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Anatomofisiología del cuerpo humano

Enviado por ROCIO CASTRO


Partes: 1, 2

  1. Sistema circulatorio
  2. Sistema respiratorio
  3. Sistema digestivo
  4. Sistema endócrino
  5. Sistema nervioso
  6. Piel
  7. Sistema excretor

Medicina Industrial

Unidad II

En la siguiente unidad estudiaremos las generalidades y conceptos básicos de los diferentes sistemas que componen la economía del ser humano.

Sistema circulatorio

El sistema circulatorio o cardiovascular transporta todas las sustancias que deben llegar a las células y salir de ellas. Sus principales funciones son:

  • transportar el oxígeno (O2) y el dióxido de carbono (CO2) implicados en el proceso de respiración celular;

  • distribuir los nutrientes y las sustancias que se sintetizan en ciertos tejidos y deben llegar a otros (hormonas);

  • transportar células y proteínas que participan en la defensa del organismo (glóbulos blancos e inmunoglobulinas);

  • retirar los desechos de las células y distribuir calor en el cuerpo, ayudando a mantener constante la temperatura.

Este sistema está constituido por el corazón y por una red de vasos que se extiende por todo el cuerpo. En la red de vasos sanguíneos, pueden diferenciarse dos tipos las arterias y las venas.

La sangre circula por las arterias desde el corazón a los tejidos de todo el organismo. Con excepción de la arteria pulmonar, la sangre arterial es oxigenada (en la arteria pulmonar hay mucho dióxido de carbono). La sangre circula por las venas desde los tejidos hacia el corazón. Excepto en la vena pulmonar (recordar que es muy rica en oxígeno), la sangre venosa es carboxigenada (rica en dióxido de carbono). Se llama carboxigenada a la sangre que llega a los pulmones porque tiene mayor proporción de dióxido de carbono que la que sale de ellos. Se llama oxigenada a la sangre que sale de os pulmones porque tiene mayor contenido de oxígeno que llega a ellos después de recorrer todos los tejidos del cuerpo.

El sistema circulatorio humano, al igual que el de todos los animales mamíferos, es cerrado y doble. Es un sistema cerrado porque los intercambios entre la sangre y los tejidos corporales se realizan a través de las paredes de los vasos. El pasaje de las sustancias se lleva a cabo en los capilares, que son vasos sanguíneos sumamente delgados y de paredes muy finas, que se distribuye intrincadamente en los tejidos para ponerse en contacto con sus células. Es un sistema doble porque en él puede diferenciarse dos circuitos: en uno circula la sangre entre el corazón y los pulmones y en el otro lo hace desde el corazón hacia el resto del cuerpo.

En condiciones normales, los músculos reciben el 20% de la sangre que bomba el corazón y el cerebro, el 25%. Esta distribución es desproporcionada si se tiene en cuenta el porcentaje del peso corporal que corresponde a los músculos y al cerebro. Sin embargo, las complejas funciones cerebrales requieren de un aporte constante de unos 250 mililitros de sangre por segundo.

El sistema cardiovascular no es la única red de transporte que tiene el cuerpo. Los vasos linfáticos también constituyen una trama que recorre el organismo, por la cual fluye un líquido acuoso y transparente llamado linfa.

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  • Mecanismo de la circulación:

El corazón de un bebé pesa unos 20 gramos, el de un adulto, unos 300 gramos.

El corazón está claramente dividido en dos mitades, derecha e izquierda. la mitad derecha recibe la sangre que recorre todos los tejidos y la bombea hacia los pulmones; la mitad izquierda recibe la sangre proveniente de los pulmones y la bombea hacia el resto de los órganos.

Cada mitad del corazón se compone de dos cámaras: una aurícula, que recibe la sangre y un ventrículo, que la expulsa. Las paredes de los ventrículos son más gruesas que las de las aurículas. Ellos realizan el mayor trabajo de bombeo.

Las cámaras están separadas parcialmente por válvulas, que actúan como compuertas que permiten el paso de la sangre en una sola dirección: desde las aurículas hacia los ventrículos, y desde los ventrículos hacia las arterias.

Los movimientos involuntarios del músculo cardíaco impulsan la sangre y se conocen con el nombre de latidos cardíacos. Cada latido bombea unos 70 mililitros de sangre y dura menos de un segundo. Para estudiar el mecanismo por el cual la sangre e desplaza dentro del corazón, es necesario imaginar que ocurre a una velocidad menor que la real. De ese modo, es posible describir una serie de pasos:

  • La sangre ingresa a las aurículas a través de las venas. La vena cava desemboca en la aurícula derecha y la vena pulmonar, en la izquierda.

