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La electricidad

Enviado por ljhosephsito


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Objetivos
  3. La electricidad
  4. La electricidad en el Perú
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

INTRODUCCION

La electricidad es una fuente de energía que con el tiempo se vuelve cada vez mas importante e indispensable para todos , ya que las maquinarias y artefactos modernos necesitan de esta para su funcionamiento , por lo tanto hay que cuidar y no malgastarlo en cosas inútiles.

OBJETIVOS

  • Reconocer que la electricidad es muy importante y peligrosa a la vez.

  • Dar a entender que la electricidad es de tiempos muy remotos.

  • No hay que malgastarla porque en el futuro nos va a servir muchísimo.

  • Hay que estudiarlo para mejorar la calidad y servicio.

LA ELECTRICIDAD

Primero debemos entender que la electricidad siempre ha existido (es parte de la naturaleza que nos rodea), el hombre sólo la ha descubierto. Esta electricidad natural se denomina "electricidad estática".

LLas primeras noticias del descubrimiento de la electricidad se remontan al siglo VII a. C. cuando Tales de Mileto (640-548 a. C.), uno de los Siete Grandes Sabios de la antigua Grecia, descubrió que al frotar un trozo de ámbar (resina fosilizada) con un paño, éste empezaba a atraer pequeñas partículas como hojas secas, plumas e hilos de tejido. Tales de Mileto creyó que esto se producía debido a un "espíritu" que se encontraba dentro del ámbar, al cual llamó elecktron y de ello se deriva la palabra electricidad.

A pesar de estos primeros estudios, ni la civilización Griega en su apogeo, ni Roma en su esplendor, ni el mundo feudal europeo contribuyeron de manera significativa a la comprensión de la electricidad y del magnetismo, ni de la interactividad de ambos (llamado electromagnetismo). Durante toda la edad media la ciencia cayó en una época oscura en la cual las creencias religiosas "la amordazaron de pies y manos".

Con el Renacimiento se produjo en Europa un cambio importante y las ciencias tomaron un nuevo impulso. En 1600, Guillermo Gilbert, médico privado de la reina Elizabeth, realizó rudimentarios experimentos, los que se convertirían en los antecedentes de la energía eléctrica (de la forma que conocemos a la electricidad actualmente). Gilbert publicó en latín un tratado titulado "De Magnete", sobre el magnetismo y las propiedades de atracción del ámbar. Se sumó a esto las observaciones del jesuita italiano Niccolo Cabeo, en 1629, quien determinó que los cuerpos cargados previamente por frotación, unas veces se atraían y otras se repelían.

Otto Von Guericke, de Magdeburgo (inventor de la primera máquina neumática) construyó en 1660, la primera máquina que generó una carga eléctrica. Esta máquina era una gran bola de azufre atravesada de parte a parte por una varilla montada sobre dos ranuras, formando un eje. Con ayuda de una manivela y de una correa se le imprimía un rápido movimiento de rotación, las manos aplicadas contra la bola producían una carga mucho mayor que el frotamiento ordinario. Van de Graff mejoró esta máquina electrostática tal como la conocemos actualmente, llegando a generar grandes cantidades de electricidad.

En 1707 Francis Hawkesbee construyó en Inglaterra una nueva máquina eléctrica de fricción perfeccionada: un globo de vidrio sustituía a la bola de azufre. Durante uno de sus experimentos, un tubo que contenía un poco de mercurio recibió una carga de la máquina eléctrica y produjo un chispazo que iluminó la habitación (producto de este descubrimiento son las lámparas de vapor de mercurio).

Sin embargo, aún los conocimientos sobre la electricidad no pasaban de fenómenos de laboratorio.

El distinguido hombre de ciencias francés Carlos Dufay creyó haber descubierto en 1733 dos clases distintas de electricidad e hizo notar que los objetos cargados con el mismo tipo de electricidad se repelían, mientras que los cargados con tipos diferentes se atraían, logrando un avance sobre los estudios del italiano Cabeo un siglo atrás al considerar que esto de debía a la presencia de cargas diferentes (positivas y negativas).

En los Estados Unidos, en 1752, aprovechando una tormenta, el científico Benjamin Franklin elevó una cometa provista de una fina punta metálica y de un largo hilo de seda, a cuyo extremo ató una llave. La punta metálica de la cometa consiguió captar la electricidad de la atmósfera, la cual produjo varias chispas en la llave. Con este experimento Franklin llegó a demostrar dos cosas: que la materia que compone el rayo es idéntica a la de la electricidad, y que un conductor de forma aguda y de cierta longitud puede emplearse como descarga de seguridad de las nubes tormentosas. Estas conclusiones le sirvieron para inventar el pararrayos.

Aunque actualmente sabemos que la gran variedad de características que poseen los rayos impide garantizar la seguridad absoluta, la estadística señala que un edificio sin protección tiene 57 veces más probabilidades de ser alcanzado por una descarga que otro debidamente protegido.

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