenderlo qué es Amor si antes no he querido y he sufrido por amor; cómo puedo concebir en mi mente el cariño si he sido odiado y menospreciado. Cómo puedo comprender su Misericordia si nunca me ha conmovido el llanto de un niño, la soledad del viejo, la tristeza de una madre por sus hijos perdidos…     

9.- El concepto racional del Dios creador.

Los dogmas de fe me pueden decir que Dios es Eterno, Omnipotente, Misericordioso, Amor, y muchas otras divinas cualidades; sin embargo, poco me importa decir que tiene dichos calificativos si nunca he atisbado en esas aptitudes. Decir que Dios es Eterno partiendo de una mente limitada, es similar a decir que una hormiga sabe que el hombre realiza cálculos diferenciales e integrales. Lo que no tengo o no sé de su existencia no lo puedo atribuir a otro que pueda tenerlo. Entonces ¿dónde encuentra el hombre las capacidades que le atribuye a Dios? ¿le basta la fe? No, es la razón la que conduce al hombre a pensar que Dios debe ser superior al hombre en su existencia porque le considera mayor en grado superlativo en todas las aptitudes y actitudes que pueda manifestarse el ser humano. Dios es lo que racionalmente el hombre considera como lo más grande, la magnificencia de los seres vivos. El hombre con su razón vuelve objetivos los conceptos de Dios y lanza su pensamiento hacia límites donde solo el hombre puede comprender o hasta las fronteras que alcance su pensar. Más allá de estas fronteras, por tan lejos que se encuentren, el pensamiento del hombre no alcanza para cualificar a Dios, entonces, ¿qué nos queda? Nada, solo conformarnos que somos seres limitados y que jamás entenderemos lo ilimitado e infinito. Para alcanzar el conocimiento de Dios debo estar en su mismo nivel y jamás como hombre, ni corporal ni mental, estaré en ese nivel. ¿Con la muerte llegaré a ese estatus…?

Sin embargo solo la razón me conduce a cualificar a Dios de manera objetiva, aunque nunca alcance a comprender las cualidades que pueda atribuirle; o tal vez nunca sepa cuáles ni cuántas e incluso ignore esas cualidades. Las cualidades que pueda manifestarle son cualidades en base del pensamiento humano, pero son las únicas con las que puedo basar mi concepto de Dios. La fe, por si sola, no me conduce a cualificar a Dios. Con la fe atribuyo a Dios las cualidades que me dice la religión que tiene, más no las que verdaderamente pueda tener.

El dogma me señala lo que tengo que creer sin importar hacia dónde esté dirigida esa creencia. Me dice que el mundo fue creado en seis días y lo debo aceptar así, porque: ¡Dios todo lo puede hacer y no debo dudar en esa creencia! El dogma acuña en mi mente creencias que pueden o no ser lógicas o coherentes racionalmente, e incluso pueden estar en contra de la misma naturaleza e incluso barnizadas de ciertos prejuicios de quién ha dictado o "revelado" el dogma, como el caso de que la mujer fue creada del hombre, de su carne y tiempo después de él; es decir, existe un machismo escondido en el dogma y relega a la mujer a un segundo plano.

Hoy el hombre sabe, en base de años de estudio y de investigación, que la Tierra existe desde hace muchos millones de años y que antes del hombre ya existía vida en este mundo. Pueden decirme que para Dios un día es un millón de años y un millón de años es un día. Por supuesto que si, Dios es Eterno y para El no existe el tiempo. Pero el dogma me obliga a creer que Dios creó el mundo en seis días y se convierte en fanatismo cuando soy rechazado si no pienso igual.                 

10.- Conclusión.

Debo ser sincero que no he analizado pormenorizadamente y sistemáticamente todos los aspectos que pueden involucrar el uso de la razón para llegar al convencimiento de un hecho o una creencia religiosa, e incluso a veces me he perdido en mis reflexiones; sin embargo estoy convencido que solo a base de la fe (tal vez la mal llamada fe de la creencia en hechos fantásticos) no se puede llegar a un convencimiento verdadero de los aspectos relacionados con la religión. Puede existir en estas reflexiones, y les doy toda la razón, muchas incongruencias y hasta ciertas contradicciones; sin embargo, puede servir para que otra persona, con mente más lúcida, pueda desentrañar y dar a luz conceptos más claros y contundentes. Con este escrito apenas he tocado los diferentes los dogmas religiosos que requieren de razón, conocimiento, estudio e investigación para el convencimiento propio y la vigencia general y universal de las creencias religiosas. Para terminar recogeré unas breves palabras que Jesús dijo estando entre nosotros, y que considero, recoge el pensamiento plasmado en este escrito, o que más bien, Jesús ordenó que hiciéramos de sus hechos y enseñanzas: "El que tenga oídos para oír oiga"                   

          

Datos del Autor

L. Miguel Torres Encalada

Lugar y fecha de nacimiento: Girón, Azuay, Ecuador, 26 de septiembre de 1960.

Profesión: Ingeniero Civil. (04-07-1986)

Estudios realizados:

Primaria: Escuela Bilingüe Interamericano.

Secundaria: Colegio Bilingüe Interamericano.

Superior: Universidad de Cuenca – Ecuador.

Cursos y seminarios: Varios relativos al tema de Saneamiento Ambiental.

Profesionales:

Trabajos relacionados con estudios de sistemas de Agua Potable y Alcantarillado. Fiscalización de Obras de Saneamiento Ambiental. Al momento desempeño labores inherentes a mi profesión en la empresa pública ETAPA (Cuenca-Ecuador).

Aficiones:

Lectura.

Composición literaria. También he compuesto varios temas musicales que no han sido nunca editados.

Datos sobre el tema: Lo escribí este año (2007) en la ciudad de Cuenca, en mi querido País, Ecuador.

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