  • Las aurículas se contraen. Este movimiento y el flujo de sangre abren las válvulas tricúspide y bicúspide, por lo cual la sangre pasa a los ventrículos. Al mismo tiempo, se cierren las válvulas semilunares, que se encuentran entre los ventrículos y las arterias.

  • La sangre acumulada en los ventrículos es impulsada por la contracción de las paredes ventriculares. Estos movimientos provocan el cierre de las válvulas tricúspide y bicúspide, y la apertura de las semilunares.

  • La sangre del ventrículo derecho sale por la arteria pulmonar; la sangre del ventrículo izquierdo sale por la arteria aorta. A continuación, las válvulas semilunares se cierran y así impiden el retroceso de la sangre hacia el corazón.

  • Las paredes del corazón se relajan y el ciclo vuelve a comenzar.

El movimiento de contracción muscular que expulsa la sangre haca las arterias se conoce con el nombre de sístole; la relajación que provoca la entrada de sangre a las aurículas se llama diástole.

  • El recorrido de la sangre por el cuerpo:

Por el organismo humano circulan aproximadamente 5 litros e sangre, que lo recorren por completo unas 100.000 veces por día.

La sangre circula por las arterias a muy alta presión, ya que es bombeada directamente hacia ellas por el corazón. La paredes elásticas se contraen, por lo que transforman en un flujo continuo las oleadas provocadas por los latidos.

El recorrido de la sangre, es posible diferenciar un circuito llamado de circulación mayor, y otro denominado de circulación menor.

En la circulación mayor, las arterias se ramifican, a partir de la aorta, en vasos cada vez más delgados. En la primera bifurcación salen las que llevan la sangre al cuello, la cabeza y los brazos. Las ramas inferiores irrigan los órganos abdominales y las piernas.

La arteria renal, por ejemplo, lleva a los riñones sangre oxigenada y con alta concentración de sustancias de desecho, principalmente urea. La arteria hepática lleva sangre oxigenada al hígado.

Las arterias principales se ramifican en otras más delgadas llamadas arteriolas y estas, a su vez, en capilares.

En los capilares, la sangre circula a muy baja velocidad y presión. En ellos se producen los intercambios de gases, hormonas, nutrientes, desechos, etc. con células.

La sangre, junto con los productos de desecho, confluye desde los capilares hacia venas delgadas llamadas vénulas, que se van uniendo entre sí para formar venas principales. A cada una de ellas llega la sangre desde los distintos órganos.

Los productos de la digestión son recogidos, en su mayor parte por la sangre que circula por la vena pota hepática, desde el intestino delgado hacia el hígado. La vena hepática es el vaso por el cual sale la sangre del hígado con las concentraciones óptimas de nutrientes para ser distribuidos por todos los tejidos.

Por la vena renal sale la sangre de los riñones con una reducida concentración de urea.

Todas las venas desembocan en a vena cava, que conduce al corazón sangre carboxigenada.

En la circulación menor, la sangre proveniente de todos los tejidos, con elevado nivel de dióxido de carbono, sale por la arteria pulmonar hacia los pulmones. En los capilares que irrigan los pulmones se producen los intercambios gaseosos: la sangre se enriquece en oxígeno y elimina gran pare del dióxido de carbono que recogió en su recorrido por todo el cuerpo. Las vénulas se reúnen finalmente en la vena pulmonar, que devuelve al corazón sangre oxigenada.

¿Cómo se evita el retorno de la sangre que viaja hacia arriba? La posición bípeda del ser humano incrementa, con respecto a la cuadrúpeda, la distancia que debe recorrer la sangre en contra de la fuerza de gravedad. Las venas poseen válvulas que se cierran al paso de la sangre, con lo que impiden que circule en sentido inverso. Además, la contracción de los músculos esqueléticos comprime la sangre que se encuentra en el interior de las venas, y facilita la circulación hacia el corazón.

  • Los componentes de la sangre:

La sangre está compuesta por un líquido de color amarillento llamado plasma, en el cual se encuentra los distintos tipos de células: los glóbulos rojos, también llamados hematíes o eritrocitos, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas o trombocitos.

Las células sanguíneas se originan principalmente en la médula de ciertos huesos, a partir de células poco diferenciadas- llamadas pluripotentes– que se multiplican indefinidamente y originan distintos tipos de células secundarias. Estas células, llamadas precursoras, son las que originan los glóbulos rojos, los blancos o las plaquetas.

Componentes

Características/composición

Funciones

Proporción, cantidad por mm3

Plasma

90% de agua, 10% de sustancias en suspensión (nutrientes, urea y otros desechos, anticuerpos y otras proteínas, hormonas, etc.). La proporción de dichas varía en los distintos puntos del recorrido de la sangre por el cuerpo, y depende, entre otros factores, del tiempo de ayuno.

