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Narcotráfico


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    El narcotráficoMonografias.com

    El narcotráfico se ha convertido, en los últimos años, en el principal flagelo de América latina. El dato duro, manejado continuamente por los medios a nivel mundial, es el de que su mercado más importante se encuentra situado en los estados unidos de Norteamérica. Así también, que los centros productores de mayor dimensión de su materia prima, están situados en América latina. El corredor por excelencia para acercar el producto a dicho mercado es, necesariamente, la América latina. Los sembradíos que han cobrado relevancia mundial son los de Colombia y México, aun cuando Asia y áfrica son productores que no van a la zaga. De hecho, el comercio original masivo, se dio como resultado de las guerras sostenidas por la unión americana en el sudeste asiático, particularmente la de Viet Nam, en la que la afición por las drogas por parte de sus tropas fue fomentada desde el Pentágono. Con la retirada periódica de esas tropas se fue configurando su centro de mayor consumo en las principales ciudades norteamericanas. Fue el marco de la guerra el que doto de infraestructura productiva y comercial al consumo de las drogas.

    Las guerras fueron dándose por concluidas pero sus secuelas dejaron, entre otras herencias, un poderoso mercado de consumo en la unión americana, que busco alternativas de abastecimiento en lugares más cercanos, situados al sur del continente. Curiosamente, pareció darse un trueque de los cultivos de café colombiano con el cultivo de café vietnamita y más producción de mariguana y amapola en Colombia con la disminución de esos cultivos en Viet Nam. Eran los preludios de la globalización económica.[1]

    La persecución oficial del tráfico de enervantes propicio la elevación de sus costos y de sus precios de consumo y atrajo la formación de carteles capaces de eludir los cercos oficiales de persecución, atrajo a los pequeños productores agrícolas y sedujo a autoridades encargadas de su control para obtener dividendos económicos importantes a partir de su complicidad.

    El resultado visible fue la proliferación de drogadictos en la unión americana, que abarco no únicamente a los retornados de las guerras sino a capas importantes de la población, particularmente a jóvenes adolescentes en edad escolar y universitaria. Los centros educativos se convirtieron rápidamente en centros de consumo de enervantes así como los barrios populares de casi todas las ciudades de la unión americana.

    Dialécticamente, en la medida en la que se incrementaban los controles sobre la producción, industrialización y tráfico de estupefacientes, se incrementaban también los grupos organizados para eludir esos controles. Los carteles de la droga empezaron un despunte que, a la fecha, los convierte en uno de los agentes económicos más poderosos del planeta. Algunos gobiernos, paradójicamente no los de los países consumidores situados en Europa y América, sino los de países principalmente productores, como México y Colombia, declararon un estado de guerra oficial en contra de estos carteles, involucrando en su combate ya no solo a las fuerzas de seguridad especificas para esas tareas sino fundamentalmente a sus ejércitos nacionales.

    El enfrentamiento cobro entonces las características de las guerras libradas en la antigüedad contra fuerzas invasoras y particularmente, dado que su principal desarrollo ha sido dentro de sus territorios nacionales, asume cada vez más las características de las guerras internas libradas mediante revoluciones y luchas sangrientas que han dilucidado el control del poder político.[2]

    Aun cuando es claro que los carteles de la droga no han armado sus propios ejércitos para alcanzar el poder político, el poder político se ha erosionado considerablemente en un desgaste constante de sus fuerzas de coerción en este enfrentamiento. [3]Si se tratara de una simple guerra, librada por otras razones, las posibilidades de victoria de las fuerzas gubernamentales aparecen cada día más lejanas. Paradójicamente una de las herramientas más utilizada en las guerras convencionales, el espionaje y la contrainteligencia, no ha podido ser usada por los gobiernos para perseguir a las fuerzas del narcotráfico, en contrario, el narcotráfico ha logrado penetrar a las fuerzas de seguridad, a las autoridades de todo tipo y al mismo ejército.

    En una conclusión preliminar, se advierte que, dada la asimetría entre las economías de USA y las de América latina, y dejando de lado, por el momento, consideraciones de orden moral, el problema del narcotráfico resulta de dimensiones enormes en la economía norteamericana, dañando a su sociedad y a los gastos que ella enfrenta para consumir y combatir el flagelo.

    En contrario, en el resto de América, dadas las condiciones de pobreza y pobreza extrema en las que la sumerge su modelo de organización social, constituye, para algunas regiones, la mayor posibilidad de supervivencia y el aseguramiento del sustento cotidiano.

    La derrama económica de estos gigantescos negocios derivados del blanqueo de recursos provenientes del narcotráfico, permiten la salida a flote de industrias y sobre todo, de servicios derivados de esta industria de primer orden. [4]

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