Transporta las sustancias que las células requieren y las que desechan, con excepción de la mayor parte del oxígeno y una parte de dióxido de carbono.

Algunas proteínas que se encuentran en él son componentes de la sangre, debido a que cumplen allí sus funciones: participan en la coagulación, en la defensa frente a los agentes infecciosos o en el transporte de sustancias insolubles en agua.

Entre el 55% y el 60% del volumen sanguíneo.

Eritrocitos

Son células que, cuando son maduras, carecen de núcleo. Tienen forma de disco aplanado y su color rojo se debe a la presencia de hemoglobina, que contiene hierro en su composición. Viven aproximadamente 120 días y se producen a partir de células precursoras que se encuentran en la médula de los huesos largos.

Transportan la mayor parte del oxígeno presente en la sangre, unido a la hemoglobina. Esta sustancia transporta sólo una parte del dióxido de carbono, ya que el resto viaja disuelto en el plasma o formando parte de otro compuesto, llamado ácido carbónico.

Entre 4.500.000 y 5.500.000.

Leucocitos

En este grupo se incluyen distintos tipos de células, que se agrupan en tres categorías, según su aspecto cuando se los observa con el microscopio óptico: linfocitos, granulocitos (que incluyen a los neutrófilos, los basófilos y los eosinófilos) y monocitos. Tienen una vida media menor que los eritrocitos y también se desarrollan a partir de células de la médula ósea de los huesos largos.

Participan en la defensa del organismo, de manera diferente según el tipo de leucocito.

Entre 6.000 y 9.000. El 20-30% son linfocitos y el 50-60% neutrófilos.

Plaquetas

No son células completas, sino fragmentos celulares que se forman a partir del citoplasma de grandes células llamadas megacariocitos. Su tiempo de vida media es de 8 a 10 días y también se originan en la médula ósea.

Intervienen en la coagulación sanguínea, proceso que favorece la cicatrización de heridas.

Aproximadamente 300.000-450.000

Sistema respiratorio

El término respiración celular se utiliza para nombrar dos procesos que, aunque están muy asociados son totalmente diferentes. Uno de ellos es la respiración celular, que consiste en el conjunto de reacciones químicas que permiten obtener energía de los alimentos mediante la utilización del oxígeno como agente oxidante. El otro es la respiración mecánica, que incluye los procesos por los cuales se incorporan el oxígeno al cuerpo en el aire inhalado y se elimina de él el dióxido de carbono en el aire exhalado.

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  • El aire y la respiración:

El organismo humano necesita incorporar oxígeno continuamente, ya que no tiene la posibilidad de almacenado y su sistema respiratorio está adaptado para obtener del aire atmosférico el oxígeno necesario para la respiración celular. La entrada y la salida del aire se realizan a través de conductos comunicados con el exterior y de una superficie amplia y húmeda en la cual se llevan a cabo los intercambios gaseosos entre la sangre y el aire incorporado.

En los pulmones, el oxígeno contenido en el aire inspirado difunde hacia los capilares. A la vez, el dióxido de carbono desechado por las células pasa, también por difusión, desde la sangre hacia el interior de los pulmones. Allí, se mezcla con el aire retenido, para ser eliminado al exterior.

El sentido de difusión de estos dos gases está regulado por la concentración de cada uno de ellos a un lado y a otro de las membranas que los separan, pasando desde donde se encuentran a mayor concentración hacia donde están menos concentrados.

Debido a los intercambios que se producen en el interior del organismo, las proporciones de algunos de los gases que gases que componen el aire inhalado son diferentes que las del aire exhalado.

El gas más abundante en la troposfera es el nitrógeno. A pesar de que es una de las sustancias indispensables para la vida, el nitrógeno en estado gaseoso no puede ser incorporado a las reacciones químicas que se producen en el organismo. Por este motivo, la proporción de nitrógeno molecular del aire inhalado es igual a la del aire exhalado.

Aunque la proporción de vapor de agua presente en la atmósfera es variable, la diferencia entre el contenido de humedad del aire inspirado y el del aire espirado es notable. El exceso de agua proviene de las reacciones metabólicas que se producen en el interior del organismo y del endotelio de los pulmones, cuyas mucosas humedecen el aire que ingresa a ellos.

Los gases contaminantes, como el monóxido de carbono, se encuentran en concentraciones variables.

  • El mecanismo de la respiración:

Los movimientos respiratorios están controlados por un centro nervioso que responde a los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono presentes en la sangre, y controla los movimientos de los músculos intercostales y del diafragma. Cuando el de oxígeno es alto, el ritmo respiratorio disminuye; cuando el nivel de dióxido de carbono es alto, el ritmo respiratorio se acelera.

El aire ingresa por los orificios de la nariz o por la boca. Sin embargo, solamente la nariz está preparada para evitar que el aire frío y con impurezas provoque irritación en los tejidos de los órganos respiratorios. Esto se debe a que la cavidad nasal está muy irrigada. Así, la circulación sanguínea calienta el aire, hasta alcanzar la temperatura corporal; las vellosidades o cilios y la mucosa, que revisten su interior, retienen las partículas de polvo, microorganismos y otras sustancias que pueden resultar nocivas. Dichas impurezas son eliminadas con las mucosidades en forma voluntaria o a través del estornudo.

El recorrido del aire continúa por la faringe. Este conducto está delimitado por una membrana móvil llamada epiglotis (glotis).

El aire pasa por la laringe y, luego, por la tráquea. Los anillos de las paredes de la tráquea son lo suficientemente elásticos como para mantener abierto el conducto, aun cuando la cabeza y el cuello se encuentran flexionados.

Al llegar a los bronquios, el aire se distribuye en ambos pulmones a través de las numerosas ramificaciones de los bronquiolos, hasta llegar a los alvéolos pulmonares. El interior de todos estos conductos también está revestido por mucosas y cilios, que retienen las partículas extrañas para que puedan ser eliminados.

El pulmón derecho es de mayor tamaño que el izquierdo, y está formado por tres lóbulos. El pulmón izquierdo está formado por dos lóbulos y su menor tamaño está relacionado con la inclinación del corazón hacia ese costado del tórax.

Los pulmones poseen la superficie suficiente para abastecer de oxígeno al organismo. Si se desplegaran completamente todos los alvéolos que los forman, se cubriría un área de unos 80 m2, que equivale, aproximadamente, a 40 veces la superficie externa del cuerpo.

Aunque su principal función es llevar a cabo el intercambio gaseoso, oxígeno y dióxido de carbono con la sangre, estos órganos cumplen otras funciones: contribuyen con el mantenimiento de la temperatura corporal y con el control del equilibrio de los fluidos corporales y de la acidez de la sangre.

Una vez realizados los intercambios gaseosos, el aire recorre el camino inverso al descripto y es eliminado al exterior por la nariz o por la boca.

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  • El intercambio gaseoso:

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Se calcula que cada pulmón tiene entre 300-350 millones de alvéolos pulmonares. Cada uno de ellos mide 0,2 milímetros de diámetro y su pared tiene un espesor de una célula (0,4 micrones). El sentido de la difusión de un gas a través de las membranas de los alvéolos y de los capilares sanguíneos depende de la presión que él ejerce a un lado y a otro de dichas membranas. Esta presión es, independiente de la presencia de otros gases y se denomina presión parcial. Esto equivale a decir que depende de la concentración de cada gas que haya en la sangre y dentro de los alvéolos en un momento dado.

La sangre que llega a los pulmones tiene una presión parcial de oxígeno menor que el aire contenido en cada alvéolo. Es por eso que la difusión de oxígeno se produce desde el interior del mismo hacia el interior del capilar.

A su vez, la presión parcial de dióxido de carbón de la sangre que llea a los pulmones es mayor que la del aire que hay en los alvéolos. La difusión de este gas será desde el interior de los capilares hacia los sacos alveolares.

  • Frecuencia respiratoria:

Debido a la enorme capacidad de sus pulmones, los seres humanos pueden desarrollar trabajos musculares durante tiempos prolongados. La frecuencia respiratoria en estado de reposo es aproximadamente de 15 a 20 respiraciones por minuto. Cuando la actividad física se incrementa, dicha frecuencia puede aumentare al doble. Al mismo tiempo, las respiraciones son más profundas y el volumen de aire intercambiado en cada una de ellas es mayor.

Este aumento está relacionado con el mayor requerimiento de oxígeno en los músculos, y coincide con el incremento de la frecuencia cardíaca, para asegurar la llegada de oxígeno inhalado.

Durante la respiración acelerada o jadeo, se extrae más cantidad de oxígeno del aire inspirado que en condiciones de reposo. En los músculos, la extracción de oxígeno desde la sangre también aumenta.

  • La emisión de la voz:

En la laringe se encuentran las cuerdas vocales, dos repliegues de tejido que se localizan a ambos lados del conducto.

Cuando las cuerdas vocales están relajadas, el aire pasa libremente por la laringe y no se produce sonido. Al hablar o cantar, por ejemplo, las cuerdas vocales se tensan y se cierran. El paso del aire por el espacio estrecho que queda entre ellas las hace vibrar y así se produce el sonido característico de la voz humana. Los distintos timbres dependen del grado de tensión de las cuerdas vocales, mientras que el volumen está relacionado con la cantidad de aire que se exhala al emitir el sonido.

  • La importancia de la tos y del estornudo:

La tos y el estornudo son diferentes formas de eliminar impurezas y el exceso de mucosidad en las vías respiratorias. La tos es una exhalación brusca por la boca, que permite limpiar los pulmones y la tráquea. El estornudo es una liberación rápida de aire por la nariz, provocada por la presencia de impurezas y exceso de mucosidad en la cavidad nasal.

Sistema digestivo

Los seres humanos ingieren alimentos e incorporan oxígeno para nutrirse. La nutrición un conjunto de funciones, a través de las cuales se incorporan alimentos, se los transforma y distribuye en todo el organismo, y se eliminan los desechos que resultan de dichos procesos.

Se llama alimentación a conjunto de acciones a través de las cuales se ingieren los alimentos, y digestión, a la serie de transformaciones físicas y químicas que hacen posible el transporte de las sustancias nutritivas a cada una de las células del cuerpo.

Las sustancias nutritivas son aquellas que aportan las biomoléculas (proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas y minerales) necesarias para la construcción de las estructuras celulares, aportan la energía indispensable para desarrollar todos los procesos metabólicos, y participan en la regulación de dichos procesos.

La dieta de los seres humanos incluye alimentos de origen animal y vegetal, que aportan los carbohidratos (hidratos de carbono), las proteínas, los lípidos, las vitaminas, las sales minerales y parte del agua que el organismo humano requiere.

Los carbohidratos, las proteínas y los lípidos brindan principalmente energía y biomoléculas para la síntesis de estructuras, en tanto que las vitaminas y las sales actúan como reguladores en los procesos metabólicos. El agua cumple diversas funciones, tales como disolver sustancias para facilitar su transporte, regular procesos celulares, dar turgencia a las células para que mantengan su forma y estructura, estabilizar la temperatura corporal.

Debido a que la proporción de agua contenida en los alimento de origen vegetal y animal no es suficiente para cubrir las necesidades del organismo, es necesario ingerir una cantidad extra de este compuesto, indispensable para la vida.

Los carbohidratos, las proteínas y los lípidos contenidos en los alimentos son moléculas de gran tamaño, llamadas macromoléculas, que fueron sintetizadas en las células de los organismos de los cuales provienen de dichos alimentos. Dado que estas macromoléculas no son incorporados a las células humanas tal como se presentan, se degradan o desarman en otras subunidades más pequeñas. Esas moléculas más pequeñas son piezas que serán utilizadas para unir, para conformar las estructuras celulares que serán degradadas o para obtener energía.

Los procesos que se llevan a cabo en el sistema digestivo contienen básicamente en:

  • Macerar los alimentos ingeridos;

  • Producir las enzimas y otros compuesto que actúan en la degradación de sustancias;

  • Llevar a cabo dichos procesos de degradación;

  • Transportar los nutrientes resultantes a la sangre;

  • Eliminar las sustancias que fueron absorbidas.

El sistema digestivo, que comienza en la boca y termina en el ano, está constituido por un conjunto de órganos que se disponen uno a continuación del otro. Además, posee glándulas anexas: el hígado, el páncreas, la vesícula biliar y las glándulas salivales.

  • Sistema digestivo:

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*Boca: los dientes muelen y trituran los alimentos. La saliva cumple varia y unas funciones: contiene enzimas que actúan en la degradación del almidón y una proteína que favorece la adhesión de las partículas para formar el bolo alimenticio; actúa como lubricante para facilitar la deglución. La lengua participa en la masticación y en la deglución.

*Faringe: participa en la fase final de la deglución. En ella queda atrapado el bolo alimenticio que, mediante movimientos de las paredes, es conducido hacia el esófago.

*Esófago: tubo de paredes elásticas, cuyos movimientos provocan el desplazamiento del bolo alimenticio hacia el estómago.

*Estómago: en él continúa la digestión química que comenzó en la boca, por acción de los jugos gástricos. Las contracciones de sus paredes mueven la masa de alimento y facilitan la mezcla de las partículas con las sustancias digestivas. El bolo alimenticio se transforma en quimo.

*Intestino delgado: continúa la digestión química y es el principal órgano en el cual se produce el pasaje de los nutrientes hacia la sangre. Se caracteriza por poseer una gran superficie de absorción, debido a su longitud y al plegamiento de la parte interna de sus paredes.

*Intestino grueso o colon: su función principal es absorber agua, sales y algunas vitaminas que se sintetizan allí, por acción de ciertas bacterias que viven en su interior. Los materiales no absorbidos conforman la materia fecal, que sigue su recorrido hacia el recto.

*Recto: almacena la materia fecal hasta su liberación.

*Ano: es el orificio de salida del conducto digestivo. Sus paredes están provistas de un anillo muscular que controla la eliminación de la materia fecal.

*Hígado: es una glándula que produce sustancias digestivas que se vierten en el intestino delgado. Pero la función más importante de este órgano es la de procesar y almacenar la mayor parte de los nutrientes, los cuales son distribuidos desde allí hacia todas las células del organismo.

*Páncreas: glándula anexa cuyo digestivo se vierte en el intestino delgado. También produce una hormona llamada insulina, indispensable para el aprovechamiento de la glucosa en las células.

  • El proceso digestivo:

La digestión mecánica consiste principalmente en la trituración y maceración de los alimentos en la boca. Los movimientos rítmicos de las paredes de los órganos provocan el desplazamiento de sustancias en transformación y favorecen el contacto entre ellas y los jugos digestivos.

En la digestión química de los alimentos, intervienen:

*Las enzimas digestivas: proteínas que actúan, en forma específica, en algunos momentos de los procesos degradación de los componentes de los alimentos. Algunas enzimas digestivas son producidas en ciertas células especializadas- por ejemplo, de la boca o el estómago- y se liberan en el exterior de dichas células. Otras, en cambio, se localizan en las membranas de las células de los revestimientos de los órganos, y actúan allí.

*Los cofactores: sustancias cuya función es facilitar la acción de las enzimas, en algunos casos aumentando, la acidez del medio, y en otros, reduciéndola. También cumplen una función bactericida. Son el ácido clorhídrico, el bicarbonato de sodio y la bilis.

  • Transformaciones en la boca:

Además de la acción trituradora de los dientes, en la boca comienza el proceso de digestión química del almidón, que es el polisacárido (azúcar complejo) que los seres humanos pueden utilizar. La celulosa y otros polisacáridos presentes en las paredes de las células vegetales no pueden ser digeridos por las enzimas humanas.

La saliva contiene una enzima llamada ptialina, que actúa sobre el almidón. Como ésta enzima requiere de un medio ligeramente alcalino, detiene su acción cuando el bolo alimenticio llega al estómago, debido a la presencia de ácido clorhídrico. Las moléculas de carbohidratos que no se transformaron en glucosa (dextrinas y maltosas) terminaran de digerirse en el intestino delgado.

Una vez deglutido, el bolo alimenticio se desplaza por la faringe y el esófago, hasta llegar al estómago. Las paredes del esófago y del estómago poseen músculos cuyas contracciones periódicas provocan movimientos rítmicos. Estos movimientos, llamados movimientos peristálticos facilitan el desplazamiento del material ingerido.

  • Transformaciones en el estómago:

La digestión química de las proteínas y los lípidos comienza en el estómago, donde se secretan entre 2000-2500 mililitros de jugo gástrico por día. Este jugo está constituido principalmente por ácido clorhídrico, por una enzima llamada lipasa gástrica y otra enzima llamada pepsina. Esta última se activa cuando el medio es ácido; de allí la importancia del ácido clorhídrico en la cavidad gástrica. La lipasa digiere una mínima proporción de las grasas que llegan al estómago. La mayoría de los lípidos se digieren en el intestino delgado. Las proteínas son parcialmente digeridas en el estómago, ya que la acción de la pepsina las transforma en péptidos, unos fragmentos de menor tamaño que las moléculas proteicas, pero de mayor complejidad que los aminoácidos.

La presencia de un ácido en el interior del organismo puede resultar sumamente irritante. Sin embargo, el ácido clorhídrico no produce daños en las paredes del estómago, que están cubiertas por una sustancia mucosa resistente a su acción. En los puntos donde se debilita esta capa protectora, el ácido ataca los tejidos y causa lesiones que se conocen con el nombre de úlceras.

El tiempo de permanencia de las sustancias alimenticias en el estómago varía entre 1 y 4 horas, según su composición. Los carbohidratos tardan menos tiempo que las proteínas en abandonar el estómago y pasar al intestino delgado, y las proteínas, menos que las grasas.

El tiempo también es menor cuanto más líquida sea la mezcla.

  • Transformaciones en el intestino delgado:

El intestino delgado es un conducto que mide, en promedio, unos 6 metros de longitud y 3 centímetros de diámetro y se halla plegado de tal manera que ocupa el menor espacio posible en la cavidad abdominal. En este órgano se pueden diferenciar tres porciones: el duodeno, el yeyuno y el íleon. Con la longitud de unos 25 cm, el duodeno se diferencia de las demás porciones porque se encuentra envuelto en una membrana que lo mantiene fijo contra la pared posterior del abdomen. En el duodeno, se completa la mayor parte de los procesos digestivos que se habían iniciado en la boca y el estómago. En el yeyuno y el íleon se lleva a cabo la absorción de la mayoría de los nutrientes.

  • Digestión de los carbohidratos:

En el duodeno se vierten los jugos digestivos producidos en el páncreas y el hígado. Una de las enzimas fabricadas en el páncreas, la amilasa pancreática, interviene en la digestión de las dextrinas que no fueron degradadas anteriormente. La maltosa resultante es transformada en glucosa por acción de la enzima llamada maltasa, que se encuentra en las células de las paredes intestinales. En el proceso de digestión de los carbohidratos también se forman otros monosacáridos (azúcares simples), por acción de enzimas que se encuentran n el revestimiento del duodeno.

  • Digestión de las proteínas:

El jugo pancreático contiene también enzimas que actúan sobre las proteínas: la tripsina y la quimiotripsina son algunas de ellas. Su acción consiste en terminar de digerir los péptidos y las proteínas que llegaron intactas desde el estómago hasta obtener los distintos aminoácidos. Algunos péptidos también son degradados por enzimas intestinales localizadas en las células del epitelio.

  • Digestión de los lípidos:

Los movimientos peristálticos del intestino provocan el fraccionamiento de las gotas de grasa de mayor tamaño en otras más pequeñas. La bilis contiene ciertas sales que también participan en este proceso llamado emulsión. Cuanto más pequeñas son las gotas de grasa, mayor es la superficie sobre la cual puede actuar la enzima digestiva llamada lipasa pancreática.

Como consecuencia de la acción de las sustancias digestivas del intestino delgado, el quimo cambia de composición y consistencia. Esta mezcla se llama quilo.

  • Absorción de los nutrientes:

La superficie interna del intestino delgado se encuentra sumamente plegada, formando prolongaciones que se llaman vellosidades. Este plegamiento permite una superficie de absorción muy grande, en el menor espacio posible: si se extendiera completamente la cubierta intestinal, ocuparía entre 250 y 300 m2.

Los nutrientes que se absorben principalmente en el yeyuno y en el íleon son: la glucosa y otros monosacáridos, y minerales tales como el hierro, el calcio y el magnesio, las vitaminas que se sintetizan en el organismo, los aminoácidos y péptidos cortos, los ácidos grasos y otros productos de la digestión de las grasas.

Cada vellosidad del intestino esta irrigada por una red de capilares sanguíneos y vasos linfáticos. La sangre que llega al intestino recoge los nutrientes que atraviesan las paredes de dicho órgano, y también provee de oxígeno y otras sustancias a las células intestinales.

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  • Transformación en el intestino grueso:

El intestino grueso mide 1,70 metros de longitud, con un diámetro aproximado de 7 cm. En él se absorben: la mayor parte del agua que contiene el quilo, ciertas sales y las vitaminas que se sintetizan allí por acción de las bacterias que lo habitan. Estas bacterias se conocen con el nombre de flora intestinal.

El material que queda en el intestino grueso al finalizar todas las transformaciones descriptas constituye la materia fecal, que es eliminada al exterior a través del ano. La materia fecal está formada por un 75% de agua y un 25% de sustancias sólidas: celulosa, bacterias muertas, materia inorgánica, grasas y proteínas no digeridas, células epiteliales desprendidas. El color de las heces se debe a un pigmento contenido en la bilis.

  • Las funciones del hígado:

La producción de la bilis es sólo una de las múltiples funciones que cumple el hígado en el proceso de transformación de los alimentos. En el hígado- un órgano con un peso aproximado de 1,5 kg- se transforman, almacenan y distribuyen los productos de la digestión que fueron absorbidos en el intestino. Son numerosas las transformaciones que se produce en el intestino. Son numerosas las transformaciones que se producen en el hígado: se sintetizan ciertas grasas que son distribuidas por la sangre a todo el cuerpo; se degradan los aminoácidos que no son utilizados por las células; se sintetizan ciertas proteínas que componen el plasma; se degradan sustancias tóxicas y algunos componentes de los glóbulos rojos.

Otra función importante del hígado es el procesamiento y almacenamiento de la glucosa. Este monosacárido es el principal producto de la digestión de los carbohidratos y resulta indispensable para la obtención de energía. En el hígado se sintetiza un polisacárido (azúcar complejo) de almacenamiento llamado glucógeno, a partir de la glucosa. Por degradación de glucógeno es posible obtener glucosa en el momento en que el organismo la requiera. El hígado puede almacenar una cantidad de glucógeno suficiente como para mantener el funcionamiento del cuerpo durante unas seis horas sin ingerir alimentos. Otros nutrientes como el hierro y ciertas vitaminas también son almacenados en el hígado. La intensa actividad hepática, debido a los numerosos procesos químicos que ocurren en él, lo convierte en una fuente de calor para el organismo. Este calor, distribuido por el torrente sanguíneo, contribuye a mantener la temperatura corporal constante.

  • La función de la vesícula:

La vesícula es un órgano con forma de pera situado detrás del hígado. Tiene una longitud de 7,5 cm y un diámetro de 2,5 cm en su parte más ancha. Su función es almacenar la bilis secretada por el hígado para regular la entrada de ese jugo digestivo al duodeno. Cuando el quimo ingresa al intestino delgado, la vesícula se contrae y vierte su contenido en él, a través del conducto biliar.

  • Las funciones del páncreas:

El páncreas es una glándula de unos 15 cm de longitud. Una de sus funciones es la producción de jugos digestivos que contienen diversas enzimas (amilasas, proteasas, lipasas). Otra función del páncreas es la producción de sustancias que intervienen en el control del nivel de glucosa en el organismo. Una de ellas es la insulina, una hormona indispensable para que la glucosa ingrese a las células y sea aprovechada como fuente de energía. Otra hormona es el glucagón, la hormona "del ayuno".

  • El transporte de los nutrientes:

La absorción que se produce en el intestino consiste en el pasaje de las sustancias nutritivas a la sangre, a través del epitelio intestinal y los capilares sanguíneos. En este proceso, es muy importante la intervención de las membranas de las células que constituyen los tejidos.

Algunas sustancias como el agua, pueden atravesar las membranas simplemente por difusión; otras en cambio, necesitan ser transportadas por proteínas especiales, cuya actividad requiere de un aporte extra de energía. La glucosa, los aminoácidos y algunos componentes de las sales minerales, como el sodio, el potasio, el calcio y el hierro, son transportados de esta segunda manera.

Los nutrientes son transportados en el plasma, el componente líquido de la sangre.

Pero los productos de la digestión no llegan a todas las células del organismo directamente, sino que pasan por el hígado. Los capilares sanguíneos de las vellosidades intestinales se reúnen en la vena porta, que lleva la sangre desde el intestino hacia el hígado. Las sustancias procesadas en él salen a través de la vena hepática

Algunos productos de la digestión de los lípidos, como los ácidos grasos y el glicerol, no pasan directamente a la sangre. Son absorbidos por los capilares linfáticos, que se unen y forman vasos de mayor calibre. El contenido de estos vasos se vuelca en el torrente circulatorio a través de la vena cava. Ciertas vitaminas también son absorbidas por las vías linfáticas, que las transportan al hígado para su almacenamiento o redistribución.

Finalmente, todos los productos de la digestión llegan a las células de los diferentes tejidos corporales. El pasaje se produce, nuevamente, a través de las membranas celulares.

Una vez dentro de cada célula, los nutrientes serán utilizados- según su tipo- como fuente de energía, para construir las estructuras celulares que deben ser reemplazadas o para regular procesos metabólicos. Algunos de ellos serán transportados en sustancias de reserva.

Sistema endócrino

Los controles necesarios para llevar a cabo el equilibrio interno del cuerpo son llevados a cabo, principalmente, por el sistema endócrino y por el sistema nervioso. Esto permite considerar a ambos sistemas como componentes de uno más complejo: el sistema neuroendócrino.

  • Mecanismo de acción del sistema endócrino:

El sistema endócrino está constituido por un conjunto de glándulas distribuidas en diferentes regiones del cuerpo. En ellas, se sintetizan y secretan las hormonas, que viajan a través de la sangre o de otros fluidos corporales hacia las células ejercen su acción, denominadas células blanco. También se llama tejido u órgano blanco a aquel cuyo funcionamiento está regulado por determinadas hormonas.

Las glándulas endócrinas se diferencian de las exocrinas por las vías en las que vierten las sustancias que secretan:

*los productos de las glándulas exocrinas son transportados por conductos especiales. Ejemplos de estas glándulas son las sudoríparas, las mamarias y las digestivas.

*las glándulas endócrinas, en cambio, secretan las hormonas hacia los fluidos extracelulares. Desde ellos, las hormonas difunden hacia el torrente sanguíneo, para ser transportadas hacia los tejidos blancos. La glándula hipófisis, la tiroides y las glándulas suprarrenales son ejemplos de ellas.

El mecanismo de control ejercido por el sistema endócrino es menos veloz que el del sistema nervioso, debido a que la circulación sanguíneo es una vía de transporte más lenta que la trasmisión de impulsos por las vías nerviosas. La efectividad del sistema endócrino radica en la seguridad de sus mecanismos de control, debido a que las hormonas son específicas para cada proceso y células o tejidos blancos.

Partes: 1, 2
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